mayo 2012, Volumen 28, Número 1
Insectos y Agricultores ¿amigos o enemigos?

Parasitoides, depredadores y polinizadores: ¿amigos o enemigos?. Manejo para obtener mayores rendimientos

LAURA ANNE SANAGORSKI | Página 9-12
DESCARGAR REVISTA COMPLETA
TIPOGRAFÍA
SMALL
MODO LECTURA
COMPARTIR

El Manejo Integrado de Plagas (MIP) es reconocido como un método sostenible y respetuoso del medioambiente. Se apoya en la observación y en el establecimiento de umbrales de intervención que, junto con un seguimiento regular, se utilizan para prevenir el brote de plagas y enfermedades.

Los agricultores pueden utilizar estas técnicas para identificar los riesgos de brotes de plagas y enfermedades en una etapa temprana, lo que permite el uso de opciones de gestión menos tóxicas y severas. El MIP rechaza la idea de que la mera presencia de insectos justifica aplicar medidas de control. Incorpora el principio de “manejar” la presencia de insectos, en lugar de erradicarlos completamente, para que las poblaciones se mantengan por debajo de un umbral en particular.

Como en muchos lugares del mundo, los agricultores de los Estados Unidos están cosechando los beneficios de esta estrategia. En el estado sureño de Florida se produce aproximadamente el 40% de los tomates que se consumen en todo el país. Este cultivo de alto valor es vulnerable a muchas plagas y enfermedades e históricamente ha sido protegido a través del uso de altas dosis de productos químicos. Las técnicas de MIP están demostrando ser una alternativa muy útil. Las estadísticas demuestran que la adopción del MIP en la producción de tomates ha logrado reducir en 82% el uso de plaguicidas. Aún más, los agricultores se han sorprendido al ver que sus rendimientos han aumentado, de un promedio de 30,25 a 41,45 toneladas por hectárea en solo ocho años, un crecimiento que está estrechamente relacionado con esta estrategia más sostenible y con la diversidad biológica que resulta de su aplicación.

Sembrando diversidad

Parasitoides, depredadores y polinizadores

 

Mientras que el porcentaje real de especies de insectos considerados plagas es muy bajo, la mayoría de ellos pueden ayudar a los agricultores de diferentes maneras: Los insectos depredadores se comen a otros insectos-plagas que de otra manera se alimentarían de cultivos y plantas importantes. Los insectos crisopas (Chrysopidae) se alimentan de los huevos y larvas de una buena cantidad de plagas agrícolas como algunos tipos de trips (orden Thysanoptera), ácaros, moscas blancas (Siphoninus phillyreae), cochinillas (Dactylopiidae) y orugas y huevos de numerosas polillas. Las mariquitas (Coccinellidae) se alimentan de áfidos, cochinillas, arañas rojas y huevos de algunas plagas agrícolas de escarabajos y barrenadores. Los parasitoides viven la mayor parte de su vidas “pegados” a otro insecto o ser y al final matan a su anfitrión. La familia de los bracónidos, constituida por más de mil especies de avispas diminutas, se alimenta de, reproduce en, y eventualmente mata a algunas plagas de orugas muy dañinas para los cultivos agrícolas. La avispa hembra pone sus huevos justo debajo de la piel del gusano, dejándolo incapacitado para continuar alimentándose de los cultivos. Luego de que los huevos eclosionan, las larvas se alimentan del gusano vivo. Cuando las larvas están listas para convertirse en adultos, muerden un camino hacia afuera del gusano y tejen capullos que sobresalen de su cuerpo. Una vez que las avispas adultas emergen de sus capullos, el gusano picudo muere.

Una variedad de insectos, incluyendo diferentes tipos de abejas, mariposas, avispas y algunas hormigas, son responsables de polinizar plantas. Transportan el polen del estambre de una flor al pistilo de otra en la misma planta o en otra de la misma especie, dando pie a la combinación de genes, la fertilización y la reproducción sexual. Algunas plantas, incluyendo por lo menos un tercio de los cultivos agrícolas de la Tierra, y se estima que el 90% de todas las especies que florecen, dependen de los polinizadores. Se trata de una relación mutuamente beneficiosa que garantiza la supervivencia tanto de las plantas como de los insectos. Las plantas dependen de los polinizadores para garantizar su reproducción, el amarre de la fruta y la dispersión de las semillas. Los insectos polinizadores dependen de las plantas para su alimentación y hábitat.

Por agrodiversidad nos referimos a la variedad de especies, tipos y edad de las plantas que hay en un agroecosistema. La diversidad de plantas permite que la estabilidad de un agroecosistema sea mayor, y mientras mayor es la diversidad de un sistema agrícola, mayor será la probabilidad de que sea más resistente a los daños causados por plagas, enfermedades o condiciones climáticas severas. Sabemos que los monocultivos implican diversos tipos de riesgo: algunos de los desastres más severos en la historia de la agricultura han sido provocados por los monocultivos. Un ejemplo es la hambruna de la papa en Irlanda, en la década de 1840. La variedad de papa que se sembró extensamente y que se convirtió en una fuente básica de alimento era un clon de propagación vegetatativa. Cada una de las plantas de papa era genéticamente idéntica a las demás y esta falta de diversidad genética se tradujo en un alto nivel de vulnerabilidad cuando el hongo conocido como tizón de la papa (Phytophthora infestans) empezó a infectar cultivos de todo el país.

Más abejas, mayor rendimiento

Sembrar un solo cultivo puede parecer, a primera vista, la opción más productiva y rentable. Pero la mayoría de las plagas prefieren una única planta hospedante específica, de manera que la diversidad puede reducir la cantidad de daño que pueden hacer. La diversidad de plantas tiene también la ventaja de atraer insectos beneficiosos. La diversidad en los cultivos proporciona más tipos de plantas con más floración en diferentes épocas del año, lo que atrae a una población más diversa de insectos.

Menos de 5% de los insectos del mundo son dañinos para los humanos o los cultivos. Esto significa que más de 95% de los insectos muertos por técnicas indiscriminadas de manejo como la aplicación global de insecticidas, no son plagas e incluso pueden ser beneficiosos, y perderlos es perjudicial de diferentes maneras. Esto es particularmente notorio en la disminución de las poblaciones de abejas a nivel mundial, un fenómeno conocido como problema de colapso de colonias (CCD por sus siglas en inglés). Los investigadores creen que este fenómeno tiene relación con una combinación de variables: perturbación del medio ambiente, enfermedades y uso excesivo de plaguicidas.

Como muchos otros insectos, las abejas son esenciales para la agricultura de Florida. Cerca de la tercera parte de los productores de frutas y verduras contratan servicios de polinización para cultivos como cítricos, palta, sandía, melón y calabaza. Lo hacen porque las abejas melíferas han demostrado incrementar el rendimiento de los cultivos entre 20 y 60%. La industria de los cítricos de Florida obtiene grandes beneficios de los polinizadores. Las abejas garantizan el tamaño y amarre adecuados de la fruta y las flores de los cítricos proporcionan néctar que produce una miel de muy buena calidad. Esta situación crea una relación valiosa entre los apicultores y los productores de cítricos: los apicultores quieren criar sus abejas cerca de las plantaciones de cítricos y los productores de cítricos se benefician con la polinización. Ciertas variedades de cítricos de Florida (“naranja mandarina” y “naranja pomelo”) son autoincompatibles y necesitan la polinización cruzada, para lo cual las abejas son el método más fiable, económico y eficiente.

La aplicación indiscriminada de plaguicidas puede empeorar la infestación de una plaga si también mata a sus enemigos naturales, ya que la ausencia de depredadores le da a la plaga la oportunidad de volver a infestar un cultivo. Pero existen riesgos aún mayores, como han descubierto los agricultores de la provincia de Sichuán en China. El uso de plaguicidas ha causado una drástica reducción en las poblaciones de insectos polinizadores, lo que a su vez ha creado la necesidad de polinizar los cultivos manualmente para obtener un rendimiento satisfactorio. A un agricultor le puede costar ocho veces más producir fruta polinizada manualmente que fruta polinizada por insectos. Y es difícil para los agricultores de esta zona contratar colonias de abejas para la polinización debido a que los apicultores tienen temor de reubicar a sus abejas por el elevado uso de plaguicidas en el área.

En ocasiones los productores y consumidores sienten este mismo temor en Florida, donde las poblaciones de abejas también están amenazadas por el uso excesivo e indiscriminado de plaguicidas. En septiembre de 2011, millones de abejas murieron rápida y misteriosamente, y más tarde se conoció la causa: la aplicación de un plaguicida de uso doméstico. La pérdida de polinizadores nos afecta a todos, pero se puede evitar.

Manejo de hábitats

Aunque la práctica del MIP puede brindar muchos beneficios, el “manejo” de la presencia de insectos no debería estar limitado a aquellas especies que reconocemos como plagas, ni al uso (reducido) de plaguicidas. Se pueden establecer diferentes especies de plantas que florecen entre o cerca de los cultivos para atraer insectos beneficiosos. El abastecimiento de abundante néctar atraerá a los insectos beneficiosos y prolongará sus vidas y el número de descendientes que producen. Esto significa que habrá más polinizadores, cultivos con mayor rendimiento y más insectos depredadores y parasitoides que contribuirán a reducir la presencia de plagas. Incluso un simple trozo de tierra intacta, mantenida en su estado natural al lado de una parcela cultivada, puede atraer y nutrir poblaciones de insectos beneficiosos de todo tipo.

Hay muchas estrategias para proteger y atraer insectos beneficiosos en operaciones agrícolas, sin importar la ubicación del agricultor. Es nuestra responsabilidad, como custodios de nuestro planeta, participar en el manejo sostenible de las plagas y los insectos beneficiosos. A cambio de nuestro cuidado, podemos gozar de la contribución que los insectos beneficiosos brindan a nuestro trabajo.

Laura Anne Sanagorski
Facultad de Extensión en Horticultura Ambiental, Universidad de Florida
531 N. Military Trail, West Palm Beach, FL 33415, EEUU
Correo-e: lsanagorski@ufl.edu

Referencias

Aizen, M. A.; L. A. Garibaldi, S. A. Cunningham y A. M. Klein, 2009. “How much does agriculture depend on pollinators? Lessons from long-term trends in crop production”. Annals of Botany 103: 1579-1588.

Caldwell B. y otros, 2005. Resource guide for organic insect and disease management. Estación de Experimentación Agrícola del Estado de Nueva York. Geneva: Nueva York, Estados Unidos.

Partap, U. M. A.; T. E. J. Partap y H. E. Yonghua, 2001. “Pollination failure in apple crop and farmers management strategies in Hengduan Mountains, China”. Acta Horticulture 561: 225-230.

 

Ediciones Anteriores

LEISA es una revista trimestral que busca difundir experiencias de agricultores familiares campesinos.
Por ello puedes revisar las ediciones anteriores.

Suscribete para recibir la versión digital y todas las comunicaciones que enviamos periodicamente con noticias y eventos

SUSCRIBIRSE AHORA