Manejo sostenible de la fertilidad del suelo

El GTLNG y los agricultores de áreas seleccionadas identificaron el tema de baja fertilidad del suelo como una prioridad para su investigación-acción. Tradicionalmente, los nutrientes retirados por los cultivos han sido reemplazados por el barbecho de los matorrales y el uso del estiércol de corral y de desechos domésticos. Sin embargo, estas dos últimas fuentes de nutrientes están cada vez más escasas, en especial, porque el número de animales mantenidos por las familias está decreciendo. Mientras estuvieron subsidiados, usaron fertilizantes inorgánicos, pero ahora se terminaron los subsidios. En la actualidad, menos del 30% de los pequeños agricultores compran fertilizantes inorgánicos para sus cultivos de pan llevar y, mas bien, adquieren pequeñas cantidades de maíz y arroz. Esto ha producido una declinación en la fertilidad de la tierra y sistemas agrícolas inestables.

Es probable que los métodos indígenas para manejar la fertilidad de la tierra funcionaran razonablemente bien con las condiciones ecológicas y socioeconómicas predominantes en el pasado. Pero, ahora, es evidente que LEIA no es sostenible y las actuales condiciones económicas hacen que HEIA sea imposible. Durante la investigación-acción, los pequeños agricultores del norte de Ghana intentaron determinar, en términos cuantitativos y cualitativos, el papel del abono orgánico en asegurar la continuidad de la producción de cultivos.

La sostenibilidad agrícola es un concepto abierto a una amplia gama de interpretaciones. Una simple definición de las bases, dada por Edward Agana de Zuedema, Distrito de Builsa en la Región del Alto Este, es que un sistema agrícola puede ser considerado sostenible cuando los suelos, cultivos, animales, árboles, medio ambiente y la gente ‘mejoran cada año’; muchos agricultores concuerdan con esta definición. Esta definición indígena considera a la sostenibilidad como algo dinámico y sugiere que hay grados de sostenibilidad.

Pero, ¿cómo se determina el ‘mejorar cada año’ y quién lo determina? Esta investigación consiste principalmente en la búsqueda de respuestas a estas preguntas. Hay necesidad de incrementar la capacidad de los agricultores para determinar sistemáticamente lo que significa ‘mejorar cada año’. Para evaluar la sostenibilidad se deberían usar criterios desarrollados por aquellos que tienen más interés en el proceso. Durante el proceso de investigación tenían que salir a luz los criterios de los agricultores, pero también era necesario asegurarse de que los agricultores tomaran conciencia de otras variables.

La investigación colaborativa fue diseñada para explorar diferencias en la eficacia de los diferentes tipos de abonos orgánicos conocidos por los agricultores. Nuestra hipótesis era que LEIA podía transformarse en LEISA si es que los agricultores mejoraban sistemáticamente su propio conocimiento nativo del manejo de la fertilidad del suelo. Durante esta investigación-acción, intentamos evaluar las prácticas LEISA para mejorar la fertilidad de la tierra. Exploramos los problemas asociados con el uso de abono orgánico y cómo los agricultores estaban enfrentando o proponían enfrentar esos problemas.

Se usaron dos métodos complementarios: experimentación de campo en parcelas (más cercano a los ensayos convenciones en las fincas) y monitoreo de la finca (con FARMS), analizando los insumos y la producción de todas las parcelas de los agricultores experimentadores. Pensamos que si los agricultores pudieran ver con mayor claridad lo que entra en la producción, lo que se obtiene y lo que permanece en la tierra para ser usado por los cultivos durante la siguiente temporada, tomarían más conciencia de lo que es sostenibilidad. Agricultores, investigadores y agentes de extensión colaboraron en monitorear experimentos conducidos por agricultores, compartiendo ideas y resolviendo problemas encontrados en la investigación. Las mujeres se involucraron completamente en este proceso comunal de identificar problemas, buscar soluciones y experimentar mejores métodos para la preparación de compost.

Los agricultores experimentadores se dieron cuenta de que los abonos orgánicos diferían en calidad, dependiendo de cómo eran manejados. Los agricultores exploraron mejores métodos de manejo de abonos y nuevos métodos de preparación de compost, algunos de los cuales habían visto durante su viaje a Burkina Faso (Recuadro 2, p. 46). Este fue un paso vital hacia una agricultura más sostenible.

Sin embargo, se hizo evidente que muchos agricultores tenían problemas para obtener materia orgánica y que las mujeres agricultoras no tienen, virtualmente, acceso al estiércol de corral ni a los desechos domésticos para sus propias parcelas. El estiércol es, probablemente, el recurso más valioso para la agricultura sostenible en el norte de Ghana. Sin embargo, ya que muchos hogares no tienen animales o los pocos que hay son cuidados por pastores Fulani, es difícil obtener estiércol. Es necesario intensificar la búsqueda de maneras de integrar mejor cultivos y animales. El concepto de integración cultivos-animales es indígena, pero fue desalentado en el pasado en un intento por ‘modernizar’ la agricultura. Es posible lograr nuevamente la integración, quizá de una manera modificada.

Otra amenaza potencial al ir hacia una producción más sostenible, es que el abono orgánico es voluminoso y que, a veces, éste tiene que ser transportado largas distancias hasta las ‘granjas en los matorrales’. Es posible que los agricultores necesiten apoyo financiero para comprar asnos y carretas, no solamente para llevar el abono hasta los campos sino también para traer los productos agrícolas a sus viviendas.

A pesar de esta limitación, la investigación-acción ha sido una experiencia de aprendizaje para los agricultores y otros interesados. Todos están convencidos del potencial de la investigación participatoria para ayudar a lograr una agricultura sostenible en el norte de Ghana. Los que participaron vieron que los problemas relacionados con la disponibilidad de estiércol, su transporte a los campos, el manejo adecuado para conservar los nutrientes y la disponibilidad de agua para preparar compost, impedían el cambio de LEIA a LEISA. La investigación-acción también condujo a una mejor comprensión de los temas involucrados y a un enfoque más puntual para resolver las principales limitaciones para la sostenibilidad de las fincas.