En los países tropicales en desarrollo, en vez de sistemas pecuarios basados en granos, se deben desarrollar sistemas alternativos de producción que optimicen, para múltiples propósitos, el uso de los recursos disponibles localmente, de la energía solar, suelos, agua y de la gente. El reto es capturar la energía solar en los sistemas de producción y uso, lo que al mismo tiempo contribuiría a aliviar la pobreza, crearía nuevos puestos de trabajo, conduciría a un tipo de vida más equitativa, protegería el medio ambiente e incrementaría la biodiversidad. Una estrecha integración de las actividades pecuarias en el sistema agrícola, donde se reciclen todas las excretas, será la base de una agricultura que puede ser altamente productiva y sostenible (Figura 1).
Cultivos energéticos
En los países tropicales, especialmente en la zona húmeda, hay muchos cultivos y sistemas agrícolas que exceden considerablemente la capacidad productiva de los cereales. En este escenario, las plantas importantes son la caña de azúcar, la yuca y la familia de las palmas, especialmente la palma de azúcar y la palma aceitera.
El potencial de rendimiento de la palma de azúcar (Borassus flabellifer) es en extremo impresionante. En un estudio de 12 fincas familiares en Camboya (Khieu Borin y Preston, 1995), se documentó un rendimiento anual promedio equivalente a 18 toneladas de azúcares solubles por hectárea. Pero, a pesar de este potencial demostrado, no se esta realizando ninguna investigación para mejorar la tecnología para el crecimiento y el uso de este árbol, que se encuentra en toda la región sur oriental de Asia.
Cultivos proteínicos
En los trópicos hay también mucho potencial para producir altos rendimientos de proteínas, lo cual se puede lograr con árboles, arbustos, plantas acuáticas, y no sólo con soja. La familia de Lemnacaeas, de la cual la lenteja de agua (duckweed) es la más difundida, tiene una función particularmente importante para el uso eficiente de los recursos, debido a su capacidad de extraer nutrientes del agua enriquecida con desechos (excreta) de la actividad pecuaria y de la gente. Una característica especial de esta planta es que su contenido en proteínas puede ser manipulado de acuerdo con los nutrientes suministrados en el agua. Cuando el contenido de nitrógeno del agua es de 20 a 30 mg por litro se logran valores en el rango de 35 a 40% de proteína en materia seca, (Leng, 1999). La lenteja de agua es fácil de cosechar y no necesita procesamiento alguno antes de usarla como alimento de los animales. La proteína es altamente digerible y el excelente balance de aminoácidos esenciales hace que sea un suplemento alimenticio ideal para pollos, patos y cerdos. Los rendimientos promedio están en el orden de 100 g de biomasa fresca por metro cuadrado al día, lo que equivale a 8 toneladas de proteína por hectárea al año (Nguyen Kim Khang, 2000).
La yuca o mandioca (Manihot esculenta) se maneja como un cultivo forrajero perenne con repetidas cosechas del follaje a intervalos de 50 – 70 días. El rendimiento del follaje se incrementa en cosechas sucesivas (Preston, 2001), ya que los repetidos cortes estimulan nuevos puntos de crecimiento. En este régimen, es posible lograr rendimientos de 3 a 4 toneladas de proteína/ha/año. El follaje fresco es una excelente fuente de proteínas para los rumiantes, y después de su compresión en pacas (que convierte el cianuro tóxico en cianatos no tóxicos), puede servir como alimento para los cerdos (Ly y Rodríguez, 2001). La yuca es un cultivo explosivo cuando crece en monocultivos y en pendientes. Su manejo como arbusto o árbol perenne, y en asociación con leguminosas fijadoras de nitrógeno como Flemingia macrophylla o Desmanthus virgatum, o fertilizándola con grandes capas de estiércol de los animales o con efluentes del biodigestor, son maneras de cultivarla sosteniblemente, incrementando además la fertilidad del suelo (Preston y colaboradores, 2000). La presencia de componentes de cianuro en las hojas puede servir como un plaguicida “orgánico”, que da una gran protección contra una amplia gama de plagas.
Cambiando el sistema pecuario
Los alimentos para animales, derivados de estos cultivos “alternativos” (jugos de caña de azúcar y de palma azucarera, raíces de yuca, frutos de la palma aceitera, biomasa de lenteja de agua, y follaje de yuca), no se prestan para sistemas agrícolas tipo “fábrica”, los que tradicionalmente usan alimentos secos, fáciles de almacenar, transportar y mezclar en raciones de “bajo costo”. Los alimentos “alternativos” requieren sistemas agrícolas “alternativos” tales como los desarrollados en Colombia por CIPAV (ver: LEISA Boletín de ILEIA 16-4), que ahora están siendo ampliamente adoptados y adaptados en países tales como Vietnam y Camboya.
T.R. Preston, University of Tropical Agriculture, Chamcar Daung, Phnom Penh,
Camboya. E-mail: regpreston@utafoundation.org
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