julio 2000, Volumen 16, Número 1
Las comunidades luchan contra la desertificación

Autonomía y uso sostenible de los recursos naturales en una comunidad guaraní de Bolivia

ROLANDO CUÉLLAR S, OMAR QUIROGA A., Y SANDRO ALARCÓN M. | Página
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El manejo adecuado de las áreas de pastoreo, agricultura y protección en la lucha contra la desertificación, sólo fue posible cuando la comunidad guaraní de Machipe, Bolivia, pasó a hacer uso de los recursos naturales de su territorio con autonomía y criterios de sostenibilidad, como parte de un plan de desarrollo —aprobado y aplicado por los propios comuneros—, que le permitió afirmar su propio camino.

Problemas como la baja productividad agrícola, el pobre rendimiento de sus animales, el agotamiento de pastizales, la deforestación, la pérdida de recursos y la recurrente pobreza, migración, pobre alimentación, falta de educación, bajos precios de sus productos, son problemas en vías de solución, tras cinco años de esfuerzos.

La comunidad de Machipo se ubica en el ecosistema del Chaco, en el paisaje fisiográfico piedemonte, con clima subtropical y riesgos climáticos, que van de las sequías a las heladas. Su población, perteneciente a la etnia guaraní, llega a los 270 habitantes agrupados en 49 familias, que cuentan con un territorio de 3 749 hectáreas en la localidad de Charagua, provincia Cordillera, departamento de Santa Cruz, Bolivia. Del total del territorio comunal, sólo más de 200 hectáreas son aptas para actividades agrícolas, tres mil corresponden a pastizales y 250 a tierras marginales. Antes de la experiencia, era notable el riesgo de desertificación: disminución de la cobertura vegetal y desaparición de especies nativas a causa del sobrepastoreo del ganado de los vecinos, erosión de los suelos por efecto de la escorrentía, depredación de madera por empresarios privados y extinción de la fauna.

Los productores de Machipo se dedican a la agricultura y a la crianza de ganado menor. Su organización social cuenta con una autoridad máxima, el ‘mburuvicha’. Ella está adscrita a la organización supracomunal Capitanía Parapitiguasu, parte de la Asamblea del Pueblo Guaraní de Bolivia.

Hacia 1993, la situación socioeconómica de Machipo se resumía en migración forzada de los comuneros en búsqueda de trabajo, debilitamiento organizativo y desconocimiento de los linderos comunales por los ganaderos vecinos. En base a un diagnóstico comunal, el Centro de Investigación y Promoción Campesina (CIPCA) —ONG que centra sus actividades en el apoyo organizativo y productivo de las comunidades indígenas, desde un enfoque agroecológico— estableció un convenio de cooperación con la comunidad.

Para enfrentar esa situación, a través de la realización de un diagnóstico participativo comunal, se lograron ubicar las potencialidades, debilidades, amenazas y fortalezas de la comunidad. Con estos elementos, la comunidad pasó a desarrollar su propio plan. En talleres de sensibilización y planificación, los propios comuneros concretaron un Plan de Ordenamiento Predial con proyectos de protección de los recursos, como la alambrada comunal (establecimiento de cercos en los pastizales), de producción agrícola y pecuaria y de establecimiento de áreas de recuperación y reserva.

El proyecto de la alambrada comunal permitió impedir el sobrepastoreo, mediante la rotación de pastos, y, a la vez, la expulsión de más de 800 animales pertenecientes a propietarios vecinos. Lo que, incluso, llevó a la comunidad a enfrentar un movimiento político de los ganaderos vecinos, que superó afirmándose en sus derechos.

El proyecto de producción agrícola llevó a establecer 62 hectáreas de acuerdo a las técnicas de manejo agroecológico. Bajo este sistema se cultiva maíz, frejol, algodón y jonco, cumpliendo con una planificación en base a las rotaciones y asociaciones de cultivos, necesarias para el mantenimiento de la fertilidad del suelo, con un manejo integrado de plagas y labranza vertical del suelo.

En el proyecto pecuario se alambraron más de mil hectáreas, con divisiones internas para la producción de ganado bovino con diferimiento de monte; es decir, división en cuadrantes para lograr, por un lado, la regeneración de especies nativas, mejorar la calidad del suelo y la biodiversidad de especies palatables para el ganado, y, por el otro, para rotar el uso de pastos, con carga animal y tiempo de pastoreo controlado. Asimismo, se aplicó la silvipastura, técnica agroecológica consistente en la siembra de pasto bajo monte (arbustos o vegetación leñosa), con lo que se le protege de las heladas, permitiendo un mayor crecimiento y, por consiguiente, mayor productividad de forraje. Actualmente, este proyecto cuenta con 115 cabezas de bovinos, equivalentes a 75 unidades animales (UA) y a una carga animal de 14 ha/UA, mientras el ganado fuera del proyecto está conformado por 117 cabezas, equivalentes a 76 UA, con una carga del monte de 32 ha/UA.

En el desarrollo de esta experiencia, los comuneros no sólo participaron activamente en cada una de las actividades realizadas, sino que también aportaron al 57% del costo total. La mitad de este aporte gracias a un préstamo que están pagando al Fondo de Desarrollo Comunal, FONDECO, entidad financiera dedicada a facilitar créditos a familias rurales.

Los resultados de la experiencia se evidencian en la disminución de la migración temporal por trabajo; en el aumento de los ingresos familiares, de 414 US$/año en 1993 a 1.308 US$/año en 1997; mejoramiento de la dieta alimenticia por la producción y consumo de leche y derivados, y carne; mayor acceso a la educación por la disponibilidad de recursos económicos; incremento de la disponibilidad de alimentos para el ganado; aumento de precios de venta de sus animales por efecto de la conservación de pastos; y mejor aprovechamiento de la pradera, aumentando la carga animal de 15 ha/UA a 7 ha/UA.

Se ha conseguido poner fin a la depredación de la cobertura vegetal con un manejo adecuado de las áreas de pastoreo, agricultura y de protección, con la consiguiente disminución de la erosión por escorrentía y la recuperación del monte y su biodiversidad. También se han mejorado las condiciones microclimáticas (temperatura) al lograr aumentar la humedad de los suelos.

Todas estas acciones han significado un gran paso en la lucha contra la desertificación emprendida por los comuneros guaraníes, que en este proceso han logrado consolidar definitivamente sus derechos sobre la propiedad de la tierra comunal y, lo más trascendente, la autoestima y el orgullo de ser guaraní son ahora muy grandes.

 

Rolando Cuéllar S, Omar Quiroga A., y Sandro Alarcón M.

Referencias
Experiencia “Consevación y uso sostenible de los recursos naturales con silvopastura y diferimiento de monte en la comunidad indígena guaraní Machipo” presentada en la Conferencia electrónica de FIDAmérica: Experiencias locales de lucha contra la desertificación en zonas semiáridas pobres de América latina y el Caribe, por los autores: Rolando Cuéllar S., Omar Quiroga A. y Sandro Alarcón M., del CIPCA – Cordillera, Bolivia.
Omar Quiroga
email: cipca@cidis.scbbs-bo.com

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