abril 2004, Volumen 19, Número 4
Rehabilitación de tierras degradadas

Adopción de abonos verdes y cultivos de cobertura

ROLAND BUNCH | Página 11-13
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A nivel mundial, los abonos verdes y los cultivos de cobertura han demostrado ser una tecnología exitosa para mantener la fertilidad del suelo y controlar las malezas.

Las numerosas ventajas de estos cultivos han hecho que sean adoptados en muchas partes del mundo. En otras áreas, sin embargo, los agricultores han sido renuentes a su adopción. Incluso, se sabe que algunos agricultores han abandonado los sistemas tradicionales. La pregunta que cabe aquí es ¿por qué la introducción de abonos verdes y cultivos de cobertura ha sido un éxito en un área determinada, mientras que programas similares han fallado en otras? ¿Bajo qué condiciones podemos esperar que los pequeños agricultores se interesen en cultivarlos?

Después de 20 años de experiencia con sistemas de abonos verdes y cultivos de cobertura alrededor del mundo, me gustaría discutir las principales condiciones para la adopción de éstos. Las siguientes conclusiones se basan en experiencias con 140 sistemas diferentes, que involucran 41 especies. Sesenta por ciento de estos sistemas han sido desarrollados, básicamente, por los mismos agricultores, lo que demuestra lo apropiado que estos sistemas han sido para los agricultores y cuán interesados están los agricultores en ellos. Este artículo resume algunas de las lecciones aprendidas de mis experiencias con programas y organizaciones que han tenido éxito en la introducción de sistemas sostenibles de abonos verdes y cultivos de cobertura.
Costos de oportunidad

Los abonos verdes y los cultivos de cobertura deben cultivarse en predios que ofrecen a los agricultores algunas otras oportunidades tales como ingresos, alimentos, forraje, etc. Generalmente, los agricultores no tienen interés en sembrar algo que sólo sirve para la fertilización del suelo cuando el mismo terreno lo pueden usar para cultivos para el autoconsumo o para cultivos que puedan venderse.

Esto parecería imponer muchas restricciones para el cultivo de abonos verdes y cultivos de cobertura, pero en realidad estamos encontrando más ocasiones y lugares en los que éstos pueden usarse:

•  si el abono verde o el cultivo de cobertura produce un alimento apreciado, puede ser cultivado en cualquier forma que sea coherente con el sistema, como cualquier otro cultivo;

• los abonos verdes o cultivos de cobertura pueden crecer intercalados con cualquier otro cultivo. Por ejemplo, la Canavalia ensiformis (habichuela para forraje) puede intercalarse con maíz o mandioca (yuca), o el maní perenne (Arachis pintoi) con el café. Este es actualmente el nicho más popular para introducir los sistemas de abonos verdes y de cultivos de cobertura;

• los abonos verdes o cultivos de cobertura pueden crecer en tierras eriazas o en campos en barbecho. Las especies apropiadas para estos campos son aquellas que puedan sobrevivir en suelos muy pobres, tales como Canavalia ensiformis, Tephrosia candida, o también árboles particularmente resistentes. Los agricultores en Vietnam, por ejemplo, siembran Tephrosia candida en el primer año de descanso, reduciendo el tiempo de barbecho de cinco años a dos;

•  los abonos verdes o cultivos de cobertura pueden crecer durante la temporada seca, sembrarse después de los cultivos regulares como el sistema usado en Vietnam, que emplea el Phaseolus carcaratus intercalado con arroz o con otro cultivo regular, dejándolo luego que crezca durante la temporada seca, tal como el sistema del trébol de olor con maíz en México. También puede plantarse como un cultivo de relevo entre cultivos de temporadas lluviosas al final de la estación para sacar provecho de la humedad que todavía permanece en el suelo, tales como los sistemas de caupí (Vigna unguiculata) con maíz, o de frijol jacinto o lab-lab (Dolichos lab lab) con maíz en Tailandia;

• los abonos verdes o cultivos de cobertura pueden crecer bajo árboles frutales, árboles forestales o bajo casi cualquier cultivo perenne. En este caso, se seleccionan especies particularmente tolerantes a la sombra tales como el frijol pardo o jackbean (Canavalia ensiformis);

•  también pueden encontrarse otros pequeños nichos ocasionales, en situaciones tales como los períodos de helada (donde por lo general los lupinos como el tarwi dan buenos resultados), o en los suelos extremadamente ácidos donde se recomienda el uso del frijol terciopelo (Mucuna pruriens) o el alforfón conocido tambien como trigo sarraceno (Fagopyrum esculentum – en inglés buckwheat).

El frijol pardo o jackbean (Canavalia ensiformis) es probablemente el segundo cultivo más usado como abono vegetal y cubierta de protección. Es resistente a la sequía, suelos pobres, insectos y enfermedades, y es capaz de sobrevivir y crecer bien en las peores condiciones. Este frijol puede usarse en la temporada seca y en ambientes marginales donde no crecerían otros cultivos. Tiene la habilidad de fijar grandes cantidades de nutrientes y también es capaz de ayudar a regenerar tierras degradadas.

Costos en efectivo

Agricultores limpiando un campo con mucuna para el cultivo del maíz. Veracruz, México / Foto: IDRC

El cultivar plantas para abono verde o como cultivos de cobertura no debe significar altos costos y menos aún, gastos en efectivo. Esto implica que los agricultores deben ser capaces de producir su propia semilla año tras año, y que estos cultivos sean resistentes a las enfermedades o a los problemas de insectos. Es conveniente que la utilización de los abonos verdes y los cultivos de cobertura represente un ahorro para los agricultores, además de contribuir a reducir la cantidad de dinero que los agricultores gastan en fertilizantes químicos. Además, esto puede llevar a una reducción o incluso a una total eliminación de herbicidas. Algunas especies pueden sustituir algunos químicos: por ejemplo la planta Mucuna deeringiana es un nematicida de amplio espectro, y la crotalaria (Crotalaria ochroleuca) puede usarse para controlar las plagas en el almacenamiento de granos.

Demanda de trabajo

El abono verde o el cultivo de cobertura seleccionado no debe incrementar la cantidad de trabajo que los agricultores deban realizar. De hecho, cuando se intercalan los cultivos, el abono verde o el cultivo de cobertura pueden hacer que el esfuerzo físico disminuya ya que pueden dar sombra a las malezas. Esta reducción en trabajo requerido para controlar las malezas puede en algunos casos compensar el trabajo requerido para plantar y cortar los cultivos de cobertura. Además, los agricultores pueden sentirse en parte motivados a plantarlos por la perspectiva de nunca tener que arar la tierra o limpiar sus campos; esta tecnología ofrece la posibilidad de pasar a un sistema de labranza cero.

El papel de los abonos verdes y cultivos de cobertura (av-cc) en la rehabilitación de las tierras degradadas
Los av-cc pueden contribuir a la rehabilitación de tierras degradadas y a la restauración de tierras eriazas de varias maneras. Los impactos más importantes y sus efectos se enumeran a continuación:

Incremento de la materia orgánica y ciclo nutricional. La materia orgánica de los av-cc, tiene una serie de efectos positivos en el suelo, que incluye el hacer que los nutrientes del suelo estén más disponibles para los cultivos. Por ejemplo, en los suelos ácidos, el fósforo puede estar de cuatro a cinco veces más disponible para las plantas cuando están rodeadas de materia orgánica.

Fijación del nitrógeno. La materia orgánica frecuentemente añade cantidades significativas de nitrógeno a los sistemas de labranza. Muchas, sino la mayoría, de la amplia variedad de leguminosas usadas son capaces de fijar más de 75 kg/ha de N, mientras algunas especies fijan una mayor cantidad: la Mucuna spp. puede fijar 140 kg/ha/cultivo, la Canavalia ensimorfis fija unos 240 kg/ha y la Sesbania rostrata es capaz de fijar 400 kg/ha.
Control de malezas. Intercalados con cultivos alimenticios o para la venta, los av-cc son importantes para controlar las malezas y por consiguiente reducen los costos y requerimientos de labranza de los agricultores. Además, los av-cc también son conocidos por controlar las malezas muy agresivas. En en el oeste de Africa, por ejemplo, la Mucuna spp. es cultivada para controlar el pasto Imperata.

Conservación del suelo. La cobertura del suelo proporcionada por los av-cc, previene la erosión.

Mejoramiento de la humedad del suelo. La cobertura del suelo, sumada al aumento de la infiltración y capacidad de retención de agua lograda por la materia orgánica, aumenta la resistencia de los cultivos a la sequía.
Labranza cero. Sólo después de algunos años de cuantiosas aplicaciones de materia orgánica, con frecuencia proveniente de los av-cc, los agricultores pueden cambiar a sistemas de labranza cero que mantengan altos niveles de productividad.

Control de enfermedades de las plantas y nemátodos. Los av-cc pueden reducir, y en muchos casos descartar totalmente, el uso de pesticidas.

Los abonos verdes y los cultivos de cobertura pueden desempeñar un papel importante en la restauración de las tierras degradadas. Su uso puede resultar en un incremento tan significativo de la fertilidad del suelo que es posible hablar no sólo de su conservación, sino también de restauración y recuperación del suelo.

Las precipitaciones pluviales muy bajas o irregulares, los extremos en el pH del suelo, los problemas severos de drenaje o una combinación de estos problemas, que son todos muy comunes en los predios de los agricultores de escasos recursos, reducirán el crecimiento de av-cc, disminuyendo o anulando los impactos positivos derivados de su uso. A través de los años, hemos aprendido a superar un número cada vez mayor de estos problemas, usando muchas veces especies de av-cc que ofrecen particular resistencia a problemas específicos. Sin embargo, tales soluciones se logran muchas veces sólo con una reducción en la producción de biomasa, reducción en la fijación de nitrógeno, o con una disminución de los beneficios adicionales.

Otros beneficios

Los abonos verdes y cultivos de cobertura elegidos deben, además de mejorar el suelo, proporcionar algún otro beneficio importante a los agricultores. Éstos rara vez los eligen por sus efectos en la fertilidad del suelo. Usualmente, la motivación para cultivarlos se debe al potencial que tienen como respaldo a la producción de alimentos —que generalmente tiene una alta prioridad— o para controlar las malezas. Los abonos verdes y cultivos de cobertura más usados como el frijol de palo o gandul (Cajanus cajan) , la soya, o el frijol ayocote (Phaseolus coccineus) se cultivan para alimento humano. La Mucuna deeringiana no es usada como alimento humano, pero es también un cultivo popular, probablemente debido a que evita la proliferación de malezas agresivas y ejerce un control efectivo de los nemátodos y diversas enfermedades de las plantas.

Las experiencias con proyectos que introducen abonos verdes y cultivos de cobertura muestran que aquellos sistemas que además de la mejora del suelo producen otros beneficios distintos, tienden a perdurar y continúan aún después que los proyectos han concluido. Esto se puede explicar en parte por el hecho de que el mejoramiento del suelo es un proceso de largo plazo, que no es notado inmediatamente por los agricultores. El largo tiempo que hay que esperar para observar los resultados positivos es una limitación para una mayor adopción de los abonos verdes y cultivos de cobertura. Por lo tanto, es preferible promocionar su adopción señalando razones distintas a la fertilidad del suelo. Así, siempre que sea posible, debemos elegir como abono verde y cultivo de cobertura especies comestibles que también puedan servir de alimento a los animales o brinden algún otro tipo de beneficio que los agricultores necesiten. Por ejemplo, los agricultores cultivan el frijol ayocote (Phaseolus coccineus) intercalándolo con maíz, debido principalmente a que su grano es comestible, aunque también consideran su importancia en la conservación de la fertilidad del suelo.

Finalmente, cuando se considera la introducción de abonos verdes y cultivos de cobertura, también debe tenerse en cuenta la demanda por sus productos. En el caso que a las personas de la familia no les guste comer frijoles o brotes, o cuando los agricultores sólo tienen que alimentar a pocos animales o tienen suficiente forraje, puede ser que la demanda no sea muy grande.

Sistemas de labranza existentes

Los nódulos en las raíces de la Mucuna pruriens formados por la bacteria Rhizobium / Foto: IDRC

Los abonos verdes y cultivos de cobertura deben adecuarse a los sistemas de labranza existentes. Durante los primeros años, estos cultivos serán considerados menos importantes que los alimentos o los cultivos para la venta. Tendrán que adaptarse a los sistemas de labranza existentes, y no al revés.

Además es importante comprender cuándo y por qué los agricultores preferirían colocar especies de árboles de lento desarrollo, y cuándo plantas de menor tamaño y rápido crecimiento, pero menos leñosas. Plantar árboles para mejorar los suelos es sólo una alternativa si es que los agricultores tienen campos en barbecho; de otro modo sería muy costoso. Que los agricultores prefieran un sistema de abonos verdes y cultivos de cobertura antes que un sistema basado en árboles, dependerá de la demanda relativa de los productos de ambos sistemas. Si los agricultores tienen o ganan derechos de tierra por plantar árboles, es probable que prefieran los sistemas de árboles en terrenos en barbecho a los sistemas de abonos verdes y cultivos de cobertura. Además, muchos cultivos tropicales rinden mejor con una sombra ligera (digamos de un 20 a 30%) que con una sombra densa o con ninguna. En consecuencia, los sistemas de “árboles dispersos” pueden ser ideales para el crecimiento de los cultivos. Y, por supuesto, un sistema de árboles dispersos brinda un mejor medio a los sistemas de abonos verdes y cultivos de cobertura que la luz solar total.

En Brasil, los abonos verdes y cultivos de cobertura son muy usados por los agricultores con propiedades de hasta 100.000 hectáreas. Por otro lado, también son útiles para los agricultores de escasos recursos, siempre que tengan tierra suficiente para ir incorporando abonos verdes y cultivos de cobertura sin afectar el sistema normal de cultivos. Pero si los agricultores tienen tierra suficiente para practicar la rotación de cultivos con períodos largos de barbecho, tal vez no estén interesados en los abonos verdes y cultivos de cobertura.

En los predios con poca tierra, el uso del suelo es casi siempre tan intensivo, que practicamente no hay tiempo ni espacio en que el costo de oportunidad sea muy bajo. En estos casos, los agricultores podrían mejor utilizar compost o comprar aditivos para incorporarlos al suelo.

Características específicas

Las especies usadas como abono verde o cultivos de cobertura, deben adecuarse a los nichos disponibles. En general, las especies adecuadas deben tener las siguientes características: fácil establecimiento, crecimiento vigoroso en las condiciones locales; capacidad para cubrir rápidamente las malezas y también para fijar el nitrógeno o concentrar suficiente fósforo. Deben ser resistentes a los insectos, enfermedades, pastoreo de animales, quema de arbustos, sequías o cualquier otro problema que deban enfrentar dentro del sistema deseado. También tienen que tener usos múltiples, y producir semillas viables en cantidad suficiente para futuras plantaciones. Si van a ser usadas en cultivos intercalados, deben tolerar la sombra y adecuarse al ciclo del cultivo principal.

Algunas especies introducidas llegan a establecerse con tanto éxito que se convierten en una plaga. Se debe tener mucho cuidado en no introducir plagas potenciales. Entre éstas se puede considerar al kudzu común (Pueraria lobata), el kudzu tropical (Pueraria phaseoloides) y hasta el maní perenne (Arachis pintoi) y el frijol de soya perenne.

Cuanto mayor haya sido el deterioro ecológico, especialmente en lo que se refiere a la calidad del suelo y la regularidad de las precipitaciones, más limitada será la selección de especies de abonos verdes y cultivos de cobertura que puedan desarrollarse bien. Sin embargo, luego de uno o dos años, cuando estos cultivos hayan ya mejorado en algo las condiciones del suelo, los agricultores pueden gradualmente optar por variedades menos resistentes pero que producen beneficios adicionales.

Conclusiones

Jicama (Pachyrhizus erosus) es un cultivo alimenticio que puede usarse también como cultivo de cobertura / Foto: CIDICCO

Mientras tratábamos de aplicar todo esto en diferentes situaciones alrededor del mundo, hemos aprendido que encontrar sistemas aceptables que puedan ser ampliamente adoptados por (o preferiblemente con) los agricultores requiere mucha flexibilidad y creatividad. Ningún libro de texto es capaz de decirnos exactamente qué tecnología puede o debe usarse en cada caso en particular. Debemos ser abiertos, escuchar y aprender de los agricultores locales, y después trabajar conjuntamente con ellos para encontrar qué especies y qué sistemas se adecuarán mejor a su situación particular.

Generalmente, el modo más exitoso de hacer esto es observar primero los sistemas de labranza locales, y buscar un nicho apropiado: cultivos tradicionales entre los cuales los abonos verdes y los cultivos de cobertura pudiesen ser intercalados, períodos durante la temporada de crecimiento cuando la tierra se deja descansar, o cultivos perennes alrededor de los cuales pueden crecer. Ante la carencia de posibilidades como éstas, uno puede tratar de hacer crecer los abonos verdes y los cultivos de cobertura durante las estaciones más secas o como un barbecho mejorado. Después de identificar los mejores nichos, se deben seleccionar para experimentación aquellas especies que son conocidas porque funcionan mejor en esos nichos y porque pueden brindar, con la menor cantidad de labranza, los beneficios más deseados por los agricultores.

Para introducir los sistemas de abonos verdes y los cultivos de cobertura con éxito, necesitamos una mejor comprensión de los sistemas existentes. Necesitamos comprender el alcance geográfico de los sistemas actuales, las tasas de su adopción o abandono, y las razones por las cuales los abonos verdes y los cultivos de cobertura han sido aceptados o rechazados. Actualmente, tiene prioridad la investigación que busca el modo en que los abonos verdes y los cultivos de cobertura pueden ser utilizados para alimentar a diferentes animales. Asociaciones innovadoras de abonos verdes y cultivos de cobertura necesitan también ser investigadas, así como las asociaciones entre éstos y los cultivos comunes. También necesitamos saber mucho más sobre la teoría de inter-cultivos y los mecanismos bajo los cuales los abonos verdes y los cultivos de cobertura pueden conducir a la labranza cero. ¿Cuáles son los requerimientos mínimos para que un sistema convencional pueda cambiar a labranza cero? ¿Cómo puede lograrse bajo diferentes condiciones? Deben encontrarse nuevas especies de abonos verdes y cultivos de cobertura que respondan a las necesidades de los agricultores. En la práctica, es posible que todas estas investigaciones pueden y deben ser hechas en el campo a través de procesos participativos.

Nombre común
Nombre científico
Resistencia
a la sombra
Resistencia
al suelo pobre
Resistencia a
la sequía
Controla
malezas
Otros usos

a. Frijol terciopelo

Mucuna spp.

3
3

3
4
Medicinal, consumo
humano (procesado)
b. Frijol pardo o jackbean
Canavalia ensimorfis
4
4
4
3
Consumo humano
vainas tiernas)
c. Caupí o frijol de castilla
Vigna unguiculata
3
3
Algunas vars.
3
Consumo humano
d. Frijol de Palo o Gandul
Cajanus cajan
3
3
4
2
Alimento de animales,
consumo humano
e. Tefrosia
Tephrosia vogelli o T. Candida
2
4
4
2
Insecticida
4=extremadamente bueno 3 = bueno
2=regula
1 = pobre
Tabla 1. Características de algunas especies importantes de abonos verdes y cultivos de cobertura

Roland Bunch
COSECHA (Asociación de Consultores para una Agricultura Sostenible, Ecológica & Centrada en las Personas). Apartado 3586. Tegucigalpa, Honduras.
Email: rolandbunchw@yahoo.comrolandobunch@hotmail.com

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