enero 2001, Volumen 16, Número 3
Cultivando en el bosque

Buscando sistemas de agricultura sustentable en la costa de Oaxaca

HELADIO REYES CRUZ | Página
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Experiencias campesinas de la costa

Suelo cubierto por materia orgánica con 3 años sin quema de los residuos. Se tiene una capa de más de 15 cm como colchón

Las parcelas agrícolas en la costa de Oaxaca tradicionalmente han sido cultivadas bajo el sistema de roza, tumba y quema (RTQ). Aunque este método tenia sus ventajas, actualmente, ante la limitada disposición de tierras y el incremento de la población, no es posible establecer periodos tan largos (10-15 años) de descanso de los suelos. Esto origina parcelas con un decreciente potencial de producción, trayendo como consecuencia una dependencia de insumos externos (fertilizantes y plaguicidas) por parte de los productores.

Una solución definitiva puede ser el cultivo de plantas de cobertura, como se describe adelante. Pero como una innovación de esta naturaleza no se adopta con extrema rapidez, la organización Ecosta Yutu Cuii (Árbol verde) decidió trabajar simultáneamente en la innovación y en el mejoramiento de la quema, que muchos campesinos siguen realizando.

Un problema importante del sistema RTQ es que el fuego no siempre se detiene en los linderos del predio sujeto a la quema, sino que brinca a terrenos contiguos y provoca incendios forestales, lo que a su vez reduce la futura disponibilidad de suelos cultivables por el aporte acumulado de hojarasca.

Para enfrentar este problema, se alentó a la organización comunitaria para practicar la quema controlada y programada. De este modo se establece un turno de quemas, en las que cada campesino es acompañado por brigadas previamente capacitadas que le ayudan a establecer brechas cortafuego o «guarda rayas». Asimismo, extremar las precauciones, como quemar al atardecer y sobre todo vigilar el avance del fuego, para que en caso de que escape al exterior del predio, pueda ser rápidamente extinguido con herramientas manuales.

El acuerdo comunitario especifica, además, que si alguno no respeta el turno y se provoca algún incendio será sancionado económicamente por la autoridad local.

Como resultado de esta actividad participan 1,000 agricultores de 17 comunidades, cubriendo una superficie de 400 hectáreas agrícolas, protegiendo 16,000 has de bosque (selva baja caducifolia).

La alternativa: Desde hace 5 años la organización Ecosta Yutu Cuii ha promovido y fomentado el uso de leguminosas de cobertura con el fin de mejorar la fertilidad de suelo, tanto por su aporte de materia orgánica como por su fijación directa de nitrógeno. Actualmente más de 350 pequeños productores en 15 comunidades han experimentado y se han apropiado de estas técnicas.

Aunque se trabaja principalmente con el frijol terciopelo Mucuna pruriens, por su alta capacidad de crecimiento y aporte de fertilidad al suelo, también se ha fomentado el uso del «frijol gandul» (Dolicos lablab, Canavalia ensiformis) y «frijol arroz» (Vigna sinensis).

Un primer punto de comparación, lo encontramos al mandar analizar muestras de suelos de parcelas con condiciones similares pero que han sido manejadas una con cultivos de cobertura por un año y la otra quemando los residuos agrícolas, el análisis demuestra contrastes importantes:

Cuadro 1. Efecto químico de la quema

Parcela

pH

M.ORG.
%
N TOTAL
%
P2O
ppm
KO2
Meq/100g

Quema de residuos

Sin quema de residuos

5.85

6.02

2.436

3.228

0.169

0.202

9.5

49.65

0.427

0.569

Cuadro 2

Cobertura o tratamiento testigo

Pérdida
LTS/HA.

Pérdida acumulada de
Suelo: Kg por /ha.
SOLO (TESTIGO)CANAVALIA

MUCUNA

86,123.8

55,436.0

46,546.27

1,657

397

42

Esta situación fue asociada con una coloración verde pálida de las plantas, tallos delgados; síntomas inequívocos de deficiencia de nitrógeno en el lote donde se quemaron los residuos, y con un color verde más oscuro en plantas más vigorosas que crecieron donde por un año se habían dejado los residuos de cosecha. La situación anterior pone de manifiesto la importancia de no realizar quemas y dejar sobre el suelo los residuos de cosecha.

Es de notar por otra parte la pérdida de fósforo a consecuencia de la quema.

Aunque se han visto resultados alentadores y previsibles en cuanto a la estructura y fertilidad del suelo como resultados previsibles, hemos encontrado situaciones importantes en el control de malezas y la erosión de suelos. Sobre este último aspecto, comentaremos datos que fueron tomados por los campesinos cooperantes y analizados en colaboración con el campo experimental del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias..

En 1999 se inicia la medición del suelo y agua arrastrados por la precipitación pluvial, para ello los productores establecen 3 parcelas de maíz manejados con diferentes asociaciones de cultivos de cobertura: con frijol terciopelo, con canavalia y el maíz sin asociación bajo un sistema tradicional de RTQ. Todas estas parcelas fueron establecidas en una ladera con 30% de pendiente

La medición del agua retenida por la parcela y el suelo arrastrado, después de dos ciclos con cultivo de cobertera, nos da una idea de la importancia del frijol terciopelo en la conservación del suelo.

Estos resultados indican que un suelo desnudo en ladera o pendiente, en comparación con otro con cubierta protectora, pierde más agua y suelo por arrastre por la acción de la lluvia.

El color intenso y el vigor de las plantas fue otra de las características diferenciadas entre los tratamientos en el lapso de su crecimiento, así como el estrés presente en los periodos de sequía.

Finalmente, en cuanto al rendimiento, es notable la diferencia entre el maíz asociado con mucuna y los otros tratamientos, como se aprecia en el cuadro 3.

Cuadro 3. Producción de grano de maíz de temporal con y sin cultivos de cobertera

Parcela

Grano limpio
Kg / ha

Grano podrido
Kg / ha
Total producción

Con mucuna

Con canavalia

Testigo

1,076586

579

248414

477

1,3241000

1056

Centro rústico de producción de organismos benéficos

Como se notará, el sistema con frijol terciopelo produjo una mayor cantidad de grano limpio y una menor proporción de grano podrido, mientras que entre la canavalia y el cultivo sin cobertura se mantuvo una diferencia mínima, aunque finalmente la canavalia permitió una mayor cantidad de grano limpio.

En lo que refiere a los agroquímicos, se ha tratado de reducir su uso fomentando otras alternativas, tales como el control biológico de plagas y el uso de plaguicidas botánicos.

En el primer caso, ante la presencia de la mosca prieta en 4000 ha de limón, se promovió una campaña de control biológico, logrando involucrar a la Junta Local de Sanidad Vegetal (después de algunos intentos y fracasos con control químico). Así se desencadenó una intensa campaña de control biológico usando la técnica de traslado de enemigos naturales y midiendo los niveles de parasitismo. La actividad resultò muy exitosa, ya que después de 7 meses la plaga fue controlada sólo con control biológico, gracias a la avispa Prospaltela opulenta.

Esto permitió que se promoviera la creación de un pequeño centro de reproducción de organismos benéficos, por parte de las organizaciones: Junta de Sanidad Vegetal y Ecosta Yutu Cuii. También se inició la formación de personal local que pudiera desarrollar las actividades y se buscaron opciones de financiamiento, a lo que respondieron los mismos productores de la zona, asignando 10 centavos mexicanos (aprox. un centavo de dólar americano) por cada caja de limón producido, dinero administrado por la Junta de Sanidad Vegetal.

Se cuenta, además, con un pequeño laboratorio en donde se reproducen las especies Bracon s.p, Trichogramma sp., y Crisoperla carnea, con las cuales se atiende una superficie promedio de 400 ha anualmente de cultivos básicos y frutales.

En cuanto a los plaguicidas botánicos se han establecido plantaciones del árbol nim (Azadirachta indica), de donde se extrae un insecticida botánico al que se le ha denominado «CostNim». Al año se distribuye una tonelada del plaguicida entre los productores locales y organizaciones que impulsan actividades de producción orgánica.

En la actualidad se está construyendo el Centro de producción de plaguicidas naturales, que pretende dar apoyo en el manejo integral de plagas a todos aquellos agricultores que experimentan el manejo orgánico en sus cultivos.

Aunque se han tenido algunos logros importantes, sin embargo, existen limitantes en diversos aspectos que han impedido que estas iniciativas sean implementadas por un mayor número de productores, desde aquellas incógnitas técnicas que tienen que evaluarse localmente, hasta situaciones de falta de financiamiento o divisionismo partidista en las comunidades.

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