julio 2000, Volumen 16, Número 1
Las comunidades luchan contra la desertificación

De la miseria a la autosuficiencia en la mixteca oaxaqueña

ANGEL ROLDÁN PARODI | Página
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Van quedando atrás la historia de la erosión de suelos y de la cultura indígena

La implantación de estrategias participativas, en los últimos 17 años, ha hecho posible que los campesinos de la región Mixteca, en el estado de Oaxaca, México, constataran que es posible progresar en su propia tierra.
Este resultado se traduce en el aumento de los rendimientos del maíz y el frijol de 50 a 100%, y en el hecho que ahora millares de campesinos, hombres y mujeres, saben que no es indispensable emigrar para progresar.

La Mixteca es una de las regiones más pobres de México, en la que se practica aún una agricultura de tumba–roza-quema. El uso del arado de reja, introducido por los españoles, erosionó sus frágiles y arcillosos suelos, por lo que la región se considera la más afectada por el fenómeno de la erosión en todo el país. En estas condiciones la agricultura resultaba insuficiente para atender las necesidades de la población, que se veía obligada a migrar a los Estados Unidos y a las grandes ciudades.

Hace treinta años, el gobierno federal inició numerosas obras como construcción de terrazas con el empleo de maquinaria pesada, casi siempre, al borde las carreteras, sin que el panorama resultara alentador para la población.

En 1982 llegaron a la región promotores indígenas guatemaltecos, apoyados por Vecinos Mundiales de Oklahoma, que, primero, junto a la ONG Cetamex (Centro de Estudios de Tecnologías Apropiadas para México) y recientemente con Cedicam (Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca), desarrollaron un proyecto basado en la propia estrategia de Vecinos Mundiales (Bunch Rolando, “Dos mazorcas de maíz”). Estrategia que ha permitido que los campesinos indígenas de la Mixteca, en la zona de Nochixtlán y municipios vecinos, recreen y se apropien de opciones tecnológicas, tales como la recuperación de laderas con técnicas conservacionistas, la elaboración de “aboneras” o composteras, el uso racional de fertilizantes químicos, el cultivo de forrajes para reducir el sobrepastoreo, la propagación en viveros rústicos y reforestación con árboles nativos, la construcción de estufas ahorradoras de leña y el cultivo de hortalizas en huertos caseros.

Este proceso se ha desarrollado aplicando una metodología que tiene dos características: la capacitación práctica de los campesinos, en cursos que involucran inmediatamente a los participantes, con herramientas como el contrato moral, que suscita su compromiso y, la intervención como promotores de los campesinos más avanzados, quienes animan a sus compañeros a probar ciertas innovaciones, que a su vez se basan en su propia experiencia y en sistemas tradicionales de ayuda mutua, como la ‘guetza’.

De esta manera, van quedando atrás la historia de la erosión de los suelos y la erosión de la cultura indígena.
Es de resaltar que pese a que Vecinos Mundiales (World Neighbors) es una organización protestante, nunca ha hecho proselitismo de su parte. Esto ha permitido que el proyecto haya multiplicado los logros, gracias al interés y la colaboración de un buen número de parroquias católicas, que han brindado diversas formas de apoyo, tanto logísticos como humanos.

MADERAS DEL PUEBLO
Angel Roldán Parodi

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