junio 2008, Volumen 24, Número 1
Agricultura sostenible y comercio justo

Mercados locales para la agricultura ecológica: trayectoria y desafíos

AIRES NIEDZIELSKI, ANÉSIO DA CUNHA MARQUES Y LUIS CLÁUDIO BONA | Página 24-27
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Porto União y União da Vitória son municipios vecinos ubicados en la región del Contestado, territorio que comprende parte del Planalto Norte Catarinense y del Centrosur del Paraná. Ambas sedes municipales tienen como frontera una vía ferroviaria. Funcionan, por lo tanto, como un único conjunto urbano con una población de cerca de 55.000 habitantes.

Tal como sucede en toda la región, la agricultura familiar tiene una presencia significativa en el área rural de ambos municipios. El cultivo del maíz, el frijol y la extracción de hierba mate (Ilex paraguariensis) son sus principales actividades económicas. La región es rica en iniciativas de producción agroecológica, fruto del empeño de cientos de familias agricultoras y sus organizaciones, así como de la asesoría de ONGs y de técnicos del servicio oficial de extensión rural, y del apoyo ocasional de algunos gobiernos municipales.

El acceso a mercados seguros que garanticen la adquisión de la diversidad productiva, característica de la agricultura familiar de la región, se presenta como uno de los principales desafíos para el avance de los procesos de transición agroecológica. Abordamos en este texto, la historia, importancia y actual situación de las ferias libres descentralizadas, constituidas en las sedes municipales de Porto União y União da Vitória como estrategia para la comercialización de alimentos producidos de forma ecológica por un número creciente de familias agricultoras de los mismos municipios.

El embrión de la experiencia
Las ferias campesinas libres, espacios tradicionales donde los agricultores comercializan sus productos directamente a los consumidores, pasaron siempre por períodos de alta y baja en ambos municipios. A finales de 1995 existía en União da Vitória una pequeña feria al lado del terminal urbano de autobuses. Esta feria estaba conformada por apenas cinco productores, siendo el punto común la comercialización de mercaderías adquiridas en el CEASA de Curitiba. En Porto União, también ubicado junto al terminal terrestre, seis productores integraban en la misma época una feria, que al contrario de la feria del municipio vecino, comercializaba alimentos producidos por las propias familias. Una de esas familias –los Niedzielski– comercializaba únicamente alimentos ecológicos producidos en su finca. La experiencia y la acción de esta familia fueron determinantes en el proceso de construcción de las ferias agroecológicas en ambos municipios.

Puestos en la feria campesina de União da Vitória con los carteles anunciando la calidad ecológica de la producción / Foto: autores

La experiencia de la familia en la producción ecológica y en la comercialización de productos en ferias se inició en 1983 después de que Aires Niedzielski concluyera un curso técnico en la Fundación Mokiti Okada (Brasil). Simultáneamente, Aires comenzó a desarrollar trabajos de divulgación sobre agroecología en la región, contando con el apoyo de la Iglesia Católica y del Centro de Asesoría y Apoyo a los Trabajadores Rurales (CEPAGRI), una ONG con sede en el municipio de Caçador-SC. A partir de estas iniciativas y del fracaso de las experiencias de cultivo tradicional del durazno, vivida por agricultores de la comunidad Km 13, en Porto União, varias familias iniciaron procesos de conversión ecológica de sus propiedades. Para el año 1996, veintidós familias fundaron la Afruta – Asociación de Productores Ecológicos de Porto União.

En el período de 1997 a 2000, el municipio de União da Vitória fue administrado por el Partido de los Trabajadores, y la Secretaría Municipal de Agricultura estuvo integrada por profesionales provenientes de Asesoría y Servicios en Proyectos de Agricultura Alternativa (AS-PTA) y de Afruta. Al asumir como prioridad la promoción de la agroecología en el municipio, la Secretaría estructuró el Programa Municipal de Agricultura Ecológica (PMAE) con el objetivo de actuar tanto en el campo de la organización y de la formación, como en el apoyo a compras comunitarias y a la comercialización de la producción, con énfasis en el desarrollo del mercado local.

Estas nuevas condiciones propiciaron el avance de los procesos de transición agroecológica de muchas fincas en el municipio de União da Vitória. Se organizaron los cultivos de semillas criollas y las primeras ferias de estas variedades, permitiendo que se incrementara la escala de un trabajo que ya se venía realizando en la región. En la comercialización, el PMAE apoyó la realización de ferias ecológicas libres y la organización de los agricultores para la producción y venta de granos, así como de diversos productos hortícolas en los mercados de Curitiba y São Paulo.

El inicio de las ferias y las dificultades de la comercialización
A partir de 1997 el PMAE y la Afruta intensificaron el trabajo de divulgación de la agroecología, por medio de la realización de charlas en escuelas y de reportajes en las radios y periódicos locales, así como con la promoción de eventos. Se alcanzó un buen nivel de aceptación de parte de las familias agricultoras y de los consumidores.

Desde el punto de vista de los agricultores, los mayores avances se dieron en la diversificación de los sistemas productivos con la inclusión de nuevos cultivos alimenticios y de especies para uso, como abono verde en invierno y verano, así como para la producción propia de semillas. Estas iniciativas disminuyeron la dependencia de insumos externos de los sistemas productivos, y les permitieron reducir sus costos de producción. Además, los agricultores reconocieron que la producción agroecológica fue beneficiosa para la conservación del ambiente, la salud de sus familias y de los consumidores.

Al considerar que la demanda de hortalizas y frutas de la población urbana era atendida con productos convencionales provenientes de CEASA (Central de Abastecimiento S.A., una cadena empresarial con representantes en todo Brasil), el PMAE y Afruta incentivaron la producción hortícola, que hasta ese momento era solo para autoconsumo de las propias familias productoras.

Reunión de productores de Afruta / Foto: autores

A inicios de 1998 el PMAE estructuró la “Feria Colonial” en una de las plazas locales. La iniciativa involucró a 12 familias, pero algunas de ellas aún no producían de forma exclusivamente ecológica. Para identificar la producción ecológica, se colocaron carteles en los puestos de los productores ecológicos con la frase “Alimento Ecológico”. En la misma época, seis familias asociadas de Afruta se dieron cuenta del potencial de las ferias para la diversificación de la producción e iniciaron dos ferias ecológicas en dos barrios, además de continuar con el puesto ecológico en la feria del terminal urbano de Porto União.

La creación de un sistema de garantía de calidad
La realización de ferias ecológicas despertó en los consumidores un mayor interés por la calidad de los alimentos que consumían, lo que aumentó la demanda de alimentos ecológicos en los municipios. Sin embargo, este mayor interés ocasionó algunas dudas en los consumidores sobre la calidad ecológica de los alimentos que adquirían en las ferias. Para dar respuesta a esa inquietud se implementó un sistema de garantía, basado en el trabajo con grupos e inspirado en la experiencia anterior de los “gauchos”, agricultores del estado de Rio Grande do Sul. Se constituyeron cinco grupos de productores ecológicos en União da Vitória y en Porto União, los cuales se sumaron a los seis grupos de asociados a Afruta.

Cada grupo mantuvo una dinámica de funcionamiento propia, pero por lo general mantuvieron reuniones mensuales con el objetivo de planear la producción y la comercialización. Las reuniones eran realizadas rotativamente en las fincas de los integrantes del grupo, lo que facilitaba las visitas a las áreas de producción, contribuyendo tanto en la capacitación del grupo, a través del intercambio de experiencias, como en viabilizar la certificación participativa.

En el segundo semestre de 1998, se realizó en União da Vitória un seminario para que el tema del sistema de garantía fuese perfeccionado. Uno de los logros del evento fue la creación de una Red Regional de Agroecología, que fue reconocida algunos meses después. Se dio así inicio a la Red Ecovida de Certificación Participativa y, desde entonces, los grupos del PMAE y de Afruta se identificaron con el símbolo de la Red Ecovida.

Nuevas soluciones, nuevos desafíos
Aunque las ferias se han iniciado relativamente bien, permitiendo un buen flujo de la producción de los agricultores ecológicos pioneros, la ampliación de los mercados se mostraba como condición necesaria para el aumento del volumen de comercialización y la incorporación de nuevas familias al proceso. Los intentos de colocar los productos en los supermercados y en el comercio local no prosperaron debido a la falta de regularidad en la oferta de los productos y a la limitada variedad de especies de la producción local. En esas condiciones, las casas comerciales prefieren abastecerse en el CEASA de Curitiba donde, además, en épocas de cosecha pueden adquirir productos con precios más bajos.

Para enfrentar este desafío el PMAE y la Afruta firmaron en el segundo semestre de 1998 un convenio con la Asociación de Agricultura Orgánica de Paraná (AOPA), organización que coordinaba la comercialización de alimentos orgánicos en Curitiba. Frente a las dificultades para iniciar nuevos mercados locales, en el momento en que existía la necesidad de transporte de los productos hasta Curitiba, esta estrategia demostró ser más viable para los agricultores, que generalmente son excluidos de los programas gubernamentales. El PMAE subsidió financieramente a la organización y el transporte de su producción.

Este nuevo sistema de comercialización permitió la ampliación del número de agricultores ecológicos en ambos municipios. En 1999, además de los asociados de Afruta, otras 61 familias de União da Vitória comercializaron alimentos ecológicos a través de AOPA. Entre noviembre y marzo, época punta de la cosecha, el volumen semanal de comercialización varió de seis a diez toneladas de una gran variedad de productos, entre los cuales tenemos cebolla, tomate, zanahoria, batata-salsa (Arracacia xanthorrhiza Bancroft), betarraga, boniato o camote y frijol adzuki (Vigna angularis). En ese año, el municipio de União da Vitória fue considerado como el mayor productor de cebolla orgánica del estado de Paraná.

A pesar del buen resultado inicial de las ventas en mercados de Curitiba, este canal de comercialización se mostró vulnerable ya que dependía de la continuidad de los subsidios financieros y de la asesoría técnica del PMAE. Además de eso, se trataba de un mecanismo comercial con patrones rígidos de calidad y muy exigente, lo que traía como consecuencia constantes pérdidas de productos. La vulnerabilidad del sistema se hizo evidente a fines de 2000, cuando las fuertes heladas ocurridas en la región de Curitiba destruyeron las plantaciones de los agricultores asociados a la AOPA e interrumpieron la continuidad de los canales comerciales abiertos por la asociación.

Felizmente, el éxito inicial alcanzado con un frente de comercialización en Curitiba no significó el abandono de la estrategia original basada en los mercados locales. Muy por el contrario, el aumento de los volúmenes de venta incentivó a los agricultores a reforzar su presencia en las ferias locales. Debido a este hecho, estas ferias se multiplicaron con la creación de un gran número de puntos de venta descentralizados en las ciudades, la mayor parte constituida por los asociados de Afruta. Así, durante el período en que los mercados de Curitiba operaron, se logró que los mercados locales se consoliden. Como ejemplo de este hecho, podemos citar los datos de comercialización del tomate ecológico: en 1999 se vendieron 40 toneladas en los mercados de Curitiba y de São Paulo y apenas cuatro toneladas en los mercados locales. En 2000, solo se introdujeron dos toneladas en Curitiba, mientras que los mercados locales, principalmente las ferias, absorbieron 50 toneladas.

La organización de las ferias de Afruta
Las familias asociadas a Afruta se reúnen mensualmente para organizar la producción e intercambiar experiencias. Estos son momentos privilegiados para tratar diversos temas que abarcan la política de precios, el planeamiento de la producción, las evaluaciones sobre las ferias y la calidad de los productos ofertados, el debate sobre iniciar nuevos puntos de venta, etc.

Las ferias se concentran los martes y los sábados, lo que facilita el proceso de redistribución de productos, o rotación, como lo llaman los participantes. Este trabajo lo realiza uno de los productores que, después de instalar su puesto, deja a alguien de la familia en su lugar mientras hace una primera visita de supervisión al inicio de la mañana y una segunda entre las 9 y 10 horas. Recorre todos los puestos de la feria, recibiendo en cada uno los productos que sobran para ser redistribuidos a otra feria. Al final de la mañana realiza una liquidación para ver quién cedió y quién recibió productos, cobrando por el servicio el 10 por ciento del valor comercializado. Con este simple sistema de gestión colectiva se garantiza una gran diversidad de productos y se minimizan las pérdidas.

Desde 2007 la asociación se vinculó al Circuito de Comercialización de la Red Ecovida, y se creó una estación en Porto União que envía y recibe productos de estaciones ubicadas en otras regiones como Erechim (RS), Lages (SC), Curitiba (PR) y Barra do Turvo (SP). Los representantes de cada estación se reúnen mensualmente para organizar el circuito, verificando los productos disponibles para la oferta y la demanda.

De forma general, los precios en las ferias son muy similares a los de los alimentos convencionales vendidos en los supermercados. No existe preocupación por cobrar precios más altos que los del mercado, porque los alimentos son ecológicos. El objetivo de los asociados es el de recibir una remuneración justa por su trabajo.

A partir de 2001 el PMAE fue prácticamente desestructurado, debido al fracaso en las elecciones del grupo político que venía administrando la municipalidad. Con esto, los servicios de asesoría y subsidios se interrumpieron y, por otro lado, las reuniones de planeamiento y la organización de la producción también cesaron. A partir de ese momento, el apoyo de la municipalidad a las ferias se limitó al transporte de los productos de un número limitado de familias.

De forma autónoma Afruta continuó con su proceso de organización para asegurar y ampliar los mercados locales, centrando su estrategia comercial en las ferias e invirtiendo en procesos de agroindustrialización. En 2004, ya después de la creación del Programa de Adquisición de Alimentos (PAA) de la Compañía Nacional de Abastecimiento (CONAB), los agricultores vinculados a Afruta fundaron la Cooperativa de Agricultores Ecológicos del Valle de Iguaçu (COAVI) con el objetivo de apoyar a las ferias y de organizar la comercialización a través del PAA.

La situación actual de las ferias
De acuerdo con los datos de Afruta y de la Municipalidad de União da Vitória así como las estimaciones de los autores, hoy existen 43 puntos de feria mantenidos por 98 familias agricultoras, 39 de las cuales están dedicadas exclusivamente a la producción agroecológica (cuadro 1).

En este cuadro general, se destaca el gran número de ferias descentralizadas mantenidas por una o dos familias agricultoras. Este formato ha demostrado ser interesante pues no depende de grandes estructuras o negociaciones burocráticas con las instituciones públicas, además de facilitar el acceso más efectivo de los consumidores, quienes se vinculan fuertemente con las familias productoras de sus alimentos. Al mismo tiempo, una de las limitaciones de este sistema ha sido la dificultad de mantener una variedad de productos que responda a la demanda de los consumidores. Algunos productores participantes de la feria han podido incrementar la variedad de productos que ofertan al abastecerse de productos procedentes de otras familias agricultoras de sus comunidades.

Otro aspecto a ser destacado es el que los productores participantes de la feria no identificados como ecológicos no son necesariamente convencionales. Se considera que mediante procesos simples de adecuación, estos productores podrán ser clasificados como ecológicos. Este factor, asociado a la tendencia que tiene la población de relacionar las ferias con la producción agroecológica, revela la necesidad de continuar con la información para los consumidores sobre el significado de “alimento producido agroecológicamente” y del apoyo a los procesos de conversión técnica de los sistemas de producción.

Cuadro 1. Tipos de ferias y productores participantes en los municipios de Porto União (SC) y União da Vitória (PR) / Fuente: Afruta y Municipalidad de União da Vitória

En forma general, las ferias mejor estructuradas son aquellas mantenidas por Afruta ya que la asociación mantiene un proceso autónomo y permanente de planeamiento, inclusive con un sistema de redistribución de productos entre las diversas ferias (rotación) (cuadro 1). La asociación Afruta mantiene actualmente 23 puntos de ferias distribuidos en los centros y en los barrios de los dos municipios, todos identificados con afiches de la Red Ecovida de Agroecología. La comercialización en estos puntos llega a 100 toneladas mensuales, variando de 0,8 a 4,0 toneladas mensuales por punto, involucrando una gran variedad de productos. Cualquiera de los puntos de venta presenta una variedad de productos que oscila entre 40 y 60 ítems.

La renta obtenida en estos espacios ha satisfecho a la mayoría de productores participantes. En 1999 la renta bruta mensual obtenida por cada participante ligado a Afruta giraba entre 1 a 2,5 salarios mínimos y actualmente se sitúa entre 2 a 8 salarios. Estos resultados son bastante positivos, sobre todo si se considera que esta renta no es la única fuente de ingresos de las familias productoras y que los costos de comercialización y producción son bastante bajos. Otro aspecto por resaltar es que el aumento de la diversidad de cultivos y la conciencia adquirida por las familias participantes en las ferias sobre la calidad de la alimentación mejoraron mucho su patrón nutricional y de autosuficiencia alimentaria.

Consideraciones finales
Muchas fueron las enseñanzas en esta trayectoria. De un sistema que comenzó con una gran dependencia del poder público municipal, hoy en día se tiene un proceso autónomo que se autorregula a partir de la participación directa de las familias agricultoras y sus organizaciones. Se trata de un sistema de gestión simplificado y ágil, que garantiza la toma de decisiones con una amplia participación de todos: varones y mujeres, jóvenes y adultos, a través de redes locales que no dependen de grandes estructuras sino más bien del ejercicio de aprendizajes colectivos.

Simplificando las prácticas de gestión y haciendo posible la generación de ingresos para las familias, el PMAE demostró claramente que usando los recursos públicos con economía y de manera transparente, es posible estructurar políticas públicas de inclusión social basadas en el intercambio de experiencias y en la valorización del conocimiento de los agricultores.

Incluso con un número significativo de ferias descentralizadas, distribuidas en diversos puntos del núcleo urbano de Porto União y de União da Vitória, existe un gran potencial para la ampliación de la comercialización de productos ecológicos a nivel local, principalmente si se mantiene un acercamiento y relación directa entre productores y consumidores, sirviendo de estímulo para la transición ecológica de los sistemas de producción a otras familias. La experiencia exitosa de las ferias en los dos municipios inspiró la creación de iniciativas similares en otros municipios de la región, como Canoinhas, Mafra-SC e São Mateus do Sul-PR.

 

Aires Niedzielski, Anésio da Cunha Marques y Luis Cláudio Bona

Aires Niedzielski
Afruta, Comsol
Correo electrónico: aires@ecovida.org.br

Anésio da Cunha Marques
Uniguaçu, ICMbio.
Correo electrónico: anesio.marques@gmail.com

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