junio 2000, Volumen 15, Número 4 - 3
Semillas para la agrobiodiversidad (número doble)

Eco-papas: Hacia la agroecología a través de la conservación de papas

LARRY M. FROLICH, STEPHEN SHERWOOD, ARLO HEMPHILL Y ESMERALDA GUEVARA | Página
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Carchi, la provincia al extremo norte del Ecuador, es diferente por su cultura, su terreno y las prácticas agrícolas, y nunca estuvo bajo la influencia de los Incas. El campo tiene relativamente poca influencia quechua o indígena.

Al contrario de otras provincias en la sierra que se ven dominadas por volcanes cubiertos de nieve, Carchi tiene cordilleras occidentales y orientales bien definidas, que bordean un valle central, de rica agricultura. En lo alto de ambas cordilleras hay una extensa llanura andina, o páramo, cubierta de pasto. En el lado occidental, de esta región hay una de las mayores áreas naturales del país, la Reserva Ecológica El Ángel. En el margen oriental, la ladera interandina tiene una amplia franja de 40.000 hectáreas de bosque, que quizá es el mejor ejemplo de una vegetación interandina relativamente primitiva en los Andes del norte. El bosque está en laderas empinadas entre tierras agrícolas cultivadas y los páramos de alta montaña.

Es probable que el páramo haya sido usado por pequeñas poblaciones pre-colombinas como ruta comercial y para una agricultura limitada, a pequeña escala, en las tierras planas del piso de valle interandino. Aún hoy, la población de Carchi es escasa para una provincia de la sierra, y no hay todavía mucha presión por talar el bosque para obtener leña. Durante la colonia se crearon centros poblados, con grandes haciendas en el piso de valle, alrededor de las ciudades de San Gabriel y Tulcán. Pero, la colonización de los lados del valle, en pueblos rurales donde predominan las pequeñas fincas, sólo comenzó en el siglo pasado.

Inicialmente, los colonos rurales -en su mayor parte trabajadores de las haciendas- limpiaron pequeños parches de tierra, y plantaron una mezcla de papas y otros tubérculos andinos, para comercio y subsistencia, el clásico sistema ‘huasipungo’. La infraestructura de transporte y comunicaciones era primitiva o no existía, y no se conocían técnicas agrícolas de procedencia industrial. Cuando mejoraron las carreteras y se construyeron caminos secundarios, entre los primeros productos que capitalizaron el acceso al nuevo mercado estuvieron los fertilizantes y plaguicidas químicos.

Pérdida de productividad y biodiversidad

No existen registros estadísticos, pero según los agricultores de mayor edad, los fertilizantes químicos incrementaron dramáticamente los rendimientos de producción de papas al principio, llegando frecuentemente a alcanzar la impresionante cantidad de 40-60 toneladas por hectárea. Con el tiempo, los rendimientos decayeron, aparentemente debido a la pérdida de resistencia a plagas de insectos y a enfermedades fúngicas. Esto impulsó la aplicación de plaguicidas químicos a gran escala. Hoy, los rendimientos promedio son de solamente 21,3 toneladas por hectárea (Crissman et al., 1998) a pesar de la continua aplicación de grandes dosis de fertilizantes y plaguicidas químicos. El uso de plaguicidas ha causado casos graves de envenenamiento entre la población de las fincas. Los efectos de los residuos en los productos alimentarios entre los consumidores no son conocidos pero es probable que sean importantes (Cole et al., 1995).

El sistema de cultivo con uso intensivo de insumos químicos que hoy predomina en toda la provincia, ha producido la pérdida de la fertilidad del suelo. Las tierras del piso de valle, otrora con uno de los suelos de más rica calidad, donde se encuentran algunos de los primeros terrenos que fueron usados para monocultivos intensivos de papas para el mercado, está ahora casi exclusivamente dedicado al pastoreo y a la producción de vacas lecheras. Las suaves laderas del valle bajo, con 20 a 30 años de historia de producción de papas con uso intensivo de insumos químicos, requieren más tiempo de período de barbecho entre siembras, y aún así, los rendimientos siguen bajando. Los rendimientos más altos y los menores períodos en barbecho se encuentran ahora en las tierras boscosas altas de las laderas empinadas del valle, que han sido limpiadas recientemente. Por eso, aún cuando la presión por cortar los árboles del bosque para leña es relativamente baja, los agricultores continúan desplazándose hacia lo alto de las laderas del valle para aclarar la tierra y mejorar la producción de papas (Frolich et al., 1998; Frolich y Guevara, en prensa).

Carchi es la única provincia de la sierra que no tiene escasez de agua, probablemente debido a la presencia de la gran franja de bosque de nubes, interandino. Además, el bosque es una fuente importante de materia orgánica. Sin embargo, si continúa la tala del bosque y el daño del suelo debido al uso de productos químicos, el sistema podría fácilmente degradarse y convertirse en la tierra rocosa y arenosa que se ve más al sur, donde los bosques han desaparecido completamente. Parecería entonces que a la larga, el monocultivo de papas, con uso intensivo de productos químicos, no sería sostenible.

Tratando de superar la pérdida de la productividad, los servicios nacionales agrícolas ecuatorianos han introducido una serie de variedades de papas genéticamente mejoradas. Estas variedades comprenden más del 90% del total de la producción y generalmente muestran un incremento inicial de la producción y resistencia a plagas y enfermedades, especialmente el tizón tardío Phytophtora infestans. Sin embargo, con el tiempo declina la producción y se pierde la resistencia. Generalmente se cruzan las nuevas variedades con una reserva genética de las viejas variedades, limitando de esa forma la actual diversidad. Los agricultores siguen cultivando dos o tres variedades locales o variedades ‘chaucha’. Estas usualmente se siembran en pequeñas cantidades para consumo doméstico o para venderlas en el mercado cercano. Aunque todavía se recuerdan decenas o centenas de variedades que eran cultivadas solamente hace una generación, esas variedades locales ya no se encuentran en el área.

El proyecto Eco-Papas

El proyecto Eco-Papas tiene un enfoque amplio: reintroducción de técnicas agrícolas biológicas y ecológicas que disminuyan la importancia de insumos químicos y que se orienten hacia un agroecosistema más estable y sostenible. Desafortunadamente, éste no es un simple re-aprendizaje ni una re-introducción de olvidados sistemas de siembra. La realidad es que la introducción de la agricultura semi-industrializada ha cambiado el paisaje y sus elementos, y es necesario reinventar y adaptar a las condiciones existentes.

Hay tres líneas de acción dentro del proyecto Eco-Papas: mantenimiento y mejoramiento del suelo, manejo integrado de plagas y enfermedades, y reintroducción de la biodiversidad de cultivos.

El principio que guía el proyecto Eco-Papas es la idea de que los suelos sanos, con vida, proporcionan una base estable donde se pueden hacer y manejar otros ajustes y mejoras al sistema de producción. Quizá el peor daño que se ha hecho al suelo en Carchi es la virtual desaparición de micro y macro-organismos de la tierra después de repetidas siembras de papa. La causa de la «muerte» del suelo es dudosa, pero lo más probable es que esté relacionada con un desequilibrio de nutrientes después del uso, y con frecuencia, abuso, de fertilizantes químicos baratos, y posiblemente, por fumigaciones con plaguicidas.

Técnicas agrícolas integradas

El proyecto Eco-Papas está investigando esta pérdida de la biodiversidad del suelo en parcelas de prueba donde se hace una distinción entre los efectos de la aplicación de fertilizantes y plaguicidas. Además, el proyecto promueve técnicas agrícolas integradas, tales como el uso de abono verde especialmente en suelos muy dañados o «muertos»; cultivos intercalados y rotación de cultivos en especial con leguminosas; incorporación de materia orgánica y fertilizantes de origen animal; y labranza limitada y cultivos de cubierta. Con un suelo saludable, manejado biológicamente, es posible romper la extrema dependencia de insumos químicos externos, importados. Los fertilizantes y los plaguicidas continuarán teniendo cierta función, pero lo ideal es una finca bien manejada con fuertes bases biológicas, y un uso mínimo de insumos químicos.

Junto con INIAP, Eco-Papas ha conducido experimentos sobre la reducción de insumos químicos. Los resultados iniciales en una parcela de prueba de una hectárea, indican que el rendimiento promedio es de unas 10 toneladas por hectárea, pero a menos de la mitad de los costos normales de producción, usando variedades resistentes, técnicas de manejo integrado de plagas y un buen manejo del suelo. El lugar del experimento había estado en barbecho durante seis años antes de que las papas fueran plantadas, el uso de estiércol animal y compost retuvo microorganismos del suelo, y sólo necesitó aplicaciones mínimas de fertilizantes. Después de la cosecha, era evidente la usual diversidad de la micro flora y micro fauna del suelo.

Al igual que con el enfoque de manejo integrado de suelo, el proyecto Eco-Papas promueve el uso de una gama de tecnologías biológicas para prevenir problemas de plagas y de enfermedades (Barrera et al., 1998). Se usan técnicas para atrapar y reducir poblaciones adultas de insectos dañinos. Además, se está estudiando la posibilidad de control de endopatógenos. Finalmente, los cultivos intercalados y las siembras de especies con propiedades naturales contra los insectos en los cercos vivos, han dado resultados positivos. Un problema particularmente pernicioso es el tizón tardío, que aparentemente se puede enfrentar mejor buscando variedades resistentes.
Introduciendo nuevamente una diversidad

Quizá el componente más importante del proyecto Eco-Papas ha sido la conservación en las fincas y la reintroducción de biodiversidad de la papa. Las variedades locales genéticamente mejoradas pueden ser la clave para la resistencia natural contra plagas. Una condición previa para esto es una fuerte base económica, predecible a largo plazo, que ofrezca muchos productos diferentes. Un corolario importante para obtener papas sanas, ecológicamente producidas, es la apertura de demanda en el mercado local para ese tipo de papa. Para adoptar un sistema más saludable de cultivos de papas, es importante crear consciencia de esto, vía capacitación de agricultores, campañas en escuelas y de información para el público en general. Una pequeña feria agrícola local organizada en 1999, por ejemplo, estimuló el interés en cultivar papas tradicionales con bajos insumos químicos para mercados locales.

Para reintroducir diversidad genética en el sistema global de cultivo de papas, el primer paso es desarrollar bancos de semillas vivas en las fincas, de variedades de papas genéticamente mejoradas y también de variedades locales tradicionales. Este banco de diversidad genética necesita ser ampliado, repetido, adaptado a las condiciones locales y manejado por agricultores locales con ayuda del personal de extensión. En este momento, se están cultivando unas 40 variedades y éstas se conservan en dos fincas locales. Los agricultores están llevando a cabo un análisis sobre la resistencia a plagas de las variedades locales en la colección ‘in vivo’, para evaluar las variedades que se pueden usar en los programas locales de mejoramiento y de fitomejoramiento genético.

Partiendo de una colección inicial de 70 cultivares y variedades locales recolectadas en Ecuador y Colombia, se han encontrado 40 que producen buenas semillas viables y un tubérculo deseable. De éstas, 30 son variedades locales y 10 son variedades genéticamente mejoradas. Las parcelas de producción mixta para esas variedades emplean un manejo integrado de plagas y otras técnicas, tales como descartar selectivamente las plantas posiblemente enfermas, para producir semillas de alta calidad. Usando la cosecha de las parcelas actuales, debería ser posible producir media tonelada de semillas de cada variedad, en el transcurso de un año. Hasta ahora, la producción de semillas ha estado totalmente manejada por agricultores locales, que dedican pequeñas parcelas a la producción de semillas a cambio de la mitad de la cosecha.
Un interés ampliamente difundido

Quizá el resultado preliminar más positivo del proyecto Eco-Papas ha sido el interés general de los agricultores locales y su compromiso. Los socios de la cooperativa agrícola local participan en el manejo de la parcela de ensayo y en la producción de semillas orgánicas. Junto con el INIAP, estas iniciativas se difunden ahora a otros pueblos y comunidades. Varios agricultores han plantado en sus propios huertos variedades tradicionales, sin la intervención del proyecto. El siguiente paso del proyecto es establecer un manejo local del banco de variedades de papa, junto con cursos en campo sobre el uso de nuevas variedades en regímenes de bajos insumos químicos.

 

Larry M. Frolich, Stephen Sherwood, Arlo Hemphill y Esmeralda Guevara

Larry M. Frolich, Pontificia Universidad Católica del Ecuador – Sede Ibarra (PUCE-I). Av. Aurelio Espinosa Pólit, Ciudadela «La Victoria», Apartado Postal 10-01-734. Teléfono: (593-6) 643-501. Fax: (593-6) 641-786.
E-mail: puceiba1@uio.telconet.net; larry@uio.satnet.net.

Stephen Sherwood, Centro Internacional de la Papa, Quito, Ecuador.

Arlo Hemphill y Esmeralda Guevara, Fundación Juan Sacha, Quito, Ecuador.

Referencias

Cole, D.C., F. Carpio, J.A. Julian y N. León. 1995. Health impacts of pesticide use in Carchi farm populations. pp. 209-229. En: Crissman, C., J.M. Antle y S.M. Capalbo. 1998. Economic, environmental, and health tradeoffs in agriculture: pesticides and the sustainability of Andean potato production. Kluwer Academic Publishers. pp. 281.

Crissman, C.C., P. Espinosa, C.E.H. Ducrot, D.C. Cole y F. Carpio. 1998. The case study site: physical, health and potato farming systems in Carchi province. En: Crissman, C., J.M. Antle y S.M. Capalbo. 1998. Economic, environmental, and health tradeoffs in agriculture: pesticides and the sustainability of Andean potato production. Kluwer Academic Publishers. pp. 85-121.

Frolich, L.M., E. Guevara y M. Fry. 1998. Ecotourism at the Guandera Reserve in northern Ecuador: potatoes and cloud forest in conflict. Planetic Platica, febrero 1998. Web: http://www.planeta.com/

Frolich, L.M. y E. Guevara (en prensa). The role of family-based agricultural innovation in conserving tropical montane cloud forest: the Guandera Project in Northern Ecuador. Memorias de III Simposio Internacional Desarrollo Sustentable de Montañas. CEPEIGE, Quito, Ecuador.

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