Su camino de crecimiento no ha sido acelerado pero sí accidentado y, a pesar de ello, sostenido. Gicela nos comenta que uno de los factores del crecimiento de La Cabrita es la filosofía de vida que comparten los dueños y sus colaboradores. Esta filosofía basada en la preocupación y defensa del medio ambiente ha derivado en un vínculo de pensamiento que comparten con sus consumidores: “La Cabrita no es un negocio, es una experiencia de vida; es centro de labores de nosotros y nuestros colaboradores. Nos preocupamos mucho por preservar y valorar este vínculo y este es uno de los factores que determinan la preferencia por nuestros productos”.
De otro lado, Gicela piensa que el éxito de esta empresa se basa en que sus mismos integrantes –dueños y colaboradores– manejan toda la cadena productiva bajo certificación orgánica, desde el cultivo de forrajes, la crianza caprina, el procesamiento y fabricación de los productos y su comercialización.
Por ello los consumidores pueden adquirir leche y sus derivados –quesos tradicionales y gurmé, mantequilla, yogur, dulces de leche, helados con frutas de estación, etc.– en un solo espacio. En palabras de Gicela: “tener un producto terminado y con buenas características de calidad es un plus dentro del mercado. La calidad del producto y sus características de alimento nutracéutico atraen la atención del público”.
Como experiencia de ganadería caprina, La Cabrita es pionera. Ha logrado desarrollar los diferentes eslabones de la cadena productiva y, de esta manera, comercializar una gama diversificada de productos con alta calidad y certificación orgánica. Este valor no solo beneficia a la empresa sino a todo el mercado de productos derivados de leche de cabra, como explica Gisella: “si antes hablábamos de una desaprobación de 95% de personas a la leche de cabra, ahora hablamos de una aprobación de 60%. Los derivados han sido valorados y, por ende, se valora toda la cadena productiva que está en torno a la ganadería caprina. Se valora al ganadero, al agricultor”. Como bien sabemos, la ganadería caprina peruana ha estado abandonada a su suerte por mucho tiempo; sin embargo, esto está cambiando y La Cabrita se ha convertido en una referencia para los ganaderos caprinos.
El objetivo de La Cabrita es lograr una posición sólida en el mercado interno y para ello debe mantener la calidad de sus productos, lo cual exige una constante mejora en los aspectos técnicos y de gestión. Ultimamente, para los procesos de elaboración en la planta de derivados lácteos cuenta con un nuevo sistema de automatización y un laboratorio de microbiología. Según palabras de Gicela: “en la elaboración de los derivados lácteos La Cabrita combina la tradición y la calidad acompañadas de una constante innovación y creatividad para satisfacer la demanda de los consumidores. La presencia de nuevas marcas en el mercado es importante, y mucho mejor si los gestores son ganaderos como nosotros. La Cabrita entiende que la competencia es el estímulo al crecimiento sostenido y el esfuerzo para lograr productos de alta calidad para el disfrute y deleite de nuestros consumidores. Cada sorbo de aroma y sabor de nuestros quesos, yogures, dulces y helados es el apoyo invalorable a nuestra experiencia”. La Cabrita es una empresa que colabora con el fortalecimiento del movimiento ecológico y con la gastronomía peruana, y da luces sobre cómo tener un crecimiento sostenido basado en la calidad y diversificación de sus productos.
Referencia: Gicela Virginia Igreda Lix FloresLa Cabrita
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Entrevistadora: María Fernanda Martínez