septiembre 2009, Volumen 25, Número 3
Mujer y seguridad alimentaria

Proyectos ganaderos en el suroeste de China

SHEN SHICAI Y QIAN JIE | Página 20-22
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Para las personas pobres y marginales, la producción ganadera cumple diferentes roles decisivos en lo que se refiere a sus medios de vida. Contribuye a la dieta local, proporciona dinero, animales de tiro y fertilizantes orgánicos y es un medio de transporte de equipos pesados y de las cosechas.

Taller del “grupo de experimentación” en el condado de Gongshan, Yunnan / Foto: Shen Shicai
 Aquellos cuyo sustento depende en mayor medida de la crianza de animales son los pobres, los discapacitados y las mujeres que, en lejanas zonas de montaña, tienen poco acceso a la información, infraestructura y oportunidades de trabajo.

El condado de Gongshan es una de estas regiones, situada en el noroeste de la provincia de Yunnan, China. Hacia el oeste Gongshan limita con Birmania y hacia el norte con Tíbet. Gongshan es una típica región agropecuaria rica en biodiversidad y es el hábitat de una gran variedad de culturas. En el 2008, el 32 % de los ingresos de los agricultores provino del producto de sus cultivos y el 29 % de la crianza de animales. Los cultivos incluyen maíz, arroz, hortalizas, papas y cultivos comerciales. El ganado consiste en yaks y otros vacunos, ovejas, cabras, cerdos, caballos y aves de corral. El cultivo y la producción ganadera están fuertemente interrelacionados. El ganado también cumple funciones sociales en esta región, tanto en el intercambio de regalos, como en bodas, funerales y ceremonias religiosas. Sin embargo, existen factores restrictivos para el desarrollo de la crianza de ganado en el condado. Por esa razón, el Centro de Biodiversidad y Conocimiento Indígena (CBIK) inició en el 2003 el proyecto “Mejorando los medios de vida agropastoriles en el noroeste de la provincia de Yunnan”, para encontrar soluciones a dichos problemas.

Los roles agrícolas de las mujeres en el condado de Gongshan

Mujeres y hombres cumplen diferentes roles y tienen diferentes responsabilidades en la toma de decisiones en sus actividades agrícolas. En general, las mujeres son las principales responsables de los cultivos de subsistencia, tales como el maíz, el arroz, las hortalizas y de la producción de papas, mientras que los hombres son responsables de los cultivos comerciales. Los cultivos de subsistencia son producidos cerca de la casa y son utilizados principalmente para la alimentación familiar y como forraje para los animales. Los cultivos comerciales son producidos lejos de las aldeas y están destinados, por lo general, a ser vendidos en el mercado. Los hombres toman más decisiones sobre temas relacionados a la compra y venta, tanto de los cultivos de subsistencia como de los comerciales.

En la producción animal, las mujeres crían principalmente cerdos y pollos, mientras que los hombres son generalmente responsables de la alimentación y pastoreo del ganado mayor. Tanto hombres como mujeres son responsables del cuidado de sus respectivos animales, preparando forraje, limpiando el establo, tratando enfermedades, y dedicándose a la compra y venta. Los hombres son también responsables de obras pesadas como la construcción de cercas, corrales y silos para el almacenamiento de forraje, mientras que las mujeres agricultoras trabajan en tareas como el ensilado de volúmenes menores de forraje en barriles y el cultivo de pastos. En los meses de verano, los hombres acompañan al ganado a las tierras de pastoreo en las praderas de alta montaña y las mujeres se quedan cerca de casa, donde se crían los cerdos y gallinas. En el invierno, sin embargo, los animales son traídos de regreso, y hombres y mujeres comparten la responsabilidad de acarrear el estiércol y preparar el forraje. Esta división de roles indica que los hombres tienen el derecho a tomar decisiones sobre los animales de mayor valor (monetario), mientras que las mujeres se encargan de los animales con menor valor.

Más recientemente, sin embargo, se ha incrementado el número de hombres jóvenes que se ausentan de la comunidad para trabajar en zonas distantes, dejando cada vez a más mujeres jóvenes y ancianas a cargo de toda la producción agrícola y otras actividades. Los resultados de las actividades de investigación del proyecto son muy importantes para determinar cómo las políticas deberían reflejar estos tipos de cambios.

Los hombres como objetivo, pero para las actividades de las mujeres
Conversaciones con líderes de la comunidad, funcionarios del gobierno y asociaciones de mujeres, revelaron que los hombres tienen generalmente más oportunidades que las mujeres para recibir información, capacitación y asistencia técnica en la comunidad.

Campesina ordeñando en el pueblo de Dimahuo en Gongshan. Una vez que el ganado es regresado al pueblo desde las praderas, las mujeres se hacen responsables de este trabajo / Foto: Shen Shicai

No obstante, los programas de extensión del gobierno se enfocan por lo general en los productos agrícolas más comunes, que son los producidos por las mujeres (es decir, la producción de cerdos, pollos y los cultivos de subsistencia), y menos en los animales grandes o los cultivos comerciales. Debido a que las mujeres no participan en estos programas, la extensión ha tenido poco impacto sobre sus capacidades, relaciones sociales y estatus económico; como resultado, la economía familiar y la seguridad alimentaria no han mejorado. Por estas razones, el proyecto llevado a cabo por CBIK tuvo un enfoque participativo, para realizar experimentos conjuntos y procesos de extensión con técnicos de campo y agricultores. En el marco del proyecto se decidió también diseñar las actividades no solo para las mujeres y los agricultores pobres, sino también para las mujeres que trabajan como técnicas de campo.

Las mujeres como objetivo en la oficina y en la aldea
Una manera de mejorar los servicios brindados a las agricultoras es fortalecer la capacidad y el rol del personal femenino en agencias de extensión como la Oficina de Crianza Animal de Gongshan, así como en las estaciones veterinarias locales. Los técnicos hacen inspecciones de campo, capacitación in situ, tratan enfermedades y organizan reuniones de agricultores. Siguiendo el enfoque de desarrollo participativo de tecnologías (DPT), los técnicos hombres y mujeres fueron divididos en grupos mixtos o de un solo sexo, los cuales fueron responsables individualmente o en conjunto de los diferentes grupos de experimentación de la comunidad (VEG por sus siglas en inglés). Al igual que el personal masculino, las mujeres visitaron y entrevistaron mensualmente a estos grupos para saber qué cambios se habían dado, cómo entendían y explicaban estos cambios, los impactos de las tecnologías introducidas y la evaluación que los integrantes de los grupos hacían de dichos impactos; luego, los resultados se compartieron en las reuniones de los VEG. Además de participar en las investigaciones, las técnicas mujeres también recibieron capacitación en temas especiales, tales como etnomedicina y conocimientos tradicionales, comercialización de ganado y recursos forrajeros. Hasta el momento, 13 técnicas mujeres han sido capacitadas satisfactoriamente en cuatro agencias (76 % del total del personal femenino).

Otra forma de mejorar la capacidad de las mujeres agricultoras para solucionar sus problemas agrícolas fue establecer grupos de experimentación solamente de mujeres. A través de estos grupos, las mujeres agricultoras obtuvieron más oportunidades de trabajar juntas, compartir sus experiencias, expresar sus opiniones y también capacitar a nuevos grupos.

Estrategias diferentes para trabajar con agricultores pobres
Debido a sus limitaciones económicas y sociales, la participación de los agricultores pobres de la comunidad en las actividades del proyecto no era frecuente. Esto llegó a ser una preocupación especial para el personal, que evaluó la situación actual y los problemas de los agricultores pobres. Para alentar su participación, el proyecto les ofreció mayor apoyo económico, social e institucional en las actividades que a los agricultores con más recursos. La estrategia más importante para trabajar con agricultores pobres resultó ser el establecimiento de un fondo de innovación tecnológica –manejado por un comité compuesto solo de agricultores pobres– , donde por lo menos la mitad de ellos eran mujeres. El comité era la instancia responsable de establecer regulaciones para el uso del fondo, la asignación y retiro de los préstamos y el monitoreo de los fondos. Además de esto, el proyecto ofreció capacitación gratuita para los agricultores pobres e incrementó las oportunidades para que pudieran opinar en las reuniones mensuales y estacionales. Según las entrevistas con agricultores pobres, estas estrategias y actividades cumplieron un rol importante en sus vidas, resolviendo su escasez de capital y permitieron el desarrollo de instituciones comunitarias. De hecho, algunos de los enfoques y regulaciones desarrollados por el comité de agricultores fueron aplicados por el gobierno local.

“¡Ahora todo es posible!”
Después de cuatro años, todas las aldeas tienen más VEG femeninos que masculinos. En total, un 67 % más de grupos femeninos. Las agricultoras ahora consiguen más fácilmente el acceso a nueva información, capacitación y extensión técnica en la comunidad y a nivel de condado. Según la evaluación del 2008, el 95 % de los pobladores entrevistados (hombres y mujeres) informaron que las mujeres cumplieron roles importantes en las actividades del proyecto. Muchos dijeron que, antes del proyecto, a pocas mujeres les gustaba asistir a las actividades comunitarias y de extensión y, cuando participaban en las reuniones, permanecían calladas. Cuatro años después de implementar los diferentes grupos de experimentación VEG, muchos participantes confirmaron que las habilidades, posición social y beneficios económicos de las mujeres mejoraron.

Las mujeres de la comunidad dijeron: “Ahora podemos hacer cualquier cosa, incluso el trabajo de los hombres; deberíamos tener los mismos derechos y oportunidades que los hombres en las actividades de la comunidad. Tenemos más confianza en nosotras mismas y más conciencia que antes”. Cada año, varias reuniones (mensuales, semestrales y anuales) son llevadas a cabo en poblados de diferentes partes del condado de Gongshan. En estas reuniones, los VEG y los técnicos de campo, hombres y mujeres, participan activamente, compartiendo sus experiencias y nuevos aprendizajes y diseñando planes en conjunto. Se han establecido mejores relaciones y una red más amplia a través de estas reuniones, lo que ha dado lugar a una mayor visibilidad de las mujeres agricultoras y que se les solicite que enseñen a nuevos participantes de otras comunidades.

Aunque la CBIK organizó pocos eventos formales de capacitación en género para agricultores y técnicos de campo, sí organizó muchas actividades, tales como crear grupos de experimentación (tanto mixtos como por género), capacitación profesional, fondos comunitarios y muchas reuniones. Todo esto ayudó a incrementar la participación de mujeres agricultoras, agricultores pobres y técnicos de campo y a desarrollar sus capacidades. Esta experiencia muestra que mientras más mujeres participen en el proceso de desarrollo, mayor es la capacidad de las mujeres agricultoras, la producción ganadera, la economía familiar y que, de esta manera, a la larga, se logrará una mejor soberanía alimentaria.

Shen Shicai y Qian Jie
Shen Shicai
Correo electrónico: Shenshicai@cbik.ac.cn

Qian Jie
Correo electrónico: qianjie@cbik.ac.cn
Centro de Biodiversidad y Conocimientos Nativos (CBIK), 3er Piso, Edificio A, Zhonghuan Dasha, Yanjiadi, Kunmin, Yunnan, 650034, China.

CBIK es integrante de la red global LEISA, que publica una edición en chino mandarín de la revista LEISA. Para más información, visitar: www.leisa.info. Este trabajo fue financiado por el Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo (IDRC) bajo los programas de Análisis Social y Análisis de Género y Mejoramiento de los Medios de Vida Agropastoriles en el Noroeste de Yunnan.CBIK es integrante de la red global LEISA, que publica una edición en chino mandarín de la revista LEISA. Para más información, visitar: www.leisa.info. Este trabajo fue financiado por el Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo (IDRC) bajo los programas de Análisis Social y Análisis de Género y Mejoramiento de los Medios de Vida Agropastoriles en el Noroeste de Yunnan.

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