La zona occidental de Honduras, a mediados de los años 80, enfrentó una crisis alimentaria debida al deterioro de los recursos naturales causado por prácticas agrícolas inapropiadas, la que a su vez fue acentuada por la sequía. En los últimos 20 años los productores, con el apoyo de organizaciones locales, nacionales e internacionales, han mejorado la producción agrícola, los recursos naturales y su interacción con los cascos urbanos.
Candelaria es un pequeño municipio en la zona fronteriza entre Honduras y El Salvador. Es una zona subhúmeda baja con laderas de fuerte pendiente, donde un 80% de los productores tiene fincas de menos de cinco hectáreas con agricultura de secano. La crisis alimentaria de los 80 fue provocada por la degradación de la tierra producto de la deforestación, la quema y la falta de protección del suelo. Esto demandó la colaboración de organismos internacionales y organizaciones locales para impulsar cambios en la forma de hacer agricultura. Se erradicaron las quemas y se inició el manejo de la cobertura vegetal y del suelo para la regeneración de la vegetación y la consolidación del Sistema Agroforestal Quesungual (SAQ) a finales de los años 90. El mejoramiento de los sistemas agrícolas generó excedentes de producción e ingresos adicionales que fueron invertidos en la adquisición de ganado bovino. Los agricultores con ganado dispusieron áreas para pastoreo, pero la especie de pasto difundida no soportaba sombra y requería de la quema para su cultivo. En 2001, instituciones locales probaron y diseminaron especies de pasto mejorado (Brachiaria decumbens, B. brizantha, Panicum maximum) con mayor producción de biomasa, resistentes a la sequía y capaces de soportar sombra, lo que permitía conservar una importante cobertura de árboles en los potreros y evitar la quema.En 2010 el gobierno de Honduras puso en marcha un programa nacional para que los agricultores locales provean productos para la merienda escolar. Apoyados por las autoridades locales, los pequeños ganaderos de Candelaria se organizaron para proveer leche fresca a las escuelas de su territorio a un precio preferencial. Las escuelas requieren un litro de leche diario por cada cinco niños. Esta iniciativa ha fortalecido la interacción entre los productores rurales y las escuelas consumidoras en los cascos urbanos y ha mejorado la nutrición de los niños e impulsado la intensificación de la producción lechera con la mejora genética del ganado y de las pasturas.
Sin embargo el mal manejo de los forrajes limitaba la eficiencia y sostenibilidad de los sistemas productivos. En 2013, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y la Asociación de Ganaderos de Candelaria iniciaron con los productores el diseño de pequeñas fincas ganaderas para aumentar su productividad y sostenibilidad. Participativamente se definieron cuatro elementos básicos para el diseño:
Cobertura arbórea o sistema silvopastoril.
Pastos mejorados adaptados a la zona.
Pastoreo rotativo: mejor protección y producción del forraje.
Accesibilidad del ganado a los potreros incluyendo áreas de descanso.
Según la percepción de los productores, el diseño de los potreros triplicó la eficiencia de las pasturas, lográndose un mayor número de rotaciones por año y un incremento en la producción de leche de uno a dos litros por vaca al día. Esto les ha permitido aumentar el volumen de leche que se entrega para la merienda escolar. De hecho, Candelaria es el único municipio a nivel nacional que mantiene este programa. Además, los productores aseguran que el manejo del ganado es más fácil, como dice Don Mártir Callejas, un pequeño ganadero local: “Ya no tengo que andar detrás de las vacas, solo es mantener la puerta del potrero abierta y cuando voy a verlas están todas en un solo lugar”.
Por la alta densidad de árboles en los potreros, son un sistema silvopastoril. Edwin Garcia
Las autoridades locales han tomado esta experiencia como ejemplo para impulsar la ganadería en el municipio, para mejorar la producción de leche y fortalecer la interacción entre lo urbano y lo rural en Candelaria, donde los productores pasaron de una crisis alimentaria a la provisión de un vaso de leche para cada niño y niña de las escuelas en los cascos urbanos.
Edwin García
CIAT, Honduras
e.d.garcia@cgiar.org
Diego Valbuena
CIAT, Nicaragua
d.valbuena@cgiar.org
Aracely Castro
FAO, Roma
Aracely.CastroZuniga@fao.org
Pablo Siles
CIAT,Nicaragua
p.siles@cgiar.org