diciembre 2013, Volumen 29, Número 4
Agricultura familiar campesina

Aprendiendo de los nuevos campesinos

VINCENT DELOBEL | Página 9-11
DESCARGAR REVISTA COMPLETA
TIPOGRAFÍA
SMALL
MODO LECTURA
COMPARTIR

En la zona rural de Valencia, España, el desempleo juvenil supera el 50%. Sin embargo, los jóvenes no están esperando que los de afuera vengan a resolver sus problemas. Una excursión por las iniciativas locales de la región resultó ser una maravillosa oportunidad de aprender de nuevos jóvenes campesinos sobre el desarrollo autoorganizado.

En junio de 2013 nuestro grupo de estudiantes visitó la localidad mediterránea de Jávea, situada en la provincia valenciana de Alicante. En busca de experiencias inspiradoras lideradas localmente, nos encontramos con José Manuel Bisetto. Él es el líder de una iniciativa de base para una vida más saludable, llamada “Agricología”. José Manuel, de 33 años, tiene un doctorado pero decidió seguir su sueño de la infancia y convertirse en campesino.

Una comunidad de agricultores se une

aprendiendo de los nuevos campesinosEn la tierra que perteneció a su abuelo, cuyo hijo no estaba interesado en la agricultura, José Manuel coordina huertas orgánicas compartidas. Desde 2006 se están cultivando parcelas que anteriormente estaban abandonadas; se utilizan los recursos ecológicos disponibles localmente y, con ellos, se obtienen productos de alta calidad. Estas actividades conectan a los vecinos entre sí y con su medio ambiente en torno a la alimentación saludable. Cada una de las cincuenta parcelas de esta nueva finca alimenta una familia. Cada semana se vende un centenar de cajas de verduras orgánicas a un precio de 5 a 6 euros, precio asequible para los consumidores y justo para los agricultores. Este ingreso hace a la finca autosostenible y permite desarrollos posteriores.

Las personas que comparten estas parcelas también intercambian conocimientos, consejos y semillas, y se ayudan mutuamente. La confianza y la reciprocidad son la piedra angular de esta nueva forma de cultivar, lo que aumenta la sensación de ser responsables de su propio alimento y de la comunidad. “Agricología ofrece, ante todo, una oportunidad para cultivar, para crear un centro donde la gente puede experimentar con la horticultura orgánica”, explica José Manuel.

“Ofrecemos una forma diferente e innovadora de involucrarse en la agricultura que pone a la gente en contacto con la naturaleza. Hemos encontrado que es muy motivador para las personas el tener acceso a alimentos saludables y asequibles”.

Junto a la producción de alimentos, la finca multifuncional de José Manuel también ofrece instalaciones educativas que ayudan a los niños a vincularse con el suelo, las plantas y los animales. José Manuel invierte en relaciones con otras personas de ideas afines: compañeros de trabajo, funcionarios de la municipalidad, así como científicos de la Universidad Politécnica de Valencia. Él trata continuamente de desarrollar la iniciativa, integrando aspectos tales como bosques alimenticios, bioconstrucción y plantas medicinales.

Agricología se ha convertido en un centro de experimentación y formación en agricultura orgánica y medio ambiente a través de visitas, capacitación de adultos y actividades extracurriculares. Ahora es una referencia y “polinizadora” para varios otros proyectos en la zona.

Recampesinización en España

La iniciativa de José Manuel es parte de una tendencia emergente de recampesinización en la España rural. Esto está ocurriendo en medio de un contexto de crisis y una disminución general de las actividades agrícolas. En Valencia, solo 4% de la población económicamente activa está empleada en el sector agrícola, y de ella, aproximadamente el 10% son personas menores de 40 años.

Desde el fin de la dictadura de Franco en 1975, el país ha estado luchando por una democracia liderada por ciudadanos. Si bien el Estado había invertido mucho en programas de transferencia de tecnología que proporcionaron plaguicidas, fertilizantes y servicios de mecanización durante más de medio siglo, por lo general esto no dio respuesta a las necesidades de las familias rurales. Como resultado, la agricultura dejó de ser considerada atractiva. Aunque España es uno de los principales productores de alimentos orgánicos de Europa, la mayor parte de su producción se exporta. En los últimos años, una serie de pequeñas iniciativas orgánicas comenzó a aparecer en varios lugares, generalmente iniciadas por pequeños grupos de personas que retornan a las zonas rurales en busca de un ingreso y de una ocupación atractiva. A través de Europa, los campesinos están utilizando técnicas y prácticas agroecológicas y diversificando sus actividades. Este fenómeno también se conoce como “recampesinización”.

Aprender de la práctica positiva

Prácticas locales como las de José Manuel son semilleros potenciales de cambio. La interdependencia alrededor de la comida sana, basada en la confianza y la reciprocidad, da paso a nuevas redes y nuevos patrones de producción de alimentos y de mercados locales. Esto contribuye al empleo local, la salud y la sostenibilidad. También vemos que crea puentes entre todas las personas implicadas, incluidos los agricultores, empresarios, universidades, organizaciones no gubernamentales y el gobierno.

¿Qué podemos aprender de la experiencia de José Manuel acerca de dicho “cambio autoorganizado”, o el cambio que nace de la práctica? En primer lugar, responde a una necesidad y un contexto local. La iniciativa en Javéa hizo uso de tres elementos del contexto local: fue construida en una de las muchas áreas disponibles de tierras abandonadas, dio respuesta a una situación de desempleo de los jóvenes y utilizó los conocimientos locales acerca de la producción de hortalizas en condiciones de secano.

En segundo lugar, nos ayuda a entender que el cambio ocurre a menudo de forma no planificada y responde a “la naturaleza social”. Es imprevisible y puede suceder de una manera creativa, fuera de los convencionalismos de los centros

de investigación y las políticas. ¿Quién iba a pensar que José Manuel y su comunidad emprenderían la horticultura colectivamente? Su iniciativa generó varias novedades, por ejemplo, mediante la creación de nuevos mercados, de sistemas de creativos de producción agroecológica de alimentos, de espacios de trabajo colectivo y cadenas más cortas de suministro de alimentos. La gente se involucró en todas estas actividades con diferentes intenciones y no necesariamente con el objetivo de ir en la misma dirección. Así aprendimos que el cambio autoorganizado no puede ser guiado, monitoreado o planeado: incluso puede ser incoherente.

Si bien la planificación de estas iniciativas podría ser imposible, es importante reconocer sus méritos. Cada una de ellas surge de las necesidades, intenciones y perspectivas reales. Habiendo demostrado que pueden servir de base para la cohesión social y el cambio positivo, merecen una mayor atención y apoyo del público.

Vincent Delobel
Estudiante de la Maestría de Desarrollo e Innovación Rural, Universidad de Wageningen, Países Bajos, y joven agricultor en la granja de crianza orgánica de cabras Chèvrerie de la Croix de la Grise, Tournai, Bélgica
vincent.delobel@wur.nl
 
Logo: agrocologia

La historia de Agricología

“Después de terminar mi doctorado he vivido y trabajado en el extranjero durante un tiempo. Pero echaba de menos la vida en el pueblo de mi infancia. Cuando volví, me puse a buscar una manera de innovar en la agricultura. Quería practicar un tipo de agricultura que proporcionara ocio y entretenimiento –una especie social y cultural de agricultura– donde las personas puedan compartir su entusiasmo, esfuerzo y compañerismo. Así que en 2006 creé Agricología, donde buscamos un equilibrio entre la ecología, el medio ambiente, la participación social, la cultura y la tradición.

“Después de terminar mi doctorado he vivido y trabajado en el extranjero durante un tiempo. Pero echaba de menos la vida en el pueblo de mi infancia. Cuando volví, me puse a buscar una manera de innovar en la agricultura. Quería practicar un tipo de agricultura que proporcionara ocio y entretenimiento –una especie social y cultural de agricultura– donde las personas puedan compartir su entusiasmo, esfuerzo y compañerismo. Así que en 2006 creé Agricología, donde buscamos un equilibrio entre la ecología, el medio ambiente, la participación social, la cultura y la tradición.

Durante la fase de arranque, otras personas de la aldea me consideran como un “bicho raro”. ¿Por qué una persona con un doctorado en innovación volvería al campo? La mayoría de las familias de la región tratan de mandar a sus hijos a la escuela para que puedan dedicarse a otras profesiones que no sean agrícolas. Pero yo estaba muy interesado en regresar a la tierra y comenzar una finca. A pesar de que no he estudiado formalmente la agricultura, mi abuelo me enseñó sobre el cultivo de hortalizas desde que era niño.

Mi objetivo era dar vida a esta tierra que fue tan fuertemente maltratada por todo tipo de pesticidas y herbicidas; que se había vuelto improductiva, sin vida. Y mira ahora. Todo tipo de animales vivos, microorganismos y árboles viven en esta tierra, que al mismo tiempo es un espacio social y educativo para la comunidad. Ahora, después de siete años, estoy empezando a recibir reconocimiento y apoyo de la comunidad local.

Hubo otros momentos difíciles. Como Agricología es diferente e innovadora, los burócratas locales no tenían nada con qué compararla y crearon muchos obstáculos administrativos. También las reglas desarrolladas pensando en las grandes empresas hacen que sea difícil para los proyectos locales y sostenibles como Agricología, a pesar de que claramente ha dado al pueblo un impulso a través del aumento del turismo y el comercio.

A quienes quieran emprender una iniciativa similar, yo les recomendaría desarrollar primero un buen plan que incluya los objetivos y la visión del proyecto, así como la viabilidad técnica, económica y política. En el camino encontrarán barreras y apoyo. Si siguen chocando contra estas barreras y se caen, levántense y continúen. La prueba de que esta estrategia funciona es el florecimiento de Agricología y los diversos premios que he ganado.

Siento una gran necesidad de compartir experiencias como la mía a través de Europa, a sabiendas de que en diferentes lugares hay jóvenes con iniciativas que, sin hablar el mismo idioma, están unidos en el deseo de mantener con vida a los pueblos y comunidades rurales que nuestros antepasados nos dejaron. Tenemos que unirnos para formar personas, para mantener nuestra cultura y tradiciones vivas porque, si ellas se van, la mayor parte de nuestro patrimonio también se perderá”.

José Manuel Bisetto
Fundador de Agricología. En 2009 ganó el Premio Nacional Español como mejor proyecto empresarial; en 2010 ganó el premio a la mejor idea de negocio en el turismo rural en la provincia de Alicante y en 2011 recibió el premio al mejor proyecto innovador en la comarca de la Marina Alta.
info@agricologia.es
www.agricologia.es

Ediciones Anteriores

LEISA es una revista trimestral que busca difundir experiencias de agricultores familiares campesinos.
Por ello puedes revisar las ediciones anteriores.

Suscribete para recibir la versión digital y todas las comunicaciones que enviamos periodicamente con noticias y eventos

SUSCRIBIRSE AHORA