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En los últimos 30 años, los análisis y la investigación de los sistemas agrícolas han aproximado a los científicos a la realidad que confrontan los agricultores y, hoy, se está explorando con más seriedad el conocimiento de los agricultores. Sin embargo, a pesar de la Investigación Participatoria de los Agricultores y del Desarrollo Participatorio de Tecnologías, muchos esfuerzos de desarrollo e investigación fracasan. Esto es señal de que las agendas de desarrollo e investigación deben cambiar. Las nuevas asociaciones para la investigación han de forjarse con la participación de muchos y distintos interesados. Uno de los mayores componentes de la evaluación participatoria y de la acción concertada de interesados en el Programa de Investigación Colaborativa de ILEIA es dar ideas de cómo se pueden desarrollar estas asociaciones. Mirando hacia atrás, en la historia del Programa de Investigación Colaborativa de ILEIA, se rescatan dos resultados significativos: las experiencias con las asociaciones de investigación en la Acción Concertada de Interesados y los resultados de la Evaluación Participatoria.
Acción concertada de interesados para LEISA
Los agricultores y sus prioridades de investigación determinan, en primera instancia, al Programa de Investigación de ILEIA; pero, a medida que los temas se vuelven más complejos y el avance es mayor, si se quieren sostener los esfuerzos de desarrollo, debe participar una gama más amplia de interesados (Rölings y Jiggins, 1998). Por eso, el Programa de Investigación de ILEIA fue colaborativo y guiado por agricultores. Reunió a los interesados en grupos de interés o de trabajo, para tratar actividades concretas. Cada uno de los interesados, hombre o mujer, pudo definir su propio interés para que, junto con otros, crearan situaciones que de todos modos tuvieran tener éxito. Se establecieron grupos de trabajo de agricultores y de personal de ONGs y de servicios de extensión gubernamentales, estaciones de investigación agrícola y universidades para planificar, coordinar y monitorear el DPT y la evaluación participatoria. Trabajando juntos, trataron de responder las preguntas de investigación que habían formulado en forma colectiva. El proceso de DPT y la Evaluación Participatoria proporcionaron a los grupos de interesados un punto de convergencia y, a través de la acción concertada de interesados (ACI), sus experiencias fueron difundidas ampliamente.La ACI puede ser vista como construida sobre algunos de los pasos involucrados en el DPT (ver página 8), con el interés de escalar y sostener este proceso. Desde esta perspectiva, el análisis de las experiencias de la ACI obtenidas durante el Programa de Investigación de ILEIA es interesante, porque hay pocas experiencias de ese tipo documentadas. En los artículos escritos por Abon (p. 29), Alebikiya (p. 40), Canales (p. 60) y por el equipo de AME (p. 74), nuestros socios de investigación discuten sus experiencias con la ACI y el DPT. A continuación se presentan algunas de las diferentes condiciones y dinámicas de los grupos de interesados, cuyo desarrollo se muestra en forma conjunta, para que las lecciones de esta experiencia de ACI sean examinadas.
Filipinas: los científicos aprenden de los agricultores

En Filipinas, las organizaciones de agricultores de KADAMA y KALIKASAN estuvieron a la vanguardia para el establecimiento de una agenda de investigación y la programación de la toma de decisiones. Su motivación para participar en un grupo de trabajo de LEISA, conformado por personal de las universidades y miembros de ONGs, era fuertemente política. En primer lugar, estos grupos de trabajadores querían probar, a través de una investigación sistemática, que habían otras opciones además de las tecnologías de la Revolución Verde, que podían mantener el nivel de rendimientos. También querían convencer a los políticos a que apoyaran dichas opciones.

KALIKASAN y KADAMA ya tenían una considerable experiencia en conducir experimentos y tenían un interés estratégico en verificar y demostrar la efectividad de su agricultura LEISA u orgánica. Para esto, requerían la ayuda del personal de la universidad. Los agricultores habían realizado un análisis de problemas y selección de prioridades antes de que el Programa de Investigación de ILEIA comenzara y tenían una agenda clara; esto produjo un importante impacto en el proceso de DPT.

Tomó tiempo, esfuerzo y algún tipo de facilitación por parte de ILEIA durante varias sesiones del grupo de trabajo, para negociar un equilibrio entre los intereses y puntos de vista de los agricultores y las demandas de investigación formal, científica. Se decidió que la Universidad Estatal de Luzón Central (UELC) proporcionaría apoyo científico adicional (a través de estudios de contexto relacionados a temas de sostenibilidad y búsqueda de alternativas, documentación del proceso de investigación y respaldo para los grupos de agricultores). La universidad garantizó que los experimentos, sistemáticamente conducidos por unos 140 agricultores, generaran material estadístico de interés. La Profesora Marilou Abon, que coordinaba la contribución de la Misión Especial UELC/LEISA, describió la experiencia de su equipo, integrante del Grupo de Trabajo de LEISA de la siguiente manera:

«Si tratamos de comparar esta experiencia con las del pasado, ahora es muy diferente. Antes, eran más los científicos o los académicos quienes imponían ideas o técnicas a los agricultores. En la estructura o marco referencial de ILEIA, los agricultores trabajaban con los académicos y científicos y cada uno tiene un rol tan importante como el del otro» (Video de ILEIA ‘Tendiendo Puentes para LEISA’, 1998).

Inicialmente, los científicos tuvieron un papel limitado en el grupo de trabajo, en parte porque los agricultores de KALIKASAN y de KADAMA tenían miedo de perder el control de su agenda y de su autonomía. Después, más personal de la UELC tomó parte en la Misión Especial UELC/LEISA. Cualquier ampliación posterior del programa puede encontrar que es útil incluir en futuras actividades a otros socios, tales como el personal del PhilRice y del Ministerio de Agricultura. A pesar que el grupo de trabajo de LEISA tuvo su parte en los momentos tempestuosos, al final del período de investigación hubo un sentimiento generalizado de que se había logrado bastante y que se había creado un clima de mutuo respeto. Junto con la UELC y el Movimiento Filipino de Reconstrucción Rural, las dos organizaciones de agricultores han desarrollado propuestas de proyectos para continuar con la experimentación del DPT.

Perú: Incrementando el conocimiento de los agricultores
En Perú, se establecieron dos grupos de trabajo: GIAREC, en Huancayo, en los Andes centrales, y GINCAE, en los Andes del norte, en Cajamarca. Aquellos que participaron en los grupos de trabajo lo hicieron de forma informal. No hubo acuerdos firmados y la función de coordinador rotaba entre las organizaciones miembros. Aunque los dos grupos tenían interés en coordinar actividades, cada uno se desarrolló independientemente (ver Canales, p.60).

En Huancayo, GIAREC coordinó un programa de investigación que comprendía a tres ONGs y tres instituciones de investigación. Al compartir experiencias, desarrollar una visión clara para el futuro y estimular un intercambio de conocimientos agrícolas, se promovió el sinergismo. En el ámbito de la comunidad, las ONGs y los institutos de investigación tuvieron un papel diferenciado. Cada ONG tenía contacto con un determinado instituto de investigación. Como resultado de esto, cada una trabajó con un grupo de agricultores para desarrollar su propio proceso de innovación tecnológica. Se llevaron a cabo reuniones de trabajo regulares durante las cuales se compartieron y documentaron los procesos y resultados de cada área, entre los seis miembros.

Cada miembro adquirió una ventaja comparativa con este arreglo. Se creó una plataforma donde se podían discutir las nuevas ideas. Las instituciones de investigación proporcionaron estudios, capacitación, asesoría técnica e información. Los agricultores mostraron el contenido de sus sistemas agrícolas específicos y las ONGs organizaron, monitorearon, proporcionaron guía técnica y sirvieron de enlace entre los agricultores y los investigadores. El conocimiento local representó un papel crucial al identificar posibles experimentos y, en muchos casos, el diseño experimental se basó o derivó de prácticas agrícolas establecidas. Como Norma Canales observa (p. 60):

«Es obvio que la interacción de experiencias y conocimientos campesinos y académicos revalora las iniciativas locales de desarrollo y genera confianza y autoestima en campesinos innovadores, tanto hombres como mujeres».

De esta forma, fue posible cambiar las agendas de desarrollo e investigación de las ONGs y de los institutos de investigación agraria y crear nuevos e interesantes caminos para el desarrollo. Se integraron diferentes sistemas de conocimientos, se priorizaron aspectos de sostenibilidad y se incrementó la capacidad local para la innovación. Ahora, GIAREC tiene planes para el futuro y se ha comprometido a continuar con las actividades colaborativas.

Para GINCAE, en Cajamarca, esta época fue más difícil. Estaba imposibilitado de mantenerse en contra de las agendas individuales de sus organizaciones miembros y no pudo compatibilizarlas con el Programa de Investigación de ILEIA, a pesar del interés compartido en LEISA y del esfuerzo de CEDEPAS para hacer que el grupo siga trabajando junto. GINCAE comprendía a cuatro ONGs, a una universidad y a un instituto de investigación. La dinámica interna del grupo hacía una diferenciación de funciones y el intercambio de información y el compromiso con las actividades de los otros eran difíciles. Los seis socios se involucraron en actividades de DPT en sus respectivas áreas, pero pocos mostraron interés en recibir el apoyo científico del instituto de investigación. Esto y la distancia entre las áreas de trabajo del Centro Ideas y las otras ONGs resultó en un aislamiento que impidió la complementariedad. Además, es posible que la presencia de muchos fondos de donantes en Cajamarca significara que los limitados recursos de ILEIA fueran insuficientes para atraer la inversión en personal y tiempo para las actividades colaborativas.

Sin embargo, en San Marcos se inició un proceso de DPT muy interesante en respuesta a las necesidades de los agricultores, donde participaron unos 90 campesinos. Ahora, el Centro Ideas en San Marcos y CEDEPAS en Magdalena han expresado un vivo interés en trabajar más en el DPT e institucionalizarlo en sus programas.

Ghana: ‘Conectándose’ a las prioridades de los agricultores
El inicio del programa de investigación de ILEIA, en el norte de Ghana, coincidió con iniciativas anteriores de ACDEP, que fueron impulsadas para desarrollar lazos más estrechos con la extensión e investigación gubernamental. En 1995, esto dio lugar a un nuevo arreglo institucional, aunque informal: el Grupo de Trabajo LEISA del Norte de Ghana (GTLNG), el cual reunió a diferentes organizaciones preocupadas con el desarrollo agrícola, con el interés de hacer investigación conjunta, extensión, promoción y capacitación, teniendo a los agricultores como socios igualitarios.

Un motivo importante para todos los participantes era la crítica compartida de intentos anteriores, en particular, aquellos orientados por HEIA para mejorar la agricultura en la región. Había mucho interés entre todas las disciplinas profesionales en explorar el potencial de LEISA. Algunas de las estaciones agrícolas de ACDEP ya habían experimentado con el DPT. La voluntad de usarlo en el Grupo de Trabajo LEISA del Norte de Ghana se basaba en una determinación de hacer que las actividades de investigación fueran relevantes para el desarrollo de los medios de vida de los agricultores. Tanto la orientación (LEISA) como el enfoque (DPT) contribuyeron a reforzar las relaciones dentro del grupo de trabajo. La cuestión más importante era cómo acceder a los conocimientos, problemas y prioridades de los agricultores en la búsqueda de nuevas maneras de enfrentar la falta de fertilidad de la tierra. Mientras buscaban respuestas se desarrolló un respeto mutuo entre los agricultores, ONGs y científicos. Se creó un sentimiento de responsabilidad colectiva y se incrementó la confianza tanto de científicos como de campesinos en la investigación conducida por agricultores.

Hacia 1998, después de tres años de actividad, el grupo de trabajo había cambiado su carácter. Los miembros individuales que inicialmente se habían comprometido debido a un interés personal en DPT y en LEISA, ahora recibían el apoyo de sus instituciones. Esta combinación de miembros individuales en el grupo de trabajo participando sobre la base de un interés institucional, pero sin ninguna membresía institucional formal, ha probado tener mucho éxito. Creó un espacio para la experimentación, sin poner en jaque las relaciones institucionales. El comité de investigación del GTLNG fue responsable de asuntos de manejo diario, como por ejemplo, planificación, implementación y coordinación de las actividades del programa de investigación.

El grupo de trabajo proporcionó información y capacitación y, también, monitoreó y planificó actividades. También comenzó a documentar y a desarrollar material de extensión. Gradualmente, los agricultores se involucraron en actividades de planificación y en el proceso de compartir experiencias. En un tiempo relativamente corto, el grupo de trabajo tuvo éxito en suscitar el interés de otros interesados y también de los directores distritales de agricultura, de las universidades y de institutos de investigación fuera de la región del Norte de Ghana. Esto creó una plataforma mucho más amplia donde se podían discutir temas de desarrollo agrícola y la promoción de LEISA y DPT. De esta forma, se incrementó el interés a nivel de política regional. Mientras los agricultores ven al GTLNG como una organización que colabora en la experimentación con tecnologías LEISA, los políticos lo conocen mejor por su trabajo de promoción.

Alentados por los resultados positivos del GTLNG, varias instituciones han indicado que LEISA y DPT serán parte de su enfoque. La Universidad de Estudios de Desarrollo ha incorporado LEISA y DPT en su currículo de estudios; el Instituto de Investigación Agrícola de Sabanas y el Instituto de Investigación Animal incluyen DPT y LEISA en sus propuestas de investigación. Los Servicios Distritales de Extensión Agrícola tienen la intención de usar el enfoque y un programa del Banco Mundial para el manejo de recursos naturales, en el norte de Ghana, usará el enfoque de DPT y quiere hacer propias las experiencias del GTLNG.

Un factor que contribuyó a la coherencia interna del grupo de trabajo fue ACDEP. Como ONG, tenía más libertad para promover y experimentar con nuevas organizaciones institucionales, como por ejemplo, el GTLNG, a diferencia de los existentes servicios de extensión gubernamental o los institutos de investigación. ACDEP fue aceptado fácilmente como coordinador del grupo de trabajo. Tenía la capacidad suficiente para asegurar que todos se mantuviesen informados e interesados. Durante la constitución del grupo de trabajo, se tomó mucho cuidado en mantener, en cada uno de los interesados, el sentimiento de propiedad del proceso.

Pareciera que el GTLNG, en su calidad de socio del Programa de Investigación de ILEIA, ha contribuido a cambiar las agendas de investigación y desarrollo en dirección de LEISA y del DPT. Al acceder a los intereses de los agricultores, ha creado nuevas esperanzas y caminos para el desarrollo agrícola. El GTLNG ha decidido continuar como plataforma bajo el marco legal de ACDEP. En su nuevo programa, continuará trabajando en investigación en acción, construcción de plataformas, promoción y apoyo.

India: Plataformas para la innovación
Discutiendo experiencias ganadas con el intercambio de agricultor a agricultor.

En menos de cinco años, el Grupo de Trabajo de Maní (GTM) en la Meseta de Decán, en el sur de India, se ha convertido en una plataforma para un sinnúmero de instituciones de investigación y organizaciones no gubernamentales. En su taller anual, el GTM proporciona un foro para debates e intercambio de ideas y de apoyo técnico. No es un grupo consolidado de interesados, en el sentido que sus miembros trabajan juntos en temas o áreas específicas. Sin embargo, hay subgrupos del GTM que tienen determinados campos de intereses.

Las ONGs hacen la mayor parte del trabajo de DPT con apoyo de AME. AME incorpora a los científicos y juega un papel importante en dirigir, coordinar y facilitar este proceso de interesados. Considera que la participación activa de una ampia gama de interesados tiene importancia estratégica. De esta forma, el GTM ha llegado a un gran número de agricultores (ver página 74). La experiencia del GTM ilustra etapas en el proceso de ampliación del DPT/ACI.

Pasos críticos para el avance de DPT/ACI

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Comenzar a pequeña escala, en un área local y específica, realizando experimentos de campo de un solo cultivo/variable. En dos años, esto proporcionó una buena información de los factores que afectaban la producción de maní.

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Organizar a los agricultores interesados en experimentar a través de las ONGs, las que también sirven de intermediarias entre los agricultores y el gobierno (e investigación). También fue importante incrementar las habilidades técnicas y de DPT de las ONGs y superar la desconfianza entre las ONGs, el gobierno y las instituciones de investigación.

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Otro punto crítico es difundir los resultados positivos e ir a otras comunidades en la misma área. Cuando se determinan problemas a través de una evaluación rural participatoria y se encuentran similitudes, es menos importante la etapa de ‘Buscando en qué trabajar’. Entonces, se puede enfatizar más en la demostración y en el futuro desarrollo de las opciones encontradas.
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Es importante reconocer la necesidad de la experiencia científica y gradualmente, ampliar la plataforma; así como también, aprender unos de otros y establecer vínculos importantes entre las ONGs y los investigadores. De esta manera nació, el Grupo de Trabajo de Maní, una plataforma de ACI.
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Las relaciones con otros actores institucionales son más fáciles si es que se comienza con una sola ONG o con un grupo homogéneo de ONGs y, después, se incluyen consejos comunales, departamentos gubernamentales, proveedores de insumos e instituciones crediticias. Esto culminó en el establecimiento de plataformas de interesados como estrategia para incrementar el desarrollo de uso de tierras, de forma participatoria e integrada.
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Demostrando los beneficios de trabajar juntos, se contribuyó a mejorar la sinergía entre los actores del sistema de los conocimientos agrarios (en maní) y estimuló un avance.
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Es esencial una buena documentación. Basándose en experiencias anteriores, en 1997, se publicó un manual provisional de producción de maní. Esto fue el punto de partida para su expansión en otras áreas.
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No todo avanza automáticamente. Una vez que las tecnologías son validadas por los agricultores, se difunden rápidamente. Sin embargo, el proceso de experimentación en sí, que proporciona la información inicial sobre esas tecnologías, no avanza tan fácilmente, sino que requiere una continua retroalimentación, buenas pautas y un intenso monitoreo.

Lecciones aprendidas en la Acción Concertada de Interesados (ACI)
No es fácil reunir a los interesados. Las diferencias de posición social y cultural, la desconfianza que los agricultores y las ONGs demuestran hacia los investigadores y la competencia entre las ONGs y organizaciones gubernamentales y/o de investigación, son algunos de los factores que contribuyen a esta situación. Hay condiciones previas importantes para ACI y algunas de éstas se discuten a continuación.

Es esencial que los interesados tengan un genuino interés en aprender de los otros y que compartan actividades, responsabilidades y de trabajo para lograr una meta común. Los interesados pueden cooperar por razones de oportunismo, lo cual no es un problema en sí. Sin embargo, cuando la razón principal para unirse a un grupo de interesados es por motivos financieros, el grupo no será ni viable ni sostenible. El tener y crear respeto por la capacidad, el conocimiento y por las limitaciones e inquietudes institucionales de los otros es esencial y constituye un reto. Dicha cooperación tiene valor agregado y cuando desaparecen los prejuicios, se refuerza el respeto mutuo.

El tener metas comunes es importante, pero no suficiente. Debe haber una acción concertada de la cual se beneficien profesionalmente todos los interesados. En ILEIA, fue la combinación del proceso de DPT con los estudios complementarios lo que mantuvo interesados a todos. Si se quieren evitar desilusiones, los grupos de interesados deben ser realistas acerca del tiempo y recursos que los diferentes miembros tienen disponibles.

El liderazgo en los grupos de interesados es un asunto delicado. No siempre es posible tener una organización o persona con la suficiente credibilidad, aceptada por todos los interesados (como por ejemplo ACDEP en Ghana), que pueda asumir un papel de coordinador o de líder. Tarde o temprano los investigadores tienden a asumir el comando y eso puede causar resentimiento entre los agricultores que quieren tener el control sobre el desarrollo tecnológico. Entonces, se hace crucial encontrar una solución pragmática, como por ejemplo, asegurar que la dirección del grupo rote regularmente (Perú) o establecer un facilitador externo (Filipinas), que sea aceptable para todos y que pueda ser evaluado cada cierto tiempo.

Un manejo adecuado de las capacidades y puntos sensibles de los individuos y de las instituciones es en extremo importante. Se debe tener mucho cuidado con quienes son dueños de las metas, de los procesos y de las actividades. Estos asuntos deben ser tratados por un responsable entre los miembros del grupo de interesados. Es necesario una considerable inversión de esfuerzos para la construcción de una toma de conciencia y para una orientación y capacitación en LEISA y DPT, tanto al comienzo del proceso como después, en las etapas posteriores. Aunque es importante que los grupos de interesados incrementen los conocimientos, habilidades y experiencias de sus miembros, a veces puede ser necesario que una institución o individuo con experiencia y externos al grupo, den pautas y consejos para los procesos de ACI, DPT y desarrollo de LEISA.

Deberá haber un compromiso de transparencia en la concepción del programa, en tomas de decisión internas y en los aspectos financieros, y no se deben subestimar los requerimientos de administración contable y de elaboración de informes. Si no se manejan estos puntos de una manera responsable, a tiempo y con transparencia, ocurrirán serias frustraciones.

Se ha demostrado que la documentación del proceso y de los resultados, junto con la organización de talleres donde participa una audiencia mayor, es una manera importante de lograr reconocimiento de afuera y de asegurar un avance y un apoyo; esto también da peso al propio grupo de interesados.

Aunque toda situación tiene su propia dinámica, los grupos de interesados no deberían ser institucionalizados de una manera formal. El reconocimiento en la práctica de un grupo informal de interesados, quizá con una filiación institucional, puede ser flexible y manejable (ver Ghana, p. 40). Sin embargo, después pueden requerirse relaciones de trabajo más formales (ver India, p. 74).

Un Grupo de Interesados puede comenzar con un número relativamente pequeño de miembros para asegurar que el proceso sea claro y manejable. Pero, hay el peligro de que un pequeño grupo continúe siendo muy introvertido. Para que ocurra un desarrollo tecnológico completo, deberán participar nuevos miembros de otros grupos y otras categorías de agricultores, científicos e instituciones de otras especialidades y que aporten nuevos conocimientos. Dichos interesados pueden provenir de la banca, por ejemplo, o de sectores comerciales o políticos. Serán cruciales para ampliar el ámbito del desarrollo tecnológico y para hacer crecer el proceso.

Impacto de la ACI
Los cuatro estudios de casos referidos aquí demuestran que la ACI contribuyó a la creación de un entorno de aprendizaje para todos los interesados comprometidos. Fue muy útil en asegurar el uso efectivo y complementario de conocimientos, tanto de los agricultores como de los científicos, e hizo que los grupos adquirieran nuevos criterios. Una posterior evaluación del papel que tuvieron los agricultores y la contribución que el conocimiento indígena pueda tener en el desarrollo de la tecnología condujo a desestabilizar los papeles adoptados por los investigadores, personal de ONGs y agricultores. Esto y la construcción de habilidades han alentado la colaboración de una amplia gama de interesados en la investigación y en el desarrollo participatorios. ACI también ha sido importante para reforzar las capacidades innovadoras de los agricultores y para otorgar poder a los campesinos y a sus organizaciones, de tal forma que se conviertan en socios igualitarios en la investigación agraria y que incrementen la toma de conciencia y el entusiasmo. Finalmente, la ACI probó ser efectiva para coordinar la definición, el monitoreo y la evaluación de los programas de investigación y desarrollo participatorios. En algunos casos, pudo influir en las políticas de uso de tierras y en el escalamiento de los programas de investigación y de desarrollo. Como tal, ACI parece ser una condición previa y una herramienta metodológica importante para desarrollar la agricultura sostenible y LEISA.

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