diciembre 1997, Volumen 13, Número 2
Una nueva generación de agricultores: la juventud campesina

Chintipantipa: ¿Es siempre la siembra de cultivos en hilera el mejor método?

TIM RUSSELL | Página
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Frecuentemente se considera que la transferencia de tecnología es la clave para el desarrollo, pero la adopción de nueva tecnología puede tener consecuencias inesperadas cuando se reemplaza a una que ha sido desarrollada durante muchas generaciones para adecuarse a una situación socioeconómica compleja.

La siembra en hilera es un caso. Fue desarrollada en Europa en el siglo XVIII para permitir el deshierbe mecánico de granos pequeños como el trigo y la cebada y ello revolucionó los sistemas agrícolas en Europa haciendo posible producir cultivos con menos trabajo y, por lo tanto, liberando grandes cantidades de mano de obra rural para destinarla a los crecientes mercados urbanos de trabajo que estimularon la revolución industrial europea. Sin sembradores y deshierbadores mecánicos tirados por animales, los cultivos sembrados en hilera tienen poca ventaja sobre los cultivos plantados al azar y equidistantemente separados. Mi experiencia en Zambia, que narro en este artículo, apoya este punto de vista y muestra cuán peligrosa puede resultar la transferencia precipitada de tecnología de una sociedad a otra.

Chintipantipa es una palabra lamba utilizada en las áreas rurales de Copperbelt en Zambia para describir un método tradicional de siembra de cultivos en lo que el personal de extensión del Gobierno llama despectivamente una manera al azar o a la ventura. Para plantar los cultivos en hilera, se cavan agujeros para las semillas a lo largo del cordel de siembra. Luego de haber plantado una hilera, el cordel debe ser movido a la siguiente hilera. Esto requiere idealmente dos personas, una en cada extremo del cordel. Usando el método Chintipantipa, las mujeres de Zambia, quienes tradicionalmente son las que plantan los cultivos de subsistencia, como el sorgo y el maní (cacahuete), son capaces de plantar estos cultivos de una manera regular y razonablemente equidistante, rápidamente y lo más importante, solas. Para sembrar los cultivos de esta manera, no necesitan la ayuda de sus esposos o de otros miembros de la familia, lo que les da independencia en el suministro de alimentos yen los ingresos pues pueden con derecho reclamar que los cultivos les pertenecen pues ellas los plantaron.

Maíz híbrido y siembra en hilera

El maíz híbrido fue introducido en la provincia de Copperbelt a inicios de la década de 1980 como un paquete de tecnología que incluía el uso de fertilizantes, programación y frecuencia del deshierbe, espaciado entre las plantas y siembra en hilera. El Gobierno proporcionó préstamos con tasas de interés subsidiadas para permitir que los agricultores compraran semillas y fertilizantes y garantizaran los precios y los mercados para los cultivos de maíz de los agricultores. Dado que este paquete de tecnología e insumos produjo excedentes considerables para la venta, fue rápidamente adoptado por hombres que tenían un mejor, aunque no exclusivo, acceso al crédito y que controlaban en gran medida los asuntos financieros de la familia. Como consecuencia, la producción de cultivos en hilera se convirtió en sinónimo de tecnología ‘moderna’.

Las mujeres han retenido su responsabilidad por los cultivos que están destinados principalmente a la cocina familiar. Éstos incluyen el maní y el sorgo que, al no ser cultivados por los hombres y no cultivarse principalmente para la venta, todavía mantienen entre los agricultores del lugar una imagen de tecnología atrasada y anticuada.

¡La siembra en hilera debería ser mejor!

Los servicios de extensión que buscan maneras simples de mejorar la producción de estos cultivos defendieron la adopción de la siembra en hilera. Se pensó que ésta incrementaría la producción al proporcionar un espaciado entre las plantas más preciso y reduciría los costos de la mano de obra al hacer más fáciles la siembra, el deshierbe y la cosecha. Para probar el caso, el Equipo de Planificación de Investigación Adaptada de Copperbelt, un equipo provincial de agrónomos y economistas que forman parte de una red nacional de equipos de investigación en finca, se embarcó en una serie de pruebas en campo en las que se comparaba la siembra en hilera con el plantar mediante el Chintipantipa.

Buscando pruebas

Las pruebas fueron realizadas por miembros de los Grupos de Investigación de Agricultores en dos temporadas (1991 y 1992) y en un total de 67 lugares de prueba. Las mujeres condujeron el 70% de las pruebas con el maní y el 89% de las pruebas con el sorgo. Ni las pruebas con el maní ni con el sorgo mostraron que la siembra en hilera proporcionaba un rendimiento más alto en granos que el método de siembra Chintipantipa. Interesantemente, a pesar de parecer un método de siembra totalmente al azar, la cantidad de semillas utilizadas y la población de plantas final logradas por el método de siembra Chintipantipa fueron muy similares a los logrados con la siembra en hilera.

La diferencia entre los dos métodos de siembra fue la cantidad de mano de obra utilizada en la siembra. Para ambos cultivos, la Chintipantipa recibió del 30 al 40% menos de mano de obra que las parcelas sembradas en hilera (véanse figuras 1 y 2). Sin embargo, no fue posible mostrar estadísticamente que había una diferencia en la cantidad de mano de obra requerida para el deshierbe y la cosecha.

Por qué la siembra en hilera necesita más mano de obra

Dado que en ambos métodos de siembra se necesita realizar casi el mismo número de agujeros para la siembra, la razón de la diferencia en la mano de obra extra que se requiere puede atribuirse a la necesidad de una persona extra para mover la cuerda de siembra que se utiliza como guía para preparar las hileras. Así, mientras una mujer puede plantar maní o sorgo sola si utiliza el método Chintipantipa, necesita una persona o un niño extra si va a plantar en hilera. Para las mujeres con un limitado acceso y control sobre la mano de obra de la familia, esta dependencia en una segunda persona para sembrar probablemente sería suficiente para desalentada de adoptar la siembra en hilera como una tecnología de siembra.

Evaluación de las pruebas por los agricultores

Una evaluación de las pruebas realizadas por los agricultores participantes reveló que ellos reconocen que el plantar en hilera requiere mayor trabajo que la siembra con el método Chintipantipa, pero tienden a dar mayor peso a la reducción en la necesidad de mano de obra para el deshierbe y la cosecha que a los datos de mano de obra de las Figuras 1 y 2. La Figura 3 es un cuadro típico preparado por los agricultores durante la evaluación de la Prueba de Siembra en Hilera del Maní, realizada en 1992.

Tres años después de haber llevado a cabo las pruebas, durante una evaluación del programa de investigación se preguntó a algunos de los agricultores que habían realizado las pruebas, si ahora estaban plantando el maní en hileras. Todos admitieron que todavía estaban utilizando el método Chintipantipa. Esta contradicción ilustra el problema que tienen los investigadores con las evaluaciones de los agricultores de los datos de las pruebas. Las evaluaciones de los agricultores representan sus apreciaciones en el día de la evaluación, apreciaciones que pueden verse influidas por la ocasión de una reunión del pueblo, la necesidad de ser vistos como personas modernas y de agradar a los investigadores visitantes. Cuando se enfrentan a la tarea de la siembra en la siguiente temporada, si existe alguna duda sobre el valor de la nueva tecnología, los agricultores regresarán a sus antiguos sistemas en la privacidad de sus campos. Por lo tanto, el valor de los datos recolectados científicamente que se pueden utilizar para verificar las opiniones de los agricultores no debe ser subestimado en el apuro de dotar de facultades rápidamente a los agricultores.

¿Vale la pena la siembra de maíz en hilera?

Si la siembra en hilera del maní y del sorgo muestra una pequeña ventaja en términos de ahorro de mano de obra y de mejora de la producción, se puede preguntar si se justifica la siembra en hilera del maíz híbrido. Una prueba en finca en la que se compara el maíz híbrido plantado en hilera de 1 metro de ancho con una semilla sembrada cada 25 cm, con el maíz sembrado en agujeros separados 1 metro cada uno del otro con 4 semillas por agujero (similar al método Chintipantipa) reveló que no había ninguna diferencia en la producción de granos entre los dos métodos. Sin embargo, ¡la siembra en hilera tomó dos veces de tiempo para lograr lo mismo que el método Chintipantipa!

Conclusión

Los estudios de los sistemas agrícolas familiares en Copperbelt han revelado que es común el intercambio de mano de obra entre las familias que viven en el mismo pueblo y entre los miembros de la familia de una misma casa. Así, utilizar la mano de obra de un miembro de la familia para ayudar en la siembra de su cultivo resultará en que usted tenga que ayudarlos a sembrar sus cultivos. Si el otro miembro de la familia es su esposo, entonces esto podría significar que usted tenga que pasar más tiempo sembrando los cultivos de maíz híbrido de lo que hubiera sido el caso si nunca hubiera pedido prestada su mano de obra en la primera vez. De esta manera, se puede argüir que introducir una nueva tecnología como la siembra en hilera incrementa la dependencia de la mujer en la mano de obra familiar hace más probable que ésta tenga que pasar más tiempo trabajando en los cultivos de su esposo y menos tiempo en sus propios cultivos de maní y sorgo. Como éstos son cultivos tradicionalmente importantes y dado que cultivarlos diversificará las fuentes de alimentos de la familia haciéndolos más seguros contra los caprichos del tiempo y las economías nacionales, se puede argumentar que la introducción de la siembra en hilera reduciría la seguridad de la subsistencia de la familia.

 

Tim Russell, Lakeland View, Galegreen, Westhouse, Via Carnforth, Lancs, LA6 3NJ Reino Unido, Fax +44 15242 42272, e-mail: timothyrussell@msn.com

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