En procesos muy diversos con miembros de comunidades rurales y urbanas, organizaciones de la sociedad civil, universidades, gobiernos y empresas hemos aprendido que:
1. Los saberes son también poderes. La cocreación de saberes desde perspectivas diversas nos permite comprender la realidad de manera más compleja y, por lo tanto, incidir sobre ella más efectivamente. En este sentido, los saberes amplios y pertinentes son un instrumento fundamental para fortalecer o transformar prácticas y para defender nuestro territorio y cultura.
2. Los saberes son también ‘haceres’. Conocemos para comprender y cambiar activamente la realidad de la cual formamos parte. Los saberes que no se convierten en algún tipo de acción o práctica, individual o colectiva, suelen quedarse en el olvido. Pensar y actuar van de la mano.
3. Los saberes son también expresiones de nuestra identidad. Preguntas como ¿qué sabemos?, ¿cómo lo sabemos? y ¿para qué lo sabemos? definen, en parte, el tipo de per¬sona que somos. Los saberes que nacen de la experiencia campesina e indígena son diferentes de aquellos que pro¬ducen individuos que piensan y actúan en otros contex¬tos, según otras lógicas, intereses y condicionantes.
Los poderes, haceres e identidades que necesariamente se articulan en los procesos de cocreación de saberes se manifiestan en diferentes tipos de interacciones y escalas. A continuación presentamos algunas reflexiones provenientes de la experiencia de una organización campesina dedicada a promover la agroecología y la soberanía alimentaria.
El Proyecto de Desarrollo Rural Integral Vicente Guerrero en Tlaxcala, México
Conocido como Grupo Vicente Guerrero o GVG, el Proyecto de Desarrollo Rural Integral Vicente Guerrero actúa junto a 20 municipios del estado de Tlaxcala para capacitar y asesorar a organizaciones campesinas, comunidades, agricultores e instituciones públicas y privadas en pro de un desarrollo ecológicamente sostenible que permita avanzar hacia una sociedad autogestionaria más justa, equitativa y en armonía con la madre naturaleza. En sus más de 30 años de actividades, el GVG ha cocreado saberes, poderes, prácticas e identidades en múltiples procesos, de los cuales presentamos tres ejemplos que involucran diferentes actores, campos de acción y escalas.
Escala 1. Coconstruir entre iguales: de campesino a campesino
Muchos saberes agroecológicos son construidos en los talleres e intercambios que se realizan entre campesinos y campesinas. Se trata principalmente de saberes prácticos sobre conservación y mejoramiento del suelo, producción de abonos, manejo y control biológico de plagas, captación y almacenaje de agua, producción y utilización de plantas medicinales, entre otros. Las diferentes experiencias y visiones enriquecen el conocimiento generado así como las alternativas para aplicación en distintos contextos.
La cocreación de conocimientos entre campesinos y campesinas se ha presentado, además, como un proceso empoderador que revaloriza los saberes de hombres y mujeres del campo, visibiliza las prácticas tradicionales como alternativas viables y dignifica la identidad campesina e indígena, hoy amenazada por otros poderes, saberes y prácticas.
Escala 2. Coconstruir entre diferentes afines: gestión comunitaria del territorio
A través de la coconstrucción de conocimientos sobre los bienes y procesos socioambientales del territorio, los miembros de la comunidad de Vicente Guerrero se organizaron para adquirir un terreno erosionado de 27 hectáreas en una zona estratégica. En este terreno hay algunos manantiales utilizados para el suministro de agua potable a la población a través del manejo comunitario de este recurso vital. Actualmente se realizan prácticas de reforestación para la conservación de los suelos y del agua en esta área. La reforestación, junto con el establecimiento de terrazas, zanjas y barreras vivas, entre otras prácticas, ha frenado considerablemente el proceso de desertificación en la zona.En este caso, la cocreación de saberes sobre el territorio ha permitido la implementación de prácticas altamente significativas, tanto para la conservación de bienes y servicios ecosistémicos como para la organización comunitaria. Se fortalecieron de esta manera el espacio de vida campesina y la identidad colectiva.
Escala 3. Coconstruir entre diferentes (inicialmente) opuestos: políticas públicas
La amplitud de la incidencia de los conocimientos y acciones campesinos depende, entre varios otros factores, de cómo se vinculan con las instituciones políticas. En este sentido, un logro importante del GVG ha sido el trabajo realizado a través de la Asamblea Estatal del Maíz y de diversos encuentros con representantes políticos del congreso del estado para la elaboración y posterior aprobación del proyecto de Ley de Fomento y Protección al Maíz como Patrimonio Originario, en Diversificación Constante y Alimentario para el Estado de Tlaxcala (2011). Entre las medidas previstas en el proyecto se incluye la creación de un Programa Estatal de Semillas de Maíz Criollo cuyos objetivos son los siguientes:
asegurar el abasto en condiciones de equidad;
erradicar las prácticas de las empresas productoras y co¬mercializadoras de semillas que atenten contra el objeto de esta ley;
proteger y fomentar el maíz libre de organismos genética¬mente modificados;
garantizar la eficiencia, productividad, competitividad, sanidad y biodiversidad del maíz y de sus productores, así como de las comunidades, ejidos y pueblos que origina¬riamente han trabajado el maíz criollo;
distribuir semillas en módulos regionales destinados a la distribución de insumos;
impulsar la investigación y el desarrollo de tecnología ne¬cesaria para conservar las características del maíz criollo.
Dicha ley ha permitido que los programas agrícolas en el estado impulsen la distribución de semillas nativas y abonos orgánicos, los cuales son entregados a los campesinos y las campesinas. Con este proceso, los campesinos y campesinas que integramos esta iniciativa hemos aprendido que tenemos derecho a exigir alimentos sanos, seguros y soberanos, respetando nuestros saberes. Asimismo, hemos aprendido que es importante mantenernos organizados y en permanente vinculación con otros actores y redes (académicos, abogados, etc.) para continuar defendiendo las semillas, nuestra identidad cultural y el territorio.
La importancia de la articulación entre diferentes actores, prácticas y escalas
Si nos interesa mejorar nuestras prácticas agroecológicas, fortalecer nuestro poder colectivo de protección del territorio y defender las semillas campesinas nativas de las grandes corporaciones, entonces nos conviene colaborar con actores diversos para construir conocimientos más complejos y pertinentes que puedan convertirse en acciones efectivas. Así como la articulación de diferentes saberes puede favorecer una comprensión más amplia y multifacética, la vinculación entre miembros de diferentes sectores o campos de actuación (producción agropecuaria, organizaciones de la sociedad civil, academia, gobierno, empresa) puede permitir una implementación diversificada de acciones complementarias que incidan a distintas escalas (local, biorregional, nacional, internacional). Hemos aprendido que la magnitud de los efectos de la construcción colectiva de saberes depende siempre de los poderes, las formas de hacer y las identidades que los acompañan.
Juliana MerçonInvestigadora de la Universidad Veracruzana y coordinadora del eje de proyectos transdisciplinarios de la Red de Socioecosistemas y Sustentabilidad de Conacyt, México.
julianamercon@gmail.com Alicia Sarmiento Sánchez
Facilitadora de procesos comunitarios, integrante del Proyecto de Desarrollo Rural Integral Vicente Guerrero A.C., Tlaxcala, México.
alisarsan@hotmail.com