enero 2001, Volumen 16, Número 3
Cultivando en el bosque

Los ovinos en la agricultura integral de los tzotziles

J. NAHED-TORAL, Q. LÓPEZ-TIRADO, T. ALEMÁN-SANTILLÁN, A. ALUJA-SCHUNEMANN Y M. PARRA- VÁZQUEZ | Página
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En las montañas templadas de la región de Los Altos de Chiapas (3,456.5 km2), en la frontera sur de México, los tzotziles practican una agricultura de ladera. Se distingue por el uso integral y diversificado de los recursos naturales, a través del manejo de distintos sistemas de producción, con arreglos espaciales complejos, enlazados entre sí por flujos de energía y circulación de materiales. Los campesinos no manejan las plantas o los animales en forma aislada, sino la totalidad de la unidad de producción familiar, con toda su complejidad biológica, sociocultural, económica y política.

En este contexto, la ovinocultura constituye el elemento básico en la conformación de la identidad de las mujeres tzotziles. Se trata de una actividad productiva netamente femenina, que aporta más del 30% del ingreso global (monetario y autoconsumo) de las unidades de producción familiar ovinocultoras (UPFO). En este artículo se analiza la importancia de la producción ovina como eje central de la estrategia de manejo integral de la agricultura Tzotzil, reflexionando sobre sus limitantes, la selección de posibles alternativas y los escenarios consecuentes.

Importancia de los ovinos en la estrategia productiva

Taller de diagnóstico con pastoras tzotziles

Las estrategias productivas tzotziles contienen importantes elementos de sostenibilidad que han permitido la permanencia del grupo hasta nuestros días. Al interior de la UPFO la ovinocultura cumple tres funciones importantes: 1) ecológica, ya que permite el flujo de nutrimentos y la circulación de materiales entre los sistemas agrícolas y forestales, mediante la rotación en el uso del suelo, el aprovechamiento del follaje de algunas especies leñosas, arvenses de las parcelas de cultivo y esquilmos agrícolas que complementan la alimentación de los ovinos, así mismo el estiércol se emplea para la fertilización de los cultivos, especialmente de pequeños predios con hortalizas; 2) económica, dada por el aporte monetario a través de la venta de animales y obtención de lana para la producción de artesanías para la venta; dinero que se emplea para la compra de alimentos, ropa, así como para cubrir los costos del tratamiento de enfermedades de la familia. Además, ambas actividades subsidian en buena medida a la producción agrícola a través de la compra de fertilizantes, insecticidas y herbicidas, como parte de la estrategia de reproducción de las UPFO; y 3) sociocultural, por la utilización de la fibra de lana como materia prima fundamental para elaborar su indumentaria tradicional, elemento de gran importancia en el mantenimiento de la identidad cultural de los tzotziles.

Puntos críticos de la sostenibilidad

Aunque los elementos de sostenibilidad están presentes en la organización productiva, la eficiencia de la ovinocultura disminuye debido a procesos socioambientales que no son controlados por las comunidades campesinas. En primer lugar, se observa un crecimiento acelerado de la población indígena en las últimas décadas y la consecuente escasez de tierra agrícola, lo cual ejerce gran presión sobre los recursos naturales y ocasiona una competencia permanente por el uso del suelo para fines pastoriles, agrícolas o forestales.

En el aspecto ecológico, este proceso conduce a un cambio en el patrón de uso del suelo. También manifiesta una clara tendencia hacia el incremento de la superficie de labranza, ya que ello les permite la producción de alimentos en un plazo corto, en detrimento de la superficie de pastos y bosques, y conlleva a la intensificación de la ovinocultura en un esquema agrosilvopastoril. Sin embargo, dicho proceso de intensificación resulta ineficiente, en tanto se basa en el incremento de la frecuencia de utilización de los suelos, lo que impide que éstos recuperen su fertilidad en forma natural. La reducción del tiempo de descanso del suelo, la mayor presión por unidad de área pastoreada y la falta de mecanismos artificiales que permitan su recuperación conduce a una explotación netamente extractiva, la cual genera cada vez mayor degradación de los pastizales y menor productividad primaria y secundaria.

Los beneficios económicos que la producción ovina genera se ven igualmente afectados, debido al fuerte intermediarismo en la comercialización de ovinos en pie, de lana y de textiles. Esto causa falta de equidad en la distribución de los ingresos, y contribuye a que la reinversión económica al sistema de producción ovina, incluyendo la producción de textiles, sea incipiente y no muestre tendencia alguna de fortalecimiento, limitando las posibilidades de desarrollo técnico. Aunado a lo anterior, existe alta inversión en tiempo dedicado al pastoreo de los minúsculos rebaños (10 ovinos en promedio), debido a la falta de organización de las pastoras, lo que conduce a una baja productividad de la mano de obra.

Por otra parte, las mismas necesidades crecientes de la población indígena dan origen a una mayor demanda de fibra de lana y estiércol, lo que explica que el número de cabezas de ovinos casi se duplicara en 20 años (189.3 % de 1950 a 1970; SE, 1957; SIC, 1975). Posteriormente, de 1970 a 1990, la población ovina disminuyó en un 40.43 % (SIC, 1975; INEGI,1994), relacionado particularmente con la disminución de la superficies de pastos en una proporción mayor (88.4 %), evidenciando la gravedad de los problemas de sobrepastoreo y desnutrición de los animales. La reducción de la producción de lana y estiércol ha impactado negativamente a la cultura Tzotzil, con el abandono de la vestimenta tradicional y el uso creciente de agroquímicos en la agricultura.

Esta situación se agrava aun más con el proceso de apertura de la economía mexicana para insertarse a nuevos mercados internacionales, acorde con las tendencias globalizadoras mundiales. Este nuevo modelo económico neoliberal -en el que prima la productividad, la eficiencia y la competitividad, en donde los sujetos se miden en el mercado- choca con la lógica de producción de los Tzotziles, cuyo propósito primordial es el autoabastecimiento para lograr la sobrevivencia física y cultural. En este contexto, el Estado mexicano ha suspendido los escasos programas de atención al sector rural, agudizando la marginación social de las comunidades Tzotziles.

Pastoreo de ovinos en pastizales degradados, en los altos de Chiapas, México / Foto: Angel Martinez Vazquez

La estrategia para abordar esta problemática consistió en partir de la forma en que las pastoras la perciben, con la finalidad de iniciar procesos de transformación paulatina que desde el principio contaran con su participación. Empezamos por sistematizar las necesidades sentidas de las pastoras y productores, y así elaborar una matriz (Cuadro 1), utilizada como filtro para seleccionar alternativas tecnológicas posibles de ser adoptadas. Algunas alternativas prometedoras se evaluaron inicialmente a través de investigación experimental en parcelas y rebaños de productores individuales; y posteriormente, mediante investigación experimental participativa, organización, capacitación y validación con grupos de pastoras. Con estas experiencias fue posible observar que la principal dificultad para la selección y adopción de alternativas tecnológicas es la falta de evaluaciones económicas y sociales.

Es posible esperar que la adopción de algunas alternativas tecnológicas inicie procesos de transformación necesarios para encaminar la situación actual hacia escenarios más deseables, sin perder de vista que sólo la participación consciente de los productores orientará el cambio en el sentido que ellos deseen. Conviene considerar este proceso de desarrollo alternativo como una secuencia, no necesariamente lineal, pero que se inicia con alternativas relacionadas con la intensificación, la conservación y el uso eficiente de los recursos productivos. Esta secuencia debe tomar en cuenta las estrategias productivas tzotziles de:

1.Sostenibilidad ecológica. Se requiere revertir el balance negativo de nutrimentos del sistema, lo que conduciría a que la salud, la eficiencia reproductiva y la producción animal sean mejoradas significativamente. Las propuestas de cambio técnico (Cuadro 1) deben ir acompañadas de prácticas de manejo que contribuyan a mantener el equilibrio del sistema, como la extracción de animales de los rebaños, pues de lo contrario el incremento de la población ovina conduciría nuevamente a una fuerte presión por el uso de los recursos, al deterioro y a la baja productividad animal.

2.Sostenibilidad socioeconómica. Se requiere propiciar la venta directa de ovinos en pie y de artesanías de lana en el mercado, con lo que se reduciría el intermediarismo, y permitiría que las UPFO obtengan mayores ingresos, mejorando la productividad de la fuerza de trabajo, y logrando mayores posibilidades de reinversión económica para el desarrollo tecnológico. Desde el punto de vista social, la organización para la producción y comercialización podría redundar en una mayor equidad económica y bienestar social, al dejar los intermediarios de tener el control del intercambio económico.

3.Sostenibilidad cultural. La adecuación de algunas tecnologías al sistema de producción ovina permitiría que el sistema se mantenga vigente, y de esta forma la fibra de lana continuará siendo la materia prima fundamental para elaborar la indumentaria tradicional.

Nadie pone en duda la importancia y la vigencia de las estrategias productivas indígenas, sin embargo, las comunidades campesinas están inmersas en procesos socioeconómicos y políticos de carácter global, que limitan severamente su permanencia. Es necesario que cualquier intento de desarrollo rural parta de las estrategias locales, que identifique sus limitaciones y potencialidades con la finalidad de diseñar alternativas apropiadas a cada circunstancia. Nuestro trabajo en Los Altos de Chiapas, se sustenta en esta perspectiva.

 

J. Nahed-Toral, Q. López-Tirado, T. Alemán-Santillán, A. Aluja-Schunemann y M. Parra- Vázquez

J. Nahed-Toral
Email: josenahed@scl.ecosur.mx

Referencias
INEGI. 1994. VII Censo agrícola-ganadero. Estado de Chiapas, 1991. Resultados definitivos. Tomo I y II. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Aguascalientes, México. pp: 26-31, 1078-1105.
SE. 1957. Tercer Censo agrícola, ganadero y ejidal 1950 Chiapas. Secretaria de Economía, Dirección General de Estadística, Talleres Gráficos de la Nación, México. pp: 48-56, 355-372.
SIC. 1975. V Censo agrícola-ganadero y ejidal. Estado de Chiapas, 1970. Secretaria de Industria y Comercio, Dirección General de Estadística. Talleres Gráficos de la Nación. México. pp: 5-13, 251-259.

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