diciembre 2005, Volumen 21, Número 3
Animales menores: un gran valor

Crianza de cuyes en la finca agroecológica Hecosan

LUIS GOMERO OSORIO | Página 17-19
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Hecosan es una finca agroecológica familiar de 3,8 hectáreas, fundada en el año 2000 como un desafío a la agricultura convencional a través de la implementación de la agricultura ecológica, al nivel del trabajo de los pequeños productores.

Este espacio nos ha permitido poner en práctica los conocimientos adquiridos en nuestra experiencia profesional en agricultura sostenible, que se ha desarrollado a lo largo de dos décadas de colaboración con productores y promotores.

Hecosan (nombre formado por las iniciales de los miembros de la familia de productores y la palabra ecología) está ubicada a 47 kilómetros de la ciudad de Lima. Se encuentra en la cuenca media del río Chillón, a una altitud de 750 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de Canta, departamento de Lima, Perú. Tiene un clima templado, con alta radiación solar; temperatura media anual de 24 grados centígrados y precipitación pluvial menor a 100 milímetros anuales.

El sistema de producción que se practica en Hecosan se basa en la integración de la producción agrícola, ganadera y forestal-frutícola, siguiendo los principios de la diversificación productiva y se maneja mediante la aplicación de técnicas para la agricultura ecológica, el manejo ecológico de suelos, el manejo ecológico de plagas (ver sitio en internet de Hecosan: www.raaa.org/Hecosan/) y la crianza ecológica. Al mismo tiempo, y como una de las metas principales de la experiencia, se evita el uso de insumos químicos.

La implementación de un modelo campesino sostenible y replicable fue el objetivo inicial de la planificación y diseño de esta unidad productiva. El eje de la producción en la primera etapa fue la integración de la agricultura –en tanto productora de biomasa– y la ganadería de animales menores (crianza de cuyes), para de esta manera lograr un aprovechamiento eficiente de los recursos producidos en el predio, generar valor agregado y garantizar los procesos de reciclaje al interior del sistema.

El sistema en funcionamiento: galpón para cuyes en Hecosan / Foto: autor

Para alcanzar la meta de sostenibilidad del predio, las interacciones espaciales y temporales deben traducirse en mayor productividad a través del reciclaje de nutrientes, la incorporación de la materia orgánica y el establecimiento de relaciones tróficas entre todos los componentes del sistema.

El manejo del sistema se inició con el cultivo de una leguminosa forrajera, alfalfa. La biomasa generada por la alfalfa se utilizó para la alimentación de los cuyes (Cavia porcellus), cuya crianza constituye la actividad principal de la finca. La carne de este animal es muy cotizada en el mercado por su alto contenido de proteína (18 por ciento) y por tener valiosas cualidades nutricionales.

Dentro del predio se cuenta también con ganado ovino de la raza Asblack, de doble propósito (leche y carne); vacunos para producir estiércol destinado a la preparación de bioles; un caballo utilizado en las labores de labranza, y aves de corral que contribuyen en el control de plagas de lepidópteros. Cada uno de estos componentes animales cumple una función específica dentro del sistema, además de la producción del estiércol utilizado para el abonamiento y la generación de humus de lombriz.

El 80 por ciento del estiércol producido dentro del predio va directamente al campo como enmienda orgánica. El 20 por ciento restante se utiliza para producir humus de lombrices y abonos foliares naturales (bioles). De este modo se reciclan los macro y micronutrientes que las plantas necesitan para su desarrollo en el sistema.

El diseño que se ha implementado nos está permitiendo aprovechar al máximo el área de la finca (ver figura 1). Para ello se han plantado también, en el perímetro del predio, frutales como lúcumos (Lucuma obovata) y granadillas (Pasiflora ligularis) –que actualmente ya están dando frutos– además de paltos (Persea americana), conducidos bajo un sistema agroforestal. El resto de las áreas se cultiva en rotación y asociación de cultivos, principalmente maíz «chala» (forrajero), maíz morado y alverjas.

Como cerco productivo, en el perímetro se ha sembrado pasto elefante (Pennisetum purpureum), un forraje que se desarrolla muy bien durante los meses de verano, cuando la alfalfa empieza a retrasar su crecimiento por razones climáticas. En este sentido, nuestra planificación contempla espacio y tiempo, permitiéndonos una disponibilidad permanente de forraje para los animales. También a modo de cerco productivo se ha establecido el cultivo de tara (Caesalpinea tintorea) y tunas (Opuntia ficus-indica), plantas que se adaptan a las condiciones de aridez de la zona.


Figura 1. Fundo Agroecológico Hecosan

1.     Entrada
2.     Guardianía
3.     Galpón de cuyes en reproducción
4.     Sala de conferencias
5.     Galpón de cuyes para mercado
6.     Tanque de agua
7.     Corral de vacunos
8.     Galpón de ovinos y caprinos
9.     Galpón de gallinas y patos
10.     Planta de abonos orgánicos
11.     Reservorio de agua
12.     Palto (Persea americana)
13.     Lúcumo (Lucuma obovata)
14.     Pasto elefante (Pennisetum purpureum)
15.     Granadilla (Pasiflora ligularis)
16.     Maíz cholo (Zea mayz)
17.     Molle (Schinus molle)
18.     Maíz morado (Zea mayz)
19.     Acequia de riego
20.     Tara (Caesalpinea tara)
21.     Alfalfa (Medicago sativa)
22.     Carretera

La crianza ecológica de cuyes, un ejemplar de cuy de la variedad Perú / Foto: autor

La crianza de cuyes es la principal fuente de ingresos de Hecosan. Se inició con 300 reproductores de los tipos andino, peruano e inti (clasificación de acuerdo al color) de pelo liso. La infraestructura para la crianza se construyó utilizando materiales de la zona (palos de eucalipto, esteras, adobe y barro, además de alambres para construir jaulas), y en el sistema de manejo se aplican los principios de la crianza ecológica, dentro de la estrategia de diversificación productiva.

Un criterio básico de la crianza ecológica de cuyes consiste en evitar que los animales sufran algún tipo de estrés, pues este factor provoca pérdida de la capacidad inmunológica de los animales, lo cual incrementa el índice de mortandad en granjas de cuyes. Es por ello que resultan fundamentales las medidas preventivas, que consisten en propiciar una alimentación balanceada, evitar los cambios bruscos de temperatura dentro de las instalaciones y mantener los galpones permanentemente limpios. Estas medidas ayudan mucho a reducir los índices de mortandad en todas las etapas de desarrollo de los animales.

Las madres en producción se crían en pozas de 1,20 metros cuadrados, construidas con ladrillo y barro, donde se instalan permanentemente diez madres y un macho. Las hembras se juntan con los machos después de cuatro o cinco meses. Para actuar como reproductores, los machos deben tener de cinco a seis meses. El tiempo de gestación de los cuyes es de 60 días y cada madre puede llegar a tener de dos a cuatro crías por parto. Una vez producido el parto, las madres permanecen tres semanas con las crías, que luego son destetadas y seleccionadas según sexo y tamaño. Esta selección preliminar según tamaño y características especiales se realiza para distinguir posibles futuros reproductores y animales para el mercado. Las crías permanecen en jaulas de tres pisos (construidas con palos, alambre y calaminas) durante tres meses, al término de los cuales se realiza la selección definitiva de reproductores que servirán de reemplazo o que serán ofrecidos al mercado como tales. El resto de los animales se vende como carne.

A cuatro años de haber iniciado el sistema con un enfoque integral, Hecosan maneja –en promedio– una población de 2.500 cuyes al año, de los cuales 700 son madres en producción y 1.800 animales en recría. Mensualmente se programa una oferta al mercado de Lima de aproximadamente 250 animales, que son vendidos para carne en 2,4 USD cada uno.

Alimentación de los cuyes
La alimentación consiste principalmente en forraje a base de alfalfa, que es una importante fuente de proteína, mientras que el maíz chala y el pasto elefante son fuentes de carbohidratos. Su disponibilidad varía dependiendo de la estación: en el verano tenemos suficiente biomasa, pero se presentan dificultades durante el invierno, cuando las plantas retardan su crecimiento y se reduce la disponibilidad de pastos. Para complementar la alimentación en esta época, se proporciona a los cuyes un suplemento hecho a base de desechos de quinua, avena y harina de trigo que, además de proteína y fibra, tienen un balance adecuado de minerales y vitaminas. Esta dieta permite un crecimiento adecuado de los animales y evita situaciones de estrés por razones nutricionales. Es importante indicar que toda la biomasa que se produce en la finca es manejada ecológicamente; se utiliza el estiércol de los animales y se complementa con guano de isla, con lo que se cierra el ciclo de aprovechamiento de los recursos generados en la finca. El suplemento de desechos y el guano de isla constituyen los únicos insumos externos para la producción de la finca, representando un costo mínimo y permitiendo tener una mayor seguridad en la crianza de los cuyes, pues han permitido reducir el índice de mortalidad de las crías durante la primera semana.

Manejo sanitario de los cuyes
Un problema serio en la crianza de cuyes es el sanitario. Se han presentado situaciones críticas que han provocado pérdidas económicas al no haber contado oportunamente con alternativas de control. Los cuatro años de trabajo nos han servido para realizar innovaciones tecnológicas en el manejo de la sanidad integral de los animales.

La enfermedad que requiere mayor atención es la salmonelosis. Es posible prevenirla mediante una profilaxis permanente de los galpones y evitando que los animales entren en estrés. En este sentido, las medidas preventivas son fundamentales para contrarrestar a esta enfermedad que está presente en el sistema y se activa cuando se reduce la capacidad inmunológica de los animales.

Otro problema sanitario es la presencia de ectoparásitos, especialmente en los animales que permanecen en las pozas, pues es allí donde los ectoparásitos encuentran condiciones favorables para reproducirse. Un ataque severo puede incrementar la mortandad, reducir la velocidad de crecimiento de los animales y provocar abortos, entre otros problemas. Muchos criadores usan plaguicidas para controlarlos. Por ser una finca ecológica, en Hecosan hemos insistido en la búsqueda de alternativas sanas. Después de dos años de pruebas encontramos que la aplicación de barbasco o rotenona (Lonchocarpus sp.) y jabón carbónico (utilizado para desinfectar), resulta una buena estrategia para el control de ectoparásitos. Nuestras evaluaciones han determinado que el sistema de crianza en jaulas evita la presencia de muchos ectoparásitos. Estas prácticas de manejo nos han ayudado a no recurrir al uso de remedios y a resolver los problemas desde un enfoque preventivo y utilizando métodos naturales.
La crianza de cuyes y su contribución a la sostenibilidad del sistema
Como se ha indicado, la crianza de cuyes es la locomotora del sistema. Su rápida multiplicación y el hecho de que su manejo sea relativamente sencillo, han permitido que la finca genere suficientes ingresos para brindar empleo permanente a dos trabajadores, quienes no sólo atienden a los animales sino que manejan todos los componentes del sistema. Al principio fue difícil lograr que los trabajadores se involucraran con el manejo diversificado de la finca, pues el tipo de agricultura que se practica en la zona es convencional, de monocultivo y sin interacción con la ganadería.

Otro aspecto a destacar del sistema es su nivel de capitalización en comparación con las unidades productivas vecinas. Después de cuatro años de trabajo, Hecosan tiene 2.500 cuyes, 200 árboles de palto iniciando su producción, 100 árboles de lúcuma en pleno desarrollo y 20 plantas de granadilla en plena producción. Complementariamente, la finca tiene 100 gallinas, 30 patos, diez ovinos, dos vacunos y un caballo. La producción asegura un ingreso sostenido en el tiempo, garantiza la seguridad alimentaria y propicia la estabilidad del sistema por el alto nivel de reciclaje que se practica. En lo económico, significa un movimiento mensual de aproximadamente 2.857 PEN (890 USD). Esto puede parecer inferior a lo que obtienen los productores convencionales (por ejemplo, un productor de algodón, cultivo importante en la zona, reporta un movimiento económico mensual de 1.024 USD, sin ninguna capitalización en su finca), pero los procesos integrados en Hecosan están añadiendo valor y capitalizando el predio.

Hecosan es una experiencia familiar que no cuenta con apoyo de instituciones especializadas ni forma parte de programas de desarrollo específicos. Por ello, las tareas de promoción, divulgación y formación no constituyen un objetivo concreto de la experiencia. Sin embargo, como parte de las actividades de relación con la vecindad se realizan acciones de capacitación, se brindan visitas guiadas y se reciben cada vez más visitantes, lo que indica cierto interés de los agricultores vecinos por el sistema. Hecosan también ha recibido visitantes de otras partes del Perú, generando de parte de éstos la opinión de que el modelo tiene un alto nivel de replicabilidad por la forma en que está diseñado y construido.

Luis Gomero Osorio
Red de Acción en Alternativas al uso de Agroquímicos (RAAA)
Correo-e: lgomero@raaa.org
Jr. Julio Rodavero 682, Urb. Las Brisas, Lima 1, Perú

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