diciembre 2002, Volumen 18, Número 3
Hacia la recuperación de la vida en el suelo

El sistema Quesungual en Honduras Una alternativa a la tala y quema

LUIS ALVAREZ WELCHES E IAN CHERRETT | Página 10
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La agricultura de tala y quema es un sistema eficiente, siempre que la presión de la población sea lo suficientemente baja como para limitar su impacto en los bosques tropicales. A medida que la población rural crece el ciclo de la limpieza de la tierra se hace más corto, dejando poca posibilidad de recuperación de la vegetación y el suelo.

La falta de tierras fértiles desplaza a los agricultores de subsistencia hacia laderas más empinadas y hacia los bosques más húmedos. Esto provoca una acelerada deforestación y la degradación del medio ambiente, volviendo cada vez más insostenible el uso de la tierra.

En Centroamérica, y en especial en Honduras, se ha «tecnificado» la agricultura de tala y quema, en un intento por modernizar la producción de granos básicos de los pequeños agricultores. Los proyectos y las ONGs han promovidos créditos, fertilizantes y otros insumos sin cambiar el sistema de producción. El resultado ha sido peor para los pequeños agricultores y para el medio ambiente: la población rural ahora depende de deudas y el proceso de deforestación y de degradación del suelo y de los recursos hídricos se ha acelerado aún más. Esto ha incrementado la vulnerabilidad del sector rural del país frente a los fenómenos naturales, como sucedió con el huracán Mitch en 1998, cuando murieron muchas personas y los ingresos rurales cayeron dramáticamente (ver LEISA Revista Vol 17, No. 1, p. 7).

El sistema Quesungual

En el departamento de Lempira, una de las regiones más pobres y más aisladas de Honduras, cerca de la frontera con El Salvador, los pequeños agricultores cultivan sus tierras (1 a 5 hectáreas), en terrenos accidentados, ubicados entre los 200 y 900 metros sobre el nivel del mar. Con el apoyo del proyecto colaborativo de Lempira Sur, iniciado por la FAO, en los últimos 10 años se ha producido un cambio masivo a un nuevo sistema de producción. Este sistema se llama «Quesungual», tomando el nombre de la aldea donde fue desarrollado por primera vez. Es un sistema de Labranza Cero (LC), de Agricultura de Conservación (AC), con un componente forestal que permite a los agricultores cultivar continuamente sus laderas empinadas, regenerándolas al mismo tiempo.

El sistema de Quesungual es una adaptación de un sistema agroforestal indígena, que puede encontrarse en el ecosistema de bosques tropicales secos (de 140 a 800 msnm). Este sistema se caracteriza por tres capas de vegetación: mulch, cultivos, y arbustos y árboles dispersos. Generalmente combina cultivos de granos, árboles y arbustos que se regeneran naturalmente, y árboles frutales y madereros del alto valor y para múltiples propósitos. Una parcela típica tiene varios árboles y arbustos podados y unos 15 a 20 árboles grandes de especies madereras y frutales. La diversidad de especies en el sistema es alta (ver tabla 1).

Se abandonan las prácticas de quema, y la densidad de la vegetación y de las plantas se controla a mano; además, algunos agricultores usan herbicidas antes de la siembra. Se intercalan cultivos de maíz con sorgo y con fréjoles, se usan tecnologías de labranza-cero, de mulch y de siembras directas. Se usa la vegetación natural como cultivo de cobertura, entre los cultivos de granos.

En la temporada seca se podan los árboles y los arbustos y se dejan a una altura de 1,5 a 2 m, para eliminar las ramas y el rebrote, y para dar luz a las futuras plantas. El material de la poda es usado como mulch para cubrir el suelo. Se retiran del campo aquellas ramas y troncos que pueden ser usados como leña o como postes. En general no se podan los árboles madereros y frutales de alto valor. Los agricultores logran una densidad ideal manejando la regeneración natural. Antes de sembrar el segundo cultivo (generalmente fréjol) se limpia el campo por segunda vez, pero no siempre se podan los árboles y los arbustos. Los fertilizantes minerales son caros y por eso sólo se usan cuando se cultiva maíz o sorgo como primer cultivo. Se deshierba una sola vez durante la temporada agrícola, y esto se hace ya sea manualmente o usando un herbicida. La cosecha se lleva a cabo de la manera tradicional (FAO, 2001).

Impactos en la capacidad de recuperación, la base de recursos naturales y la producción

Para los agricultores lo que hace más atractivo al sistema es la posibilidad de retención de la humedad. El sistema agroforestal retiene 15% más de agua en el suelo (8% de humedad en un campo tradicional y 23% en un campo de Quesungual) durante el mes más seco (abril) que en el sistema de tala y quema. Esta diferencia equivale a 20 mm de precipitación, lo que significa que los cultivos pueden mantenerse 20 días más sin lluvias. De esta diferencia depende el éxito o el fracaso de un cultivo en climas erráticos donde ocurren rachas de sequía durante la temporada de lluvias.

Además que hay una mejor filtración de agua de lluvia dentro del perfil del suelo a través de la cubierta, este incremento en la humedad del suelo se puede explicar por el mayor contenido de materia orgánica en el suelo. Se monitoreó este contenido en tres lugares diferentes, durante cuatro años, constatándose un aumentó del 2,4% al 4,5%. Además, la erosión del suelo ha sido detenida casi por completo, estimándose que la pérdida de nutrientes por la erosión es 10 veces menor en el sistema Quesungual que en el de tala y quema. Teniendo en consideración sólo a los nutrientes, esta pérdida representa 34 dólares USA por hectárea en el sistema Quesungual, mientras que en el sistema de tala y quema, la pérdida asciende a 396 dólares USA por hectárea.

Las mejores condiciones del suelo hacen que el sistema sea más resistente a los fenómenos climáticos. Comparados con los agricultores que permanecieron practicando el viejo sistema de tala y quema, los agricultores del sistema de Quesungual no experimentaron la pérdida total de su producción de maíz durante el período de sequía de El Niño en 1997. Aún cuando al año siguiente, el huracán Mitch pasó por Centroamérica descargando fuertes lluvias y donde muchos agricultores perdieron sus cosechas por segunda vez. Pero los agricultores de Quesungual produjeron aproximadamente la misma cantidad que el año anterior.

Los agricultores están reportando incrementos de, por lo menos, el 60% en sus rendimientos de maíz. Y aún más importante es saber que los rendimientos permanecen estables, a niveles altos, durante más tiempo. El período más largo de producción continua de maíz es de siete años. Estos campos, que tienen una inclinación del 35% y suelos pobres, alcanzan una producción promedio de 2,9 toneladas por hectárea. Antes, en los mismos campos, el mejor rendimiento era de 1,6 toneladas por hectárea, y en esa época tenía que dejarse la tierra en barbecho durante varios años antes de usarla para un ciclo de producción de dos años. Además de maíz y sorgo, la parcela suministra leña y postes a los agricultores, lo que añade un poco de valor a la producción. Adicionalmente, desde el primer año, el agricultor puede alquilar sus campos para el pastoreo del ganado, porque hay un incremento de producción de brotes en el campo. Generalmente eso se hace durante dos meses. Todavía se necesitan realizar más esfuerzos para una mejor integración de la producción pecuaria al sistema.


Un agricultor, en tierras de ladera al sur de Honduras, usa un bastón de plantar para la siembra de su maíz en una capa de mulch hecho con la vegetación del barbecho / Foto Alexandra Bot

Incremento del desarrollo rural

El sistema de Quesungual no solamente satisface las necesidades de frutas, madera, leña y granos para la familia, sino que genera un excedente que, cuando se vende en el mercado, produce dinero en efectivo. Este cambio es sólo el comienzo de un proceso de intensificación del uso de la tierra y de rentas de la tierra y de la mano de obra. Una vez que el agricultor confía en una mayor seguridad alimentaria (maíz y fréjol) comienza a diversificar sus cultivos para el mercado local o para el consumo familiar: soja, caña de azúcar, índigo, calabazas, etc. Y, también crían animales menores para el mercado como, por ejemplo, cerdos y pollos. Un mayor suministro de granos viene acompañado del mejoramiento del almacenaje familiar pos cosecha. Cuando la seguridad del abastecimiento de granos básicos está garantizado, las familias comienzan a dedicar tiempo a mejorar sus condiciones de vida y a la educación, y también invierten más tiempo en la organización de la comunidad. Las cooperativas de producción de las mujeres han comenzado ahora a preparar productos lácteos. También se
han establecido organizaciones de agricultores y asociaciones comerciales. Ahora, la propia gente asume la responsabilidad de planificar las mejoras en sus comunidades.
Obstáculos para la adopción

Esta experiencia ha generado interés no solamente en Honduras sino también en la región. Ahora se conoce que en la región al sur de Lempira los agricultores no queman más sus campos, y ellos se sienten muy orgullosos que se sepa esto. Actualmente, el sistema Quesungual está siendo adoptado en otras partes del país, y está siendo adaptado por los agricultores a sus condiciones locales. El principal obstáculo, para el cambio de la agricultura de tala y quema a la de agroforestería, no son los pequeños agricultores. Ellos están conscientes de los problemas asociados con la agricultura de tala y quema, y responden rápidamente a otras alternativas sostenibles. El problema son los trabajadores de extensión y sus jefes profesionales que se aferran a su enfoque basado en un cultivo único y se oponen al enfoque de sistemas. También lo es su falta de capacitación en extensión participativa según la demanda, y el centrarse en el, todavía dominante, paradigma de los proyectos de desarrollo rural de indicadores físicos, impulsados por la oferta. Aunque se habla mucho acerca de la colaboración entre los sistemas de conocimiento local y los profesionales, esta práctica recién está en su infancia.

 

Luis Alvarez Welches e Ian Cherrett
Luis Alvarez Welches, FAO, Proyecto Lempira Sur, Honduras.

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