abril 2011, Volumen 27, Número 1
Una nueva generación de agricultores: la juventud campesina

La familia Rey-Novoa, reverdeciendo laureles

JESÚS M. REY-NOVOA, ALYS M. REY-NOVOA, FERNANDO R. FUNES-MONZOTE | Página 20-22
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La preocupación por la continuidad generacional en la agricultura no es un tema exclusivo de Cuba. El modelo industrial de producción de alimentos implantado mundialmente marginó al campesino pequeño y mediano, y lo despojó de su principal baluarte: el relevo.

La producción alimentaria y la protección del ambiente se divorciaron principalmente por la falta de continuidad que provocó el desconocimiento del medio natural y el consiguiente desarraigo. Al simplificarse los procesos agrícolas también se fortaleció la tendencia a ignorar la importancia de la transmisión del conocimiento tradicional y la cultura agrícola. Este fenómeno produjo además consecuencias severas a la cadena alimentaria como, por ejemplo, la cada vez más dudosa calidad de lo que comemos. En este artículo presentamos un ejemplo de cómo la efectiva unión familiar e intergeneracional garantiza la continuidad de las presentes y futuras generaciones de agricultores y nos da esperanza de que la producción de comida tenga una función que vaya más allá de la necesaria alimentación. Se describe un proyecto familiar que intenta no solo producir más y mejores alimentos, sino también salvar la cultura agrícola y preservar la base de recursos, entre los que está en primer lugar el conocimiento de cómo hacer una agricultura en armonía con la naturaleza.

La finca
La finca San Juan se ubica en la localidad El Junco, llanura de Cienfuegos, seis kilómetros al este de la capital provincial. Está situada sobre la cuenca hidrográfica del río Caunao, específicamente en su desembocadura hacia la rada de Cienfuegos, una de las cuatro que tributan a la Bahía de Jagua, prin principal ecosistema de la provincia. Perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Dionisio San Román, la propiedad cuenta con 53,7 hectáreas manejadas a partir de prácticas y métodos agroecológicos, y se dedica a la producción diversificada de alimento humano, animal y al uso forestal.

La familia
Aún en el proceso de transición agroecológica, la finca es manejada fundamentalmente con fuerza de trabajo familiar. La familia Rey-Novoa, que cuenta con 13 miembros (2 progenitores, 3 hijos, 2 yernos y 6 nietos), llegó a este lugar en diciembre de 2003 luego de una permuta con otra finca en la misma provincia. Con antecedentes en el manejo agrícola tradicional, la familia atesoraba un importante conocimiento y sabiduría empírica, útiles para lidiar con las situaciones socio-económicas y ambientales imperantes en los últimos años. Los Rey-Novoa se dedicaron durante el siglo XX fundamentalmente a la ganadería, la caña de azúcar y el cultivo del arroz. La vasta experiencia de los padres y del abuelo materno, así como el acercamiento e incorporación de hijos y yernos al trabajo en la finca, han sido clave en la comprensión del camino a tomar.


La familia alimentando aves, donde se integran lombricultura, conejos y caballos
Foto: familia Rey-Novoa

Entre los retos más importantes para la familia estuvo la necesidad de diseñar un sistema económico viable, de distribución justa, que se adaptara a las características socioculturales propias y facilitara una mayor apropiación colectiva y de género. Luego de varios años de prueba y error, se concibió un sistema de distribución cooperativo-solidario basado en:

• un anticipo mensual para cada miembro de la cooperativa familiar, integrada por 7 personas, exceptuando a los nietos por el momento
• garantía del autoconsumo familiar gratuito y necesario para un año, que incluye: carne, huevos, leche, puré de tomate, frutas, viandas, vegetales, arroz, frijoles y otros granos
• balance o desarrollo social según las prioridades acordadas colectivamente en un programa general previo dirigido en lo fundamental a las inversiones en la construcción de tres viviendas y su infraestructura, más el pago de la energía eléctrica doméstica y los créditos de los efectos electrodomésticos
• utilidades finales si las condiciones lo permiten, sin comprometer el programa de desarrollo de inversiones productivas de la finca acordado colectivamente
• mantener los patios tradicionales de aves y una reproductora porcina en cada uno de los cuatro núcleos de residencia. Cada núcleo aporta dos cerdos por parto y el 20% del valor de las ventas a la cooperativa para los gastos de la producción y el autoconsumo.

Se organizó un sistema de registro contable compuesto por cinco subsistemas de costo y otro para las inversiones productivas y sociales. El sistema financiero se compone de una cuenta operativa y otra de desarrollo procedentes de los ingresos líquidos propios, que se combinan con un manejo eficiente de los créditos bancarios. Para articular todas las acciones del sistema fue necesario distribuir funciones dentro de la cooperativa familiar con un mayor protagonismo de hijos y cuñados, y el derecho de veto de los progenitores. El colectivo es la máxima instancia de decisión y sus miembros desempeñan funciones productivas, de tesorería, economía, relaciones comerciales y públicas, organización tecnológica de la producción o gerencia general y otras, con el objetivo de lograr una gestión dinámica y eficaz.

Transición agroecológica
Para la transición agroecológica del agroecosistema en el contexto de la agricultura familiar y bajo principios de equidad social, racionalidad económica y sostenibilidad ecológica, se diseñó e implementó un modelo integral. La metodología utilizada fue la ‘campesino a campesino’ adaptada a las exigencias de la agroecología, donde la propia familia campesina profundiza en la realidad de la finca (Cárdenas y otros, 2003). Esto hace posible que conozca la lógica del sistema productivo, el funcionamiento detallado de la finca y su verdadera capacidad de producir y generar ingresos y, sobre todo, aprovechar la vivencia del intercambio con otros agricultores experimentadores. Esta metodología busca construir indicadores económicos y agroecológicos que permitan valorar el impacto de programas y la introducción de innovaciones generadas por los propios productores.

Principios y enfoques
Los principios y enfoques agroecológicos; las funciones, bienes y servicios del ambiente; así como la estructura de funcionamiento de los agroecosistemas e interdependencias, se consideraron instrumentos metodológicos para el diseño y rediseño de la transición de la finca San Juan. Se aplicaron conceptos ecológicos al diseño y manejo de sistemas agrícolas, tomando en consideración criterios aportados por la literatura y la práctica (Funes-Monzote, 2009).


Figura 1. Principios y enfoques seguidos en la transición agroecológica de la finca San Juan

En diciembre de 2003, cuando la familia Rey-Novoa se mudó a la finca San Juan, existía una caballería (medida agraria usada en la isla de Cuba equivalente a 13,43 hectáreas) de tierra invadida por marabú (maleza arbustiva espinosa que abunda en los campos cubanos), la cual fue desmontada durante el primer año en intensas y agotadoras jornadas. Se trabajó en condiciones muy difíciles, sin que ello mellara la voluntad y unidad de la familia, con la participación de todos sus miembros y la ayuda de amigos que creyeron en el proyecto. Así fue rescatado un terreno en desuso donde hoy se experimentan con óptimos resultados prácticas como: protección de suelos, producción de alimento animal, desarrollo de ganado mayor y menor, producción de humus de lombriz, elaboración de piensos criollos, producción de vegetales, conservación de alimentos, producción y conservación de semillas, fomento y rehabilitación de florestas, etc.

El paradigma: la familia en armonía con la naturaleza
El programa de transformación de los métodos agrícolas a través de prácticas agroecológicas se sustenta en la apropiación colectiva, cooperativa y solidaria, con enfoque de género. Se trata de un proceso continuo de socialización y arraigo con alto sentido de pertenencia, conciencia social y ambiental, que se enriquece con sistemáticos análisis y evaluaciones colectivas sobre su implementación.
Sin abandonar las experiencias de más de una generación, se incorporan y aplican diferentes tecnologías para la integración y transformación agroecológicas. Los resultados de la finca aún distan de tal aspiración y del compromiso adquirido por una familia que tiene la obligación de aportar al desarrollo verdadero del campo cubano.

Resultados económicos y soberanía alimentaria
El proceso de transición agroecológica ha proporcionado estabilidad y sostenibilidad a la finca mediante una producción diversificada que contribuye a sustituir importaciones e incrementar la soberanía alimentaria del país. Se logran costos por peso, en un rango entre 0,50 y 0,56 centavos. En términos productivos, durante los seis años transcurridos se han incrementado sostenidamente las producciones agrícola y pecuaria. La mejoría de la finca en el periodo 2004-2009 también fue evaluada en términos energéticos (de 5 a 30 Gcal por año) y proteicos (de 2 a 22 toneladas de proteína por año). Estas cantidades de energía y proteína alimentaria significan que la finca produce energía suficiente para cubrir los requerimientos energéticos de 29,4 personas y de 863 personas en términos proteicos, teniendo en cuenta que anualmente una persona debe consumir unas 1.022 Mcal de energía y 25,5 kg de proteína. Los beneficios sociales de este proyecto derivan de la capacidad que tiene la agricultura a pequeña escala para responder a las crecientes necesidades de alimentos de la población e incrementar la calidad de vida y las expectativas de la familia.

Aprendizajes y futuro
Haber transformado un área ociosa, degradada e infestada de marabú en una finca en transición agroecológica, diversificada y productiva, así como el proceso de empoderamiento, participación, apropiación y creación de capacidades en la gestión por la familia Rey-Novoa, constituye una propuesta concreta a los cambios que requiere el mundo rural. Esto permite arribar a las conclusiones siguientes:

• la agroecología incrementa la producción de leche y de carne en respuesta a las necesidades del país ante el creciente aumento de los precios de los alimentos y los combustibles en el mundo
• se logran rendimientos altos y sostenibles, esencialmente en la ganadería, como resultado del aprovechamiento de insumos propios, la sustitución de insumos, el empleo de prácticas agroecológicas, así como la introducción de tecnologías en el manejo del marabú y la crianza de animales
• resulta pertinente, en la transición agroecológica del caso de la finca San Juan de la familia Rey- Novoa, continuar desarrollando los procesos de integración, particularmente de árboles, plantas y animales. Ello permitirá mayor adaptabilidad a los cambios climáticos, óptimo aprovechamiento y conservación del suelo, mejora del entorno y la salud, e incremento de la biodiversidad.

Jesús M. Rey-Novoa
Agricultor y especialista del Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos
Correo-e: pdhlcf@enet.cu

Alys M. Rey-Novoa
Agricultora y estudiante de cuarto año de agronomía, Universidad de Cienfuegos
Correo-e: pdhlcf@enet.cu

Fernando R. Funes-Monzote
Investigador de la Estación Experimental “Indio Hatuey” de la Universidad de Matanzas
Correo-e: mgahonam@enet.cu

Referencias
– Cárdenas, A., O. Cruz, M. Pérez, E. Álvarez, B. Machín, B. Cabezas, M. Dueñas y L. Chirino. (2003). Metodología para la promoción de la agricultura agroecológica. Actividades y herramientas, movimiento agroecológico de campesino a campesino. Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), La Habana.
– Funes-Monzote, F.R. (2009). Agricultura con futuro. La alternativa agroecológica para Cuba. Estación Experimental Indio Hatuey, Universidad de Matanzas. 176 p.

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