Este artículo describe y analiza la experiencia vivida al desarrollar y validar un sistema piloto de documentación para Escuelas de Campo de Agricultura (ECAs) en Manejo Integrado de Plagas (MIP) en cinco provincias de la Sierra Ecuatoriana: Carchi, Imbabura, Chimborazo, Bolívar y Cañar.
Se probó y validó diversos instrumentos de monitoreo en las comunidades participantes (Tabla 1). Como parte del proceso se aplicaron diferentes métodos para recolectar la información, como entrevistas estructuradas y semi-estructuradas, conversaciones informales y observación directa; métodos que ayudaron a crear un ámbito de cordialidad y familiaridad que facilitó el intercambio de ideas, opiniones y conocimiento entre los diferentes actores. La forma utilizada para reunir la información muestra la importancia de conducir la investigación usando diversas técnicas para el mejor entendimiento de las complejidades de la situación.
Factores limitantes en el sistema de documentación
Tal como se resume en la Tabla 2, el trabajo con las ECAs enfrenta generalmente un conjunto de condiciones limitantes para la documentación. Entre éstas, destacan:
La filosofía y forma de trabajo de las organizaciones. Más de 25 organizaciones de diversa índole participaron en el proyecto de ECAs en Ecuador, cada una con una filosofía de trabajo propia y diferentes antecedentes, objetivos y metas. En la mayoría de los casos, los objetivos de cada organización definieron la forma de enfocar la capacitación de la Escuela de Campo y, consecuentemente, la información que necesitaban registrar para justificar su trabajo frente a sus organizaciones. La información documentada se enfocó en la elaboración de un informe sobre avances y logros en términos de rendimientos y productividad por área y en la cobertura alcanzada. La metodología de ECAs fue adaptada no sólo a las condiciones locales, sino a las necesidades de sus organizaciones con el fin de cumplir con tales requerimientos.
El contexto institucional y el nuevo rol del MAG. El proceso de reestructuración y modernización del Estado que se ha llevado a cabo en el Ecuador desde 1993, ha hecho que sus entidades asuman nuevos roles, transfiriendo muchas de sus anteriores responsabilidades a los gobiernos locales y a las mismas comunidades. Paulatinamente, el Ministerio de Agricultura y Ganadería ha cambiado su rol protagónico como agente de extensión para convertirse en un ente regulador encargado del diseño y la normalización de las políticas del Estado.
El aspecto político juega un papel decisivo dentro del ámbito del MAG. La reducción y los cambios frecuentes de su personal en los mandos altos impide que haya una línea de trabajo y acción continua (política coherente de trabajo). Los cargos públicos a este nivel son políticos, estando sujetos a las autoridades de turno, lo cual genera incertidumbre y desconfianza en el sistema mermando la iniciativa o motivación de funcionarios que bien podrían estar comprometidos en apoyar este tipo de proyectos.
Junto a ello, se tiene que el MAG no cuenta con suficiente personal capacitado en determinadas áreas con específicas destrezas que faciliten su trabajo. Si a esto se suma los bajos salarios relativos, la incertidumbre frente a la reestructuración de la entidad (con posibilidad de perder su trabajo), la situación económica y política en el ámbito nacional, el resultado es un personal desmotivado, sin mayor creatividad o iniciativa, que prefiere muchas veces dedicarse a actividades de tipo personal que les brindan mayores beneficios.
La falta de destrezas y experiencia en documentación. A pesar de que todos los participantes reconocen la importancia de documentar y sistematizar la información de las ECAs, y muestran gran interés en los resultados que se obtengan, la mayoría de los facilitadores manifestó que les falta destrezas y experiencia para llevar a cabo el sistema de documentación. Señalaron, además, que estas actividades no fueron suficientemente enfatizadas durante la Capacitación de Capacitadores en la cual participaron.
Los conflictos de prioridades. Los facilitadores están involucrados en diversos proyectos y actividades al mismo tiempo, lo cual impide que le dediquen tiempo a la preparación de las sesiones y de las actividades a realizarse dentro de las ECAs. En ocasiones fue necesario improvisar o hacerlo con poca atención a la calidad de facilitación. Este hecho hace que no se aproveche las bondades que ofrece la metodología como un proceso de empoderamiento de la gente, ya que no se crean espacios de reflexión, crítica e intercambio de conocimientos que brinden retroalimentación entre facilitadores y participantes.
Procesos generados
Las ventajas de un sistema de documentación son evidentes. Por un lado, es un proceso de aprendizaje; todo el sistema de documentación validado, desde su diseño hasta el análisis y uso de información se convierten en una oportunidad para aprender. En este sentido, realizamos diferentes reuniones y talleres para discutir cómo se estaba llevando a cabo la documentación, qué está funcionando y qué está fallando, y hacer correcciones si fuese necesario. Conversaciones informales o reuniones formales permitieron el intercambio de información y conocimientos entre los participantes y que este aprendizaje fuese estimulado.
Por otro lado, el proceso es también uno de negociación. La participación de diferentes actores tanto del sector público como del sector privado conlleva al desarrollo de un proceso dinámico y complejo de relaciones y alianzas. Entender la dinámica dentro de cada entidad se hace prioritario si se quiere llegar a acuerdos que favorezcan a todos los involucrados. Se necesita negociar entre los diversos actores para encontrar puntos de convergencia y conciliar intereses. Negociar posiciones garantiza un mayor involucramiento dentro de cualquier proceso de desarrollo donde los recursos disponibles son escasos y se busca optimizarlos.
Todos los involucrados identifican al proceso de documentación como un proceso fundamental que puede proveer importantes lecciones y experiencias. Citando a un funcionario del MAG: «contar con datos y resultados que demuestren la efectividad de la metodología permite generar debates en las esferas altas de poder para negociar la extensión y sostenibilidad del proyecto». Esta información añadió, contribuiría a demostrar que la metodología de Escuelas de Campo sí funciona y es aplicable, pero para ello necesitamos la información que sustente sus decisiones.
Algunas consideraciones
Los resultados del trabajo desarrollado mostraron que es necesario, antes que nada, que los responsables del sistema de documentación conozcan bien el proyecto (cómo funciona, de qué se trata, filosofía de trabajo y sus fines). Esto les permite entender la dinámica de funcionamiento de cada componente y evitar tomar decisiones que no impulsen y motiven el desarrollo de un flujo de información entre todos los involucrados.
A la vez, conviene incidir en el sentido de pertenencia / propiedad del proyecto. Durante un último taller llevado a cabo con directivos del movimiento multi-institutional de ECAs, facilitadores maestros y facilitadores para definir los lineamientos generales del sistema de documentación, uno de los participantes manifestó: «debemos sentir el proyecto como de uno, nuestro». Esta frase resume la actitud hacia el proyecto que cada participante debiera sentir. Si ellos sienten el proyecto como suyo, se sienten parte de un proceso, se identifican con su filosofía y se consideran importantes actores dentro del proceso, que sus opiniones son importantes y que son tomadas en cuenta. Este sentimiento permite que se involucren en forma más participativa, comprometida y eficiente.
Un tercer punto es la identificación de necesidades. Cada actor del proyecto tiene necesidades específicas de información, las cuales requieren ser identificadas apropiadamente desde el inicio del proceso de documentación con el fin de satisfacer las expectativas con el proceso mismo. De esta manera, los participantes se sienten responsables en proveer información de alta calidad y oportuna, con lo cual el proceso de documentación fluye mas fácilmente.
Finalmente, está el rol del facilitador como la interfase, o como punto intermedio entre los directivos del proyecto, sus
organizaciones y las comunidades, lo que es un aspecto crítico dentro de este proceso. Si el facilitador no está convencido con la metodología poco se puede hacer para difundirla y promoverla dentro de sus organizaciones. El facilitador se convierte en el canal por donde fluye la información.
Conclusiones
El establecimiento del sistema de documentación representa importantes desafíos para sus responsables. Un sistema de documentación puede facilitar y apoyar la institucionalización de la metodología en el MAG y en las organizaciones participantes, y fortalecer los procesos de negociación y cooperación interinstitucional. Puntos claves para el buen desenvolvimiento del sistema de documentación son el reconocimiento de la heterogeneidad de las comunidades participantes y la promoción y refuerzo de procesos de aprendizaje e intercambio de experiencias entre sus actores.
La manera en que fueron ejecutadas las ECAs piloto tuvo mucho que ver con: a) los objetivos de las organizaciones participantes, su particular enfoque hacia el desarrollo rural y su forma de trabajar y pensar, b) los intereses y convicciones personales de sus actores (facilitadores, coordinadores, participantes, directivos) y c) las destrezas y experiencia de los responsables de ejecutar una ECA.
Específicamente, el sistema de documentación necesita trabajar en los siguientes aspectos:
1. Caracterizar a los actores involucrados en términos de filosofía de trabajo, objetivos, capacidades y expectativas para alcanzar un mejor conocimiento de cómo negociar diferentes puntos de vista y lograr acuerdos comunes en beneficio de todos. Considerar estas características se hace imperativo.
2. Crear espacios de participación en los cuales entidades como el MAG puedan mostrar su capacidad y competitividad, logrando de esta manera su permanencia dentro del sistema. Si su personal y/o directivos no se sienten comprometidos con el proyecto, es muy difícil crear estos espacios de participación y lograr sostenibilidad. Un compromiso real se hace indispensable para hacer que las actividades de documentación y sistematización de la información sean sostenibles.
3. Las visitas de seguimiento, días de campo, ceremonias de graduación, o talleres, se convierten en espacios donde facilitadores y participantes pueden expresarse más abiertamente y compartir sus impresiones e inquietudes. El fomentar estos intercambios de información informal permite mostrar la evidencia de lo que realmente está pasando y que no puede ser captado con precisión con los formularios de monitoreo.
4. Los participantes muestran gran interés en el análisis y uso de la información a diferentes niveles, lo cual está estrechamente ligado con la identificación de las necesidades desde el inicio del proceso de documentación. El sistema de documentación no debe ser de utilidad exclusiva de un grupo, sino que debe pertenecer a todos.
La identificación de los factores anteriormente mencionados permitió entender la complejidad del proceso de documentación y buscar soluciones en el camino para el establecimiento de un sistema de registro de información que sea efectivo, flexible y de fácil manejo.
Ross Mary Borja, Estudiante Agricultura Internacional y Desarrollo Rural,
Universidad de Cornell
Email: rjn7@cornell.edu
Referencias
– Estrella, M. (2000), Learning from Change. Issues and experiencies in participatory monitoring and evaluation. International Development Research Centre. Canada.