Gracias a la cooperación de Ayuda en Acción, la propuesta se inició con la instalación de seis parcelas agroecológicas en seis caseríos del distrito de Bambamarca, incrementándose hasta el año 2002 a diez parcelas.
Esta propuesta de parcelas agroecológicas ha sido validada con la participación de los mismos actores: los agricultores campesinos. Esto ha permitido organizar a 70 familias más en siete redes de productores agroecológicos, quienes han replicado la propuesta en sus propias parcelas. Los integrantes de cada red participan, de forma rotativa, en los trabajos planificados en la parcela bajo el criterio de un trabajo cooperativo y de bien común, convirtiendo estos espacios en centros de investigación, enseñanza-aprendizaje e interaprendizaje para los socios, población de Bambamarca y de la región. También las parcelas agroecológicas son lugares de intercambio de experiencias en donde permanentemente se realizan pasantías.
La puesta en marcha de la propuesta comienza con la identificación de los actores por parte de los mismos socios integrantes de las redes, quienes son los que deciden aceptar o rechazar a los nuevos miembros de acuerdo a la vocación de trabajo y grado de compromiso que muestren en el desarrollo de la propuesta.
La metodología de determinación y ordenamiento de los espacios de la parcela es participativa e intervienen los diversos actores de la propuesta: la familia, los miembros de otras redes y el equipo técnico. Se utiliza la técnica del mapeo: la familia elabora primero un mapa de la situación actual de la parcela y luego otro donde indica cómo quiere que sea su parcela en un futuro próximo, de tres a cinco años. Todos los miembros de la familia participan activamente en este ordenamiento, aportando con criterios e ideas de su propia experiencia que son complementados con los aportes de los otros integrantes de las redes y del equipo técnico.
En esta perspectiva de ordenamiento espacial de la parcela se consideró que ésta debería manejarse teniendo en cuenta las siguientes áreas:
Agrícola: se tiene en cuenta la aptitud de los suelos realizando obras de conservación de suelos para instalar y desarrollar cultivos que se adapten a la zona, mejoren la alimentación de la familia y produzcan excedentes comercializables.
Pecuaria: destinada a la crianza tecnificada de animales menores (cuyes, gallinas de postura, conejos), como complemento de la alimentación familiar y comercialización de los excedentes.
Forestal: diseñada para la promoción y producción de plantones forestales y frutales con el propósito de realizar plantaciones en pequeños bosquetes y sistemas agrosilvopastoriles.
Piscícola: orientada a la producción de pescado para el consumo familiar, y además como centro de capacitación e interaprendizaje.
Apícola: para la instalación de apiarios con el propósito de complementar la alimentación y mejorar los ingresos económicos de las familias.
De abonos orgánicos: área de aprovechamiento eficiente de la biomasa producida por los animales domésticos y la obtenida a través de la producción de compost y humus de lombriz para el mejoramiento de los suelos.
El ámbito de intervención del Proyecto de Desarrollo Integral Andino (PRODIA) comprende 44 caseríos del Distrito de Bambamarca, Provincia de Hualgayoc, y tres caseríos del Distrito de Chalamarca, Provincia de Chota, ambos en el Departamento de Cajamarca. Estos caseríos se encuentran en alturas que van desde los 1.900 a 4.000 metros sobre el nivel del mar. En el piso del valle los suelos son profundos, con clima templado y disponibilidad de recurso hídrico; en las laderas, el suelo es poco profundo y con escasa cobertura vegetal, presentando un alto grado de erosión, precipitaciones pluviales moderadas, topografía accidentada. En los 3.000 a 4.000 msnm se ubica la ‘jalca’ o páramo de la alta montaña del norte del Perú, con suelos oscuros y profundos y pendientes ligeramente moderadas, fuerte precipitación pluvial y bajas temperaturas en ciertas épocas del año. La población se concentra mayormente en la ladera y jalca, en pequeños centros poblados rurales, sin embargo predomina la dispersión de viviendas con grandes distancias entre unas y otras.
En lo que respecta a la parte productiva, se caracteriza por ser de minifundio, pues el 80% de las unidades de producción agropecuaria posee parcelas de 0,5 hectáreas en promedio y que en conjunto representan el 47% de la superficie aprovechable; las parcelas de 5 a 10 hectáreas representan el 13% de las unidades y abarcan el 24% del área cultivable. Esta concentración de tierras es más notoria en las parcelas de 10 a 50 hectáreas, que si bien alcanzan el 7% de las unidades de producción, poseen sin embargo el 24% de la superficie agrícola aprovechable.
La superficie bajo riego es del 21% y el 79% son tierras de secano, es decir, la gran mayoría de productores depende de las precipitaciones pluviales para sus cultivos. La principal actividad económica es la agropecuaria para el autoconsumo, y la cría de ganado vacuno, ovino, porcino y de animales menores, con bajos niveles productivos.
Innovaciones
Durante el proceso de desarrollo de la propuesta inicial se fueron realizando algunas innovaciones a la forma convencional de cultivar, de criar animales y de aprovechar los recursos potenciales del agroecosistema, con la finalidad de diversificar la alimentación de la familia y de producir excedentes para el mercado:
se destinaron espacios para la producción de cultivos alternativos (plantas aromáticas, frutales nativos, fresa, alcachofa, yacón, etc.);
se diseñaron y construyeron pequeños establos para el manejo estabulado de dos vacas de la raza Holstein;
en el área forestal se han instalado plantas de aliso (Alnus acuminata) como cortinas rompevientos, cercos perimetrales, terrazas de formación lenta y pequeños bosquetes (el aliso es un árbol que enriquece el suelo por fijación del nitrógeno del aire y por el aporte permanente de materia orgánica);
se han introducido frutales nativos y exóticos, especialmente de algunas especies a las que las familias no les daban importancia como el tomatillo (Lycopersicon pimpinellifolium), el sauco (Sambucus peruviana) y la zarzamora (Rubus sp.);
se inició la producción de estiércol líquido enriquecido con sales minerales y con plantas de la misma zona, preparado por las mismas familias, de igual manera se ha masificado la producción de humus de lombriz para el aprovechamiento del purín (una mezcla líquida de un 20 a 25 por ciento de estiércol y un 80 a 85 por ciento de orina, rico en nitrógeno, aminoácidos y microelementos que incrementan la actividad microbiana).Impactos y aprendizajes extraídos de la implementación de las parcelas agroecológicas
Conservación de suelos, plantaciones frutales, pastos mejorados, cultivos alternativos en la parcela agroeológica Chala Alan / Foto: Orlando Cadenillas
La propuesta agroecológica en condiciones de sierra en Bambamarca, ha permitido consolidar la organización y relaciones familiares. Los padres y los hijos tienen mejores relaciones de convivencia, se involucran permanentemente en el trabajo cooperativo y de interaprendizaje; los jefes de familia lideran los procesos de desarrollo de sus caseríos, y las familias se han integrado a la comunidad con propuestas innovadoras. Se han mejorado las condiciones socioeconómicas de las familias participantes; así mismo la parcela agroecológica sirve como un centro de investigación, capacitación e interaprendizaje para la comunidad local, distrital y de la región, donde se forman los pobladores con capacidad de gestión y liderazgo que velan por el desarrollo de sus caseríos.
En el aspecto social, a nivel familiar, se han creado nuevos hábitos de consumo y prácticas alimenticias. Ahora la familia participa integralmente en las labores culturales de la parcela; la esposa participa en la toma de decisiones sobre los aspectos de la producción y comercialización y también en la toma de decisiones en bien del desarrollo de su caserío. A nivel comunal, los jefes de familia ocupan cargos importantes dentro de sus comunidades. Las esposas, al igual que los hijos, también aceptan cargos y participan activamente en la toma de decisiones y planificación del desarrollo de sus comunidades. Actualmente vienen animando a otras personas de sus caseríos para que se integren a esta propuesta de trabajo, para que mejoren sus ingresos, su calidad de vida y eviten viajar a otras partes del país en busca de mejoras económicas.
En el aspecto tecnológico productivo, las tecnologías existentes se han fortalecido y las nuevas han permitido incrementar el rendimiento de los cultivos y crianzas (en papa se ha logrado aumentar la producción de 6 a 14 toneladas/hectárea; en la producción de leche, de un promedio existente de 6 litros/vaca/día, se ha aumentado a 20 litros/vaca/día; la producción promedio de alfalfa, de 12 toneladas/hectárea/corte cada 60 días, con la variedad pallasquina, se ha incrementado a 30 toneladas/hectárea/corte cada 35 días, con variedades de alfalfa Moapa, Aragón y California, y la producción de rye grass de 8 toneladas/hectárea/corte cada 60 días, ha aumentado a 45 toneladas/hectárea/corte cada 45 días).
Además de estos resultados, se han obtenido también los siguientes:
Se ha masificado la producción de estiércol líquido enriquecido con sales minerales, así como la producción de compost y humus de lombriz, lo cual ha hecho posible que las familias logren cultivos más resistentes a plagas y enfermedades, con mayor rendimiento.
El manejo técnico de las abejas ha incrementado la producción de miel.
Los cultivos alternativos han permitido diversificar y mejorar la alimentación de la familia y crear nuevos hábitos de consumo, aumentando la posibilidad de comercialización de la producción agrícola de la familia.
La instalación de sistemas de riego tecnificado por aspersión y goteo permite optimizar el uso del agua e incrementar las áreas cultivadas y la productividad.
La crianza tecnificada de animales menores (cuyes) ha disminuido los efectos de consanguinidad y ha aumentado la productividad, obteniéndose un promedio de producción de tres crías por parto.
Se ha pasado de una crianza extensiva de pastoreo a la estaca a una crianza estabulada de ganado vacuno lechero, incrementando la producción de leche.
Los suelos de ladera han sido recuperados a través de la construcción de terrazas, acequias de infiltración, abonamiento orgánico con compost y humus de lombriz, cultivo de maíz y leguminosas de grano (arveja) e implementación de sistemas agrosilvopastoriles. Todo esto ha permitido el incremento del área cultivada y la capitalización de la parcela.
Las piscigranjas con la producción de carpas (Cyprinus carpio) han despertado el interés por el consumo de pescado fresco y la crianza de peces ornamentales para la venta.
En la rentabilidad de la producción: la crianza mejorada de cuyes ha incrementado la producción y productividad, el precio de venta es ahora mayor por la calidad de los animales: cuyes de 30 días de edad pueden ser vendidos en el mercado a 10 nuevos soles o más.
La introducción de vacas de raza Holstein ha permitido aumentar la producción de leche, lo que genera mayores ingresos para las familias.
Los cultivos de papa y maíz con un manejo adecuado y un abonamineto orgánico han incrementado su producción; se han incorporado a la dieta alimenticia las hortalizas y se está rescatando el cultivo de plantas aromáticas, la producción está orientada a la seguridad alimentaria y los excedentes son vendidos al mercado, de donde la familia obtiene otros ingresos económicos.
Las colmenas de abejas instaladas por las familias (cuatro en promedio) a un costo inicial de 245 nuevos soles por colmena han incrementado la producción de miel de 12 a 18 kg colmena, obteniéndose tres cosechas por año que se venden a 10 nuevos soles por kilogramo, lo que significa ingresos económicos adicionales para las familias.
Algunas parcelas que producen excedentes de forraje (alfalfa, rye grass) lo comercializan dentro de la comunidad, generando otros ingresos.
Los productores se han convertido en capacitadores de otros actores que impulsan la propuesta y sus parcelas son los principales centros de capacitación y pasantías permanentes de los pobladores de Bambamarca y de toda la región. Los testimonios de Julio Ruíz Vilas y Narciso Tinoco, conductores de las parcelas agroecológicas de Chalapampa Bajo y la Hualanga, corroboran lo antes mencionado (ver recuadro).
Los actores informan
Julio Ruíz Vilas: parcela agroecológica Chalapampa Bajo, presentación de mapa de visión de futuro / Foto: Orlando Cadenillas
Don Narciso Tinoco: «Nosotros partimos de cero, en un inicio era una zona despoblada de árboles y de cultivos, no se podía cultivar nada en este lugar, pero con la ayuda de PRODIA, últimamente nos hemos quedado maravillados, se puede hacer todo en cualquier lugar, en cualquier terreno, se puede sembrar árboles para mejorar el microclima, nosotros también tenemos nuestras abejas, tenemos un palomar, con la experiencia de la Granja Porcón que hemos visitado y podido replicar en nuestra parcela, la convertiremos en un centro turístico».
«Ahora hemos formado un grupo de familiares y vecinos y pretendemos convertir a la Hualanga en un lugar verde, más que todo al ver que ya tenemos la pequeña parcela, los pinos, los cercos de ciprés, la alfalfa, las abejas, todo eso, es un ingreso económico para nosotros, sobre todo la gente se ha comprometido en convertir, hoy en adelante a la Hualanga, en una zona verde porque ha visto la muestra y lo que se pretende en la parcela, todos los comuneros pretendemos tener un zoológico, donde rescatemos los animales en vías de extinción como el venado, la perdiz, la vizcacha y otros animales que antes existieron en la Hualanga».
Don Julio Ruíz Vilas: «Todo el trabajo que venimos realizando en nuestra parcela es con nuestra familia, tenemos programado lo que vamos a realizar durante la semana en la chacra, este trabajo nos ha unido más a la familia y ahora estamos saliendo adelante, con la parcela hemos mejorado la producción, nuestra alimentación y la economía».
Parcela agroecológica La Hualanga de Florencio Tinoco con plantaciones forestales y apicultura
«Cada día que amanece con mi esposa y mis hijos conversamos y salimos a ver nuestro trabajo y nos encanta mirar lo que con esfuerzo hemos logrado transformar a nuestra chacra y ser visitados por nuestros amigos todos los días donde les explico cómo venimos trabajando y cómo ellos también deben hacer en sus parcelas, muchos de ellos se van muy contentos y lo están aplicando en algunas partes».
«Con todo lo que hemos conseguido nosotros seguimos innovando cada día y les recomiendo a nuestros amigos campesinos que cuiden su chacra porque de ella nos alimentamos, que siembren árboles, que abonen con abonos naturales, para dejarle a nuestros hijos terrenos con mejores condiciones, para que los niños no sufran en el futuro».
Reflexiones finales
El revalorar y hacer productivos los pequeños espacios agrícolas –organizándolos y diversificándolos– y donde las familias puedan fortalecer sus relaciones no solo de trabajo sino también de convivencia, así como generar los ingresos que contribuyan a fortalecer la economía familiar y a lograr, por consiguiente, mejores condiciones para alcanzar una vida digna, es el objetivo de esta propuesta trabajada en forma conjunta entre los agricultores participantes y los técnicos de PRODIA en los centros experimentales y en cada una de las parcelas agroecológicas. Estos centros experimentales se han convertido en lugares de interaprendizaje a través de las prácticas demostrativas que facilitan la construcción de nuevos conocimientos para ser aplicados y adecuados a otras realidades, en condiciones similares.
La experiencia y los resultados que se vienen dando en las más de 70 parcelas agroecológicas conducidas por las familias agricultoras de Bambamarca, con el asesoramiento de PRODIA y apoyo de Ayuda en Acción, permiten apreciar la importancia de esta propuesta de desarrollo para las familias agricultoras de pequeña escala en condiciones de alta montaña tropical, demostrando que en pequeños espacios se puede desarrollar una agricultura y ganadería viable, replicable y sostenible.
William Orlando Cadenillas
PRODIA-Cajamarca, Perú