junio 2011, Volumen 27, Número 2
Árboles y agricultura

Crianza campesina de los árboles en la amazonía alta

RIDER PANDURO MELÉNDEZ | Página 27-29
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En la Amazonía Alta de la región San Martín, en el norte del Perú, radica una población campesina, indígena y no indígena estimada en aproximadamente 44.000 personas. Entre ellos se encuentran los quechuas lamas, que practican una agricultura de pequeña escala en suelos de ladera y a secano. En estas condiciones conservan una gran diversidad de cultivos y árboles nativos y silvestres, en sintonía con los ciclos naturales y de acuerdo al diverso y variable clima amazónico-andino, recreando su agricultura en respuesta a los contextos actuales de presión demográfica y de crisis climática.

Dibujo elaborado por niños quechuas / Foto: autor

Parte de este modo de ser campesino alto amazónico se presenta en el presente documento, que se elaboró en base a visitas y conversatorios con las familias campesinas quechuas que desarrollan sus actividades agrosilvopastoriles en la microcuenca de Sangapilla, perteneciente a la Comunidad Nativa de Solo, subcuenca del Bajo Mayo, distrito de Shanao, provincia de Lamas, Amazonía Alta de la Región San Martín.

El paisaje agrosilvícola de la microcuenca
La microcuenca de Sangapilla se encuentra en la zona de vida conocida como bosque seco Tropical (bs-T) y tiene una longitud de dos kilómetros. Tiene una población de 115 habitantes que ocupan un área de 172 hectáreas, y en promedio a cada familia le corresponde unas 7,5 hectáreas. El Proyecto de Titulación de Tierras del Ministerio de Agricultura, considera que el 64% (110,30 hectáreas) es de producción y protección forestal. Los tipos de suelos predominantes son los arcillosos, denominados localmente como pucallpas o pucametos. La precipitación anual es de 1000 mm., con temperatura promedio de 26°C. Los cultivos más comunes son maíz, frejol habitas y panamito, algodón y plátano con rendimientos muy bajos, como en el caso del maíz amarillo duro, con 0,8 TM/hectárea.

Pese a que esta microcuenca –como la mayoría de microcuencas de la zona– ha sufrido las presiones de los cultivos comerciales, como el maíz y el algodón, todavía se mantienen pequeños espacios boscosos, especialmente en las fajas marginales y en la cabecera de la microcuenca: 123 hectáreas de purmas o bosque secundario, de las cuales el 95% son llullu purmas o bosques en proceso de regeneración, 5% son machu purma o bosque desarrollado, y se encuentra todavía una hectárea de bosque climax o machusacha. La microcuenca tiene un área trabajada de 49 hectáreas, 36 de las cuales están solo con cultivos anuales. En las restantes 13 hectáreas se encuentran sistemas agroforestales en diferentes estadíos: seis hectáreas en estado inicial (la incorporación de especies permanentes es reciente, con uno o dos años de sembradas); cuatro hectáreas en situación intermedia (el componente arbóreo está iniciando su fructificación con, aproximadamente, siete años de establecido) y tres hectáreas con sistema agroforestal. En esta área las familias conservan más de 28 especies de árboles, arbustos y lianas, cuyas características y usos conocen en detalle.

Las familias dicen que es importante conservar los árboles en la microcuenca porque la tierra está “cansada”, y que algunos cultivos como el frejol allpa ya no producen debido al cambio del clima o porque las lluvias son menores que antes y el maíz rinde menos porque las tierras se han vuelto ‘secarrones’ (sin humedad). Las familias campesinas, pese al impacto de individualización por la titulación de los predios, siguen manteniendo la biodiversidad y los mecanismos de gestión comunal de sus predios bajo diferentes modalidades, tales como sistemas de ayuda mutua o ‘choba-choba’ para el cuidado de las chacras. Y varias familias por iniciativa propia cuidan áreas de bosque, siembran especies que ayudan a la retención de agua en la microcuenca y establecen sistemas agroforestales en sus predios.

Testimonio de Don Samuel Cachique Sangama sobre la crianza de la diversidad de árboles

• Obtención y siembra de semillas de árboles diversos. A esta caoba y a este aguaje le he traído cuando he encontrado semilla en el camino que va a la chacra de mi tío Purificación. Lo he sembrado directo, desde ahí le he empezado a cuidar. En esta chacra también hay mangos, cítricos he sembrado en buen sitio. Estas plantas son chirimoyas y sidras, le hemos sembrado de su semilla. Así traemos muchas semillas de lejos y le sembramos en nuestra chacra.

• Arboles semilleros. Esta caoba es sembrado por mi papá, tres troncos son, pero este es el más desarrollado; en tres o cuatro años ya está bueno para cosecharle, este no le vamos a cortar, para juntar la semilla. Nosotros le aumentamos al pucaquiro también.

• Usos en la alimentación humana. A este bombonaje se le come su chonta, de todo le comemos crudo o cocinado, en ensalada es rico. Por ejemplo a la shapaja se le chontea, aparte de la chonta es el gusano o suri, eso queda después de la chonta, a dos o tres meses, sacas el suri y eso comemos. Ahí hay también un tronquito de mamey que nos alimentamos con su fruto.

• Usos en la artesanía y como medicina. El cogollito del bombonaje es para aventador para hacer candela. Su tronco (tallo) eso no le cortamos, también le ocupamos en canasto, también para amarrar los atados de chancaca se utiliza la soga del tronco. Este es hualaja, buena madera es para nuestros bancos (asientos). Este es el ojé tiene tremendas raíces, es viejo, la gente le saca su raíz para platillos, también a la resina se lo toma para purgante.

• Asociación de especies permanentes cultivadas y silvestres, con cultivos anuales. Aquí en esta chacra pensamos ponerle a los plantones diversos de árboles que vamos a seguir obteniendo en nuestro andar por diferentes lugares. A esos plantones o semillas lo vamos a sembrar en medio del algodón, el maíz, el frejol, el plátano y otros cultivos que sembraremos en esta chacra.

• La regeneración y la recuperación de las áreas degradadas. Todo este lugar hace cuatro años era un monte que no servía, ucshal era (predominancia de la hierba conocida como cashucsha) que no producía nada. Le hemos hecho chacra: estas polopontas, estas shapajas, como eran chiquitos, le hemos dejado y en la chacra ya están arreglándose. Este polopontalito, es lindo, de ahí riega su semilla, se va rodando, el añuje también le lleva y así aumenta en la chacra. Se le sigue dejando al monte cuando se sigue avanzando. Igual se hace con el pucaquiro, shaina, y así se hace maderal esta área degradada.

• Los animales ayudan a la regeneración. También hay los zorros y pericotes, por ejemplo a esta shica-shica es lo que trae el murciélago, a veces el añuje también le trae, de dónde quizás, y eso ya le deja en diversos lugares y ahí ya crecen. Este es mirakhuasca, este otro es mashushillo, a estas plantas les siembran estos animales trayendo semillas de diferentes lugares.

En la cosmovisión de los quechuas lamas, los árboles, la misma microcuenca y el agua continúan siendo percibidos como seres vivos pero también como deidades, dentro de la continuidad de la colectividad natural, a la que también pertenecen los seres humanos.

Restableciendo la microcuenca y la biodiversidad: el caso de la familia Cachique Sangama
La familia Cachique Sangama tiene dos predios en la parte media de la microcuenca de Sangapilla, con un área total de 18 hectáreas. El predio a describir tiene un área de 7,32 hectáreas, de las cuales según la Oficina General de Catastro Rural del Ministerio de Agricultura, (septiembre 1983), el 30% tiene capacidad de uso forestal y el 70% de cultivos permanentes.


Figura 1. Predio agrosilvícola

En este predio la familia Cachique Sangama tiene sistemas agroforestales establecidos, constituidos como chacras huerto en el 40% del área, mientras en 30% hay sistemas en estadíos intermedio e inicial. En relación a sus bosques el 20% es purma baja y 10% es machupurma o bosque secundario establecido, que permiten el restablecimiento de la salud de la microcuenca, en particular de los manantiales, y la conservación de la biodiversidad. Algunos de los aspectos de este uso actual y de la conservación de la agrobiodiversidad y los otros componentes naturales de este predio, se pueden apreciar en el croquis predial (Figura 1).

La diversidad vegetal que conservan incluye cultivos alimenticios, especies forestales, plantas medicinales, árboles frutales y otras especies para uso en la industria. Así, la familia dispone de alimentos frescos, tiene productos para intercambiar con otras familias y obtiene ingresos moderados durante todo el año por la venta de productos. Los árboles con sus diversos subproductos, representan el 41% de estos ingresos familiares.

¿Cómo acompañar la crianza de la diversidad de árboles hecha por las familias campesinas, desde su propia cosmovisión?
Las prácticas de conservación de la biodiversidad de las familias campesinas en sus predios no son todavía consideradas en los programas y políticas oficiales, en gran medida por desconocimiento de su importancia e impacto sobre la economía familiar y el medio ambiente. Los mecanismos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD), así como de Pagos por Servicios al Ecosistema (PSE), son poco conocidos en esta parte de la amazonía peruana, y en especial por las familias campesinas. Estos mecanismos están más orientados a plantaciones forestales continuas e intactas, del tipo de Áreas Naturales Protegidas, en donde ya no es posible la participación de los campesinos en la regeneración recíproca hombre-naturaleza-deidad.

Para acompañar y retribuir a las familias campesinas, desde su propio modo de vida, a los esfuerzos que vienen de sarrollando para la conservación de la biodiversidad y con ello a sus aportes en la mitigación y adaptación a la crisis climática, es muy importante el respeto a su visión holística. Según el diagnóstico campesino, esta crisis se debe a la crisis generalizada del respeto entre los humanos y de los humanos a la naturaleza y las deidades, para el logro de una conexión espiritual con la Madre Tierra. Y quizás la mayor sabiduría que podemos heredar de los sabios campesinos, más allá de medidas adaptativas que han venido poniendo en práctica desde siempre, es ver el futuro con serenidad. Y con ello aportar con el cambio civilizacional, como muchos empiezan a sentir su necesidad. (Ishizawa, J. en PRATEC 2009).

Rider Panduro Meléndez
Correo-e: riderpm@hotmail.com

Referencias
— PRATEC. 2009. Cambio Climático y Sabiduría Andino Amazónica: prácticas, percepciones y adaptaciones indígenas. Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas (PRATEC) y la Sociedad Sueca para la Conservación de la Naturaleza. Lima, Perú. 176 p.
— ARAA – CHOBA CHOBA. 2007. Informe de la iniciativa: Repoblamiento forestal con plantas nativas, para la recuperación de puquios de las familias campesinas en las comunidades de Solo y el Wayku, en la provincia de Lamas. Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas (PRATEC). Tarapoto-San Martín, Perú.

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