diciembre 2007, Volumen 23, Número 3
Salud y agricultura

La etnoveterinaria: un modelo de desarrollo agropecuario endógeno en el altiplano de Guatemala

ANNA ISERN SABRIÁ | Página 27-29
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Hay dos modelos que rivalizan por marcar el futuro de la agricultura en el mundo. Uno está basado en la producción industrial a gran escala, que utiliza costosos animales de raza e insumos agroquímicos. Este modelo está monopolizado en su mayor parte por un grupo de gigantescas empresas dedicadas a la biotecnología y a la producción de agroquímicos, y por un comercio mundial controlado por unas pocas corporaciones.

Una mujer productora en el establo / Foto: Archivo VSF

El segundo modelo se basa en pequeñas granjas con sistemas ecológico-orgánicos que hacen uso de insumos naturales basados en recursos locales y de bajo costo y accesibles para los productores de pequeña escala. El primer modelo es aún considerado por algunos como el que “acabará con el hambre en el mundo” refiriéndose a su “alta eficiencia y productividad”. Sin embargo, si se hiciera un balance económico real que contabilizara el alto costo de los insumos, se eliminaran los subsidios que reciben de parte del estado y se tuviera en cuenta el costo ambiental, el resultado indudablemente sería otro.

En cambio, las granjas de la mayoría de campesinos tienen una productividad mucho más alta en términos del uso eficiente de los recursos y una producción mayor de biomasa y de alimentos por unidad, además de generar menor impacto ambiental. Para evidenciar las fortalezas y debilidades respectivas de ambos modelos incluimos el cuadro de comparación en la siguiente página (Cuadro 1).

El trabajo de Veterinarios Sin Fronteras y el Proyecto “Alternativas tradicionales indígenas de producción agropecuaria”
Una investigación etnoveterinaria debe siempre buscar estrategias realmente factibles para la población campesina rural, que permitan mejorar la productividad de sus animales, y por ende, su calidad de vida. Toda investigación etnoveterinaria terminará sólo en el momento en que lo aprendido se ponga en práctica y regrese nuevamente a la comunidad de origen.

Veterinarios Sin Fronteras España (VSF-E) es una Organización No Gubernamental de Desarrollo (ONGD) que trabaja en Guatemala desde 1989 en proyectos de desarrollo rural comunitario. Desde el año 2000 la política estratégica de VSF-E en el país tiene como su principal objetivo buscar y apoyar modelos alternativos de producción campesina sostenibles tanto a nivel económico, como social, técnico, cultural y ecológico, que permitan la reactivación del agro en el país e impulsar una dinámica de desarrollo rural endógeno.

Bajo estas premisas se inició el proyecto “Alternativas tradicionales indígenas de producción agropecuaria (2001-2004)” enfocado a profundizar y sistematizar el conocimiento etnoveterinario del Altiplano de Guatemala.

Entre los principales objetivos específicos del proyecto citamos los siguientes:

• Realizar investigaciones etnoveterinarias propiamente dichas, a través de encuestas específicas, transectos y herbarios con pastores, campesinos –mujeres y varones– y terapeutas tradicionales (comadronas, sobahuesos, curanderos, etc.). Se intenta así ampliar los conocimientos obtenidos y sobre todo recuperar aquellos que considerábamos en fase de desaparición.
• Desarrollar programas de investigación con los propios campesinos/as para validar los resultados y ajustar las dosis y tratamientos con productos terapéuticos.
• Formar una red de 100 promotores pecuarios indígenas de las comunidades que utilizarán para su trabajo la información recolectada en la región.

En la farmacia de productos etnoveterinarios / Foto: Archivo VSF

Entre los resultados alcanzados por el proyecto se consiguió:

• La recuperación de alternativas tradicionales indígenas de producción agropecuaria a través de encuestas y transectos botánicos con ancianos en las comunidades. Estas se sistematizaron en el libro denominado “Etnoveterinaria en Guatemala y sus orígenes”.
• La elaboración de cuatro manuales de capacitación para promotores pecuarios que fueron validados pedagógicamente por los mismos campesinos y adaptados a partir de la información recuperada.
• La formación de una red de 100 promotores pecuarios (mujeres y varones) de las propias comunidades que velan por la salud y la producción de los animales de su comunidad.
• El establecimiento de tres farmacias etnoveterinarias manejadas por tres asociaciones locales donde se venden productos para el cuidado de los animales, elaborados por los propios campesinos con recursos de sus comunidades, como son los concentrados, plantas, jarabes y champúes.
• La siembra de 92 huertos medicinales comunitarios para el cultivo de plantas medicinales usadas en la etnoveterinaria, evitando así la erosión de estas especies vegetales y su sostenibilidad a largo plazo.

Algunos ejemplos de los recursos etnoveterinarios investigados y validados fueron:

• La elaboración de concentrados balanceados “caseros” para la alimentación animal a partir de recursos existentes en la zona (maíz, frijol, árboles forrajeros, cáscaras de huevo, panela, etc…)
• La promoción y recuperación (a partir de la selección y la mejora) de razas animales “criollas” autóctonas.
• El uso de plantas medicinales para el tratamiento de enfermedades como parásitos internos y externos, problemas respiratorios, problemas digestivos, meteorismo, fracturas, heridas, retención de placenta, subida de la leche y otros síntomas.
• El procesamiento de las plantas medicinales usadas para su conservación durante el año y posterior venta en farmacias en forma de: champú, pomada, jarabe, tintura, bolitas de carbón, etc.
• Cómo construir y el mismo proceso de construcción de instalaciones apropiadas con recursos propios de la comunidad.
• La formulación y divulgación con las familias campesinas de una salud animal más “preventiva” y menos curativa.

Un aspecto importante fue identificar y definir los principales problemas que deberían ser resueltos de acuerdo con las necesidades expresadas por los campesinos de la región. Se definieron los siguientes:

Alimentación: Se trataba del tema más urgente. El animal débil y mal alimentado tiene más enfermedades y produce menos. Generalmente el principal recurso en la zona para alimentar a los animales es el maíz y pastizales degradados sobre pastoreados, pero era necesario encontrar otras alternativas para complementar este cultivo.

Instalaciones: También de forma preventiva se decidió que construir instalaciones apropiadas de bajo coste reduciría la frecuencia de enfermedades y mejoraría el bienestar de los animales.

Razas: Los programas de mejora de razas estaban dirigidos hasta el momento a introducir animales de “razas puras” del exterior. No existía un plan de selección de las razas criollas.

Enfermedades: La mayoría de las propuestas prácticas debían ir dirigidas a controlar, de forma general y sin necesidad de análisis de laboratorio sistemáticos las siguientes enfermedades:

• Parásitos internos (generalmente lombrices redondas, pero también tenias)
• Parásitos externos (piojos, pulgas, pero sobre todo sarna)
• Problemas respiratorios (desde catarros comunes hasta bronquitis)
• Problemas digestivos (cólicos, diarreas y meteorismo)
• Problemas de la piel (heridas infectadas de difícil cicatrización)
• Quebraduras de huesos largos
• Problemas reproductivos (metritis, retención placentaria y falta de fuerzas en el parto).

Anna Isern Sabriá
Coordinadora Regional de Veterinarios Sin Fronteras en Centroamérica.

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