Costa Rica, quienes han realizado un estudio en cuatro comunidades mayas de la etnia Kaqchiquel, ubicadas en la microcuenca de Tzununá, departamento de Sololá, Guatemala. La economía de estas comunidades basa en la agricultura de los huertos familiares (café, maíz, frijol, frutales y hortalizas), una práctica tradicional de los campesinos mayas.
En respuesta a los efectos crecientes ocasionados por el cambio climático y a los riesgos que estos significan para la seguridad alimentaria y para la producción agraria, las familias mayas en Tzununá en el departamento de Sololá, Guatemala, han desarrollado estrategias de diversificación de su alimentación mediante huertos familiares en sus casas. Los huertos tradicionales han sido mantenidos por los hogares rurales mayas durante siglos. En el área del estudio la agrobiodiversidad de los huertos es alta, encontrándose 29 familias botánicas y 45 especies con numerosos usos.
Los huertos de Tzununá son multifuncionales y proporcionan a las familias más que alimento, pues la diversidad de especies de las plantas que se cultivan permite muchos usos diferentes; por ejemplo, para la obtención de hierbas medicinales, materiales de construcción, o su uso como forraje, combustible, y también para la elaboración de artesanías. Además este tipo de agricultura ayuda a las familias, con acceso limitado a la tierra, a mejorar su nutrición y seguridad alimentaria. También la diversificación de su producción les posibilita el aumento de ingresos. Otro factor importante de la diversificación de los cultivos en el huerto es la reducción del riesgo y la serie de servicios ambientales como el reciclaje del agua y de los deshechos, la protección del suelo contra la erosión y la conservación e incremento de la biodiversidad local.
Además, los huertos familiares en casa pueden ser un lugar para la innovación y el aprendizaje, pues funcionan como aulas abiertas o laboratorios de vida, donde el aprendizaje práctico en momentos cortos pero significativos puede alentar a las familias y a sus vecinos a mejorar diariamente sus prácticas de producción. El análisis de los 24 huertos en cuatro comunidades mayas Kaqchiqueles en Tzununá reveló que las mujeres son las principales responsables del manejo de los huertos familiares, tanto en casa como en la comunidad y, con frecuencia, son ella mismas las únicas que cuidan de estos agroecosistemas. Los huertos familiares amplían la autonomía de las mujeres y las oportunidades para que ellas tomen las decisiones.
Estos atributos de los huertos familiares mayas son el potencial para mejorar los medios de vida de las comunidades en un ámbito territorial, por lo tanto proporcionan a las comunidades que los mantienen la capacidad de adaptación a los cambios globales.
Para más información póngase en contacto con Henry Ruiz Solsol en el Centro de Investigación y Educación Superior Agrícola Tropical (CATIE), Costa Rica: hruiz@catie.ac.cr