diciembre 2018, volumen 34, número 4
Tierra y territorio

Territorializando el debate sobre jóvenes rurales en América Latina y el Perú. Luces, pistas y voces a partir de investigaciones sobre el tema

SILVANA VARGAS WINSTANLEY | Página 25-28
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A pesar de los múltiples esfuerzos desplegados a lo largo de los últimos años, el ámbito rural enfrenta aún enormes retos. De acuerdo a un reporte de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) publicado en 2018, la región vuelve a experimentar –luego de más de 10 años– un ligero, pero no por ello menos preocupante incremento en la incidencia de la pobreza rural (gráfico 1). A la par, FAO señala que, en términos demográficos, más de 30 millones del total de personas que habita el ámbito rural en América Latina y el Caribe se encuentra en el rango de 15 a 29 años, es decir, son jóvenes.

Equipo del Proyecto TransitANDO en campo. Eliana Antezana

Dadas estas cifras, las vulnerabilidades que los jóvenes rurales enfrentan son diversas y cambiantes. Asimismo, la heterogeneidad que caracteriza a esta población en términos de entornos, dinámicas y perfiles, requiere partir de un enfoque que acoja integralmente esa diversidad. De ahí la necesidad de un enfoque territorial centrado en la juventud rural. Urge, por tanto, territorializar tanto la generación de conocimiento como el diseño de políticas e intervenciones.

Los jóvenes rurales se encuentran inmersos en las diversas dinámicas que caracterizan el territorio (transformación productiva, institucionales, identidad cultural) y en consecuencia “transitan” entre ellas enfrentando oportunidades y barreras. Frente a ello, desde el Instituto de Desarrollo Humano de América Latina de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IDHAL PUCP) venimos trabajando en el enfoque de Desarrollo Humano Territorial (DHT) que integra el interés por el bienestar multidimensional centrado en las personas desde una lectura que prioriza el entrecruzamiento de trayectorias territoriales y familiares. En ese contexto buscamos analizar las oportunidades y restricciones del bienestar que los jóvenes rurales enfrentan, centradas en tres aspectos: (i) medición de pobreza multidimensional, (ii) análisis de intervenciones públicas y (iii) configuración de trayectorias de los jóvenes rurales.

Medición de pobreza multidimensional

El enfoque de capacidades humanas es un marco normativo que permite conceptualizar y evaluar la pobreza, la desigualdad o el bienestar (Robeyns, 2005: 94). El énfasis de esta evaluación se centra en lo que los individuos son capaces de hacer y de ser, es decir, en sus capacidades. Buscando promover que se tenga mayor libertad de vivir el tipo de vida que se tiene razones para valorar. Así, desde un enfoque de capacidades humanas, la pobreza es entendida como la privación de esas capacidades. Una manera de capturar el efecto conjunto de la incidencia e intensidad de las privaciones es la medición multidimensional de la pobreza. En el Perú, la juventud rural representa el 23,5% de la población total (INEI, 2017). El 41% de esta población se encuentra en situación de pobreza en comparación con el 14% que experimentan sus pares urbanos. En este contexto, partiendo del método Alkire-Foster (Alkire y Foster, 2011) se exploró, a partir de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del INEI (2017) una muestra de 28 829 jóvenes con énfasis en seis dimensiones: vivienda, salud, servicios básicos, educación, empleo y conectividad social. Los hallazgos sugieren que los jóvenes rurales experimentan mayores privaciones en las seis dimensiones seleccionadas en comparación con los urbanos (gráfico 2). Adicionalmente se calculó que el 71,1% de los jóvenes rurales padece dos de seis privaciones frente a un 38% de los urbanos. Estos hallazgos son altamente preocupantes y constituyen un insumo clave para el diseño de políticas centradas en resultados observables en esta población.

Análisis de intervenciones públicas

La aproximación a la pobreza multidimensional se ha visto complementada por la revisión de un conjunto de intervenciones, tanto a nivel de América Latina y el Caribe como del Perú, dirigidas a generar mejores condiciones de vida en la juventud rural (Vargas, 2018). Así, se seleccionaron diez casos con base en criterios tales como fecha de inicio (últimos diez años), énfasis estratégico en jóvenes rurales y responsabilidad institucional centrada en la esfera pública (gráfico 3). En términos de sus enfoques, los hallazgos sugieren que, en general, estas intervenciones se apoyan en el de inclusión social (con énfasis en aspectos educativos, formativos y laborales) y, complementariamente, en las aproximaciones de capacitación empresarial y emprendedurismo. En paralelo, sus dinámicas operativas abarcan la generación de oportunidades de empleo, educativas y de participación. Vale destacar que únicamente las intervenciones de jóvenes rurales en Brasil y Colombia, respectivamente, tienen objetivos explícitamente orientados desde una perspectiva territorial. Por lo anterior las intervenciones públicas tienen aún pendiente dar cuenta de las dimensiones de integralidad, territorialidad e institucionalidad a nivel de los enfoques que promueven y las estrategias que utilizan para propiciar oportunidades en beneficio de los jóvenes rurales de la región.

Configuración de trayectorias de los jóvenes rurales

En el contexto de lo anterior, el Proyecto TransitANDO del Aula al Valle del Mantaro surge con el objetivo de generar una experiencia de investigación-acción desde la perspectiva de Desarrollo Territorial Rural con énfasis en juventud rural con participación de docentes y estudiantes de la Universidad Nacional Agraria La Molina, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Universidad Nacional del Centro del Perú y la PUCP. El proyecto es liderado por un equipo de talentosos y comprometidos estudiantes de disciplinas como Agronomía, Economía, Geografía, Ingeniería Forestal y Sociología. En su primera etapa el ámbito de estudio abarcó el distrito de Comas en la provincia de Concepción que, de acuerdo a los datos del INEI (2017), abarca un total de más de 1500 jóvenes. Como parte del trabajo colaborativo realizado se identificaron tres dimensiones de análisis centrales al bienestar de los jóvenes rurales: educación y formación; producción y empleo, y empoderamiento y participación política. La aproximación se ha realizado desde un enfoque territorial que busca, de manera efectiva, vincular las trayectorias territoriales con las familiares (gráfico 4). A la fecha los hallazgos sugieren una serie de tensiones en los ámbitos: educativo (el discurso a favor de la educación está en tensión con las escasas oportunidades de formación favorables a los “tránsitos” de los jóvenes entre los niveles educativos), productivo (el discurso que considera que la agricultura no constituye una fuente efectiva de oportunidades para los jóvenes está en tensión con una alta demanda por mano de obra agrícola familiar) y político (el discurso a favor de acoger y renovar cuadros políticos está en tensión con falta de oportunidades reales para el ingreso de los jóvenes a la vida política).

En suma, los hallazgos presentados brindan luces novedosas y complementarias que deberían seguir siendo exploradas, pistas que plantean escenarios diversos y la necesidad de dar continuidad al debate y, por último, la importancia de acoger las voces de los jóvenes a lo largo de todo el proceso. Una parte de estos resultados fue expuesta en el Seminario internacional “Desarrollo humano, territorios y juventud rural” que, en octubre del 2018, el IDHAL PUCP coorganizó con el Instituto de Estudios Peruanos y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Territorializar el conocimiento y las políticas requiere creatividad, compromiso y trabajo colectivo. Y, en esa línea, colaborar con los jóvenes, tanto en las aulas como en el campo, es la única garantía que nos permitirá estar a la altura del reto que tenemos enfrente.

Jóvenes de la Institución Educativa de Racracalla (Comas). Eliana Antezana

Silvana Vargas Winstanley
Ph. D. en Sociología Rural y Demografía. Docente del Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Directora ejecutiva del Instituto de Desarrollo Humano de América Latina (IDHAL PUCP).

Referencias

  • Alkire, S., y Foster, J. 2011. Understandings and Misunderstandings of Multidimensional Poverty Measurement. Working Paper 43. Oxford Poverty & Human Development Initiative (OPHI), University of Oxford.
  • Barrantes N., y Vargas, S. 2018. Síntesis de la investigación “Desarrollo humano, pobreza multidimensional y juventud rural”. Documento de trabajo. Lima: Instituto de Desarrollo Humano de América Latina (IDHAL) de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), con el apoyo de Penn State University. Robeyns, I. 2005. The Capability Approach: a theoretical survey. Journal of Human Development, 6 (1): pp. 93-114.
  • Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). 2018. Panorama social de América Latina. Santiago de Chile: CEPAL.
  • Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). 2017. Perú: Perfil Sociodemográfico (elaborado con los resultados definitivos de los Censos Nacionales 2017: XII de Población, VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas). Lima: INEI.
  • Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 2018. Panorama de la pobreza rural en América Latina y el Caribe. Santiago de Chile: FAO.
  • Vargas, S. 2018. Análisis de compromisos regionales e intervenciones públicas a favor de los jóvenes rurales en América Latina: ¿Institucionalizando esfuerzos? Lima: Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y Organización de las Naciones
    Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

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