marzo 2007, Volumen 22, Número 4
El aporte de la naturaleza. Agricultura sostenible y procesos ecológicos

La comprensión de los procesos del suelo entre los agricultores

JULIE GROSSMAN | Página 29-30
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En el Estado de Chiapas, México, la producción de café es un medio de sobrevivencia para muchos agricultores indígenas. Desde el comienzo de la década de 1990, cuando los préstamos gubernamentales para fertilizantes se agotaron, la mayoría de los agricultores de pequeña escala en este estado no tuvo la capacidad para adquirir fertilizantes y plaguicidas sintéticos. Esto, junto a la disminución de las ganacias, el deterioro de la calidad del suelo y de la salud personal, ha motivado a muchos agricultores a volver a la producción de café con sistemas libres de químicos. Para aumentar los beneficios comenzaron certificando sus fincas como orgánicas. Desde que el uso de agroquímicos está prohibido para los productores de café orgánico, estos dependen de técnicas de manejo de suelos que les permitan proporcionar los nutrientes necesarios a sus cultivos. A través de entrevistas minuciosas a grupos de agricultores con distintos niveles de experiencia como agricultores orgánicos, hemos investigado el conocimiento de los agricultores sobre estos procesos.

En Chiapas, los productores de café a pequeña escala, han desarrollado sistemas agroecológicos complejos que incluyen el cultivo de café intercalado con frutales y árboles leguminosos de sombra. La erosión es controlada mediante terrazas y una capa protectora de mulch formada por la acumulación de hojarasca. Al observar que la retención de hojarasca reduce la pérdida de suelo de la capa superficial, muchos agricultores arman terrazas con cercos vivos de arbustos para retenerla. Muchos agricultores tienen un conocimiento detallado sobre los beneficios de las hojas de distintas formas y tamaños y sobre lo que aporta cada una a la preservación de la capa superior del suelo cuando actúa dentro de la capa protectora de mulch.

Los agricultores están comprometidos con muchas actividades para el fortalecimiento de los procesos ecológicos en sus agroecosistemas. Cultivan árboles leguminosos del género Inga como árboles de sombra, tanto por su capacidad de incorporación de nitrógeno al suelo, como por el control de la erosión que realiza la hojarasca que producen sus grandes hojas. Otra práctica en el manejo orgánico del café incluye el desyerbe de los cafetales (dos o tres veces al año), la poda de los cafetos (una vez al año, entre febrero y mayo), la poda de los árboles de sombra para regular la luz necesaria sobre los cafetos, y la aplicación de compost (una vez al año, entre junio y agosto). El compost “acabado” (o compost maduro) se coloca alrededor de la base de los cafetos. La mayoría de los agricultores, después de separar las ramas útiles para leña de uso doméstico, dejan los restos de la poda sobre el suelo. Más de la mitad de los agricultores entrevistados contestaron que dejan los restos por su potencial fertilizador.

En un sistema agroecológico como este, la comprensión de los agricultores de los procesos biológicos del suelo, tales como la descomposición de la hojarasca y la fijación biológica del nitrógeno, son importantes para el mantenimiento del rendimiento del cultivo. Una profunda comprensión de la fertilidad del suelo y sus interacciones puede ofrecer a los agricultores herramientas conceptuales útiles para la toma de decisiones en el manejo de sus cultivos, que también pueden incorporar a sus propias experimentaciones. En Chiapas, cada una de las comunidades está constituida por grupos de diez a 50 agricultores, generalmente organizados en una cooperativa que les facilita capacitación y certificación externa. Un equipo de agrónomos orgánicos brinda talleres, mientras que los “promotores” (agricultores capacitados, miembros de las cooperativas), ayudan a otros agricultores a entender la información técnica. Cada grupo tiene un papel importante en el desarrollo del conocimiento ecológico.

Comprendiendo las actividades biológicas del suelo
Los productores de café orgánico de Chiapas poseen una buena comprensión de varios procesos ecológicos, mientras que otros siguen siendo un misterio. Los agricultores observan una mejora en la salud del suelo cuando se descomponen los desechos de los árboles leguminosos y entienden plenamente la idea de que el suelo, parcialmente, se deriva de la hojarasca. Los agricultores también pueden describir rápidamente la mejora que se observa en la salud de los cafetos que se encuentran debajo de los árboles Inga, que depositan gran cantidad de hojarasca que se descompone. Sin embargo, a pesar de esta comprensión de la liberación de nutrientes por descomposición y de la observación de un mejor crecimiento de la planta de café, a los agricultores les hace falta comprender o carecen del vocabulario para describir el concepto de la absorción de los nutrientes. La capacidad de los agricultores para percibir la acción en el tiempo del proceso de descomposición, les puede ayudar a entender la relación de este proceso con la salud de la planta de café.

De los muchos factores que afectan al grado de descomposición, incluyendo la temperatura, el nivel de oxigeno y la actividad biológica, los agricultores cafetaleros enfatizan sólo los aspectos biológicos. Su conocimiento del componente biológico del suelo es básicamente limitado a organismos que son visibles por el ojo humano, como lombrices de tierra, ciempiés, larvas, hormigas y grillos. Más de la mitad de los agricultores entrevistados dijeron que el suelo era superior ahí donde había presencia de macrofauna. Comúnmente, las lombrices son las que más se mencionan como macrofauna, notándose que “construyen túneles”, “mezclan”, “hacen fertilizante” o “comen” el suelo. Casi todos los agricultores que mencionaron la presencia de “túneles” o “senderos” producidos por las lombrices, ven que las raíces crecen entre estos túneles lo que facilita el crecimiento.

Quizás, por razones obvias, los microorganismos del suelo casi nunca son mencionados cuando los agricultores describen la actividad biológica del suelo. En Chiapas, los agricultores parecen tener una comprensión limitada de la existencia de microorganismos del suelo, y son pocos los que pueden describir su función en la descomposición de la materia vegetal. Los agricultores que usan la palabra “microorganismo” en su descripción de la biología del suelo, aparecen como carentes de una imagen clara del papel de los microorganismos en el proceso de descomposición. Esto quizás indica que los talleres de capacitación en agricultura orgánica han tenido como resultado un éxito sólo parcial.

Las repuestas de los agricultores indican que ellos asocian ciertas palabras con el concepto de la fijación biológica del nitrógeno. Aunque la mayoría de ellos ha visto los nódulos en las raíces, alrededor del 25 por ciento piensa que es una enfermedad de la planta. Sin embargo, vale la pena notar que los agricultores que no pudieron describir la función de los nódulos pertenecían a una comunidad que sólo había obtenido certificación orgánica por un año, por lo que han tenido menor capacitación en producción orgánica.

Entrenamiento y superación
Los productores de café orgánico en Chiapas se han basado en sus experiencias prácticas e históricas para comprender y manejar complejos procesos ecológicos y optimizar la interacción de estos procesos en el suelo, los cafetos y las especies agroforestales asociadas con su particular sistema de producción agraria. Sin embargo, a pesar de los logros y los intentos de capacitación para aumentar la comprensión de los procesos ecológicos relevantes, los agricultores todavía tienen brechas de conocimiento respecto a los fenómenos que no pueden ver. Como agricultores, es obvio que tienen la capacidad de comprender los procesos que son visibles, y estas brechas, quizás, sería mejor llenarlas con una capacitación enfocada específicamente en los procesos “invisibles” del ecosistema, tales como la actividad de los microorganismos. Una capacitación que haga uso de medios prácticos como pueden ser los videos que muestren la actividad microbiana del suelo, las visitas a laboratorios, la inoculación y experimentación con la bolsa de desechos, o experimentos de descomposición con el método de “biología de botella”, podría ayudar a aumentar su comprensión.

Tales actividades proporcionarán a los agricultores el conocimiento requerido para un mayor desarrollo y mejor manejo de sus complejos sistemas agroecológicos. Para poder hacerlo, los capacitadores tienen que empezar por comprender el conocimiento que tienen los agricultores de su sistema ecológico local. Las futuras actividades de campo para la capacitación en sanidad de suelos y biología deberían poner mayor énfasis en estar a tono con la base de conocimiento y el contexto de los mismos agricultores.

Julie Grossman
Cornell University

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