diciembre 2018, volumen 34, número 4
Tierra y territorio

Cajamarca, Colombia: entre el oro a cielo abierto y la agroecología a campo abierto. Estrategias de persistencia social y productiva

LUIS FELIPE CARRANZA ROJAS, ÁLVARO ACEVEDO-OSORIO | Página 32-34
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Colombia, como otros países de América Latina, está inmersa en un modelo de desarrollo extractivista con propuestas de empresas multinacionales que incluyen megaproyectos de minería, hidrocarburos y agroindustria. Este modelo es atractivo para la economía global, por lo que los gobiernos recientes han flexibilizado su legislación ambiental y minera para hacer al país más atractivo para la inversión extranjera, llegando incluso a pasar sobre los derechos de las comunidades (Göbel y Ulloa, 2014).

Una de estas multinacionales es la Anglogold Ashanti (AGA), que llegó al país con el interés de explorar yacimientos mineros en diferentes lugares del territorio nacional. Se han estructurado hasta el momento tres grandes proyectos mineros: Gramalote en el municipio de San Roque, Antioquia; Quebradona en Jericó, Antioquia, y La Colosa en Cajamarca, Tolima (mapa 1). Se estima que en el país están las mayores reservas de oro previstas por AGA (CSC, 2013), especialmente en la mina La Colosa, con una tasa de producción estimada entre 591 600 y 1 035 300 onzas de oro por año (CSC, 2013) superando la producción de las más grandes minas productoras de oro del mundo, ubicadas en Sudáfrica y administradas también por AGA.

La explotación de oro a cielo abierto es conocida por los daños ambientales que ocasiona, como la contaminación de fuentes hídricas, la pérdida de flora y fauna, cambios topográficos y alteración de los suelos y, por otro lado, por sus impactos sociales, como el encarecimiento del costo de vida, la migración de población, el cambio en las actividades económicas, así como la desestructuración de las redes comunitarias que dan soporte a los territorios.

El municipio de Cajamarca se ha destacado por su alta producción agrícola de alimentos de la canasta básica, llegando a conocerse como “La despensa agrícola de Colombia”. Desde hace más de 20 años, la Asociación de Productores de la Cuenca del Río Anaime (APACRA) ha consolidado una propuesta productiva que surgió de procesos de formación agroecológica, evolucionó hacia procesos de transformación y aprovechamiento sostenible de la agrobiodiversidad regional y, más recientemente, hacia la defensa del territorio amenazado por el proyecto de la mina La Colosa. En este artículo se muestra la evolución que ha tenido la asociación y la manera en que esta propuesta de producción agroecológica ha logrado constituirse en alternativa para hacer frente al conflicto socioambiental que amenaza a este territorio productor de alimentos.

La práctica agroecológica en APACRA

APACRA surgió a partir de un proceso de capacitación denominado Escuela de Sistemas Productivos, desarrollado por la ONG Semillas de Agua, que derivó en el mejoramiento de fincas a partir de la agroecología. El proyecto buscaba la protección y manejo adecuado de la cuenca del río Anaime para la protección del agua. La capacitación fue fundamentalmente práctica y se realizó en las fincas de los participantes. En este primer proceso de capacitación, que se desarrolló entre 1998 y 2002, participaron 45 productores.

Las principales actividades técnicas para la producción implementadas en las fincas fueron la preparación de abonos orgánicos, huertas, filtros de purificación de agua, biodigestores, prácticas de conservación de suelos, reforestación, protección de la fauna silvestre y control natural de plagas.

El procesamiento agroindustrial con aprovechamiento de la agrobiodiversidad regional, comenzó con la preparación de galletas de chachafruto (Erythrina edulis), una leguminosa arbórea con granos comestibles de alto valor proteico. Después de muchos ensayos, con esta especie se logró un producto estrella para la venta. En 2001 se instaló el primer punto de venta en la plaza principal de Cajamarca, una caseta artesanal para la venta de productos elaborados por los socios de APACRA. La tienda comenzó con productos frescos de las huertas, especialmente hortalizas. Posteriormente, con el proceso agroindustrial en pequeña escala, se elaboran para la venta yogures de papayuela (Vasconcellea pubescens), cidra (Sechium edule), café (Coffea arábiga), gulupa (Passiflora pinnatistipula) y mora (Rubus glaucus); dulces de papayuela, tortas de zanahoria (Daucus carota), arequipe o manjar de arracacha (Arracacia xanthorrhiza).

El emprendimiento con base en la producción agroecológica ha logrado consolidar 26 productos diferentes en el mercado y una planta de procesamiento que desde hace cinco años cuenta con asesoría profesional de un ingeniero de alimentos y es administrada por una de las socias de APACRA.

Las innovaciones han sido de las mujeres dado que estas ideas comenzaron en sus cocinas. Los varones apoyan en la producción de la materia prima pero los procesos de transformación los realizan las mujeres.

De esta manera a partir de un proceso de formación y práctica de la agroecología, se dio origen a un emprendimiento que ha traspasado la frontera local, ha posicionado productos con identidad regional y ha generado una alternativa productiva y económica que garantiza la conservación de los recursos naturales, la organización de los productores, el despliegue de su creatividad y mejores condiciones de bienestar para estas familias agricultoras en la región.

La sociedad civil contra la minería

Con la presencia de AGA y su intención de explotar la mina La Colosa en Cajamarca, la comunidad inició diferentes procesos de movilización para alertar y cuestionar el accionar de la empresa. Marchas, demandas, comunicados, expresiones culturales de protesta e incluso alianzas con figuras políticas se han constituido en el repertorio de movilización de quienes están a favor o en contra del proyecto minero. Cajamarca pasó de ser un municipio con baja movilización ciudadana a emprender procesos de resistencia que hoy son hitos a nivel nacional.

Los agricultores locales eran conscientes del riesgo de un proyecto de esa magnitud para su economía, su cultura y su estilo de vida. La defensa de la vocación agrícola y la vida campesina fue el principal argumento alrededor del cual la comunidad se articuló para movilizarse en contra del proyecto minero La Colosa.

Las multinacionales mineras tienen un fuerte apoyo del Estado central, que les brinda garantías administrativas y legales para desarrollar proyectos mineros en el país. En cambio, las economías campesinas se encuentran en una creciente crisis por diversos factores: la falta de apoyo estatal, el conflicto armado, la creciente importación de alimentos, el alto costo de los insumos y el cambio climático. De esta situación se aprovechan las empresas y el Estado para vender los proyectos mineros como la solución a la crisis económica que afrontan las economías campesinas, planteando que dichos proyectos pueden ofrecer mejores condiciones laborales a las comunidades.

La campaña de resistencia por parte de la comunidad es liderada por un comité de varias asociaciones conformado en 2011: la red de Organizaciones Sociales y Ambientales de Anaime (OSADA) se convirtió poco después en el Comité Ambiental y Campesino de Cajamarca y Anaime, al cual pertenece APACRA desde sus inicios. Entre otras acciones, el comité analiza permanentemente los acontecimientos alrededor de la mina. Desde 2016 se dedicaron esfuerzos a la organización de la consulta popular realizada el 26 de marzo de 2017. Para APACRA, participar de este movimiento significó tomar una posición política de protección del territorio y defensa de las formas de vida propias; la gente de la región consideraba que APACRA tenía que participar en esta campaña en contra de la minería por ser precisamente los “cuidadores del ambiente”. En alianza con otras organizaciones locales, APACRA logró adquirir la fuerza necesaria para incidir políticamente en contra de la mina, algo que no hubiera podido hacer como organización aislada.

Entre todas las actividades realizadas en contra de la mina, la estrategia que mayor impacto ha generado ha sido la “consulta popular”, iniciativa de participación ciudadana reconocida en la Constitución nacional, donde se preguntó por la conveniencia o no de que dicho proyecto se desarrollara en el territorio. El resultado de este proceso democrático fue una victoria contundente para el movimiento que se resiste al proyecto La Colosa, pues de los 6296 votos válidos que se registraron, 6165 (98%) fueron por el NO, frente a 76 (1,2%) por el SÍ, constituyéndose en una innegable manifestación pública de la comunidad de Cajamarca que expresó su negativa a que se realicen actividades mineras en el municipio. Tras este resultado, la multinacional AGA tuvo que frenar sus actividades de exploración.

La construcción de una alternativa productiva de base agroecológica frente a la minería

Durante el proceso de movilización en contra del proyecto minero La Colosa, uno de los retos más difíciles para el movimiento fue la construcción de alternativas frente al modelo económico minero; se trata de un sistema basado en la agricultura convencional que no genera considerables activos, frente a la megaminería que atrae una gran cantidad de dinero como regalías, empleo e inversión social. Las multinacionales aprovechan la precariedad de las economías locales para ganar la voluntad de los pobladores al convertirlos en beneficiarios de pequeños proyectos productivos o vincularlos laboralmente a sus proyectos.

Las socias. Cristian David Espitia

En este sentido toma relevancia la propuesta de APACRA, que se formó 20 años antes de la llegada del proyecto minero, como una propuesta alternativa de agricultura en el municipio. A través de la agroecología lograron una producción de alimentos sanos para el autoconsumo y el mercado sin afectar a la naturaleza; generaron una alternativa económica sostenible por su calidad y rentabilidad al dar valor agregado a su producción agropecuaria a partir de los recursos de la agrobiodiversidad regional. La propuesta de APACRA ha sido reconocida por el movimiento social contra La Colosa como una alternativa efectiva. Desde el punto de vista ambiental, garantiza la conservación de suelos y el uso sostenible del agua; conserva la biodiversidad y el paisaje del territorio. Desde el punto de vista sociocultural, impulsa los procesos de organización para la producción y comercialización de productos sanos, protege el legado de conocimientos propios de los agricultores y fortalece procesos de identidad territorial. Desde el punto de vista político, apuesta por la justicia social y ambiental en medio de la crisis generada por la explotación minera en esta “despensa agrícola”. En la propuesta agroecológica de APACRA, la población de Cajamarca encontró los argumentos esenciales para oponerse al proyecto minero de La Colosa.

La experiencia de APACRA demuestra que el territorio tiene capacidades humanas y sociales para enfrentar el riesgo de la megaminería con creatividad y afirmación de su identidad agraria. La historia de APACRA como organización que evoluciona desde la transformación productiva de base agroecológica hasta la defensa del territorio y un discurso sobre el buen vivir estructurado en su larga experiencia, representa una oportunidad importante para que las comunidades del territorio analicen su pertinencia como un referente alternativo de desarrollo, nacido en la autonomía de las comunidades que han configurado el territorio donde habitan. Distintos estudios realizados en contextos de conflictos socioambientales centrados en minería ratifican la importancia de estas iniciativas locales (Jiménez, Doughman y Montoya, 2013).

La sociedad debe reconocer no solo el triunfo político de la comunidad de Cajamarca, que rechaza democráticamente la explotación minera en el territorio, sino también fortalecer iniciativas como la producción agroecológica por su alto potencial para revitalizar la territorialidad de un país rico en recursos naturales y culturales como Colombia.

Luis Felipe Carranza Rojas
Politólogo. Universidad del Tolima.
luisfeliperojas1994@gmail.com

Álvaro Acevedo-Osorio
Doctor en agroecología. Profesor de la Universidad Nacional de Colombia.
aacevedoo@unal.edu.co

Referencias

  • Colombia Solidarity Campaign (CSC). 2013. La Colosa: Una muerte anunciada. Informe alternativo acerca del proyecto de minería de oro de Anglogold Ashanti en Cajamarca, Tolima, Colombia. Londres.
  • Göbel, B., y Ulloa, A. 2014. Extractivismo minero en Colombia y América Latina. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
  • Jiménez, N., Doughman, R., y Montoya, L. 2017. Las Cajamarcas: el buen vivir como tejido de lazos alternativos al extractivismo y a los conflictos eco-territoriales en Colombia Perú. Revista de conflictos sociales latinoamericanos 5, pp. 76-92.

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