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En Sudamérica, se eligieron los valles alto andinos en el norte y centro del Perú, como representantes de la eco-región de los Andes. Aunque frágil, éste es uno de los entornos más diversos del mundo. Los Andes pasan por siete países y es el hogar de unas 135 millones de personas. El sistema de montañas ha sido severamente dañado por la erosión del suelo, la deforestación, el sobrepastoreo, la contaminación por relaves mineros y por un mal manejo del agua. Como resultado, más del 60 % de las familias rurales en los países andinos viven en una situación de pobreza.

En los Andes peruanos, los agricultores plantan hasta 50 cultivos diferentes y trabajan en varios campos en distintas zonas agroecológicas, con altitudes que van de 2.500 a 4.500 metros sobre el nivel del mar. Las estrategias de aversión al riesgo aseguran que, por lo menos, algunas plantas y cultivos sobrevivan a las plagas y enfermedades virulentas, ante cualquier situación en particular.

Con frecuencia se intercalan y rotan los cultivos en los campos, para mantener la fertilidad del suelo. En general, las condiciones ecológicas y socioeconómicas no son particularmente favorables para una agricultura a gran escala ni de altos insumos externos, excepto en los valles bajos. Estas son las áreas más productivas y casi siempre tienen facilidades de riego y un mejor acceso a los mercados.

Los sistemas agrícolas, con frecuencia, integran cultivos y producción pecuaria. La mayoría de las familias campesinas vive al nivel de subsistencia, y solamente comercializan una pequeña parte de su producción. Los agricultores que se autoabastecen siembran principalmente cultivos de secano (tubérculos, maíz, cereales y hortalizas). El cultivo principal es la papa y existe un gran número de variedades indígenas de este tubérculo. Sin embargo, lentamente se está perdiendo esta diversidad ya que las variedades «mejoradas» están reemplazando a las indígenas. La comercialización promueve la introducción de variedades de alto rendimiento y el uso agroquímico para protegerlas de las plagas. Este proceso ha producido no solamente pérdida de la diversidad genética sino que, además, los cultivos se han vuelto menos resistentes a ciertos plaguicidas. Es más, los agricultores también tienen que afrontar problemas de salud y costos relativamente altos (Gomero Osorio y Lizárraga Travaglini, p. 58). El abandono de los antiguos métodos técnicos y sociales del control de la manera cómo se usan los recursos, también ha contribuido a la erosión del suelo, a un sobrepastoreo y a la escasez de madera para leña. Al tener que enfrentar los diferentes retos que ponen en riesgo la sostenibilidad de sus sistemas de producción, los agricultores se han visto forzados a encontrar nuevas soluciones para sus problemas ambientales y económicos.

Los pequeños agricultores de los Andes del Perú son generalmente campesinos. En la Sierra central y sur, la comunidad es la forma prevalente, mas no en la Sierra norte, donde la donde la organización social de los productores campesinos es más difusa. Las tierras comunales y las formas de reciprocidad social tienen mayor importancia allí donde existe la comunidad campesina. En la Sierra norte, la comunidad campesina es casi inexistente y las prácticas de trabajo colectivo son frecuentes en casos de obras de infraestructura que benefician al conjunto de pequeños agricultores. Las «parcialidades» en la Sierra central y los «caseríos» en la Sierra norte son denominaciones que reciben los asentamientos poblacionales en el área rural y obedecen a criterios de organización política del territorio.

En general, las políticas gubernamentales que afectan a la investigación y al desarrollo agrícola han favorecido áreas y cultivos que responden bien a altos insumos externos. Junto con el acelerado proceso de «modernización» que comenzó con el inicio de la reforma agraria en la década de 1970, estas políticas han producido migraciones masivas a las ciudades de la Costa y a la región amazónica.

Desde la década de 1980, estas políticas han dado como resultado la abolición de agencias gubernamentales de extensión. Aparte de agencias especializadas, tales como PRONAMACHCS (Programa Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos), la participación gubernamental en el desarrollo agrícola se ha visto confinada a institutos especializados de investigación y a universidades. Las ONGs han adquirido una posición bastante fuerte, por su búsqueda de modelos alternativos de desarrollo, especialmente cuando se trata de enfoques más agroecológicos. En la mayoría de los casos, las agendas y las prioridades están definidas por estas organizaciones y los agricultores solamente participan en la implementación de programas predeterminados.

Plataformas de acción
En 1995, ILEIA decidió trabajar en el Perú, en dos zonas diferentes: Cajamarca en el norte y Huancayo en el centro. En ambas áreas se establecieron grupos de trabajo con ONGs, universidades e institutos de investigación agrícola: GINCAE en Cajamarca y GIAREC en Huancayo. Comenzaron un programa colaborativo para explorar el potencial de LEISA dentro del entorno cultural, socioeconómico y ecológico, en sus áreas de trabajo. Después de la etapa inicial para establecer los «grupos de interesados», los hombres y las mujeres campesinas, el personal de ONGs y los investigadores hicieron un inventario de las condiciones agroecológicas usando un Mapeo de Recursos Agro-Ecológicos (MRAE) y encuestas participatorias de suelos (ver Kauffman, p. 9). En la fase inicial, técnicos, investigadores y productores claves fueron capacitados en el uso de herramientas y técnicas participatorias para facilitar el proceso de reflexión y análisis.

Norma Canales (p. 60) describe las dinámicas de Acción Concertada de Interesados en GIAREC. Los artículos de Álvarez y Nalvarte (p. 62), Canales y Canto (p. 65) y Bojórquez (p. 67) también dan información sobre la colaboración entre los varios interesados y sus esfuerzos de desarrollo en las áreas de trabajo de las diferentes ONGs.

Recuadro 1 Resultados esperados del enfoque de DPT
El DPT mejorará las capacidades de innovación de los agricultores a través de la experimentación transferida por el grupo, lo que permitirá que los procesos tengan mayor oportunidad de generar tecnologías agrícolas viables y reproducibles;
El DPT mejorará los sistemas de producción agrícola existentes a través de la generación de soluciones tecnológicas sistemáticas que respondan a los problemas reales del desarrollo agrícola y a la situación económica de los agricultores;
EL DPT reforzará el enfoque de LEISA permitiendo una apertura a alternativas de desarrollo que sean económicamente viables, socialmente aceptables y técnicamente realistas, siempre dentro de una perspectiva de género, y que puedan permitir el desarrollo de tecnologías eficientes y equitativas;
El DPT reforzará la convergencia de la ciencia formal con el conocimiento de los agricultores, permitiendo un proceso de aprendizaje mutuo;
El DPT mejorará la capacidad de las instituciones en el trabajo participatorio, al añadir nuevos elementos;
El DPT mejorará y contribuirá al proceso de validación de LEISA dentro del marco referencial del proyecto de ILEIA para las actividades concertadas con GIAREC y GINCAE.
Desarrollo Participatorio de Tecnologías
Fue solamente en 1997 cuando los dos grupos de Huancayo y Cajamarca emprendieron el DPT. Más de 200 agricultores (hombres y mujeres) se comprometieron activamente en un proceso de análisis de problemas, priorización, experimentación e identificación de posibles soluciones, tratando de encontrar nuevas maneras de tratar sus problemas de producción agrícola. Después de dos años, los primeros resultados mostraron que es posible identificar soluciones adecuadas que estén dentro del alcance de los pequeños agricultores de subsistencia y que tengan el potencial de ser ecológicamente sostenibles. Al mismo tiempo, el proceso de DPT fue importante para reunir a agricultores, personal de las ONGs y de los institutos de investigación en una actividad compartida de acción para la investigación.

El enfoque de DPT fue introducido como un elemento clave del programa de investigación. Los socios de ILEIA sintieron que el DPT contribuiría a lograr metas específicas (ver Recuadro 1). La interiorización del enfoque del DPT se llevó a cabo a través de un proceso intenso de «aprender haciendo», en el cual la capacitación y la práctica se complementaban. Un facilitador externo guió el proceso de capacitación y de respaldo al DPT.

El proceso del DPT se estableció en la siguiente secuencia de talleres:

Capacitación en MRAE para agricultores (hombres y mujeres) y para el personal de las instituciones involucradas en el MRAE;
Capacitación de personal de las instituciones en conceptos y técnicas en el DPT y en la facilitación de talleres de agricultores, para identificar y priorizar problemas y dar posibles soluciones a ser ensayadas mediante experimentos;
Capacitación en facilitar talleres de agricultores para diseñar, planificar y monitorear experimentos del DPT;
Talleres a nivel de grupo de interesados, para evaluar el progreso y los resultados;
Talleres conjuntos de los grupos de interesados, para planificar la sistematización y la documentación del proceso del DPT y reforzar su conocimiento.
Estos talleres incluyeron sesiones prácticas con los agricultores en una de las áreas de trabajos («talleres de agricultores»), proporcionando instrucciones para que el personal de las instituciones participantes las realice con sus propias manos. Es importante observar que estos talleres fueron seguidos por las llamadas «réplicas»: talleres de agricultores repetidos en otras partes de las áreas de trabajo. De esta manera se llevó a cabo una difusión rápida y efectiva del DPT y unos 250 agricultores se involucraron en este proceso.

Los talleres de capacitación más importantes se centraron en la interiorización de conceptos del DPT, en los pasos de su metodología y en técnicas de comunicación. Por otro lado, los talleres de agricultores siguieron un conjunto flexible de procedimientos participatorios para identificar problemas y opciones (ver Recuadro 2). Después de los talleres de diseño experimental para agricultores, éstos comenzaron a implementar y monitorear los experimentos con apoyo del personal de las instituciones.

Los artículos de Álvarez y Nalvarte (p. 62), Canales y Canto (p. 65) y de Bojórquez (p. 67) describen tres casos de implementación de trabajo de DPT en Huancayo. El artículo de Staub (p. 69) señala el importante papel de los agricultores en difundir el enfoque. En el artículo final de la sección de Perú (Resultados e Impacto del Proceso de DPT, p. 70), se hace un resumen de los puntos de aprendizaje de dos años de trabajo con DPT.

Recuadro 2 Buscando cosas para ensayar: un módulo de DPT para diseñar experimentos con los agricultores

Procedimiento:

1. Reunión de la comunidad para que se comprometa a realizar y transferir los experimentos.
2.
Diseño de flujos de recursos para empresas agrícolas (Diagramas de flujos/MRAE).
3.
Identificación de problemas y opciones para resolverlos (Clasificación de pares lógicos).
4.
Más análisis detallado de problemas (Árbol de problemas).
5.
Orientación de los experimentos de los agricultores (Clasificación).
6.
Acuerdo sobre el diseño detallado de los experimentos (tratamientos; diseño del experimento; monitoreo; etc.).
7.
Conclusión: hojas de ideas de proyectos.
Temas Principales
La identificación de problemas en los diferentes sitios de investigación en Cajamarca y Huancayo resultaron en varios temas para investigación de respaldo. Los agricultores consideraron que los problemas más importantes eran las plagas y enfermedades de la papa, el inadecuado manejo de pastizales y las enfermedades del ganado. Además, un grupo se concentró en fertilidad del suelo y otro grupo incluyó un experimento con irrigación a pequeña escala. En apoyo de los experimentos de los agricultores, los grupos de trabajo e ILEIA también identificaron y comisionaron varios estudios que se concentraban en los problemas traídos a luz. Estos estudios fueron un esfuerzo por analizar el contexto más amplio y los aspectos de sostenibilidad en las limitaciones, así como para identificar nuevas opciones para la experimentación de los agricultores y casos de programas de desarrollo alternativo. Se dividieron los estudios en tres categorías: estudios de contexto de las dos zonas (Huancayo y Cajamarca), estudios técnicos que cubren los temas específicos (Manejo de Pastizales, Control Etnoveterinario de Fasciola en el Ganado y Uso de Plaguicidas en los Sistemas Andinos de Producción de Papa) y un estudio que analiza las experiencias con MIP en Cajamarca. En total, se comisionaron seis estudios. El de uso de plaguicidas se presenta en el artículo de Gomero Osorio y Lizárraga Travaglini (p. 58). Algunos resultados sobre el manejo de pastizales han sido incluídos en el artículo escrito por Bojórquez (p. 67).

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