Orígenes de la infraestructura
En el altiplano de Puno, Perú, entre los 3.820 y 3.950 msnm, las culturas prehispánicas, pre inca e inca, basadas en el conocimiento de las variaciones topográficas y ecológicas de este espacio, así como en la organización social para el trabajo solidario, desarrollaron infraestructuras agrícolas como: andenes (‘pata patas’) en las laderas; canchones e irrigaciones (‘huyos e irpas’) al pie de los cerros; lagunas temporales (‘q’ochas ó q’otañas’) en las lomadas secas y camellones en las planicies con nivel freático alto e inundables por la crecida de los rios, lagunas y el lago Titicaca, en tiempo de lluvias.
A los camellones se les denomina ‘suka collos’ en el idioma aymara (surcos elevados) y, desde 1986, se les conoce como ‘waru waru’, topónimo quechua del distrito de Huata (Erickson -1985). Existen en Puno, alrededor de 102.440 hectáreas con vestigios de camellones (Díaz y Velásquez, 1991). Respecto a sus orígenes, se conoce por estudios arqueológicos que la construcción de los camellones en Puno se inició en el año 1.000 a.C. y su proceso de desarrollo abarcó 1.300 años. A partir del año 300 d.C. decae la intensidad de su uso, incluso se llegan a abandonar algunas áreas. Posiblemente en el año 1.000 d.C. se habría reiniciado su construcción. No se tienen referencias históricas de su uso entre 1450 y 1540 d.C, período inca en que se inicia la conquista y colonización española (Ericson, op cit).
Restos preincas de camellones; comunidad campesina Alto Catacha (Lampa, marzo 2001) / Foto: Alipio Canahua
Sin embargo, en la actualidad, las comunidades campesinas aún mantienen la técnica y los principios de manejo del agua, suelo y cultivos o agricultura en humedales y en zonas inundables, conocimientos que se han transmitido de generación en generación. Las evidencias se encuentran en los lugares inundables y pantanosos donde los agricultores de esta zona continúan haciendo camellones, generalmente de 2 a 10 m de ancho por 10 a 20 m de largo y 0.4 a 0.80 m de alto. Estas dimensiones pueden variar en función de la pendiente y el nivel del agua en el suelo. Los camellones de esta zona del altiplano de Puno están alternados y conectados con canales de agua, los mismos que cumplen funciones de captación, aducción y drenaje. A éstos, localmente se les denomina ‘wathus’, ‘wachus’ o ‘chapas’.
En el periodo de 1986 al 2001, las comunidades campesinas con apoyo de instituciones públicas y privadas, reconstruyeron alrededor de 4, 460 hectáreas de este sistema, para que éstas sean manejadas y ampliadas gradualmente sin intervención externa. El 37 por ciento de éstas (1, 685 ha/sistema) corresponde a 161 comunidades que trabajaron con la facilitación del proyecto «Waru waru: Riesgos y Desarrollo Agrícola del Altiplano», del convenio CARE PERU – Embajada Real de los Países Bajos (1992 – 2001). Los resultados y análisis de este artículo corresponden, en gran parte, a este proyecto.
Al inicio del Proyecto, se hizo evidente que las familias aymaras de la Zona Agroecológica (ZA) Circunslacustre afrontan problemas como: el minifundio, el sobre pastoreo de praderas naturales, la escasez de tierra para la agricultura por la erosión del suelo en las laderas y la destrucción paulatina de los andenes. Por otra parte, en el territorio de las comunidades quechuas del norte del departamento de Puno, se encuentra el 90 por ciento de las áreas con restos de camellones. Las comunidades de esta zona son adjudicatarias de las tierras reestructuradas de empresas asociativas (Sociedades Agrarias de Interés Social-SAIS y Cooperativas Agrarias de Producción CAP). Desde la época colonial y durante la república, hasta antes de la aplicación de la Reforma Agraria peruana de 1969, estas mismas tierras constituyeron latifundios extensos donde las áreas planas eran destinadas a praderas naturales para el pastoreo extensivo del ganado ovino y vacuno de propiedad de las haciendas. En estas praderas la agricultura fue muy restringida, hasta casi prohibida.
Funcionamiento del agrosistema de camellones o ‘waru waru’ dentro de la
relación suelo-agua-planta para contrarrestar los riesgos climaticos (A. Canahua)
En las comunidades de esta zona, el denominador común de las familias es el déficit de alimentos que cada año tienen durante los cinco a siete meses de estiaje (tiempo seco sin precipitación pluvial), con los consiguientes problemas de subalimentación, migración y conflictos sociales. Es por esto que se recurre a los camellones, como una de las opciones para lograr el desarrollo exitoso de los cultivos en esta zona de agricultura de alto riesgo. La revaloración y recuperación de esta antigua tecnología de manejo del suelo y agua de riego, permitió su reintroducción en el sistema de producción agrícola de las comunidades campesinas.
Resultados del proceso
En términos de las ventajas y limitaciones encontradas en este proceso de reintroducción de los ‘waru waru’ en el altiplano de Puno, los resultados más relevantes han sido los siguientes:
a. Una tecnología propia para recuperar áreas inundables y marginales
Las experiencias de este proyecto y las de otros similares demuestran que, en el contexto actual, el agroecosistema de camellones es una de las alternativas eficientes para recuperar áreas inundables y marginales de escaso valor biológico y económico para la agricultura convencional, así como también para la actividad agropastoril.
El principio está en la gestión y manejo del agua, suelo, cultivos y crianzas en un espacio geográfico, como una cuenca o microcuenca, (Canahua, et al – 2002). En este contexto, mediante los canales se logra la cosecha o acumulación del agua en periodos de sequías, y el drenaje en la época de inundaciones por crecidas del lago, lagunas y desbordes del cauce de los ríos. Por otra parte, el agua presente en los canales cumple funciones de subirrigación y termorregulación, por lo que es posible atenuar las heladas imprevistas durante los períodos de sequía, elevando localmente la temperatura ambiente en 1,6º a 2,7º grados centigrados (Aguilar, et al. 1998).
b. Eficiente sistema para el manejo de la fertilidad del suelo y mejoramiento de la productividad agrícola
La productividad de los cultivos está en función del manejo y mejoramiento de la fertilidad física, biológica y química de los camellones, además del drenaje, subirrigación y calidad de las semillas. La fertilidad de los suelos de los camellones reconstruidos es generalmente buena (1.5 a 5.3 por ciento de materia orgánica) por lo que la productividad de las cédulas de cultivos, en los primeros años, es alta. En éstos, la altura de la cama de cultivo no debe ser menor de 20 cm.
Para el mantenimiento y mejoramiento de la fertilidad de los suelos se recurre a técnicas tradicionales tales como: la reincorporación -cada tres a seis años- del suelo orgánico acumulado en los canales como parte del mantenimiento de los camellones; el cultivo de leguminosas como el tarwi o chocho ( Lupinus mutabilis Sweet.) y el haba (Vicia faba), que prosperan en los terrenos franco a franco arenosos de la ZA circunlacustre; y la incorporación de estiércol de ganado a razón de cuatro a siete t/ ha/neta.
c. Mejoramiento de la productividad de los cultivos andinos y adaptados
Se demuestra que, en las ZA circunslacustre y ‘suni’de Puno, los cultivos potenciales son los andinos y los adaptados a las condiciones climáticas del altiplano. Para la zona circunslacustre, la cédula y la rotación de cultivos se basan en: papa dulce (Solanum. tuberosum ssp andígena), quinua blanca (Chenopodium quinoa Willd.), cebada grano (Hordeum vulgare), habas (Vicia faba), tarwi (Lupinus mutábilis Sweet.) y hortalizas. Estos cultivos se alternan con periodos de descanso de uno a dos años.
En la ZA suni, por el mayor riesgo a las heladas, la rotación se hace en base a las papas amargas (Solanum juzepczukii Buk y S. curtilobun Juz), y dulce, cañihua (Chenopodium palledicaule Aellen.), cebada y avena forrajeras (Avena sativa), alternando estos cultivos con períodos de descanso de tres hasta diez años. Se ha ensayado y demostrado que, en estos años de descanso, es posible introducir plantas forrajeras como cultivos asociados, por ejemplo: alfalfa (Medicago sativa L.) y dactylis (Dactylis glomerata ), con lo cual se retoma el sistema agropastoril, además de mejorar la fertilidad del suelo.
Cultivo de variedades de papa en camellones; comunidad campesina Cuteni Capilla (Juli, febrero 2000) / Foto: Alipio Canahua
El cultivo en camellones de la papa, la quinua o la cañihua -especies tolerantes a los suelos salinos- contribuye a la seguridad de las cosechas y mejora la productividad, porque propicia condiciones favorables al desarrollo de las plantas, tales como la subirrigación, la fertilidad del suelo, el drenaje del camellón y la disminución del riesgo a las heladas.. En las nueve campañas agrícolas realizadas de 1992 a 2001 se obtuvieron, en promedio,rendimientos de 9.932, 768 y 865 kg/ha. El impacto es mucho mayor cuando se recuperan áreas marginales, como es el caso de los camellones en las riberas de los ríos y lagos o su uso para la recuperación de lagunas, donde, en algunos casos como el de la comunidad de Caritamaya (Acora), los rendimientos superaron los 19.500, 2.800 y 1.550 kg/há. ( CARE-Perú, 1996 y 2001).
d. Los canales disminuyen las plagas de hábitos epigeos
Los canales que alternan y rodean a los camellones, constituyen eficientes trampas para las plagas de insectos de hábitos epigeos. Es necesario, sin embargo, prevenir la infestación de plagas a través de las semillas.
La rotación de cultivos, alternada con años de descanso, además de recuperar la fertilidad del suelo, evita la proliferación de plagas, enfermedades y nemátodos. De manera que con el mejoramiento de la fertilidad del suelo, así como con el control natural de plagas y enfermedades, los camellones constituyen agro-ecosistemas para la producción agroecológica de cultivos, cuya demanda en el mercado internacional va en aumento.
e. Permiten contribuir a la seguridad alimentaria de las familias
En base al registro sistemático de los resultados de las cosechasde los cultivos en camellones, se estima que el promedio de la contribución de alimentos a la canasta familiar es del 28 por ciento, reduciéndose así su déficit de dos a cero meses. Inclusive, en algunos casos, se generan excedentes para el mercado y para compensar los años de pérdida de cosechas; tal es el caso de muchas comunidades ubicadas en otras zonas del departamento de Puno, donde se han recuperado antiguos camellones para incorporarlos al sistema productivo de los agricultores campesinos (Macaya, Piripirini y Catahui Cucho, en Azángaro; Suancata y Muyapampa en Juli, Ancorin Huaral en Lampa, Titihue en Huancané, San Juan de Aracachi en Kelluyo), Caritamaya en Acora).
f. Fortalecimiento de la organización de comunidades para la gestión
Las actividades de (re)construcción y producción agrícola en camellones mediante actividades de colaboración recíproca entre familias (‘ayni’y ‘minka’) contribuyeron al fortalecimiento de las 161 comunidades participantes en la gestión de los recursos naturales y procesos productivos. En los tres últimos años, ciento dos comunidades participantes fueron promovidas a Organizaciones de Segundo Nivel (OSN), por distrito y microcuenca. En este proceso se han aprendido lecciones y logrado experiencias interesantes: el agroecosistema de camellones constituye una forma de gestión del territorio y del agua, al interior de las comunidades y entre ellas. En relación al manejo del agua, las OSN han iniciado la concertación para la solución de conflictos de aducción y de drenaje entre comunidades. La formulación, facilitación e implementación del proyecto Plan Piloto de Gestión del Ambiente y del Agua en la Microcuenca San José, Azángaro, se basa en esta experiencia.
Las OSN son también espacios interesantes para la articulación organizada de productores con el mercado, asistencia técnica y gestión de proyectos complementarios. Por ejemplo, en el caso de la quinua, cada familia vende a los intermediarios entre 20 y 193 kilos/año. En mayo de 1999, seis OSN ofertaron 275 toneladas métricas de quinua, de mejor calidad y precio, a los agroindustriales de Puno y Juliaca (Amachi, 1999).
Limitaciones
En el contexto actual existen, también, limitaciones para la reconstrucción y manejo del agroecosistema de camellones:
a. Alta demanda de mano de obra y herramientas
Para la reconstrucción de una hectárea de camellones, en forma manual, se requiere de 380 a 860 jornales -según la dureza del suelo- y un equipo de herramientas como «chakitaklla» (arado de pie), picos, palas, carretillas y rastrillos. Al inicio del Proyecto la reconstrucción de camellones fue manual, por lo que las comunidades recibieron herramientas como parte del apoyo institucional. Ahora, varias comunidades de la zona han empezado a incorporar el tractor para la roturación del suelo, lo cual permite reducir el esfuerzo humano e incorporar más áreas al agroecosistema de camellones.
b. Esterilidad del suelo en la cama de cultivo
Este hecho es frecuente en los suelos agrícolas superficiales (menores de 20 cm.) y de horizontes inferiores con acumulación de carbonatos. La solución está en la incorporación de suelos fértile la cama, mediante su transporte desde lugares cercanos.
c. Gestión y manejo del agua y recontrol de su nivel
Los camellones son parte de la gestión del sistema hidrográfico, en una cuenca o subcuenca, y su funcionamiento es también consecuencia del control del nivel de agua en los canales. Pero con la parcelación de las tierras comunales, la fijación de linderos y la construcción de defensas ribereñas y carreteras, se ha dificultado el manejo del agua para la aducción y el drenaje.
De otra parte, por las variaciones extremas de la precipitación pluvial, en los años de sequía los canales están vacíos y en los lluviosos, inundados, provocando la pérdida de las cosechas. Por ello a las OSN les toca cumplir un rol importante en la gestión de conflictos. Es importante señalar que los camellones resultan ser adecuados para mejorar la productividad de los sembríos de quinua y cañihua, porque el exceso de agua en el suelo afecta su desarrollo, sin embargo son resistentes a la sequía y a los suelos salinos (halófilas) y responden bien a la materia orgánica residual del cultivo anterior (generalmente papa).
Uso actual y perspectivas
A 17 años de haberse iniciado la reintroducción del agroecosistema de camellones, es pertinente una mirada retrospectiva y prospectiva. En base a observaciones de campo y entrevistas con los líderes de las comunidades campesinas, es posible afirmar que el estado actual de las 4.460 ha/sistema de camellones varía. Algunos han sido abandonados, gran parte está en descanso y otros en uso intensivo.
Cerca del 20 por ciento de los camellones reconstruidos ha sido abandonado, algunos por la esterilidad de sus suelos y el consiguiente bajo o nulo rendimiento de los cultivos; otros, porque han vuelto a ser destinados a la producción ganadera por constituir pasturas de buena productividad. .
Los camellones declarados en descanso son alrededor del 50 por ciento, y están en su mayor parte en las comunidades de la ZA suni, al norte del Lago Titicaca. Sus propietarios sostienen que es importante hacerlos descansar, alternando el cultivo con el pastoreo para la recuperación de la fertilidad del suelo. Los camellones que están en uso regular a intensivo se encuentran en comunidades circundantes al lago y cerca de los ríos, donde el minifundio es predominante. El incremento del nivel de las aguas y las inundaciones favorecen a estas comunidades, con limo fértil y la eliminación de plagas potenciales.
Volviendo a los camellones en descanso prolongado se percibe que, en términos generales, entre las causas que lo determinan están el costo de la mano de obra y la disponibilidad de tierras para el pastoreo. Desde esta perspectiva la agricultura en los camellones es, en general, para la seguridad alimentaria. Los ingresos monetarios provienen de la ganadería y otras actividades económicas.
Conclusiones y lecciones aprendidas
a. El agroecosistema de camellones, es una de las alternativas que poseen los agricultores para recuperar áreas inundables y marginales, cuyo principio está en la subirrigación, drenaje y termorregulación del ambiente. La lección aprendida es que para su reintroducción y desarrollo agrícola, es fundamental el conocimiento de los procesos agroecológicos, organizacionales y culturales de las comunidades campesinas.
b. La reintroducción de los camellones o waru-waru al sistema global de producción campesina y desarrollo agrícola, depende de las condiciones de los componentes agua, suelo y cultivos en una cuenca hidrográfica, y por consiguiente de las propuestas técnicas para su mejora y conservación. Otro factor de importancia para la sostenibilidad de este agroecosistema es el fortalecimiento de la organización de las comunidades campesinas para su gestión. Una de las lecciones aprendidas es que el fortalecimiento organizacional es un proceso, complejo y lento, de acción e interaprendizaje, su efectividad está en el respeto a las organizaciones comunales establecidas. Estas ejercen el control social y de gobierno en su territorio, mantienen niveles de cohesión para la consecución de objetivos comunes de sus asociados, garantizan la calidad y representatividad de sus líderes en concordancia con las expectativas de la comunidad, realizan asistencia técnica y la gestión de proyectos complementarios y la compra/ venta asociada y rápida de sus productos e insumos.
c. El agroecosistema de camellones es un componente más del sistema de producción agropecuaria de las comunidades y parcialidades; su contribución es básicamente para la seguridad alimentaria de las familias que las integran. Sin embargo, con el mejoramiento de la tecnología de reconstrucción -con intervención de maquinaria agrícola- y gestión del agua en espacios mayores, como cuencas y microcuencas, es posible la producción de cultivos en mayor escala para su comercialización en el mercado.
Alipio Canahua Murillo
Oficina Regional Puno de CARE PERU
Telef. 51 51 352982. Puno, Perú
Email: canahuaa@puno.care.org.pe
Raúl Ho
CARE PERU
Telef. 51 1 4317430. Lima, Perú
Email: Ho@care.org.pe
Referencias
– Amachi, F. 1999. Potencial de mercado para quinua y papa amarga del área de influencia del proyecto Waru waru II. Informe Técnico, Oficina Regional Puno. CARE – PERU.
– Aguilar P.C., Canahua A, Cutipa Z. 1998. Variación de las temperaturas mínimas en Agroecosistema Waru Waru. Informe Técnico. Proyecto Waru Waru. CARE Perú. Embajada Holanda. Puno, Perú. 15 p.
– Canahua, A., M. Tapia, Z. Cutipa y A. Ichuta. 2002. Gestión del espacio agrícola (Aynokas) y agrobiodiversidad en papa y quinua en las comunidades campesinas de Puno. En SEPIA IX. Edit. SEPIA – CARE –OXFAM. Lima, Perú.
– CARE – PERU. 1996 y 2001. Oficina Regional Puno. Informes finales de los proyectos Waru waru I y Waru waru II. Puno, Perú.
– Díaz, C. y E. Velásquez. 1991. Inventario de infraestructuras agrícolas andinas en Puno. En Seminario Perú – Bolivia sobre investigació en Camellones. Convenio COTESU/IC – PELT/INADE. Puno, Perú.
– Erikson, C. 1985. Cronología de Camellones en la Cuenca del Lago Titicaca. En 45 Congreso Internacional de Americanistas. 1 al 7 de julio de 1985. Bogotá, Colombia.
– Tapia, M. 1997. Los sistemas de producción agrícola campesina en los Andes del Perú. En: La sostenibilidad de los sistemas de producción campesina en los andes. CONDESAN, Lima 12, Perú.