marzo 2007, Volumen 22, Número 4
El aporte de la naturaleza. Agricultura sostenible y procesos ecológicos

El SICA con guayabera, tabaco y sombrero cubano

ROBERTO CABALLERO GRANDE Y JOSE P. GARCÍA BORREGO | Página 40
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El Sistema Intensivo de Cultivo del Arroz (SICA) surgió en Madagascar y se desarrolló en países asiáticos, por lo que fue ajustándose a las condiciones y cultura de esas regiones. Su llegada a Cuba ha estado acompañada por un conjunto de dudas y preocupaciones sobre la posibilidad real de dar resultados bajo nuestras condiciones.

La adopción del SICA, por los cambios con respecto a las prácticas convencionales, tiene algunas limitaciones para su aplicación en las condiciones cubanas. En la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) “Gilberto León”, realizamos un taller de análisis con la totalidad del colectivo de nuestra finca arrocera, para valorar dónde podrían estar las principales limitaciones de esta tecnología bajo nuestras condiciones concretas. Como resultado de este taller, identificamos una serie de limitaciones, tanto objetivas como subjetivas. Entre las primeras están: la dificultad de plantar posturas pequeñas en terrazas hechas para inundaciones; los requerimientos de protección y cuidado de estas posturas pequeñas; el desarrollo de hierbas en suelos no inundados; el nacimiento de “arroz voluntario” a partir de semillas dejadas en el suelo desde la cosecha anterior, además de otras.

En cuanto a las limitaciones subjetivas, está muy arraigado el concepto de que las posturas grandes se desarrollan mejor pues admiten más tiempo entre arranque y plantación sin sufrir mucho; son más fáciles de manipular, el control de malezas se puede hacer con un buen manejo de la lámina de agua; se pueden dejar pasar hasta diez días entre tiros de semillero, y no existe un hábito de un control mecánico de las malezas.

A pesar de esto, el grupo reconoció que el SICA puede aportar numerosos beneficios a la productividad y la sostenibilidad del cultivo a pequeña escala, como es nuestro caso. Motivados por las ventajas del SICA, los participantes propusieron montar un área de experimentación, con la ayuda de investigadores del Instituto de Investigaciones del Arroz, para evaluar y tratar de “ponerle la guayabera, el tabaco y el sombrero cubano”, es decir, adaptarlo a nuestras condiciones.

Desarrollo del experimento
Seleccionamos un área de 0,85 hectáreas para aplicar un diseño sencillo, con dos variedades de arroz (LP-5 y Media Luna), un marco de plantación de 25 por 25 centímetros, trasplantes entre 15 y 30 días de edad, estrés hídrico, control de hierba, nivelación y fertilización mínima, entre otras variantes. Todas las actividades del experimento fueron realizadas por los propios integrantes de la finca quienes fueron acumulando observaciones y proponiendo cualquier acción que consideraban necesaria a los encargados del estudio.

A los 60 días del trasplante se realizó una detallada evaluación cuantitativa (altura de las plantas, número de hijos por planta, número de panículas por metro cuadrado) y cualitativa (acame, presencia de plagas y enfermedades), y al momento de la cosecha se hicieron otras observaciones, como granos por espiga y porcentaje de granos vanos. El análisis de los resultados de las evaluaciones se realizó en talleres participativos donde las valoraciones concretas de las mediciones se enriquecieron con las observaciones realizadas por cada uno de los agricultores. Toda la información fue sistematizada y de ella se desprendió un conjunto de recomendaciones para la extensión de la tecnología a áreas mayores, así como para continuar resolviendo experimentalmente nuevas dudas e ideas.

Principales valoraciones
• La comparación de los rendimientos del estudio con la variedad LP-5 respecto a los logrados en un campo donde no se aplicó el SICA mostraron un incremento en los rendimientos del orden de tres toneladas por hectárea.
• Si bien el gasto por concepto de escarde manual incrementó los costos, el aumento de los rendimientos produjo ingresos mucho más altos por hectárea.
• Hubo una sensible reducción en el gasto de agua.
• Se redujo el gasto de semillas por unidad de área.
• Se logró mejorar la aireación del suelo, lo que apoyó un vigoroso crecimiento, ahijamiento y formación de granos.

Aprendizajes para el empleo del SICA en condiciones cubanas
• la construcción de minidiques contrarrestó sensiblemente los efectos de los desniveles en diques grandes;
• los buenos resultados con posturas de hasta 30 días indican que se puede ir reduciendo paulatinamente la edad de la postura empleada;
• no se confrontaron problemas en la manipulación de las posturas y, lejos de reducirse, se incrementó la productividad de los sembradores;
• el manejo del estrés hídrico resultó fácil y no incrementó la complejidad del cultivo.

A partir de estos resultados estamos extendiendo el SICA para llegar a la totalidad de nuestras áreas arroceras, y recomendamos a los productores que hagan sus propias pruebas y ajustes. En nuestro caso se logró un elevado grado de apropiación de la tecnología por parte de los integrantes de la finca, que los ha convertido en verdaderos promotores del sistema y en entusiastas experimentadores campesinos que ahora están investigando con otras variedades y con el empleo de biofertilizantes.

Roberto Caballero Grande y Jose P. García Borrego

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