Este proceso de capacitación tuvo un enfoque de enseñanza con mayor énfasis en lo metodológico que en lo técnico. Como resultado de esta capacitación egresaron 27 facilitadores de la región central del Perú, la mayoría de ellos con una alta motivación personal y profesional. Hasta el momento, estos facilitadores han implementado 92 ECAs en sus respectivos ámbitos de trabajo (con el apoyo de sus instituciones), habiéndose centrado la mayoría en el cultivo de papa y el manejo integrado de sus plagas, con buenos resultados metodológicos y técnicos, así como en el incremento de la capacidad de los agricultores en el manejo integrado de este cultivo.
Problemática
Si bien es cierto que las ECAs siguen teniendo un gran impacto en los pobladores rurales y en las instituciones involucradas con las que se viene trabajando, hay dos aspectos que siguen siendo vistos como un problema de difícil solución. Por un lado, está la brecha de oportunidades que se forma entre los participantes de las ECAs y aquellos agricultores que no están trabajando con esta metodología, y que desconocen el manejo y el uso adecuado de los plaguicidas. La mayoría de ellos hace uso indiscriminado de los mismos con el afán de controlar las plagas de sus cultivos, elevando de esta manera sus costos de producción. Esta situación es más grave en el caso de los pequeños y medianos productores, pues no tienen posibilidades de acceder fácilmente a la información especializada existente sobre el uso de plaguicidas. Los llamados «agricultores grandes» tienen la ventaja de tener acceso a este tipo de información.
Por otro lado, está el problema de la comercialización y el mercado, problema que es aún más serio cuando se trata de cultivos como la papa, que tienen fluctuaciones exorbitantes de precios (lo que es motivo frecuente para que un agricultor pierda totalmente su inversión).
Los agricultores de la zona han participado en muchos cursos de capacitación (cursos, talleres, etc.) realizados por diversas instituciones del sector agrícola. Al igual que en otras regiones y países, estos cursos resultan ser muy teóricos, desarrollándose mediante clases en aula, pero pocos o ninguno de los participantes llega a poner en práctica lo aprendido. Ahora bien, si las ECAs funcionan, ¿cómo hacer para que lleguen a más agricultores y contribuyan a la solución de los problemas más apremiantes?
La experiencia en Colcabamba
La Municipalidad Distrital de Colcabamba (en la provincia de Tayacaja, departamento de Huancavelica, en la región central del Perú) incluye, dentro de su organigrama institucional, una División de Desarrollo Económico creada específicamente con el fin de elaborar y ejecutar proyectos de apoyo a la producción agropecuaria y de capacitación, en el ámbito del distrito. Como parte de las actividades de esta división la municipalidad invitó, en enero de 2003, a las instituciones que vienen trabajando en el ámbito del distrito para conformar la Comisión de Gestión para el Desarrollo Agropecuario. Esta reunión permitió involucrar a los diferentes actores relacionados con la producción de papa y la capacitación y asesoría a agricultores, abriendo las posibilidades de un trabajo concertado en esta dirección.
Destacó aquí la participación de SEPAR (Servicios Educativos, Promoción y Apoyo Rural), institución que ya había intentado un trabajo concertado para la producción de papa en la zona; durante la campaña agrícola 2002 – 2003 instalaron cinco hectáreas de papa (variedad Capiro) destinadas a la agroindustria. Cumpliendo con los estándares de calidad solicitados, se llegó a comercializar el 70% de la producción (unas 75 TM), producción que fue comprada por la empresa agroindustrial «Snacks América Latina» para la elaboración de hojuelas de papa. Esta empresa quedó muy satisfecha con la calidad de la producción. Simultáneamente, siguiendo con el objetivo de un trabajo concertado, esta institución contrató a uno de los facilitadores capacitados por el proyecto MIP-FAO.
Siguiendo el llamado de la municipalidad, se establecieron los contactos necesarios para ampliar la producción de esta variedad, involucrando activamente al Proyecto, pero también a los representantes del Ministerio de Agricultura (interesados en la consolidación de las cadenas productivas de cultivos que sean promisorios) y también de la agroindustria. Las características de las ECAs como metodología de capacitación fue quizás el factor que hizo que la reunión llamada por la municipalidad fuera diferente de otros esfuerzos anteriores de coordinación, ya que no solamente se basa en una capacitació productiva, sino que también incluye lo que es la comercialización. Acostumbrados a escuchar frases como que «es muy interesante, pero no tengo presupuesto; el próximo año lo implementamos», fue una grata sorpresa para todos ver que la discusión dio lugar a actividades concretas inmediatas. Bajo el liderazgo y el aporte presupuestal de la Municipalidad (sueldo total del facilitador, parte de los materiales e insumos), se decidió instalar 4 ECAs en el ámbito del Distrito de Colcabamba, las mismas que están ubicadas en las siguientes comunidades: ECA San Cristóbal con 36 participantes, ECA Los Nogales, con 25 participantes, ECA Sachamarca, con 30 participantes y, finalmente, la ECA Ranra con 30 participantes. Estas ECAs servirán como centro de difusión de las nuevas experiencias de capacitación y sus logros para los demás agricultores de la zona.
Mirando hacia adelante
En el Perú, y especialmente en los distritos alejados de las capitales provinciales, las autoridades municipales dedican la mayor parte de sus esfuerzos a la realización de obras de infraestructura de poca envergadura (dedicándose generalmente al mejoramiento de su letrinización, asfaltado de algunas calles, adecuación de centros educativos, puestos de salud u otras obras), sin tomar en cuenta que en estas zonas los principales problemas provienen del sector agropecuario: deficiente, escasa o nula capacitación; falta de créditos, de títulos de propiedad de las tierras, y de insumos agrícolas; débil o nula organización de los agricultores y en general de la población rural, etc. Con frecuencia, la elección de los alcaldes obedece a favoritismos políticos, o a criterios asistenciales, sin una visión de desarrollo rural integral. Muchos de los alcaldes así elegidos carecen de estudios básicos (secundarios o profesionales) y, aún más, el equipo de regidores no tiene la capacidad de manejar adecuadamente el municipio. Estos antecedentes han hecho que muchos alcaldes terminen su gestión sin haber logrado disminuir las condiciones de pobreza (aún cuando los presupuestos de algunas zonas del departamento consideran montos elevados: este departamento está considerado como una de las zonas de extrema pobreza del país y, por ello, recibe recursos presupuestales adicionales).
En este contexto, Colcabamba destaca como una de las primeras municipalidades de la región centro del Perú que está preocupada por la producción agrícola, como punto de partida para el mejoramiento de las condiciones de vida de su población. Como tal, ha establecido viveros fruti-forestales para la producción de insectos benéficos, y también tiene propuesto el otorgamiento de créditos, el desarrollo del ecoturismo dentro del distrito y el fomento de la organización local. Pero, es también pionera en darse cuenta de la necesidad de establecer convenios interinstitucionales en diferentes áreas, destacando el vínculo que, a través de ella, se da actualmente entre los productores y la industria (mercado).
La municipalidad de Colcabamba considera que las ECAs no deben sólo proporcionar las pautas técnicas del manejo integrado del cultivo, sino también incluir dentro de sus planes de capacitación aspectos como cadenas productivas, organización para la comercialización, canales de comercialización, transporte – embalaje, cálculo de costos-beneficios, etc. Las ECAs no deben sólo limitarse a lo productivo, sino que, siendo flexibles, permiten la aplicación de la metodología de trabajo a otros campos. En este caso, podría actuar como un ente intermediario entre la capacitación y la comercialización para los integrantes de las ECAs, dando así un gran paso para poder replicar la experiencia en todo el distrito. Por ello, el proyecto MIP-FAO está tratando que las diferentes organizaciones locales puedan continuar con la implementación de las ECAs, apostando siempre por la adaptación de su metodología a las necesidades de cada sector. Este espacio puede ser el inicio de un plan de salida del proyecto MIP -FAO, transfiriendo las actividades y las responsabilidades de las ECAs a las municipalidades.
Cuando los objetivos interinstitucionales son comunes para todas las organizaciones y cuando la innovación es aplicable, replicable y flexible, las ECAs constituyen un buen punto de encuentro para el desarrollo de una agricultura sana tanto en lo social y lo económico, como en lo medioambiental.
Carlos Cerna Yrigoin
Proyecto MIP FAO, Región Centro del Perú
Email: cernac@hotmail.com
César Porras Payano, SEPAR Perú