diciembre 2007, Volumen 23, Número 3
Salud y agricultura

Una experiencia en Mozambique: camotes anaranjados para mejorar la salud

JAN W. LOW, MARY ARIMOND, NADIA OSMAN, BENEDITO CUNGUARA, FILIPE ZANO Y DAVID TSCHIRLEY | Página 16-18
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La vitamina A es uno de los micronutrientes críticos que toda persona necesita. Una deficiencia de vitamina A limita la capacidad del organismo para defenderse de enfermedades; en los países en vías de desarrollo alrededor de 40 por ciento de los niños menores de cinco años está en esa situación. El consumo de este nutriente esencial es sumamente bajo en muchas regiones del África subsahariana.

En Mozambique, la deficiencia de vitamina A afecta a más del 70 por ciento de los niños menores de cinco años. Esta deficiencia se está tratando de varias maneras diferentes. La mayoría de las estrategias se centra en los niños pequeños, ya que se ha comprobado que un consumo adecuado de vitamina A reduce la mortalidad infantil. Los tres métodos más comunes son administrar cápsulas de vitamina A cada seis meses (suplemento), añadir vitamina A en otros alimentos, tales como el azúcar (fortificación), y aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina A (enfoques basados en los alimentos). En las zonas rurales las personas de escasos recursos tienen, con frecuencia, un acceso limitado a los servicios de salud y disponen de poco dinero para gastar en alimentos. Por lo tanto, los alimentos ricos en vitamina A podrían cumplir un rol importante en la mejora de la salud.

Durante los últimos 15 años se ha ido reconociendo cada vez más el potencial de los cultivos básicos “biofortificados”: variedades producidas para tener un contenido más alto de ciertas vitaminas o minerales. Los camotes anaranjados son especialmente promisorios porque sus niveles de carotenoides provitamina A son altos y pueden ser absorbidos fácilmente por el organismo. El camote es considerado un excelente cultivo en cuanto a seguridad alimentaria en el África subsahariana porque generalmente sobrevive cuando otros cultivos (el maíz, por ejemplo) fracasan. También demanda menos trabajo que otros cultivos básicos, es cultivado a partir de esquejes en vez de semillas y puede ser plantado a lo largo de un amplio rango de tiempo sin que haya pérdidas considerables en su rendimiento. Pero la mayoría de variedades de camote en África es blanca, la cual carece de beta-caroteno, el precursor de la vitamina A.

El interés por el camote anaranjado en Mozambique se originó a partir de la demanda local de cultivos tolerantes a las sequías para tratar el serio problema de la falta de seguridad alimentaria. Además, el Ministerio de Salud consideró que sería mejor tratar las causas subyacentes del consumo inadecuado (en cantidad y calidad) de alimentos en lugar de distribuir cápsulas cada seis meses. Hacia fines de 2002, fue lanzado el proyecto “Hacia una Mejora Sostenible de la Nutrición” para explorar si un proyecto integrado de agricultura y nutrición podía resultar en un aumento en el consumo de vitamina A entre los niños menores de cinco años que viven en zonas propensas a sufrir de sequía en la provincia de Zambézia. Esta región se caracteriza por un alto nivel de desnutrición entre los niños de menor edad, una dieta monótona en la que la yuca es el principal alimento básico, y una base de recursos muy pobre. El proyecto de investigación- acción fue un esfuerzo conjunto de instituciones dedicadas a la investigación (la Universidad del Estado de Michigan de los Estados Unidos de Norteamérica, el Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Mozambique, la Red de Investigación de Cultivos de Raíces de África del Sur) y al desarrollo (el Ministerio de Salud de Mozambique, Visión Mundial, Helen Keller International).

Enfoque integrado
Este proyecto buscó desarrollar una estrategia que aumentara sosteniblemente el consumo de vitamina A y alimentos energéticos, así como tambien potencialmente, el de otros nutrientes entre los niños pequeños. El camote anaranjado no fue considerado como una “varita mágica”, sino como un recurso rico en nutrientes que las familias de bajos recursos pueden explotar fácilmente. Esta variedad de camote proporcionó un punto de partida para que los promotores facilitaran a las madres la capacidad de decisión para cambiar la alimentación de sus hijos pequeños y la preparación de los alimentos para toda la familia. La propuesta estaba dividida en tres partes:

1. Introducción de una nueva fuente de vitamina A y energía
Los agricultores recibieron material de siembra de variedades de camote anaranjado de alto rendimiento y participaron directamente en su evaluación. Se promovieron técnicas mejoradas, agronómicas y de almacenamiento, para maximizar la disponibilidad de camote anaranjado en la dieta a lo largo de todo el año.

2. Demandar creación y empoderamiento a través del conocimiento
En los pueblos, los principales cuidadores de niños participaron en sesiones grupales de aprendizaje interactivo, las que los alentaron y les permitieron mejorar las prácticas para alimentar a infantes y niños pequeños, las prácticas de higiene y a diversificar la dieta familiar. Se utilizaron la radio y el teatro comunitario para motivar a toda la comunidad a la creación de demanda de los nuevos cultivares de camote anaranjado y de productos elaborados a partir de ellos, así como por otros alimentos ricos en vitamina A. Un efecto de esta campaña fue el logro de un entorno que favorece la aceleración de los cambios en las prácticas dentro del hogar.

3. Desarrollo de un mercado para raíces de camotes anaranjados y productos procesados
Este componente conectó a los agricultores con los comerciantes e informó a los consumidores dónde pueden comprar camotes anaranjados. Los agricultores que saben a quién o dónde pueden vender su cosecha están más interesados en expandir el área utilizada para la producción. De esta manera, la demanda generada y el desarrollo de mercados estimularon la producción, elevaron los ingresos de los productores y difundieron los beneficios para la salud del camote anaranjado a una población más amplia, todo lo cual contribuiría a la buena disposición de los agricultores para seguir cultivándolo y expandir su producción. Los ingresos obtenidos podrían ser utilizados en la compra de alimentos para mejorar la calidad de la dieta o incrementar el uso de los servicios de salud. Se esperaba que la demanda del camote anaranjado creciera si se desarrollaban productos procesados rentables que lo utilizaran como su ingrediente principal.

El proyecto tenía el objetivo de trabajar con familias con hijos de edades dentro del rango del grupo beneficiario, y también, ante todo, con las agricultoras. Aproximadamente 1.000 agricultores, integrantes de 53 grupos de agricultores, participaron en el proyecto; el 70 por ciento eran mujeres. Se alentó tanto a hombres como mujeres a participar en actividades de extensión relacionadas a la nutrición, las cuales cubrían temas de lactancia materna, higiene, síntomas y consecuencias de la desnutrición, y con qué alimentos, cuándo y cómo alimentar a los infantes y niños pequeños. Los agricultores recibieron esquejes de camote anaranjado sin costo alguno, a través de los grupos de los que formaban parte, y recibieron una introducción a prácticas agronómicas mejoradas. Dichas prácticas incluyeron el tamaño apropiado y el número de esquejes que deben plantarse, así como el espaciamiento entre ellos; al lado de un método de prueba, los agricultores plantaron los esquejes según sus propios métodos. El ciclo de vida del gorgojo de los camotes y cómo controlarlo – amontonando tierra alrededor de las plantas – también fue estudiado, así como técnicas de cosecha adecuadas para mejorar la calidad de la raíz y su almacenamiento, técnicas para la conservación de los esquejes y técnicas locales mejoradas de secado para garantizar la retención adecuada de betacaroteno.

Personal de campo de Visión Mundial-Mozambique apoyó la producción, almacenamiento, procesamiento, comercialización y actividades creadoras de demanda. Visión Mundial había trabajado en las áreas del proyecto antes, lo cual facilitó la implementación. Más allá de distribuciones de alimentos de emergencia cuando ocurre un desastre, estas comunidades reciben poco apoyo del gobierno, así que se mostraron entusiasmadas con el proyecto.

El lema O doce que dá saúde (El dulce que da salud) fue utilizado en todas las campañas para vincular el camote anaranjado con una mejor salud mental de las personas. Se desarrolló un esquema de gradación y determinación de precios en sociedad con un comerciante para premiar la producción de raíces de camote de buena calidad y garantizar que algunas de las raíces fuesen reservadas para el consumo en el hogar. Un puesto de venta decorado con mensajes que promovían el consumo de alimentos ricos en vitamina A fue otra innovación utilizada para combinar la creación de demanda con el desarrollo de un mercado. Se desarrollaron varios productos procesados y dos de ellos, pan dorado y rosquillas, fueron comercializados.

Resultados clave
Cuando concluyó el proyecto, 90 por ciento de las familias participantes producía camote anaranjado y un tercio de ellas lo vendía. La mayoría de los agricultores no dejó de producir las variedades blancas, pero añadieron las anaranjadas a sus sistemas productivos. La parcela promedio dedicada al cultivo de camote aumentó más de 10 veces su tamaño. El rendimiento agronómico de la variedad anaranjada fue similar al de las variedades locales blancas y, en particular, a los niños pequeños les gustó mucho el gusto de la nueva variedad. Lo más importante, la ingesta de vitamina A entre los niños pequeños de los hogares participantes fue ocho veces mayor que la de aquellos que no participaron. La ingesta de calorías y varios otros nutrientes fue también algo mayor. La frecuencia del consumo entre los niños fue similar al patrón que se encontró para los adultos: de dos a tres veces por semana en la temporada, lo que significa un promedio de 314 gramos comidos en los días de consumo. Además de los camotes anaranjados, las familias han incrementado su consumo de papaya y hortalizas de hoja verde oscuro, que son dos fuentes de vitamina A fáciles de cultivar.

La disponibilidad de esquejes en el tiempo de siembra y su conservación para la próxima temporada, surgieron como factores clave que influyen en la cantidad de camote anaranjado producido en las áreas con riesgo de sequía. Los dos métodos más comunes que emplean los agricultores para la reserva de esquejes son el plantarlos en las partes bajas de los valles para aprovechar la humedad residual que mantendrá a los esquejes y el dejar algunas raíces en el suelo para que rebroten cuando lleguen las próximas lluvias.

La práctica común de libre distribución de esquejes puede, en realidad, desanimar a los agricultores para invertir en su conservación. Un acceso sostenible sólo puede estar asegurado si la conservación y sistema de multiplicación de esquejes son mejorados en aquellas áreas propensas a sequías. Se debe considerar la venta de esquejes y la mejora del control del agua para su preservación durante la estación seca usando bombas de pedal. Durante el segundo año, las experiencias pilotos que introdujeron bombas de pedal operadas manualmente para apoyar la multiplicación de esquejes, fueron prometedoras. La voluntad de pagar por los esquejes existe, pero parece que esto sólo podrá ocurrir si los mercados de raíces tienen un buen desarrollo.

El principal uso de los camotes anaranjados ha sido para el consumo doméstico, pero su comercialización se incrementó significativamente cuando hubo un mayor acceso al mercado. La capacidad para producir un excedente que puede ser comercializado es dificil en ambientes propensos a sequía. La áreas con un alto potencial agroecológico y con una ubicación cercana, no más distantes de 10 km de una carretera principal, tienen mayor probabilidad de producir camotes anaranjados para la venta. El incremento de la comercialización de este tipo de camote, a su vez, incrementó la ingesta de vitamina A por los niños. Los agentes de extensión también informaron que los agricultores estaban deseosos de invertir más trabajo en prácticas mejoradas, ya que ellos saben que prodrían obtener un buen precio por sus productos.

El producto derivado del camote anaranjado que ha demostrado ser el más popular y rentable es el “pan dorado”, en el cual el 38 por ciento de la harina de trigo es sustituido con puré de camote anaranjado. Los consumidores prefieren el pan dorado al pan blanco por su textura más pesada y color dorado. Los análisis de laboratorio encontraron que las variedades de camote anaranjado medianamente oscuro producen un pan que es una buena fuente de vitamina A. Los mercados de productos procesados proporcionan la oportunidad para la venta de las raíces tuberosas producidas por los agricultores rurales, aunque probablemente no sean ellos mismos quienes las procesan. Los esfuerzos de capacitación en el procesamiento de productos se debe concentrar en los actuales panaderos y otros procesadores de productos.

Consideraciones futuras
La experiencia de Mozambique muestra que los camotes anaranjados no serán rechazados por su color, siempre y cuando su introducción vaya acompañada de una bien diseñada campaña de creación de la demanda. El paquete de intervención usado en este proyecto fue intensivo. En 2006, comenzó en Mozambique y Uganda un proyecto de seguimiento-acción-investigación para identificar y documentar intervenciones similares basadas en la producción y consumo de camote anaranjado que podían lograr impactos en la salud pública de una población numerosa a bajos costos por beneficiario, empleando voluntarios de las comunidades para difundir, con mayor amplitud, los mensajes de extensión.

Como el camote es producido en una amplia gama de agroecosistemas a través del África subsahariana, el potencial para la diseminación de su impacto es importante, dado que a la mayoría de niños pequeños les agrada el sabor del camote anaranjado y, cuando está disponible, lo consumen en cantidades importantes. Las zonas que tienen dos estaciones lluviosas por año o tienen buen acceso a tierras bajas durante la estación seca encontrarán mucho más fácil el mantener el material de propagación que aquellas zonas situadas en áreas propensas a sequías, similares a las de Mozambique central. El interés por el camote anaranjado se está expandiendo. La revolución “Come Naranja” ha comenzado.

 

Jan W. Low, Mary Arimond, Nadia Osman, Benedito Cunguara, Filipe Zano y David Tschirley

Jan W. Low
International Potato Center (CIP), P:O: Box 25171,
Nairobi 00603, Kenya.
Correo electrónico: j.low@cgiar.org

Mary Arimond
International Food Policy Reasearch Institute (IFPRI),
2033 K St. NW, Washington DC, 20006, U.S.A.
Correo electrónico: m.arimond@cgiar.org

Nadia Osman
London School of Hygiene and Tropical Medicine
London, England.
Correo electrónico: nadia.osman@lshtm.ac.uk

Benedito Cunguara
Department of Policy Analysis, Ministry of Agriculture
Maputo, Mozambique.
Correo electrónico: cunguaru@msu.edu

Filipe Zano
World Vison-Mozambique,
Rua de Resistencia, Quelimane, Mozambique
Correo electrónico: filipe_zano@wvi.org

David Tschirley
Department of Agricultural Economics, Michigan State University

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