marzo 1997, Volumen 12, Número 3
Rastreando el cambio

Poniéndose de acuerdo sobre los indicadores

PABLO SIDERSKY | Página
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La AS-PTA es una ONG brasileña que trabaja en sociedad con campesinos, asociaciones y sindicatos rurales (STR, Sindicatos de Trabalhadores Rurais, entre cuyos miembros se encuentran algunos pequeños propietarios de tierras) del Noreste, para buscar formas de desarrollo agrícola más agroecológicas y económicas.

Como se puede decir de muchas ONG, a pesar del trabajo intenso y dedicado de los miembros de la AS-PTA, existe muy poca evidencia sistemática y documentada sobre el impacto de sus esfuerzos. Desafortunadamente, a menudo la falta de pruebas se interpreta como una falta de éxito o una ausencia de evaluación. Entre los primeros pasos que deben acordar las sociedades de organizaciones de campesinos y ONG están qué se debe monitorear y qué indicadores se deben usar, buscando rastrear conjuntamente cuál es el impacto de su trabajo. La siguiente experiencia nos cuenta una historia de cómo ponerse de acuerdo sobre indicadores que son significativos tanto para los campesinos como para las ONG.


Diagrama de flujo con votación secreta para someter a prueba uno de los métodos desarrollados en Caiana con 7 productores de plátano, el método elegido tomó la forma de un diagrama de flujo con votación secreta. Este parecía combinar el valor de la discusión en grupo sobre los cambios apreciados en la cosecha de plátanos, con la necesidad de generar la frecuencia e intensidad del impacto observado. Sin embargo, este proceso necesita hacerse con cuidado: cuando se sometió a prueba el método, encontramos que algunos campesinos tendían a dar altos puntajes no tanto a lo que había ocurrido realmente, sino a lo que esperaban que ocurriera. Foto: Irene Guijt

La zona noreste del Brasil es conocida como una de las regiones más problemáticas del Brasil. Esta zona provee medios de vida precarios para aproximadamente 2.5 millones de pequeños propietarios de tierras que generalmente no se benefician de la investigación agrícola gubernamental ni de los esfuerzos de extensión. En el estado de Paraiba, uno de cada nueve en el noreste, se encuentra en Agreste, un área de transición entre la zona interior semiárida y el área costera húmeda. Se caracteriza por una densidad poblacional relativamente alta y una gran diversidad ambiental. Las cifras promedio de precipitación pluvial anual varían entre 350 y más de 1000 mm por año dentro de distancias muy cortas, creándose así muchas microzonas. En estos diversos nichos, los pequeños propietarios tratan de cultivar maíz, frijoles y yuca (mandioca) agregando con frecuencia un trozo de camote (batata), plátano o papa y manteniendo algo de ganado.

Projeto Paraiba
En una pequeña ONG como AS-PTA, el desafío conjunto de la regeneración ambiental y de la viabilidad económica de la producción de los pequeños propietarios de tierras ha obligado a priorizar claramente las actividades. Actualmente, algunas actividades de extensión clave son los bancos de semillas de base comunal para poder superar la falta de acceso oportuno a las semillas, la siembra por surcos en contorno para enfrentarse al problema de la degradación de los suelos, el cultivo alterno del Cajanus cajan (de la familia de las fabáceas, conocido en el norte del Perú como frejol de palo) para forraje en la estación seca, y el manejo biológico de las pestes en las plantaciones para la venta de plátano (banano). También se encuentran en curso una serie de experimentos de agricultores, los que cubren una serie de temas diferentes que van desde el control de hormigas hasta la fertilización de los plátanos (bananos) con abono verde.

Incluso otras actividades refuerzan la capacidad institucional de los socios y tratan sobre las redes locales y regionales.

Desde 1993, la AS-PTA ha estado trabajando con pequeños propietarios agrícolas en dos municipalidades de Agreste: Solanea y Remigio. La asociación, Projeto Paraiba, involucra tres niveles de participación de los agricultores:

  • Un núcleo de unos diez agricultores, afiliados al STR, a cargo de la planificación estratégica, el análisis de datos, el monitoreo y la evaluación. Este grupo también es responsable de la mayor parte de la difusión y trabajo de monitoreo en el campo.
  • El segundo nivel de participación de los campesinos involucra de 60 a 80 campesinos, hombres y mujeres. Incluye líderes de una asociación de la comunidad y agricultores individuales comprometidos en la experimentación conjunta. Prácticamente todos están involucrados en los momentos clave del monitoreo, la evaluación y el planeamiento, particularmente aquéllos relacionados con los experimentos.
  • El tercer nivel incluye la colaboración específica con las actividades realizadas con el ‘público’ general de agricultores y las asociaciones de la comunidad, que cubren 30 comunidades y 500 agricultores interesados en aplicar medidas particulares.

La gran cuestión hoy en día, la misma que enfrentan muchas organizaciones similares, es el rastreo de los cambios que se originan como resultado directo de estas actividades.

La necesidad de monitorear
La escasez de datos es sin duda un problema para la planificación a largo plazo del proyecto mismo y para la contabilidad para los donantes, limitando también el alcance de la influencia del debate y de la difusión de prácticas agrícolas sostenibles alternativas, tanto a nivel local como nacional. Para que Brasil se cambie a un modelo alternativo para el desarrollo de la agricultura es esencial el logro de la difusión de prácticas como las que sugiere el ‘Projeto Paraiba’. Una prueba de que dichas alternativas funcionan se centra no sólo en la atención sobre el impacto concreto de las prácticas agrícolas, sino en los procesos que permiten su desarrollo e implementación –particularmente, la cooperación y el trabajo lento y cercano entre los sindicatos de trabajadores rurales, las asociaciones de comunidades y los grupos de agricultores.

El enfoque de monitoreo de la AS-PTA hasta la fecha ha sido mayormente ‘guiado por la crisis’ y activado cuando el personal ha identificado una falta de información que requiere ser completada rápidamente. Las formas básicas de monitoreo y evaluación para los agricultores y los representantes del STR se ponen en práctica, con éxito variado, con el fin de evaluar la tasa de adopción de ciertas actividades. Los datos recogidos de esta manera se centran en el número de agricultores, talleres y experimentos; en el área sometida a la innovación; en el número de bancos de semillas; etc. También se están recogiendo datos sobre la producción pero está resultando difícil obtener un registro preciso. La evaluación del impacto del trabajo es compleja pues un agricultor puede utilizar, varias tecnologías nuevas a la vez y no existe información de base en la región, lo que complica aún más los intentos de establecer cuál ha sido el impacto directo del ‘Projeto Paraiba’.

Se encuentra en proceso una colaboración en un plazo mayor para desarrollar, con los STR y los grupos de agricultores interesados, un sistema de monitoreo participativo que permita la recolección de datos y el procesamiento de información más útil con menos esfuerzo. Esta acción pretende proveer i) una experiencia de aprendizaje en curso que pueda ayudar a fortalecer las estructuras de grupo y a mejorar el proceso de planificación y la efectividad de las intervenciones; y ii) datos para cumplir con los criterios de contabilidad de los donantes y para apoyar los esfuerzos de las políticas a nivel local y nacional del STR, la AS-PTA y la Red PTA (una red de 23 ONG).

Poniendo en práctica la teoría
Se dieron los primeros pasos con talleres en enero y julio de 1996 con los campesinos, representantes del STR y otros afiliados. Estos ayudaron a identificar:

  • los objetivos de la sociedad vistos desde las perspectivas de la AS-PTA y dos grupos del STR, además de la priorización de los objetivos con propósitos de monitoreo;
  • los indicadores más útiles para rastrear el progreso, es decir la información que se necesita para evaluar qué objetivos se están logrando;
  • los mejores métodos para la recolección y el registro de información, con varias innovaciones que pretenden adaptar los métodos existentes para favorecer los indicadores identificados y el contexto cultural local.

Foto: Irene Guijt

Se pudo determinar clara y rápidamente que no se pueden monitorear al mismo tiempo todas las actividades de difusión, experimentación, construcción de capacidades y trabajo en red. A través de discusiones intensas y negociaciones a lo largo de seis meses, el ‘Projeto Paraiba’ identificó cuatro actividades clave sobre las que se deben focalizar los esfuerzos de monitoreo: la siembra por surcos en contorno, el control del gorgojo del plátano, la experimentación con cultivos alternos del Cajanus cajan y el uso de esta arveja como forraje para el ganado, y los bancos de semillas en las comunidades.

Para cada una de estas actividades, la AS-PTA y los STR, Remigio y Solanea formularon sus propias jerarquías de objetivos, los que representaban actividades a corto plazo, resultados a mediano plazo y metas a largo plazo. Luego se combinaron en una discusión posterior con el fin de desarrollar un solo ‘árbol de objetivos’ por actividad, el que contenía más de una docena de objetivos por actividad. Dentro de cada ‘árbol’, se priorizaron varios objetivos, dado que no era posible monitorear todos. Luego se formuló un rango de indicadores cualitativos y cuantitativos para cada objetivo priorizado. Después se desarrollaron métodos para evaluar los indicadores, tendiéndose tanto a metodologías convencionales como a más participativas, tales como la PRA (Participative Rural Appraisal).

Algunos de los pasos que se encuentran en marcha actualmente incluyen un mayor ajuste de los métodos identificados, la recolección y el análisis de los datos, la metodología de monitoreo, y la difusión de esta última a otras ONG y sindicatos de trabajadores en Brasil. Se está modificando radicalmente el banco de datos existente para ubicar la nueva información y eliminando los datos que no sirven para un propósito claro.

Además de este proceso, que ha tenido lugar en gran medida con representantes y afiliados del STR y el equipo de la AS-PTA, también se está prosiguiendo con un tercer interesado – los grupos de agricultores experimentadores. Se están comenzando discusiones dentro de cada grupo para obtener las perspectivas de los agricultores sobre: los objetivos de los experimentos; los indicadores que los agricultores necesitan para evaluar el valor del cambio que se pretende lograr en el sistema de producción agrícola; y los métodos de monitoreo apropiados

Se espera que todo el proceso también sirva para otros propósitos, tales como la construcción de las capacidades de los agricultores para monitorear y así contribuir al desarrollo de tecnologías, la creación de grupos sostenibles de experimentación local -una característica rara en la zona rural de Brasil- y el suministro de datos que sean útiles para la evaluación y la extensión. Se está difundiendo la documentación de los resultados de los procesos tanto en Paraiba como en Minas Gerais a través de la Red PTA. También se planea realizar un taller regional final para compartir la metodología y la información con los responsables de las políticas, los científicos y otros grupos de agricultores.

Foto: Irene Guijt

Lecciones aprendidas
Invertir suficiente tiempo en los objetivos. Si éstos no son claros, es imposible identificar indicadores para monitorearlos. Durante el taller de enero, la creación de ‘árboles’ para distinguir entre objetivos a corto, mediano y largo plazo revelaron que, contrariamente a lo que se esperaba, ninguno de los socios tenía completamente claros los objetivos del ‘Projeto Paraiba’. Las vinculaciones causa-efecto identificadas eran demasiado simplistas. Por ejemplo, se pensaba que la siembra por surcos en contorno llevaría directamente al objetivo de ‘disminuir la migración a las ciudades’, mientras que, claramente, existen muchos otros factores que contribuyen a la migración. Así pues se requirieron tres reuniones adicionales. Se convocó a otras dos reuniones para compartir los resultados de estas discusiones y ponerse de acuerdo sobre una agenda común. El proceso fue muy largo aunque no debería tomar tanto tiempo en el caso de asociaciones más establecidas.

Conocer el uso final de los datos recogidos. Inicialmente, el enfoque estuvo en la medición directa de las propiedades biofísicas. Aunque el grado de precisión requerido con frecuencia es menor al que se asume, especialmente si los datos se van a usar para una planificación general o para sensibilizar a los campesinos. Por ejemplo, uno de los principales objetivos de la siembra por surcos en contorno era la ‘conservación del suelo y del agua’. Los indicadores que se identificaron inicialmente para medirlo eran la retención del suelo, la retención de la humedad y el contenido de materia orgánica. Pero no es posible medirlos en el caso de una ONG que no contará ni con el personal ni con los fondos suficientes, tal como la AS-PTA. Cuando se preguntaba para quién y cuál era el propósito de la información, se observó que estos datos precisos eran innecesarios. La información se iba a utilizar en la extensión de campesino-a-campesino y en la elaboración de informes para los donantes, ninguno de los cuales (en el caso del «Projeto Paraiba») requiere datos científicamente válidos. Era menos importante saber el contenido exacto de material orgánico que saber, por ejemplo, que seis de cada diez campesinos había notado un cambio significativo en la humedad del suelo como resultado de la siembra a lo largo de las curvas de nivel. Los indicadores fueron debidamente condensados en uno: la frecuencia con la que los agricultores notaban los cambios positivos y negativos al sembrar a lo largo de las curvas de nivel.

Trabajar colectivamente de manera pausada y realista. Si es que el monitoreo ha de ser parte de un proceso de aprendizaje sostenido, debe tener una relevancia local y a la larga ser factible. Asegurar el monitoreo a largo plazo de parte de los agricultores y el STR ha significado involucrarlos en cada etapa del diseño. Esto ha tomado más tiempo de lo que se requiere generalmente para el desarrollo de un sistema de monitoreo; también ha significado compromisos. Por ejemplo, se ha resistido firmemente a la tentación de medir cada cosa con el fin de proporcionar una prueba a los científicos testarudos. Como dijo Paula, una de las agrónomas de AS-PTA, durante el taller de junio: «Quiero que el monitoreo continúe independientemente de nosotros. ¿De qué sirve seleccionar indicadores y métodos caros y complicados que se dejarán de lado tan pronto como nos vayamos?».

Permitir un cambio continuo en el sistema. Muy pocos de los indicadores seleccionados tendrán el mismo valor durante un largo período de tiempo, particularmente para los grupos de experimentación. A medida que se culminen o ajusten las actividades, los objetivos cambiarán. Los factores externos también influirán en los objetivos y se requerirá la actualización tanto de los indicadores como de los métodos. Dado que dicho cambio continuo del proceso de monitoreo será necesario, resulta entonces más importante construir capacidades locales. La sostenibilidad del monitoreo dependerá del conocimiento de los agricultores sobre cuándo y cómo adaptar el sistema.

Permitir diferentes niveles de participación de los agricultores. Los agricultores individuales, las organizaciones de agricultores y las ONG no tienen las mismas necesidades e intereses de monitoreo, todos se sienten molestos por el limitado tiempo. Por lo tanto, las elecciones se deben realizar teniendo en cuenta a quién involucrar y cuándo. En nuestro caso, por ejemplo, el índice de comprensión de la siembra en contorno es una información crucial para la ASPTA y los STR, pero tal vez lo es menos para el agricultor individual. Pero cuando se trata de abordar la cuestión del daño provocado por las hormigas, todos los agricultores, el STR y la AS-PTA estarán interesados en conocer la efectividad de las medidas propuestas. Estas diferencias nos llevan a organizar discusiones separadas – una que involucre a los STR y la AS-PTA, y otra que involucre a estos dos y a los agricultores experimentadores.

Interrogantes sin resolver
¿Insostenibilidad en descenso = Sostenibilidad en aumento?
Ciertamente no estamos evaluando la sostenibilidad general del enfoque agrícola alternativo que está siendo desarrollado por el «Projeto Paraiba» para la producción de los pequeños propietarios de tierras. Al centrarse en el cambio como resultado de un número limitado de innovaciones agrícolas, la información generada ayudará a evaluar los descensos en la insostenibilidad de la producción de los pequeños propietarios agrícolas. Por ejemplo, la ASPTA sabe que la falta de acceso oportuno a las semillas puede tener un impacto desastroso en la producción. Así, el suministro de semillas a través de bancos de semillas llevará a una disminución en esta limitación particular, y a un descenso en la producción insostenible. Los datos sobre el número, uso y calidad de los bancos de semillas debieran constituir una ‘prueba’ suficiente, para los donantes y agricultores, de que se está logrando un progreso en este sentido. Sin embargo, resulta menos claro si ello representa suficiente información o no, para que los responsables de las políticas puedan estar de acuerdo en brindar un apoyo generalizado a estos bancos, y no constituye prueba alguna de que ‘la agricultura es sostenible’.

¿Estamos midiendo los indicadores ‘correctos’?
Conscientemente, hemos dejando de lado mucho de lo que, en teoría, podría ser monitoreado. En particular, hemos dejado de lado impactos de orden más alto, tales como las mejoras sostenidas en el bienestar y una menor migración a las ciudades. Mientras más alto sea el objetivo, los vínculos causa-efecto se vuelven más sutiles. ¿Han tenido los bancos de semillas realmente un impacto a ese nivel? ¿Qué sucede con los factores externos, o el impacto en otras actividades? Ciertamente los impactos en esos niveles serán resultado de una variedad de factores, incluyendo también al del ‘Projeto Paraiba’. La pregunta que todavía tenemos que contestar es: ¿estamos monitoreando en el nivel correcto y es factible monitorear en niveles más altos? Para monitorear objetivos de un orden más alto, la información de base se vuelve esencial: datos sobre el bienestar, sobre las propiedades del suelo, sobre los niveles de ingresos, etc. Obtener datos precisos sobre esto requiere un esfuerzo gigantesco en tiempo y dinero y no está dentro de los propósitos del «Projeto Paraiba».

¿Cómo tratar las influencias externas?
Muchos procesos de monitoreo simplifican los vínculos causales, particularmente aquéllos relacionados con la participación de los agricultores. Por ejemplo, un enorme crecimiento de los agricultores que siembran hinojo sin pesticidas pudo registrarse dos años después de la intervención de AS-PTA Nordeste. Pero esto coincidió con un nuevo esquema de crédito rural para la siembra de cultivos comerciales tradicionales, tales como el hinojo. Aislar el impacto de los esfuerzos de la AS-PTA comparándolos con la influencia del nuevo subsidio se convierte en un asunto engañoso. Sólo podemos graficar las influencias externas significativas e intentar comprender el peso relativo de su impacto.

¿Para quién se pretende que sean los datos?
Reunir varios grupos interesados – los agricultores, el STR y la AS-PTA – significa fusionar diferentes concepciones del mundo, prioridades y capacidades. Tanto la AS-PTA como el STR identificaron muchos objetivos de un nivel más alto, tales como ‘el fortalecimiento de la organización social’ y ‘la independencia financiera de los pequeños propietarios de tierras’. Pero en los talleres surgieron diferencias en el establecimiento de prioridades. Para facilitar el proceso de toma de decisiones, la AS-PTA intentó dejar que las prioridades del STR determinaran la elección final, pero ahora debe continuar monitoreando sus propias prioridades junto a las prioridades compartidas, algunas de las cuales requerirán una medición biofísica directa como una prueba para el mundo científico. Esto alude a la cuestión de la compatibilidad de la participación y la ciencia. ¿Qué interés tiene para los agricultores y el STR moverse junto con la ciencia? ¿Hasta qué punto puede la AS-PTA pedirles que monitoreen indicadores que no son su prioridad? ¿Quién pagará los gastos? Este panorama se complicaría aún más si se involucraran más socios, tales como los concejos municipales, los investigadores de las universidades, las agencias agrícolas gubernamentales, etc.

La búsqueda de un rastreo sostenible del cambio, en nuestro caso, recién ha comenzado. Pero nos hemos movido más allá de la situación ‘guiada por la crisis’ de antes. El esfuerzo de hacer que los objetivos y las elecciones sean más explícitos ha sido un paso importante. Esperamos informar pronto no sólo sobre el sistema de monitoreo sino también sobre el impacto del ‘Projeto Paraiba’.

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