marzo 1997, Volumen 12, Número 3
Rastreando el cambio

Rastreando el cambio. Indicadores para evaluar un objetivo en movimiento

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Comprender y documentar las condiciones que promueven, así como aquellas que limitan la expansión de LEISA es un tema principal para ILEIA. Esto requiere la comprensión del impacto de muchas condiciones que están, ellas mismas, en constante evolución. Más aún, los diferentes interesados ven estas condiciones de manera diferente.

El reto es por esta razón muy complejo, ya que nos enfrentamos a muchas condiciones que no sólo cambian sino que además, tienen diferentes significados para los distintos actores. Por ello, es importante enfocar la atención en el rastreo del cambio. Afortunadamente, muchos grupos alrededor del mundo, están trabajando sobre este mismo tema. Las ONG, organizaciones de agricultores e instituciones de investigación intentan definir los indicadores de sostenibilidad que son relevantes para sus fines de rastreo del cambio. Este boletín contiene experiencias, historias de éxitos y fracasos en los Intentos de diferentes protagonistas. También brinda algunos ejemplos de casos donde los agricultores, ONG e investigadores intentaron encontrar un lenguaje común para juntos rastrear el cambio.


La pérdida de las especies de árboles en Dousin, Burkina Faso.
Foto tomada por las mujeres de Dousin.

La Agenda 21 preparada como resultado de la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas de 1992, es evidencia suficiente de que la necesidad por el desarrollo sostenible es generalmente aceptada como un objetivo recomendable y que los múltiples interesados están involucrados en dar forma a este objetivo. Sin embargo, las opiniones e interpretación del desarrollo sostenible y de la agricultura ecológica difieren entre los diferentes interesados. Los agricultores, así como los trabajadores del desarrollo, los creadores de políticas y los donantes afrontan el dilema de cómo entender, documentar y demostrar el impacto en su trabajo hacia un desarrollo sostenible. «La evaluación y monitoreo de la sostenibilidad parecen ser extremadamente complejos y difíciles con relación a las numerosas disciplinas y sectores que deben tomar parte. Cada una de las disciplinas o sectores presentan diferencias en la comprensión y apreciación de los indicadores que se deben usar, complicando el proceso y haciendo que todo consenso sea difícil de alcanzar.» (Some & McSweeney, p. 12).

Protagonistas y disciplinas

Para sobrevivir, los agricultores deben ser, y frecuentemente son, experimentados «rastreadores del cambio» y están dispuestos a aprender, adaptar e innovar. Los trabajadores del desarrollo, investigadores y creadores de políticas también han desarrollado instrumentos para monitorear o rastrear el cambio, por ejemplo, para analizar el desarrollo agrícola, el impacto de los proyectos y las políticas agrarias o la efectividad de las nuevas técnicas de cultivo.

Sin embargo, muchos «rastreadores del cambio» ahora se dan cuenta que los indicadores, parámetros y normas que han utilizado no son suficientes para comprender los desarrollos y las acciones que guían hacia el bienestar sostenible. Las dimensiones social, ecológica, cultural y espiritual de la realidad no han sido tomadas en cuenta o han sido subvaloradas sistemáticamente por los profesionales del desarrollo. Por consiguiente, aparte de los múltiples protagonistas, múltiples disciplinas tienen un papel que desempeñar. La mayoría de los esfuerzos documentados en este número del Boletín enfoca más su atención en entender las interacciones entre las diferentes disciplinas. Esto se manifiesta en diversos esfuerzos al definir los indicadores. El siguiente número del Boletín enfocará su atención en el análisis de la interacción de los diferentes protagonistas. Se titulará «Forjando nuevos vínculos». Ambas dimensiones son de igual importancia.

¿Qué es un indicador?

Los indicadores son usados para monitorear el estado de las cosas, el cual es comparado con las condiciones deseables o metas que están implícitas en los principios (Kimmins, 1992). Un «indicador de la sostenibilidad» es una variable cuantitativa o cualitativa que puede medirse o describirse y que, cuando es observada periódicamente y analizada en conexión con otros indicadores, demuestra tendencias hacia una mayor o menor sostenibilidad (Hardi y Pinter 1995).

Percepciones de la sostenibilidad

La amplia gama de puntos de vista descritos en este número sobre cómo comprender, documentar y demostrar el impacto, indica la complejidad del reto que se nos presenta. «La comprensión» se refiere a la percepción de un medio ambiente complejo y cambiante; pero los distintos protagonistas perciben la realidad de acuerdo con su propia visión del mundo. La percepción de la degradación del medio ambiente podría variar aun entre individuos dentro de un grupo dado de protagonistas, como resultado de diferencias socio-económicas, religiosas, de género o de grupo de edad. Lazos Chavero (p.18) muestra las percepciones opuestas sobre la degradación del medio ambiente, tal como lo señalan los valores y expectativas de los grupos de distinta edad, entre los indígenas de México. La percepción está también muy influenciada por los medios de comunicación utilizados para captarla y comunicarla. En evaluaciones participativas, el uso de fotografías podría aumentar la capacidad de distintos grupos para expresar y compartir sus percepciones (Mazzucato, p.20) y, sobre esa base, acordar un plan de acción común (FAO Pakistán p. 21). En un nivel diferente, el artículo de Fairhead & Leach (p.7) demuestra que las ideas preconcebidas por los creadores de políticas y los científicos sobre el deterioro del medio ambiente, podrían muy bien dar forma a la interpretación de los datos en maneras que son sorprendentemente inexactas.

Un lenguaje común

Un lenguaje común o una base de referencia común para los criterios y normas para medir la sostenibilidad aún tiene que desarrollarse. Obviamente, esto necesitaría diálogos posteriores sobre lo que realmente significa para la gente el desarrollo sostenible. Existen criterios muy amplios con relación a la agricultura sostenible tales como «económicamente viable, ecológica, socialmente justa, humana y adaptable» (Gips 1986). Pero estos criterios son evaluados de diferentes formas por diferentes actores, dependiendo de su profesión, base de recursos, necesidades y preferencias y de su visión sobre la agricultura y el desarrollo como un todo. El artículo de Somé y McSweeney describe el esfuerzo realizado por el proyecto SANREM para definir los indicadores a través de las disciplinas. La estandarización y definición de estos indicadores todavía es difícil. Por ejemplo, la Federación Internacional de Movimientos Agrícolas Orgánicos (I FOAM) ha desarrollado «Standards for Organic Agriculture» («Estándares para la Agricultura Orgánica»). A pesar de que estas normas han sido desarrolladas para la agricultura orgánica comercial y fallan en el reconocimiento de la especificidad de la situación, podrían proporcionar información útil para los diálogos sobre normalización de indicadores de sostenibilidad.

Es importante un acuerdo sobre qué medir. Esto requiere que los diferentes interesados acuerden en una fase temprana sobre las áreas específicas de trabajo y formulen objetivos concretos. En esta etapa, los parámetros e indicadores necesitan ser definidos tanto por agricultores, investigadores como por organizaciones de apoyo. Esto significa que cada uno de los interesados debe seleccionar los indicadores más significativos e importantes, evitando listas extensas y compararlos unos con otros. Dos casos inspiradores son los reportados por andel (p.16) y por Guijt & Sidersky (p.9) donde se determinó el uso de ayudas visuales como punto de partida que permitía a los diferentes interesados ponerse de acuerdo sobre cómo entender la realidad con una visión para actuar sobre ésta a través de la investigación – acción participativa.

Seleccionando los indicadores

Los indicadores no sólo deben mostrar si las cosas se están moviendo hacia la sostenibilidad, o quizás mejor, «fuera de la insostenibilidad» (Guijt 1996), sino también deberían contribuir a una mejor comprensión de los procesos que ocasionan el cambio. Sin embargo, contribuir a una mejor comprensión, requiere: 1) elementos de análisis comunes que conduzcan a una terminología compartida (por ejemplo: parámetros, indicadores, normas, componentes, datos); 2) mecanismos para reconocer e involucrar a los interesados en la definición de indicadores; y 3) mecanismos para priorizar y seleccionar indicadores prácticos sobre los cuales se enfoque la atención.

Recientemente, diversas conferencias científicas y grupos de trabajo han estudiado los indicadores de la sostenibilidad (véase «si desea saber más», p. 26). Se han formulado muchas recomendaciones para la selección de indicadores y el monitoreo de procedimientos. Investigadores y trabajadores del desarrollo han elaborado largas listas de indicadores. Pero las listas preelaboradas, largas o cortas, parecen no funcionar. Para cada nuevo caso, los indicadores tienen que ser seleccionados y negociados por los actores involucrados. Se necesita seleccionar una estructura pragmática de indicadores, dependiendo de la situación local y de los procesos de cambio, relacionándola con los objetivos de los agricultores y los criterios principales para la agricultura sostenible. Cuando las percepciones y las condiciones cambian, esta estructura necesita ser adaptada. De hecho, la capacidad de los agricultores y otros interesados para aprender, adaptar e innovar es uno de los más importantes indicadores de la sostenibilidad.

Buscando los indicadores de la sostenibilidad

COAGRES es el grupo coordinador para la agricultura ecológica de El Salvador, América Central. Reúne los programas de las ONG y las universidades que incluyen a los agricultores en el desarrollo de sistemas ecológicos. El personal de COAGRES sintió la necesidad de desarrollar una serie de indicadores para evaluar fa sostenibilidad. Se organizó un taller en junio de 1996 para revisar los indicadores utilizados por los miembros de. COAGRES y buscar acuerdos sobre la evaluación de la sostenibilidad. Para muchos de los técnicos, este evento fue el primero de su clase. Al término del día, se desarrolló una larga lista de indicadores y se encargó el trabajo de revisar y organizar la asta a un pequeño grupo, denominado «la comisión».

A primera vista todos los Indicadores elegidos pare cían tener la misma importancia. Más aún, era claro que existían vacíos en el área de los indicadores económicos y sociales. Se acordó que tales indicadores eran necesarios y que se deberían añadir a la lista. Sin ernbargo era también evidente que esto extendería más la lista, un asunto que preocupó, ya que no es práctico utilizar una gran cantidad de indicadores pues requiere tiempo y recursos. Además, el análisis de datos se vuelve un problema: Al final, la “comisión” concluyó que la mayor limitación era la falta de Metodología para la selección de indicadores.

Para satisfacer esta necesidad, la Comisión hizo uso del programa SANE/UNDP (Sustainable Agriculture Networking and Extension) (Red y Extensión de Agricultura Sostenible), y contactó a Marta Astier y Omar Masera de GIRA en Pátzcuaro, México. Ellos han desarrollado «MESMIS: Metodología de Evaluación de Sistemas de Manejo Incorporando Indicadores de Sustentabilidad». Este instrumento resultó ser muy útil para nuestro trabajo en El Salvador. Los autores de este método fueron invitados para una capacitación que se realizó en octubre de 1996.

Hemos aprendido que no es posible trabajar en diferentes proyectos con una lista normalizada de indicadores de sostenibilidad Cada contexto es diferente y requiere sus propios indicadores. Estamos en el proceso de comprometer a las 13 organizaciones miembros en un proceso de evaluación incorporando indicadores de sostenibilidad. Durante el primer año esperamos ganar experiencia y adaptar la metodología nuestras condiciones. Para la próxima cosecha de maíz en noviembre de 1997, esperamos estar en condiciones de compartir nuestros resultados.

Para mayor información sobre nuestro trabajo y sobre COAGRES contáctese con COAGRES, 27 Avenida Norte 1221, San Salvador, El Salvador. Tel/fax: 5032252547 ó 503 226481

Vinculando los indicadores

Tener un lenguaje común significa estar de acuerdo en las definiciones y utilización de términos al punto que los parámetros de un grupo (por ejemplo, aspectos ecológicos) y los indicadores elegidos para monitorear dicho parámetro (por ejemplo, reciclaje, biodiversidad, producción total de biomasa) puedan ser comprendidos con relación a los parámetros de otro grupo (por ejemplo, aspectos económicos) junto con los indicadores elegidos para monitorear dicho parámetro (precios, ingresos del trabajo, etc.). El reto, sin embargo, se basa en establecer vínculos entre diferentes indicadores claves. Some &McSweeney describen un primer intento de hacerlo en términos conceptuales. Kauffman (p.28) considera varios indicadores relacionados con el suelo, mientras que Shiva (p.22) diseñó una estructura para evaluar la relación entre biodiversidad y beneficio (económico).

Los participantes que asistieron al Taller y Conferencia sobre Indicadores de la Sostenibilidad organizados por SANREM (Sustainable Agriculture and Natural Resource Management Collaborative Research Support Programme), (Programa de Apoyo a la Investigación Colaborativa del Manejo de Recursos Naturales y Agricultura Sostenible) enfatizaron la importancia de la intervención de la comunidad en la identificación de los indicadores indígenas y experimentales y en la evaluación tanto de indicadores locales como de aquellos que se basan en la investigación (Bellows, 1995). Dieron importancia al hecho de que la intervención de los participantes en la identificación de los indicadores y su uso debe asegurar la participación de los usuarios finales en todas las fases de desarrollo de los indicadores de la sostenibilidad, incluyendo:

  • la identificación de indicadores y los procesos de evaluación asociados
  • la participación en la evaluación de indicadores y,
  • a toma de decisiones con relación a la manera en que los resultados del rastreo del cambio se utilizarán en el proyecto o la formulación de políticas.

Los participantes advirtieron que los indicadores de la sostenibilidad son solamente subproductos de un proceso de desarrollo que incluye un diálogo sobre los problemas, la definición de opciones y la búsqueda de soluciones alternativas. Los indicadores son necesarios para evaluar si éstas son realmente soluciones.

Trabajo que se debe realizar

Los participantes de la sesión sobre el Monitoreo Físico y Social del Desarrollo del Uso Sostenible de la Tierra, en la sexta conferencia de ISCO (Bonn, agosto de 1996), concluyeron que la labor del monitoreo de la sostenibilidad es abrumadora. Ellos observaron que el uso del término «monitoreo» en algunos de los siguientes ejemplos se refiere a un proceso de evaluación, mientras otros usos están más cerca al enfoque de «rastreo».

Se identificaron muchos dilemas prácticos:

  • ¿Cómo unir nuestro ideal de monitoreo con la realidad, dadas las limitaciones de fondos para el monitoreo, y el tiempo de retraso admisible entre la recolección de la información, el análisis y la reacción?
  • ¿Cómo tratar con el temor que algunas personas tienen con respecto al monitoreo puesto que éste se asocia comúnmente con un proceso para encontrar faltas y hacer señalamientos y las personas que están siendo monitoreadas no saben si estos resultados serán bien o mal utilizados?
  • ¿Cómo tratar con la brevedad de los proyectos y la extensión de tiempo que se necesita para evaluar el impacto?
  • ¿Cómo reducir la brecha del lenguaje entre investigadores, socio-economistas y biofísicos para llegar a un monitoreo integrado?
  • ¿Cómo tratar con un interés dominante por datos cuantitativos cuando con frecuencia los datos cualitativos son más relevantes y reveladores?
  • Para lograr una diferencia significativa en la toma de decisiones sobre el uso de la tierra, ¿cuánta información es realmente necesaria y cuán precisa tiene que ser?

Los participantes de este taller llegaron a una larga lista de recomendaciones para limitar el monitoreo en ámbito y escala (véase recuadro de abajo). El artículo de Guijt y Sidersky es un buen ejemplo en el que muchas de las recomendaciones del ISCO están siendo aprovechadas: « ¿Qué utilidad tiene elegir indicadores y complicados métodos de medición que serán desechados tan pronto como los usemos?» (p.9).

Formas de limitar lo que monitoreamos y el esfuerzo que ponemos

Texto seleccionado de las recomendaciones formuladas por los participantes de la «Session on Physical and Social Monitoring Sustainable Land Use Development», (Sesión sobre el monitoreo físico y social del desarrollo del uso sostenible de la tierra). Sexta Conferencia de ISCO en Berlín, agosto de 1996. (Resumen de I. Guijt)

Aclarar el objetivo del monitoreo y al público al que se dirige, antes de empezar.
Priorizar el tema o asunto que se debe monitorear, no se pueden monitorear todos los aspectos del uso sostenible de la tierra.
Verificar si la capacidad humana para realizar el monitoreo deseado existe realmente. Si los sistemas de medición desde los métodos menos sofisticados son aceptables, ¡úselos!
Sea más creativo con los métodos, por ejemplo, acepte documentación en fotografías como evidencia del impacto.
Use métodos/indicadores existentes sí es posible, en vez de inventar otros completamente nuevos.
Use métodos participativos cuando sea posible pues éstos son efectivos en relación con el costo.
Monitoree el monitoreo.

Los artículos en este número del boletín demuestran que los métodos de rastreo del cambio que consideran diferentes protagonistas y disciplinas múltiples, están en las etapas iniciales de desarrollo. Se necesita mayor experiencia en cómo vincular indicadores y cómo intercambiar información entre los diferentes protagonistas. La mayoría de los artículos describen experiencias recientes y por esta razón, existe menos información sobre cómo los resultados del rastreo del cambio han incrementado el aprendizaje y las necesidades de tomar decisiones de los diferentes protagonistas.

Referencias

  • Bellows B. 1995. Proceedings of the Indfcators of Sustainability Conference and Workshop. (Actas del taller y conferencia sobre Indicadores de la sostenlblildad). SANREM Informe de Investigación Nº 1-95. Washington State University.
    Resources Institute, University of Manitoba, Winnipeg, Manitoba, R3T 2N2, Canadá.
  • Burnside, D G Chamala, 1994. Ground-based Monitoring: A Process of Learning by Doing. (Monitoreo de base: Un proceso de aprender haciendo). Rangel. J. 16 (2). pp: 221-237.
  • Gips T, 1986. ¿What is Sustainable Agricuiture? ¿Qué es agricultura sostenible? En: Allen P. y van Dusen, D. (eds), Global Perspectives on Agroecology and Sustainable Agricultural Systems: Proceedings of the 6th International Scientific Conference of the International Federation of Organic Agriculture Movements. (Perspectivas globales sobre sistemas agroecológicos y de agricultura sostenible: actas de la 6ta Conferencia Científica Internacional de la Federación Internacional de Movimientos Agrícolas Orgánicos). Volt pp. 63-74. Santa Cruz, Programa Agroecológico, University of California.
  • Hardi P y Pinter L, 1995. Models and Methods of Measuring Sustalnable Development Performance. (Modelos y métodos de medición del rendimiento del desarrollo sostenible). University of Manitoba, International Institute for Sustainable Development, Winnipeg, Manitoba, R3T 2N2, Canadá.

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