diciembre 1996, Volumen 12, Número 2
Además de arroz

Agricultura integrada en las tierras bajas

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El cultivo integrado en las tierras bajas húmedas nos trae a la mente la imagen de pequeños sistemas de producción agrícola intensivos y diversificados. En este número nos referimos a los trópicos húmedos de tierra baja como a las tierras de cultivo bajo lluvia o bajo riego que son planas o ligeramente onduladas, generalmente situadas a una altitud cercana al nivel del mar (Durno et al, 1992).

El sistema de producción que caracteriza a los trópicos húmedos de tierra baja en Asia es el arroz bajo lluvia o bajo riego, a menudo, en combinación con la crianza de peces, ganado y el cultivo de hortalizas y árboles. En el caso de Africa o América Latina, los sistemas de producción en tierras bajas son más variados y más difíciles de caracterizar en términos generales. Pero en cualquiera de los casos, hay algo más que simplemente arroz.

En muchas áreas, la relativa abundancia de lluvias y la topografía plana permite la integración de la producción de peces durante parte del ciclo de cultivo. La amplia variación de los tipos de precipitación pluvial en las tierras bajas conduce a una gran diversidad en los sistemas de cultivo integrado. Esta variedad se debe además al contraste que existe en el tamaño de las fincas y las formas de tenencia, proximidad a los mercados, acceso al crédito, infraestructura e insumos. Los varios usos de los escasos recursos de tierra, la amplia diversidad de cultivos y de animales, y muchos de los flujos de recursos dentro y fuera de la finca muestran la habilidad y creatividad del agricultor en el aprovechamiento máximo de esta diversidad.

Integración es más que diversificación, es bastante más compleja. Existen formas tradicionales de integración que durante muchas generaciones han desarrollado los agricultores de países como Indonesia, Vietnam o Ruanda. Existen también casos de «nueva» integración impulsada por ideas y tecnologías recientemente introducidas. El caso de los estanques de peces es un ejemplo en que los agricultores aprenden a administrar agua, nutrientes, cultivos y peces. Más requisitos ambientales necesitan ser determinados antes de decidir probarlos. Además, aprender a criar peces es bastante más difícil que manejar una nueva variedad de cultivo.

Agricultores separando termitas del suelo para alimentar a sus peces. Foto: MC Nandesha

Alta producción, pocas ganancias

Sin embargo, esta agroecología también está asociada a los incrementos significativos, pero de corta duración, en la producción de arroz gracias a la Revolución Verde de la década de los 70. La producción de arroz de 5 ton/ha y más bajo un sistema de monocultivo y alto uso de insumos ha dado lugar a un aumento significativo en la producción de alimentos, especialmente en Asia. Sin embargo, los resultados también han causado muchos efectos colaterales no deseados: incremento en la incidencia de pestes, deterioro del medio ambiente y problemas de salud, incremento de las diferencias socioeconómicas, disminución en el reciclaje de nutrientes y pérdida de biodiversidad. Durante los últimos años, estos resultados han significado menos ganancias para muchos pequeños agricultores, aún en situaciones de alto uso de insumos externos. El debate entre los defensores y los críticos de la Revolución Verde de altos insumos ha sido particularmente intenso en lo que respecta a las tierras bajas húmedas debido a su alto potencial de producción (Ceres, julio-agosto, 1995). Esencialmente la Revolución Verde hizo que el medio ambiente fuera apropiado para la tecnología. En otras palabras, el riego fue introducido para el monocultivo de arroz «paddy» con insumos químicos. Este enfoque contrasta con los artículos que en este número describen los esfuerzos para combinar tecnologías y prácticas que se adapten a diversos ambientes.

Entre los efectos no deseados, rara vez se mencionan la erosión del conocimiento local y de las capacidades de los agricultores para la toma de decisiones. La Revolución Verde estaba basada en la transferencia del modelo tecnológico por medio del cual la tecnología desarrollada por científicos, era «empaquetada» por servicios de extensión y transferida a los agricultores para su adopción. Más allá, esto llevó a una falta de reconocimiento del significado de la inventiva indígena (Richards, 1985). Sin embargo, no sólo los agricultores fueron escasamente involucrados en el desarrollo de paquetes tecnológicos sino que además su introducción a menudo condujo a la pérdida de las variedades locales de cultivos y del conocimiento del manejo de recursos. Esto significa que cuando el problema surge, los agricultores están mal preparados para enfrentar los nuevos problemas.

Presión poblacional

La degradación de recursos en las tierras bajas es también el resultado del incremento de la presión poblacional. La presión hacia la intensificación es aguda; el tamaño promedio de una finca en Java Central es de 0.6 hectárea (Van de Fliert & Wiyanto, p. 6) mientras que en Bangladesh es tan sólo de 0.4 hectárea (Kamp, p. 20). Las limitadas oportunidades de trabajo fuera de la finca deja a la mayoría de familias de agricultores con pocas opciones de incrementar sus ingresos familiares. Las prácticas tradicionales de manejo de recursos como la recolección de peces silvestres y crustáceos de los canales y arrozales, se ven amenazadas por la intensificación y la contaminación (Gregory & Guttman, p.15). En algunos casos, la inseguridad ocasionada por una posible escasez de alimentos se ve agravada por la falta de recursos combustibles. En Bangladesh, para estos fines se utiliza estiércol de animales rompiendo así otra fuente de reciclaje de nutrientes en la misma finca (Kamp). El resultado inevitable es una degradación de los recursos de la finca y una pérdida de los ingresos familiares y de la seguridad alimentaria. Además, la deforestación de la cuenca da lugar a fuentes de agua poco confiables, a la salinización y degradación del suelo. El uso excesivo de insumos químicos no es más una solución contra los problemas de las pestes que se han incrementado. Las comunidades rurales se ven abandonadas sin ningún tipo de defensa debido a una combinación de deuda, migración y precios bajos en el mercado por sus productos (los agricultores monocultivadores son los que tienen mayores riesgos). La ubicación desordenada de las ciudades agrava la situación. El resultado es una erosión del tejido social, del trabajo compartido y de las tradiciones para la toma de decisiones grupales. En ciertos casos, la mecanización se ha convertido en una repetición de las habilidades tradicionales de las mujeres y en una reducción de sus ingresos. La pregunta entonces es: ¿existen soluciones a estos problemas o necesitamos comprender los problemas de manera distinta? (Durno, et al 1992).

¿Problemas redefinidos?

El artículo de Elske van de Fliert y Wiyanto es una historia de Indonesia que trata sobre la manera en que un agricultor ha superado las presiones antes mencionadas y ha aprendido a adaptarse confiando en su propio juicio. La historia del agricultor Pak Yanto es inspiradora porque él adquirió la capacidad de adaptar y conducir su sistema de producción hacia la sostenibilidad ecológica y económica. El papel principal del agricultor es el del experto, una persona hábil en el desarrollo de sistemas integrados. Después de todo, cada agricultor es un especialista capaz de hacer malabares con los recursos de la finca de manera que estos se ajusten de una manera óptima a sus propias circunstancias. Este mensaje es común en varios artículos de este número. No es sorprendente entonces que muchos de los autores narren experiencias en las que los agricultores estén estrechamente involucrados en la búsqueda de soluciones. Su mensaje es consistente: los sistemas de producción descritos, diversificados e integrados, están adaptados a las circunstancias locales y constituyen una alternativa efectiva en costos.

Ideas para la integración

La experiencia adquirida en Filipinas con la producción de tilapia sirvió de estímulo en Camboya cuya experiencia es descrita por Nandeesha et al en la página 17. De igual modo, la idea de cultivar árboles y legumbres sobre los diques en Bangladesh vino originalmente de Indonesia (Kamp). Estos sistemas alternativos han sido desarrollados a través de la interacción con experiencias de otros lugares. Sin embargo, la interacción ha sido productiva sólo cuando la tecnología exógena fue introducida cuidadosamente. Esto significa permitir que los mismos agricultores sean capaces de integrar y adaptar las prácticas a sus fincas. El término «adopción» ya no es más un término apropiado, puesto que ya no es más la forma en que profesionales y agricultores interactúan. En vez de ello, a menudo encontramos que ahora existe más información en cuanto al facilitamiento y al aprendizaje conjunto.

Una función conveniente para los investigadores foráneos o para los trabajadores de campo que apoyan a los agricultores sería el de facilitador (Dowall, p.13). Sin embargo, en muchos casos es difícil lograr esta función. Los trabajadores de campo no están capacitados técnicamente para facilitar la experimentación de base campesina. Más aún, aquellos que han recibido capacitación a menudo se enfrentan a condiciones de trabajo en que el planeamiento de abajo hacia arriba y el aprendizaje con los campesinos no brindan recompensas profesionales. La facilitación requiere de un nuevo profesionalismo que permita a los trabajadores rurales ganar respeto al desempeñar su nueva función (Pretty & Chambers, 1993). Por los artículos que aparecen en este boletín, parecería que tales condiciones se encuentran predominantemente en proyectos internacionales, universidades y ONG.

La dimensión institucional también se refiere a las organizaciones campesinas, especialmente en donde se está dando una extensión de agricultor a agricultor. El artículo de Camboya escrito por Dowall hace referencia a clubes de agricultores como un mecanismo para el intercambio de experiencias. En estas organizaciones locales se resalta el papel crucial de las mujeres debido especialmente a que el 35% de las familias es dirigido por las mujeres.

Sin embargo, facilitar la experimentación del agricultor requiere más que un apoyo institucional. Se necesitan métodos concretos de aprendizaje con los agricultores, así como instrumentos para ayudarlos a estructurar y a construir basándose en su propia experiencia en la toma de decisiones (Hamilton, 1996). Tales instrumentos prueban ser útiles en términos de la reducción de riesgos. La experiencia de Gregory et al en Camboya es un ejemplo en el que se está elaborando un instrumento de evaluación. Este instrumento ayuda a los trabajadores de campo y a los agricultores a identificar las condiciones que hacen válida la inversión de capital y mano de obra en el cultivo de peces.

Esta nueva función para el foráneo conduce a la confianza en las capacidades de los agricultores. En este sentido, redefinir las funciones es parte de la redefinición de problemas. El lector encontrará que muchos de los artículos muestran un problema redefinido con soluciones promisorias que son viables tanto en términos económicos como ecológicos. Además, en la historia del agricultor Pak Yanto existe referencia de que un sistema de producción alternativo viable en términos económicos y ecológicos también proporciona a los agricultores los medios para negociar con los dueños de la tierra.

Económicamente viable

La búsqueda de viabilidad económica dentro de prácticas ecológicas integradas es un tema central en los artículos de Filipinas (Velarde, p.10), Bangladesh (Kamp), Camboya (Dowall, Gregory, Nandeesha et al) y Malawi (Noble). De los artículos nombrados, el de Dowall y Velarde ofrecen presupuestos detallados de la economía familiar, con información sobre la renta en trabajo. Por ejemplo, la información de Dowall muestra una ganancia de US$ 5.60 por día de trabajo frente a los jornales agrícolas de US$ 1.60 en la provincia de Kandal, Camboya. Por otro lado, Velarde provee datos comparativos de tres años de producción. Los sistemas de producción descritos son versátiles de muchos modos, pero lo más resaltante es el hecho de que a menudo el producto –sea pescado, arroz, o vegetales– puede ser usado para el propio consumo o, si los precios son buenos, para la venta en el mercado local. Estos mercados tienen además la ventaja de que los consumidores locales prefieren las variedades nativas que son más apetitosas, y que además resultan ser más resistentes a las pestes y tienen mejores precios. El uso de múltiples especies de peces mencionado en varios artículos también representa un mecanismo para la diversificación. El artículo de Camboya, escrito por Nandeesha et al, ejemplifica además la diversificación mencionando cerca de 20 subproductos agrícolas y de ingredientes utilizados en la alimentación de peces. La diversificación también quiere decir encontrar modos de usar creativamente los recursos existentes; este es el caso de India, descrito por Chinnamuthu donde los cerdos se usan para el control de la juncia.

Alternativas que ofrecen los peces

Varios artículos en este número describen experiencias en las que se introdujo o reintrodujo la crianza de peces y se convirtió en un punto central. En el caso de Van de Fliert y Wiyanto en Indonesia, esto fue posible debido a que podían venderse alevinos en efectivo. En otras palabras, había una motivación de corto plazo determinada por el mercado. Este es también el caso del artículo escrito por Nandeesha et al de Camboya. En el ejemplo de Malawi (Noble, p. 8) los estanques de peces son un punto central para mejorar el manejo de los recursos naturales, especialmente el suministro de agua. En esta situación, la presión poblacional se une al deterioro de los sistemas de producción tradicionales y es por ello que la introducción de esta nueva idea tuvo varias ventajas: reducción del riesgo y una adaptación flexible a las condiciones de fincas diferentes en años diferentes. La adaptación local en tiempo y espacio es importante. Cada año los agricultores manejan las distintas integraciones de estanques y cultivos de una manera diferente acorde a las variaciones del dima. En los años secos en Malawi, los agricultores prefieren cultivar vegetales en los estanques que son ricos en nutrientes yen donde hay menos tensión hídrica.

Gregory y Guttman describen cómo la degradación ambiental se convierte en la motivación del cambio del interés de los agricultores por la pesca natural en interés por la acuicultura. Los autores resumen este cambio como la diferencia entre el «manejo incierto» y el «manejo de la incertidumbre». El primer caso se refiere a la práctica existente que consiste en la recolección de peces silvestres y las dificultades encontradas en la medida en que el ambiente se deteriora. El segundo caso se refiere a un enfoque flexible en que las capacidades de los agricultores para adaptarse a las condiciones cambiantes es parte de sus prácticas de manejo.

Conclusión

Un tema común en varios artículos de esta edición es el paso de transformación dado por el agricultor hacia la agricultura integrada. En este contexto, la «sostenibilidad» se refiere a la capacidad de los agricultores para adaptarse a las condiciones económicas cambiantes y para responder a medios ambientes cambiantes frecuentemente en deterioro. Parece existir una tendencia de rechazo hacia la propuesta de difusión de tecnología y un creciente interés en incrementar las capacidades de los agricultores para la toma de decisiones. La experiencia de Indonesia describe el impacto de la escuela de campo para agricultores como un modelo para la extensión, particularmente en términos de manejo integrado de pestes. El artículo de Nandeesha et al menciona que los agricultores recibieron pautas sobre opciones posibles en un centro de capacitación.

Se alentó a los agricultores a guardar las anotaciones pero no «adoptarlas». De igual manera, la experiencia en Filipinas descrita por Velarde menciona la capacitación como un componente clave. Todos estos complejos sistemas de producción están adaptados a las condiciones agrícolas, sociales y económicas específicas de cada lugar. Sólo puede haber lugar para la expansión de dichos sistemas de agricultura si se da a las comunidades rurales la oportunidad de dar forma a su propia agricultura integrada y decidir si deberían cultivar algo más que arroz.

Referencias

  • Ceres: The Fao Review. «The Green Revolution revisited: new seeds, new strategies» (La revolución verde revisitada: nuevas semillas, nuevas estrategias) Tema del número 164, Vol. 27, No. 4.
  • Durno J, Moeliono 1, Prasertcharoensuk R (eds). 1992. Resource book on sustainable agriculture for lowlands (Guía de recursos sobre agricultura sostenible para las tierras bajas). Red de Agricultura Sostenible del Sudeste Asiático (SEASAN), CUSO, Bangkok, Tailandia.
  • Hamilton, NA (Gus). 1995. Learning to learn with farmers: A case study of an adult learning extension project conducted in Queensland. (Aprendiendo a aprender con los agricultores: Estudio de caso de un proyecto de extensión de aprendizaje para adultos llevado a cabo en Queensland, Australia, 1990-1995). Disertación de doctorado, Departamento de Estudios de Innovación y Comunicación, Wageningen Agricultural University, Países Bajos.
  • Pretty, J.& R. Chambers 1993. Towards a learning paradigm: New professionalism and institutions for agriculture (Hacia un paradigma de aprendizaje: Nuevo profesionalismo e instituciones para agricultura). Documento de Discusión IDS No. 334. IDS/IED.
  • Richards, R 1995. Indigenous agricultural revolution (Revolución indígena agrícola). Londres: Hutchinson.

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