marzo 2021, Volumen 37, Número 1
Agroecología e investigación participativa: experiencias en los Andes

Escuelas y semillas: espacios para el diálogo de saberes en los Andes peruanos

LUZ VALVERDE FALCÓN, FIORELLA MANCHEGO JIMÉNEZ, FABIOLA PARRA RONDINEL | Página 35-38
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Este artículo describe la experiencia de la institución educativa N° 32677, “3 de mayo de Huayllacayán”, que integra saberes tradicionales en el currículo regular y muestra algunas de las potencialidades de la educación intercultural, especialmente en torno a la vinculación del sistema educativo nacional con los saberes ancestrales y tradicionales de las comunidades. Pero también ilustra acerca de lo mucho que falta para que nuestros modelos de educación intercultural puedan desarrollarse en contexto y a distancia de los dictados de centros urbanos ajenos a la problemática agraria.

La escuela. Autoras

En la región andina peruana, los agricultores conservan y manejan, tradicional e históricamente, una gran diversidad de cultivos y variedades a lo largo de un gradiente altitudinal, estrategias cruciales para adaptarse a la gran variabilidad ambiental y la incertidumbre climática típica de las montañas. Estos sistemas de producción locales forman parte de la denominada agricultura familiar, considerada de gran importancia a nivel mundial por los conocimientos y técnicas locales y tradicionales para el manejo de los riesgos, que puede contribuir a la adaptación al cambio climático, además del importante aporte a la seguridad alimentaria.

Lamentablemente hay procesos globales que están afectando a los sistemas de seguridad alimentaria cuyas múltiples expresiones, como la industrialización, la pobreza y la pérdida de conocimientos y técnicas locales, están arriesgando el futuro de la alimentación mundial. En este contexto existe el reto de identificar qué papel cumplen ciertas instituciones clave, como es la escuela formal.

Dentro de los diversos contextos culturales, la escuela cumple un papel fundamental en la difusión de los conocimientos hacia las nuevas generaciones. Sin embargo, esta no siempre considera las particularidades socioculturales y lingüísticas de un importante sector de niñas y niños peruanos al no ser tomadas en cuenta como una dimensión central dentro de los programas educativos. A esto se suma la discontinuidad de los programas educativos con enfoque intercultural impulsados y apoyados desde el Estado, que constituye un punto crítico en la búsqueda del respeto y la continuidad de los conocimientos tradicionales y los saberes locales que forman parte de los modos de vida andinos.

Chacra de semillas. Autoras

El proyecto “Escuelas y semillas”: diálogo entre dos culturas en los Andes de Huánuco

El proyecto “Agrobiodiversidad y conocimientos tradicionales: vinculando las semillas con las escuelas para la adaptación al cambio climático en comunidades andinas del Perú”, del Centro de Investigaciones de Zonas Áridas de la Universidad Nacional Agraria la Molina (CIZA-UNALM) y la Fundación McKnight, con su Programa Colaborativo de Investigación de Cultivos, se realizó entre 2016 y 2019 con ONG de tres regiones de los Andes peruanos: el Centro Andino de Educación y Promoción José María Arguedas (CADEP), en Apurímac (sur); el Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA), en Huánuco (centro), y la Central Peruana de Servicios (CEPESER), en Piura (norte).

El proyecto buscaba contribuir a entender si la generación de vínculos entre padres y madres agricultores y profesores, en el escenario escolar rural andino, permitía mantener la continuidad de la transmisión de los conocimientos locales sobre los cultivos nativos andinos, su uso y manejo, promoviendo la enseñanza de estos conocimientos mediante el diálogo de saberes y la contextualización de contenidos educativos con un enfoque intercultural.

El proyecto inició sus actividades en 2016 con el IDMA en el Distrito de Quisqui, Huánuco, en la Sierra Central del país, donde esta organización y el CIZA-UNALM vienen colaborando desde hace más de 10 años. Quisqui es particularmente importante por poseer una gran riqueza de cultivos nativos y variedades, y de contar con agricultores que los conservan y custodian, distribuidos en la cuenca del río Mito, afluente del gran río Huallaga. Con todo esto se sustentó la creación de una Zona de Agrobiodiversidad, por Ordenanza Regional N° 097-2014-CR-GRH, el 26 de diciembre de 2014.

En 2017 el proyecto llega a la comunidad 3 de Mayo de Huayllacayán. Se presentó a docentes, estudiantes, padres y madres y al equipo directivo. Esto generó gran expectativa entre los docentes de la Institución Educativa N° 32677, que consideraron interesante y novedoso poder saber más sobre los conocimientos tradicionales acerca de los cultivos nativos y porque buscaban promover una relación más activa con los padres y madres de familia, pero esta vez para aprender de ellos. A continuación, contaremos la experiencia de la escuela de Huayllacayán en el marco del proyecto.

La institución educativa N° 32677, “3 de Mayo de Huayllacayán”: promoviendo el diálogo de saberes

A 3200 m s. n. m., esta escuela se encuentra en el centro poblado del mismo nombre, en el distrito de Quisqui, provincia de Huánuco. Es una institución de educación básica regular creada hace 47 años. Se trata de una escuela multigrado con los niveles inicial, primaria y secundaria, y cuenta con capacidad para una población de 85 estudiantes con ocho docentes, uno en inicial, dos en primaria y cinco en secundaria. Es importante mencionar que esta escuela ha contado con un importante respaldo de la comunidad Tres de mayo de Huayllacayán y de la Municipalidad Distrital de Quisqui para su creación, que, en este último caso, brindó apoyo con contratos docentes, lo cual ha ocurrido incluso antes de estar bajo la jurisdicción de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) Huánuco.

La escuela inició en 2017 un trabajo en conjunto con el IDMA-Huánuco, con las primeras conversaciones para la implementación del proyecto, iniciándose así la alianza con esta institución y con el CIZA-UNALM.

El curso: las montañas, los climas y los cultivos andinos
Como parte del proyecto se llevó a cabo un curso de capacitación semipresencial para docentes, principalmente de primaria, denominado “Las montañas, los climas y los cultivos andinos: la ciencia y el conocimiento tradicional”, que buscaba poner en contexto el currículo escolar, principalmente del área de Ciencia y Tecnología, con un enfoque intercultural.

El curso –de tres a cuatro meses de duración– se realizó en dos ocasiones, en 2018 y 2019, y se basó en cuatro módulos, para lo cual se brindaron carpetas pedagógicas donde se desarrollaron conceptos, actividades y sesiones de aprendizaje como parte de la asignatura, y cuadernos de contenidos con bibliografía de consulta sistematizada por módulos. Los módulos del curso fueron los siguientes: a) ecosistemas, ecosistemas de montaña andinos, reflexiones sobre “nuestros pueblos andinos”; b) agrobiodiversidad nativa y crianza de cultivos desde la cultura andina; c) seguridad y soberanía alimentaria, y d) cosmovisión, clima y saberes locales de la cultura andina.

Cada módulo presentó actividades que permitieron reelaborar conceptos, adecuar los temas a los grupos de edad de sus estudiantes y problematizar contenidos, entre otros aspectos, con lo que se generaron ideas y recursos temáticos y didácticos para uso en clases presenciales, como textos, caricaturas e historias sobre el contexto local de uso y manejo de cultivos nativos. Particularmente se incentivó que los docentes se acercaran al conocimiento local, pidiendo que resolvieran actividades mediante entrevistas con agricultores, que eran los padres y madres de los estudiantes, sobre las semillas de cultivos nativos.

Uno de los productos finales de estas actividades fue desarrollar sesiones de aprendizaje con temas innovadores y contextualizados localmente, basados en los contenidos del curso. En algunos casos fueron incorporados en las clases presenciales, donde a su vez se generaron materiales con los estudiantes. Y los docentes que culminaron el curso con calificación aprobatoria –que en el caso de Huayllacayán fueron tres de nivel inicial y primaria– recibieron una certificación de la Facultad de Ciencias de la UNALM.

De esta manera se impulsó la inclusión de temas sobre los modos de vida andinos relacionados con el uso y manejo de los cultivos nativos y los alimentos locales de la región andina, a la vez que los docentes se formaban en el manejo de conceptos y del marco teórico generado desde el conocimiento científico en estos mismos temas.

Innovación y creación de nuevos espacios educativos

Diversas experiencias de la comunidad escolar se llevaron a cabo mediante la realización de actividades que se sumaron a la práctica académica. Lo que aquí se narra se basa en los resultados y la memoria de un núcleo clave de personas dentro de la escuela: la directora y dos docentes que, siendo pocos, impulsaron de manera exitosa la labor de plasmar y trabajar cooperativa y responsablemente durante el proceso del proyecto.

Entre las actividades y espacios generados en el marco del curso y del proyecto surgieron iniciativas locales de organización de ferias de agrobiodiversidad de productos nativos, así como la implementación del “Muru huasi” (salón de las semillas), de la chacra de semillas de papas nativas y del biohuerto escolar.

Finalmente, como parte de un medio de sistematización y difusión del trabajo académico desarrollado en el marco del proyecto, la escuela generó la Revista escolar, donde se publicaron las actividades realizadas.
Estas innovaciones contribuyeron a fortalecer la práctica educativa con espacios vivos, donde prima la directa interacción con los saberes y prácticas locales de los niños y niñas, y una mayor y más activa participación de los padres, madres y otros familiares agricultores en el espacio escolar; importantes primeros pasos para reconocer que son los poseedores de los conocimientos presentados.

La Feria de la Agrobiodiversidad

Esta feria, actividad organizada por iniciativa de la escuela, se inició en 2018 y, a partir de ese año, se programó repetirla cada 3 de mayo, día en que se celebra la creación de la comunidad. Los estudiantes, acompañados y orientados por sus padres y madres agricultores, exponen en la feria sus conocimientos sobre las variedades nativas de papas, ocas, mashuas, ollucos y plantas medicinales, indicando sus nombres locales, además de presentar una exposición y degustación de platos típicos.

Los niños expusieron maquetas de cultivos, tecnologías y prácticas agrícolas locales elaboradas con sus padres y madres; por ejemplo, cerámicas de las variedades de papas nati¬vas, cultivos diversos y animales con base en arcilla, así como maquetas sobre el origen de la papa nativa y su recorrido al pueblo de Huayllacayán y a la ciudad de Huánuco. En otros casos prepararon maquetas a escala y, con cestos de paja y materiales locales como barro y plantas silvestres, un “tambo”, una choza que construye el campesino para almacenar productos agrícolas luego de la cosecha que sirve también como refugio ante el mal tiempo y albergue mientras cuida a sus animales.

Tanto niños y niñas como jóvenes presentaron también poemas, cantos, dibujos y pinturas alusivos a la biodiversidad, todo lo cual contribuye a demostrar sus habilidades, senti¬mientos, emociones y expresiones artísticas referentes a la agrobiodiversidad local y fortalece su identidad como parte de la comunidad. Todo es evaluado por un jurado que elige los mejores trabajos y entrega un equipo de radio y materiales para dibujo y pintura como premio.

La escuela ha considerado importantes estas actividades debido a que, gracias a ellas, la comunidad educativa de Huayllacayán se siente involucrada más directamente con el proyecto después de haber realizado un trabajo en equipo, colaborativo y activo.

Asimismo, ha sido un espacio clave de interacción del docente con sus estudiantes y sus familias de origen campesino, dedicadas principalmente a la agricultura; esto es un primer paso en visibilizar la importancia de fomentar la participación en el espacio escolar de los y las agricultoras e incorporar temas clave sobre sus modos de vida.

El Salón de las Semillas: Muru huasi

Junto con la escuela y los padres y madres de familia, el proyecto promovió el establecimiento del Muru huasi, un aula destinada a la difusión permanente de la diversidad y a la importancia de hablar de cultivos nativos y semillas andinas mediante la exposición de infografías y la puesta a disposición de material bibliográfico para consulta, tanto por docentes como por los estudiantes. El aula incluye una maqueta de la cuenca de Mito, donde se encuentra la microcuenca de Rangracancha, donde se ubica la comunidad Tres de Mayo de Huayllacayán. Este salón suele ser enriquecido con los productos del trabajo del docente con los estudiantes, así como los generados en el curso de formación. Se busca que sea un espacio vivo y dinámico, abierto a toda la comunidad educativa.

Se espera que en el futuro próximo el Muru huasi sea un espacio aún más conectado y abierto a la comunidad de 3 de Mayo de Huayllacayán, donde se reciban y alberguen materiales, recursos o productos generados directamente o en colaboración con los padres y madres agricultores, sobre sus conocimientos locales acerca de la agrobiodiversidad y semillas nativas de cultivos andinos.

El Muru huasi fue inaugurado en 2019 con la presencia de invitados como el alcalde del distrito de Quisqui, así como representantes de la ONG IDMA-Huánuco y de otras ONG como Islas de Paz. También se contó con la participación de los especialistas de la UNALM y de toda la comunidad educativa, compuesta por docentes, niños y niñas, jóvenes, padres y madres de familia, en su mayoría agricultores y agricultoras. La inauguración coincidió con la 2da Feria de Agrobiodiversidad, de manera que las creaciones de los y las estudiantes también contribuyeron a formar parte de la exposición permanente del Muru huasi. Entre los materiales más destacados incluidos se encontraban acrósticos, poemas, dibujos y maquetas.

La Chacra de Semillas para la conservación de papas nativas

La Chacra de Semillas es quizás uno de los nuevos espacios educativos más importantes en cuanto a la vinculación directa de la escuela con la comunidad, debido a que contribuye con la enseñanza-aprendizaje fuera de las aulas pero dentro de la práctica educativa. Se concibió como un espacio abierto brindado por la comunidad –por los padres y madres agricultores de los estudiantes– de manera que contribuya a que la comunidad escolar viva, valore y fortalezca los conocimientos y prácticas tradicionales sobre cultivos nativos andinos, su manejo y uso local, principalmente en cuanto a la conservación de semillas de papas nativas y la recuperación de la siembra en altura o chiwi. De esta manera se buscó contar con un escenario significativo para la enseñanza de los conocimientos tradicionales, donde confluyen padres y madres agricultores que enseñan a docentes y alumnos, participando todos colectivamente.

La chacra se estableció entre 2018 y 2019 e inició con semillas de cinco variedades de papa (dos a tres kg por familia, 80 kg en total) y estiércol de carnero aportado por las familias y alcanzando un total de 40 variedades. Las labores culturales fueron conducidas por cerca de 30 padres de familia, con el apoyo de tres docentes y 10 alumnos de primaria.

De la cosecha obtenida, una parte fue vendida por las familias para gastos de sus niños, pero siempre dejando otra parte para semilla, de la cual una porción queda bajo la custodia de la escuela. Asimismo, otra parte de la cosecha se entregó al programa de alimentación escolar Qaliwarma.

Es importante mencionar que es un logro algo inesperado el que la escuela se vaya insertando gradualmente al sistema local de semillas no solo por contar con una chacra de papas nativas para la práctica educativa, sino también porque se vuelve custodia de una porción de semillas, lo que podría contribuir a que esta institución educativa forme parte de la comunidad como un nodo más en esta red local de intercambio de semillas que ocurre entre las diferentes unidades familiares.

El biohuerto

En 2017 se instaló en la escuela un biohuerto de lechugas que contribuyó a mejorar la alimentación de los estudiantes así como a ser un espacio de aprendizaje integral donde se pro¬mueven hábitos saludables a partir de la siembra y cultivo de verduras y hortalizas con prácticas ecológicas.

Con la colaboración de los padres, que apoyaron en la preparación de la tierra, y con la parcelación por grados, se estableció el biohuerto con un área de 60 por ocho metros. Los surcos fueron hechos por los estudiantes de 3°, 4°, 5° y 6° de primaria, bajo la dirección del profesor Serafín Calderón Minaya. El almácigo fue donado por un padre de familia, Je¬sús Robles Daza, y los alumnos se encargaron del trasplante a las parcelas preparadas. El levantamiento del cerco del biohuerto se realizó con el aporte de cada estudiante y mallas donadas por el IDMA.

La revista escolar

Fue propuesta y diseñada por el profesor Hugo Villar Domínguez, docente contratado por gestión municipal para el nivel secundaria de la escuela, como un medio de difusión de la Feria de la Agrobiodiversidad y de los productos de las actividades anuales realizadas con los estudiantes. Esta revista se difundió entre la comunidad educativa con cerca de 50 copias, durante las Ferias del Logro (programadas cada dos bimestres en el calendario comunal de la institución educativa y en el Plan Anual de Trabajo) de 2019.

Desafíos y logros: un primer balance

Cuando inició el proyecto “Escuelas y semillas”, los docentes no estaban al tanto o no eran cercanos a esa otra forma de conocimiento local andino, a pesar de establecer comunicación constante con los padres y madres, pero sin reconocer que son agricultores que poseen amplios conocimientos y experiencia sobre la agrobiodiversidad nativa.

Por lo tanto, el gran desafío fue abrir las puertas de la escuela a estos conocimientos y a quienes los conservan y practican: las familias. Se logró con el curso y los espacios educativos generados, que empezaron a tratar sobre estos conocimientos, para lo que fueron claves la apertura de la es-cuela y el papel de la directora y docentes, así como el trabajo coordinado basado en la relación de confianza existente con la comunidad, el IDMA-Huánuco y la UNALM.

Es importante mencionar que también se ha empezado a formalizar la inclusión de algunas de estas innovaciones educativas en el Plan Anual de Trabajo de la escuela y con la entidad oficial educativa, la UGEL. Se espera que posteriormente estas actividades sean consideradas en el proceso de formulación del Proyecto Educativo Institucional (PEI) que se elabora cada tres a cuatro años de manera participativa con docentes, estudiantes, padres y madres de familia.

La IE Nº 32677 está planteándose nuevos retos y metas constantemente, como el de compartir y replicar la experiencia con las Redes Educativas Rurales, escuelas que realizan intercambios de experiencias pedagógicas y que son reconocidas por la UGEL. Los y las docentes de esta escuela, así como los miembros de la alianza del proyecto, están motivados a participar difundiendo y compartiendo lo aprendido hasta el momento.

Finalmente, es importante reconocer que, si bien se detonó un proceso de generación de innovaciones educativas con un enfoque intercultural, es necesaria una reflexión a profundidad acerca del por qué y cómo desarrollar una propuesta de educación intercultural que en el mediano y largo plazo contribuya a incorporar y a resaltar de forma permanente la importancia de los conocimientos agroecológicos locales en la práctica educativa. Este es el gran reto que tendrán ahora los y las docentes para contribuir a impulsar una educación que, si bien está catalogada como Educación Básica Regular, tiene la gran oportunidad de brindar a los niños y las niñas de comunidades andinas una educación culturalmente pertinente.

Luz Valverde Falcón
Directora y docente de la Institución Educativa Nº 32677 “3 de Mayo de Huayllacayán”, Quisqui, Huánuco. Perú.
gandy2711@gmail.com

Fiorella Manchego Jiménez
Bióloga e investigadora asociada del Centro de Investigaciones de Zonas Áridas, Universidad Nacional Agraria La Molina
fiommj@gmail.com

Fabiola Parra-Rondinel
Profesora Principal e investigadora del Departamento Académico de Biología, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Agraria La Molina. Investigadora asociada del Centro de Investigaciones de Zonas Áridas (CIZA-UNALM)
fabiolaparra@lamolina.edu.pe

Referencias

  • Ministerio de Educación (2013). Hacia una educación inter¬cultural bilingüe de calidad. Lima.
  • Ministerio de Educación (2016). Currículo Nacional de la Educación Básica. Lima. http://www.minedu.gob.pe/curri¬culo/pdf/curriculo-nacional-de-la-educacion-basica.pdf
  • Ministerio de Educación (2016). Guía para formular e im¬plementar el Proyecto Educativo Institucional PEI. Do¬cumento de trabajo. Lima. http://www.minedu.gob.pe/pdf/ proyecto-educativo-institucional.pdf
  • Monroe, M. J. y Arenas, B. F. (2003). ¿Somos iguales?: Un aporte para el diálogo sobre la identidad cultural en las escuelas de la Sierra del Perú. Lima: Coordinadora de Cien¬cia y Tecnología en los Andes (CCTA).
  • Zavala, V. (2007). Avances y desafíos de la educación inter¬cultural bilingüe en Bolivia, Ecuador y Perú: Estudio de casos. Lima: CARE.

Queremos dedicar este artículo al Ing. Wilmar León Plasencia, quien fuera director de IDMA-Huánuco y persona clave para el desarrollo y éxito del proyecto “Escuelas y semillas” en Quisqui. Wilmar nos com¬partió por años su experiencia, cariño y compromiso de trabajo con las comunidades andinas y con el movimiento agroecológico. Hasta siempre, querido amigo.

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