diciembre 2005, Volumen 21, Número 3
Animales menores: un gran valor

La gripe aviar y la avicultura en América Latina

HANS PETER REINDERS | Página 40
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Brotes de gripe aviar a noviembre de 2005

Fuente: FAO

En Europa la preocupación ante una nueva enfermedad es grande. Después de las epidemias de la aftosa bovina, la vaca loca, y la peste porcina, Europa está temiendo ahora la propagación de la gripe aviar asiática. Al lado del daño económico que puede causar, la mayor preocupación es la zoonosis, o sea la posibilidad de que la enfermedad se propague también a los humanos. Especialmente el virus tipo H5N1 puede llegar a transmitirse de las aves al hombre y ser mortal. Lo peor puede ser lo que los expertos temen: que el virus mute y que se aloje en humanos, lo que significaría la posibilidad de su contagio entre las personas. Si esta mutación del virus llega a producirse, la enfermedad ya no es una enfermedad aviar sino una enfermedad humana de carácter mortal, muy contagiosa y, por ahora, sin tratamiento conocido. La Organización Mundial de Salud (OMS) indica que, en este caso, el virus podría causar una pandemia con millones de víctimas, al igual que lo sucedido en 1919 en Europa con la gripe española, que fue causa de mayor número de muertes que todas las habidas como consecuencia de la primera guerra mundial, que por ese entonces recién terminaba.

Actualmente Europa está preparándose. Todos los flujos migratorios de aves silvestres provenientes de Asia están siendo observados detalladamente. Los avicultores tienen la obligación de mantener sus aves estabuladas para evitar la infección; las fábricas que producen «tamiflu» (una medicina que frena la proliferación del virus H5N1 en las personas infectadas) están en plena producción, y todos los ministerios de salud de la Unión Europea se han reunido para formular planes de emergencia en el caso de que se produzcan millones de víctimas. Hasta ahora todo parece tranquillo en el viejo mundo, salvo por el caso de Croacia, donde por la gripe aviar han muerto seis cisnes, y de Inglaterra, donde ha muerto un guacamayo.

¿Y nosotros? ¿Qué riesgo corre la producción avícola en América Latina? ¿Qué riesgos de salud corre un pequeño productor que tiene algunas gallinas? ¿Son locuras lejanas y es más realista preocuparnos sobre nuestras economías en crisis permanente y huracanes destructivos que pasan mensualmente por Centroamérica y el Caribe? ¿O es que la pandemia de la gripe aviar está cerca y hay que prepararse para prevenirla en las zonas rurales de América Latina? Esta reflexión no puede faltar en una revista como LEISA, sobre todo tratándose de un número dedicado al tema de la crianza de animales menores.

Conociendo la historia de la colonización americana, no sería la primera vez que enfermedades provenientes de fuera del continente hayan sido causa de millones de muertos en América Latina. Sin embargo, hay que tener presente que los 9.000 kilómetros que nos separan del continente europeo constituyen una distancia enorme, también para un virus, y que el continente americano es como una gran isla, lo que reduce los riesgos de una infección transmitida por aves migratorias. Las epidemias de las otras enfermedades ganaderas que ha sufrido Europa en la última década tampoco nos han afectado, por la razón de que estamos aislados geográficamente y no tenemos una producción pecuaria intensiva. Es importante tomar en cuenta que los sistemas de producción europeos son muy intensivos; esta alta densidad de aves hace que, una vez instalada la enfermedad, su transmisión sea muy rápida.

La producción avícola latinoamericana es, por el contrario, más extensiva, lo que reduce el riesgo de una transmisión explosiva de la enfermedad. Además, por el momento, existe solamente el temor de que el virus pueda mutar y transmitirse entre humanos, pero esto no sucede todavía. En países asiáticos como China y Vietnam, sitios donde se ha originado el virus tipo H5N1, fallecieron aquellas personas que contrajeron el virus porque tenían contacto directo con aves enfermas, pero esto no ha sucedido de manera masiva. Murieron millones de aves, no porque estuviesen enfermas, sino debido a una eliminación (matanza) preventiva para evitar la difusión de la enfermedad.

Tenemos entonces que estar conscientes de los riesgos que representa la gripe aviar y en el caso de que esta enfermedad se convierta en una amenaza real debemos alertar e informar a los campesinos en su medio, pero no es necesario preocuparnos demasiado por algo que todavía no es realidad en Europa y, menos aún, porque desde allí nos pudiese afectar. Sin duda existen riesgos y debemos estar atentos a lo que sucede allá, pero lo importante es preocuparnos por nuestros propios problemas, que son ahora más reales e importantes.

Hans Peter Reinders
Cusco, noviembre de 2005

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