junio 2008, Volumen 24, Número 1
Agricultura sostenible y comercio justo

Comercio justo de la fruta: éxitos, retos y dilemas

DAVE BOSELIE | Página 5-7
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La introducción de estándares de certificación orgánica y comercio justo ha contribuido a incrementar el acceso de los agricultores de pequeña escala a los supermercados, un sector de rápida expansión en muchos países de Europa.

El aumento en la demanda de bananas puede traer beneficios, y también desafíos, a los productores de fruta en El Guabo, Ecuador / Foto: R. van den Bergh

Además de crear mejores condiciones para la producción y el comercio, el movimiento de comercio justo ha impulsado apoyos técnicos y financieros sustanciales para que los pequeños productores puedan mejorar sus capacidades. Uno de los principios fundamentales de la filosofía del comercio justo –la garantía de un precio mínimo– ha logrado que las asociaciones de productores cumplan con estándares básicos que respetan criterios sociales tales como salarios mínimos y el derecho de los trabajadores a organizarse.

Inicialmente, el comercio justo solo atrajo la atención de las asociaciones de productores minifundistas que operaban en un mercado especializado. Durante los últimos años, sin embargo, grandes operadores de frutas se han interesado en distribuir sus productos en el mercado “establecido”, los que incluyen compañías multinacionales de ventas de alimentos al por menor. Más allá de las críticas que pueda generar esta novedad, el hecho de que el comercio justo atraiga este interés resalta la creciente importancia que dan los consumidores a los valores éticos. En términos numéricos, el mercado todavía puede ser clasificado como pequeño o “de nicho”, pero los días del comercio justo limitado a pequeños productores y asociaciones alternativas de comercio han terminado. La llegada de las compañías multinacionales al terreno del comercio justo amenaza nuevamente con sacar a los minifundistas del mercado internacional de las ventas al por menor. El resultado inevitable de que estas compañías ofrezcan grandes cantidades de productos de comercio justo será que los precios bajen, e inevitablemente las economías de escala favorecerán a los productores más grandes. Esto genera la interrogante de cuál será la característica exclusiva de las asociaciones de productores minifundistas para inducir a la compra cuando el sello de comercio justo, o sello Fairtrade, sobre su producto ya no sea exclusivo.

Este artículo expone los retos que surgen con el crecimiento y los dilemas generados por la expansión de los mercados de exportación de comercio justo y orgánico, con base en las experiencias del agente más importante en Europa en cuanto a importación, distribución y mercadeo de fruta bajo lineamientos del comercio justo: AgroFair Ltd. Esta compañía fue establecida por una ONG holandesa en 1996, y fue la primera en el mundo en aplicar los estándares de las Organizaciones Internacionales de Sello y Garantía de Comercio Justo (FLO) a la industria de exportación de fruta. Lo característico de AgroFair es ser una compañía proveedora de servicios que coordina y facilita la logística y el procesamiento de productos sin ser dueña de una flota de camiones o instalaciones de maduración. La compañía representa en el mercado europeo los intereses de productores de los países en desarrollo. Su oficina principal está en Barendrecht, en los Países Bajos, y tiene filiales en Italia, el Reino Unido, Francia, los Estados Unidos y Finlandia.

Del mercado de “nicho” al “establecido”
Es probable que el mayor logro del comercio justo y los movimientos ambientalistas haya sido la aceptación de sus productos en las cadenas de supermercados de Europa y Norteamérica. Estas cadenas de ventas al por menor sirven a un número creciente de la población total, y ha sido esta demanda la que ha contribuido al crecimiento de más del 30 por ciento anual durante los últimos cuatro años de las operaciones de compañías de importación y distribución como AgroFair. Desde la perspectiva de los productores, sin embargo, este rápido crecimiento en la demanda de productos de alta calidad plantea diversos retos.

Elevación de los estándares de seguridad e inocuidad de los alimentos
Durante los últimos años hemos visto una escalada de los estándares de calidad de los alimentos y requisitos del mercado que continuamente obligan a los productores a mejorar sus instalaciones y su capacidad de gestión. Los estándares de inocuidad de alimentos como la norma GlobalGap y la Hazard Analysis and Critical Control Points (HACCP) obligan a los productores a invertir cantidades importantes de recursos en infraestructura para el manejo previo y posterior a la cosecha; sin embargo, a los pequeños productores se les hace difícil cumplir con estos requisitos. Por ello, AgroFair creó la Fundación de Asistencia y Desarrollo (AFAD) en 2002, para complementar su trabajo y encargarse específicamente de este tipo de problemas. Los expertos en calidad y certificación de AFAD instruyen a los administradores de calidad de las asociaciones de productores y los ponen en contacto con expertos locales y regionales para ayudarlos a mejorar sus habilidades en el manejo de calidad.

Economías de escala en crecimiento y competitividad
Además de crear oportunidades, el éxito actual del comercio justo y los mercados orgánicos también representa una enorme amenaza para los negocios de pequeña y mediana escala. El paso de ambas categorías de producción hacia el mercado establecido requiere economías de escala que las asociaciones de productores individuales no pueden lograr fácilmente. No es una exageración decir que los supermercados piden a gritos una rápida diversificación de la cartera de productos, pero a la vez quieren disminuir el número de proveedores. Asimismo, el rango geográfico de las fuentes de los productos de las compañías está en crecimiento, lo que genera una situación de mayor competencia entre los productores.

AgroFair ha tratado de resolver esto de diferentes maneras. Por ejemplo, vinculando a las compañías de importación y distribución con los productores, eliminando así intermediarios que no aportan ningún valor agregado al proceso de producción y exportación. Al mismo tiempo, AgroFair ha comenzado a organizar su programa global de proveedores formando alianzas estratégicas con ejes regionales, compañías de exportación o proveedores de servicios, todos los cuales pueden establecer contacto con una amplia cartera de productos y productores de la misma región. Ejemplos de estos ejes estratégicos regionales son WAFF Ltd. (Ghana), Cauquen (Argentina) y FruitOne (Sudáfrica).

Desarrollo de la organización y el liderazgo
Queda claro que para que los productores se comprometan con el comercio justo y los estándares orgánicos, AgroFair debe invertir en fortalecer las capacidades de los líderes individuales y de las asociaciones en los procesos de producción y comercio. Con este fin, el modelo de trabajo de AgroFair está basado en la propiedad conjunta y en estructuras participativas de gobierno. El 50 por ciento de las acciones de la compañía está en manos de la cooperativa internacional de productores de AgroFair (CPAF), mientras que el otro 50 por ciento está en manos de ONGs europeas y operaciones sostenibles con capital propio.

Nuevas barreras técnicas y no arancelarias para el comercio
En la actualidad al hablar de comercio a larga distancia se debate mucho en términos de “millas alimentarias” y “huellas de carbono”. Mientras los académicos y los formuladores de políticas siguen concentrados en buscar las mejores metodologías para medir el impacto ambiental, muchos vendedores al por menor han comenzado a incluir el origen de sus productos en sus etiquetas. Las asociaciones de productores temen que este tipo de identificación se convierta en una nueva barrera para el comercio, obstaculizando la introducción de productos de países en desarrollo al mercado. En este momento, AFAD colabora con el Instituto de Investigación en Economía Agrícola en La Haya, Países Bajos, para generar información acerca de la “huella de carbono” de algunas categorías de fruta. Estos estudios consideran la “huella de carbono” desde la perspectiva del manejo de las frutas, en especial de los plátanos y las piñas importadas desde Ecuador y Costa Rica.

Igualmente importante es el creciente uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC) como parte del comercio internacional. Estas incluyen tecnologías que facilitan el seguimiento de los productos o que contribuyen a vender productos específicos (a través, por ejemplo, de “portales virtuales”). Por lo general, estas tecnologías requieren alta especialización y grandes inversiones de dinero. Los supermercados promueven el uso de las herramientas TIC porque estas contribuyen a una mayor eficiencia y transparencia, pero muchos productores sienten que se trata de un requisito más que deben cumplir. La Fundación de Apoyo GET, una iniciativa que también tiene su sede en los Países Bajos, recientemente inauguró una página web que sirve para vincular a los productores de alimentos con los vendedores al por menor de una manera más transparente. Ese tipo de iniciativas proporciona a las asociaciones de productores una mayor cantidad de opciones para vender sus productos. Desde este año, los socios de AFAD en Marruecos, Ghana, Sudáfrica y Argentina están participando en proyectos piloto para probar nuevas oportunidades de acceso al mercado a través de este portal.

Más dilemas para el comercio justo
Aparte de los desafíos que son parte del crecimiento, hay otros dilemas que deberán ser tomados en cuenta a medida que el comercio justo se desarrolle.

Garantía de un precio mínimo
Garantizar un precio mínimo a los productores y trabajadores agrícolas ha sido el pilar fundamental del concepto de comercio justo. Sin embargo, la práctica diaria del negocio muestra algunos defectos. Ejemplo de esto es que las asociaciones de productores nunca pueden vender la totalidad de sus productos bajo condiciones de comercio justo. Las ventajas que implica tener el sello Comercio Justo se ven reducidas, ya que a las organizaciones que importan alimentos de comercio justo no les va muy bien en los mercados convencionales. Por ejemplo, las frutas frescas importadas son vendidas a consignación, lo que significa que el productor recibe un precio que depende de las fluctuaciones diarias del mercado y esto puede resultar en pérdidas. Por otro lado, la estrategia del precio mínimo no siempre refleja la dinámica del mercado: las tasas de cambio rápidamente variables y los costos (crecientes) de los insumos agrícolas han hecho que el establecer precios mínimos haya sido inútil en la mayoría de los casos. Muchos dicen que el sistema ha llegado a ser tan burocrático que el comité de comercio justo que se encarga de definir los precios no puede manejar eficientemente las revisiones de precios mínimos, y menos aún definir precios para nuevos productos.

La barrera de la “iniciativa nacional”
Cada país tiene una “iniciativa nacional” que determina si una compañía puede tener acceso a sus mercados. En muchos casos esto se rige por políticas arbitrarias. Por ejemplo, a AgroFair no se le permite vender sus productos cítricos de comercio justo en Suiza, aun cuando estos se venden en la Unión Europea. A esta situación se suma el que la balanza de la estructura de premios y tarifas del comercio justo parece inclinarse cada vez más a favor de las actividades del norte en la cadena de valor: actualmente, AgroFair paga una tasa más alta por kilogramo de piña a las iniciativas nacionales que por premios a los productores.

Perfil ideal del productor de comercio justo
Un último dilema es la definición del productor ideal de comercio justo. ¿Se refiere lo ideal al tamaño de la finca o al ingreso familiar? Distintos ejemplos demuestran que, en vez de utilizar el grado de cumplimiento con el código social de conducta (grado de control y propiedad conjunta) como criterios básicos para otorgar un certificado de comercio justo, el principal indicador ha sido el tamaño de la granja: pequeño. El establecer límites con respecto al tamaño de la finca crea un conflicto con el objetivo original de dar a los productores minifundistas acceso a los mercados de exportación: ¿cómo permitir que crezcan si les fijamos límites de tamaño? Es probable que elementos tales como propiedad compartida y la toma de decisiones en conjunto lleguen a ser los criterios más importantes para distinguirse de las compañías tradicionales de fruta que adoptan en número cada vez mayor el comercio justo.

Del mercado “establecido” al “global”
En vez de limitarse al mercado “establecido”, la siguiente fase del desarrollo del mercado de comercio justo será un cambio hacia lo “global”. En términos generales, esto se refiere a una mayor diversificación, agregando nuevas categorías de productos y aumentando las acciones del mercado. Desde la perspectiva de los proveedores, el continente africano expandirá aún más su rol como huerto de Europa y Asia. Esto tendrá un gran impacto en lo que se refiere a oportunidades de empleo, volumen de comercio e ingresos, lo que llevará a que se preste más atención a los programas para el desarrollo de los productores. Se hacen necesarias, por lo tanto, alianzas estratégicas para enfrentar estos retos y aprovechar las oportunidades.

Dave Boselie
AgroFair Assistance & Development Foundation (AFAD).
Koopliedenweg 10, 2991 LN Barendrecht, Países Bajos.
Correo electrónico: dave.boselie@agrofair.nl
http://www.agrofair.com

Referencias
– Codron, J.-M., L. Sirieix y T. Reardon, 2006. Social and environmental attributes of food products in an emerging mass market: Challenges of signalling and consumer perception, with European illustrations. Agriculture and Human Values, 23 (3).
– Meer, C.L.J. van der, 2006. Exclusion of small-scale farmers from coordinated supply chains. Market failure, policy failure or just economies of scale? En: R. Ruben, M. Slingerland y H. Nijhoff (eds.). Agro-food chains and networks for development. Springer, Dordrecht, Países Bajos.
– Reardon, T., 2006. The rapid rise of supermarkets and the use of private standards in their food procurement systems in developing countries. En: R. Ruben, M. Slingerland y H. Nijhoff (eds.). Agro-food chains and networks for develop-ment. Springer, Dordrecht, Países Bajos.

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