enero 2000, Volumen 15, Número 1-2
Encontrando bases comunes (número doble)

Estableciendo una nueva tónica

MARILOU G. ABON | Página
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Hay fuertes indicios de que los interesados en el Programa de Investigación de ILEIA en Filipinas se unieron por un noble propósito: probar la viabilidad de LEISA como una opción alternativa de agricultura en esta parte del mundo. Fue una meta común, compartida por todos los involucrados en el programa, y se concretizó con el apoyo de ILEIA-Holanda.

Las organizaciones de agricultores esperaban apoyo financiero de ILEIA y respaldo técnico y moral de las ONGs y del cuerpo académico. Los académicos esperaban una aceptación de los agricultores: aceptación de sus pensamientos, de sus sentimientos y de ellos mismos como personas. Ambos grupos estaban dispuestos a hacer concesiones. Los agricultores venían con un bagaje de conocimientos obtenidos a lo largo de toda una vida trabajando en agricultura. Los académicos habían recibido sus conocimientos de libros y experimentos simulados. Cada grupo cambió sus paradigmas y decidió complementar el aprendizaje del otro para llegar a pruebas concretas y científicamente aceptables que sustentaran su convicción sobre la agricultura sostenible como opción viable. Se esperaba que ILEIA constituyera un foro en el cual se podía compartir información con los que tomaban las decisiones políticas.

Negociando relaciones de trabajo
Buscando maneras de continuar colaborando

Los grupos de trabajo de LEISA no estuvieron ajenos a conflictos. En el encuentro inicial entre los académicos y los agricultores, estos últimos fueron francos en decir que sentían que los académicos no tenían experiencia en actividades agrícolas cotidianas. Las personas de la universidad sintieron que no eran aceptados por los agricultores como socios en el programa y que, en realidad, eran vistos como que competían por el presupuesto. La resistencia de los agricultores se hizo más fuerte cuando los académicos recomendaron algunos indicadores y metodologías científicas en el diseño experimental. La resistencia se fortaleció por el hecho de que los agricultores creían que ellos debían identificar qué era lo científico y que los académicos debían concordar con lo que ellos, los agricultores, querían hacer en sus experimentos.

Fue difícil mantener el entusiasmo de los inicios de los experimentos del DPT, después de la considerable cantidad de tiempo libre invertido por los agricultores, el personal de las ONGs y el cuerpo académico. No todos podían darse el lujo de invertir tanto tiempo durante períodos tan largos, en actividades tan mal recompensadas. Las visitas semanales, a los campos de los agricultores, de los académicos y personal de ONGs tenían que ser menos frecuentes y fueron reemplazadas, en parte, por el sistema de ‘guardias’. Los mejores pagos, financiados por ILEIA, hicieron posible involucrar a un grupo mayor de especialistas de la Universidad Estatal de Luzón Central. Inicialmente, los agricultores se sintieron frustrados con este desarrollo. Después, se comprendió que este sistema era más realista y les daba más libertad para invitar a los especialistas que necesitaban.

Los Grupos de Trabajo pasaron por un largo período de ajuste antes que construyeran relaciones de trabajo estables. Durante el programa, la UELC, KADAMA, KALIKASAN y el MFRR no siempre estuvieron de acuerdo en muchos temas. Temas, tales como enfoques, indicadores, metodología, tratamiento del DPT y LEISA, eran continuamente debatidos, al igual que otros puntos difíciles, incluyendo quién convocaría y quién tomaría el liderazgo de los proyectos. Estas diferencias fueron superadas por medio de diálogos, reuniones y consultas continuas entre todos los involucrados en el problema y por medio de un trabajo constante en actividades para la ‘construcción de equipos’.

Lecciones aprendidas
A pesar de diferencias y conflictos, las organizaciones de agricultores y la Misión Especial UELC-ILEIA trabajaron hombro a hombro para cumplir con sus respectivas tareas, roles y funciones por el bien de la agricultura sostenible y, al final, todos los interesados dijeron haber aprendido importantes lecciones.

El proceso de DPT, tal como se practica en el programa de investigación de ILEIA, fue visto como una respuesta al deseo de los agricultores de participar en la articulación de sus necesidades y aspiraciones, y en participar verdaderamente en el poder social y político. Los proyectos emprendidos fortalecieron la capacidad del manejo experimental y tecnológico de agricultores y comunidades locales. Los agricultores tuvieron un papel importante en el proceso: participaron en las actividades del proyecto y las facilitaron, desde la identificación de problemas hasta la toma de decisiones para diseños y parámetros experimentales. Con ayuda continua, este paso positivo puede convertirse en un avance genuinamente ‘sostenible’.

El establecimiento de un marco referencial de investigación, basado en las perspectivas de los agricultores, los coloca en una posición de liderazgo. En todas esas actividades necesitan respaldo técnico de los académicos y apoyo financiero de organizaciones, tales como ILEIA. La Acción Concertada de Interesados constituye un mecanismo de apoyo a través de actividades comunes, tales como: planificación, monitoreo, evaluación, construcción de capacidades, formación de redes, apoyo de biblioteca y documentación de resultados y lecciones, que permite que el programa logre su meta y cumpla con sus objetivos.

Los encuentros iniciales de los interesados y la mezcla de reacciones, negativas y positivas, fueron vistos como parte de un proceso natural, propio de cualquier iniciativa de desarrollo. Es una etapa conocida: se abre la mente y las nuevas ideas se acomodan gradualmente. Se establece una nueva tónica, una que facilite mejores relaciones de trabajo. Es una etapa donde se aprenden nuevas cosas y éstas pueden servir como base de un nuevo comienzo.

Nosotros, como académicos, hemos aprendido muchas cosas en el transcurso de este programa de investigación:

Reconocer el potencial de capacidades de los agricultores en el desarrollo del manejo tecnológico.
Una relación de trabajo de complementariedad entre los interesados puede servir como modelo para cualquier programa de desarrollo conducido por agricultores.
Cuanto más agricultores tengan contacto con actividades científicas, más podrán desarrollar sus capacidades innovadoras y sus conocimientos.
Proporcionándoles todas las destrezas necesarias para conducir experimentos y generar tecnologías, los agricultores podrían fácilmente duplicar lo que los científicos están haciendo en interés de la agricultura sostenible.
Un pre-requisito para la implementación del programa es capacitar para desarrollar conocimientos, destrezas y una actitud de los agricultores que les permita emprender actividades experimentales.
La internalización de la investigación conducida por agricultores es un proceso continuo que no puede ser logrado a corto plazo.
Lo que se ha aprendido aquí, es la base para futuras actividades en programas similares.

Marilou G. Abon, Centro de Estudios de Luzón Central, Universidad Estatal de Luzón Central, Muñoz, Nueva Écija, Filipinas.

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