El valor de los sistemas pecuarios
Los sistemas pecuarios permiten explotar lugares no aptos para la agricultura, como sucede en las alturas de los Andes. En una estrecha integración con el sistema agrícola, un sistema pecuario puede utilizar los desechos de los cultivos, haciendo posible una agricultura eficiente y sostenible con un mínimo de riesgos. Los sistemas pecuarios pueden producir gran variedad de productos, dar fuerza de tracción o servir como caja de ahorros. También proporcionan abono para los cultivos, pero los animales no «producen» N, P, K (nitrógeno, fósforo, potasio) o micronutrientes.
En nuestro caso, en el Municipio de Vacas (el Municipio de Vacas se ubica en la provincia de Arani, del Departamento de Cochabamba, a 90 Km. de la ciudad y a una altura entre 3400 y 4400 m.s.n.m), el ganado, especialmente las ovejas, durante el día come y concentra minerales de los pastizales que traslada al corral mediante el estiércol. El agricultor pone el estiércol en la superficie mucho más pequeña de la chacra, mejorando así la fertilidad del suelo al utilizar, en forma concentrada, los nutrientes provenientes de pastizales con extensiones mucho mayores a las de su chacra.
Casos en que la ganadería no mejora la fertilidad del suelo
En el Municipio de Vacas y en muchos otros municipios existe una presión demográfica grande. La agricultura, especialmente el cultivo de papa, es en el Municipio de Vacas más importante que la ganadería. El ganado, especialmente las ovejas, se considera como una caja de ahorros. Por la presión demográfica las parcelas son muy pequeñas y estos minifundios no generan suficiente ingreso. A causa de la pobreza hay una tendencia a sobre-explotar las tierras, y los minifundistas entran en un círculo vicioso, como muestra el siguiente cuadro.
La presión demográfica en las comunidades obliga a intensificar, cada vez más, el uso de los pastos naturales en la chacra con la consecuencia de que hay cada vez menos pasto disponible en los pastizales para los animales. Entonces, al no disponer de grandes superficies para pastar, los animales no pueden trasladar muchos minerales de los pastizales hacia la chacra. Los suelos se vuelven cada ves más pobres, en un proceso acelerado por la disminución del tiempo de descanso. La gran carga animal puede provocar erosión, especialmente en las laderas. Aconsejar, como lo han hecho en la situación de Vacas, el aumento de la cantidad de animales para que haya más estiércol porque mejora la fertilidad de los suelos, es una equivocación que se «escucha» todavía con frecuencia.
Cuando los animales dependen solamente del forraje de la chacra, los animales no aumentan la fertilidad del suelo, porque están extrayendo los nutrientes minerales de allí mismo. Puede ser que una parte retorne al suelo de la chacra como estiércol, pero otra parte queda en el cuerpo de los animales y, también, siempre hay perdidas. Si no se incorporan insumos minerales externos, cada año van a quedar menos minerales y la fertilidad baja proporcionalmente, pese al estiércol que retorna a la chacra.
Un factor importante y bien conocido es el hecho que en muchas comunidades en las alturas de Bolivia y sur andinas del Perú, el ganado, especialmente las ovejas, no es para la producción pero si para el ahorro. Si se logra mejorar la producción, mediante —por ejemplo— un mejor manejo de los pastizales, muchas veces los dueños no quieren vender sus animales de inmediato, sino en el momento económica y ecológicamente oportuno. Dicen que no necesitan dinero en este momento y que prefieren tener más animales para los momentos difíciles. Esta decisión provoca otra vez una sobre-explotación de los pastizales y como consecuencia ocasiona la mala calidad del pasto, animales flacos, animales enfermos, mortalidad alta, suelos pobres, erosión etc. La cantidad de animales y proporcionalmente la cantidad de estiércol bajan de nuevo al nivel en que se encontraban antes del mejoramiento de los pastizales. La situación se puede representar de la siguiente manera.
Sembrando papa y fertilizando con estiércol / Foto: INCCA
Es importante tomar en consideración la complejidad del contexto en que un sistema agropecuario de las familias rurales funciona. En estos casos, para poder estimular la producción pecuaria se debe, tal vez, buscar una alternativa para el ahorro con, por lo menos, el mismo nivel de seguridad.
Flujo de minerales
Cuando la gente empezó a vivir en ciudades y los agricultores empezaron a producir para el mercado, empezó también un flujo de minerales del campo hacia la ciudad. Este sistema se puede mantener con el uso de fertilizantes que reemplazan la pérdida de minerales en la chacra. Siempre ha sido más barato utilizar fertilizantes químicos en lugar de retornar una gran parte de los minerales en forma de materia orgánica (rastrojos, excrementos, etc.) al campo, y muchas veces esta última es de baja calidad por estar contaminada. Hoy en día existen grandes flujos de minerales en diferentes partes del mundo, que se deben reemplazar de alguna manera.
Balance de minerales
Para entender mejor el flujo de los minerales, podría ser de ayuda el hacer un «balance de minerales». Es importante saber cuántos minerales salen de cada chacra y cuántos entran. No es necesario que el balance sea muy preciso; se pueden utilizar números claves distintos para cada región que deben ser desarrollados por un centro de investigación. Tampoco es necesario tomar en cuenta muchos minerales; uno es suficiente, preferentemente el fósforo. Después se puede elaborar para toda la finca una imagen total de los flujos y reciclajes de los minerales y calcular aproximadamente si existe un equilibrio en el balance de minerales. También se puede evaluar mejor si un aumento del ganado puede mejorar la fertilidad del suelo.
En Holanda muchos granjeros hacen estos balances obligatoriamente, no para evitar la sobre-explotación y empobrecimiento del suelo, sino para evitar que ingresen demasiados minerales que pueden dañar el medio ambiente. A Holanda llegan muchos minerales de diferentes partes del mundo, especialmente en forma de yuca, cereales y soya para la alimentación de los animales.
Conclusión
Los sistemas pecuarios pueden ser muy valiosos y en combinación con sistemas agrícolas lograr una agricultura eficiente y sostenible. Los sistemas pecuarios pueden mejorar la fertilidad de los suelos mediante un reciclaje de nutrientes, pero no es un milagro y hay límites estrictos. No se puede aumentar siempre la cantidad del ganado para mejorar la fertilidad del suelo. En muchos casos un aumento de materia orgánica se puede realizar más eficientemente con abono verde o compost que con estiércol.
A veces los animales pueden dañar el medio ambiente y por eso se debe pensar en la sostenibilidad del sistema. Existe un equilibrio y hacer cambios sólo en una parte del sistema agropecuario campesino tiene consecuencias en otras partes del sistema. También debe considerarse el flujo de minerales. Un sistema lo menos exportador posible, es un principio básico de una agricultura sostenible.
Tal vez este artículo puede dar lugar a una discusión sobre si la exportación de grandes cantidades de productos agroecológicos es verdaderamente ecológica y sostenible.
Bert Groot Jebbink
Bert Groot Jebbink, Cochabamba, Bolivia
Email: grojeb@albatros.com