El conocimiento indígena tiene fortalezas y debilidades. Es fuerte en lo que puede ser observado y débil para comprender lo invisible. Conceptos tale; como la fertilidad y los nutrientes del suelo son difíciles de ver, pero con el entendimiento pueden ser explicados en términos aceptables para el agricultor.
Cleome gynandra L., tallo en proceso de floración y fructificación*
Los moru viven en el condado de Mundri donde la tierra es abundante, los insumos externos son escasos y la agricultura de rotación continúa siendo la forma principal de restaurar la fertilidad del suelo. Conforme más gente se reúne en los centros poblados y adapta sus cultivos a las nuevas circunstancias, los agricultores necesitan tener un mejor entendimiento del papel que los nutrientes del suelo desempeñan en el cultivo. Los suelos del área son muy ácidos, por lo cual el potasio pronto se convierte en un factor limitante cuando se clarea la tierra. Cuando no hay disponibilidad de fertilizantes sintéticos, la ceniza de madera tiene un efecto claro y significativo en el crecimiento y rendimiento de muchos cultivos.
En el condado de Mundri, la ceniza que se obtiene de quemar árboles y arbustos es reconocida como una forma para mejorar la fertilidad del suelo y es una razón importante para usar el fuego para clarear terrenos. Las áreas con una particularmente alta concentración de ceniza, como aquéllas en las que se han quemado grandes árboles o cúmulos de desperdicios se consideran ecológicamente significativas y apropiadas para cultivos ecológicamente especializados. Las cenizas de los fogones domésticos, sin embargo, se ven en una forma bastante diferente, aun cuando pueden proporcionar una cantidad apropiada de nutrientes a los suelos agotados.
Aunque durante el proceso de quemado la mayor parte del nitrógeno se pierde hacia la atmósfera, el fósforo, el potasio y otros minerales son liberados de los materiales vegetales, penetran en el suelo y se acumulan en una forma de fácil disponibilidad. La composición mineral de la ceniza es muy similar a la de sus materiales originales, cada cual tiene su propio patrón de nutrición y una específica variedad de minerales. El tipo de planta que se quema determina las clases de sales minerales liberadas. Esta diferencia ha sido reconocida por mucho tiempo por las amas de casa Moru, quienes saben que algunas plantas son una buena fuente de lejía que usan en la cocina, y que preparan quemando algunas plantas apropiadas. Quemado en el jardín
Cuando clarean nuevos terrenos para cultivo, los moru usan extensivamente el fuego y la ceniza que se produce es muy valiosa. La ceniza eleva temporalmente la alcalinidad de los suelos haciendo que el potasio y el fosfato estén disponibles para el cultivo. Dos son los métodos principales que se usan para clarear nuevos terrenos y ambos producen una cantidad significativa de ceniza. El primero, en el segundo año, en los terrenos viejos, se apilan residuos del cultivo y árboles y arbustos coposos de un año de crecimiento, se dejan secar y luego se queman. Algunas veces estos fragmentos se recolectan hacia el final de la temporada de cultivos, se dejan secar y se queman antes de que comiencen las lluvias. El área cubierta de cenizas se usa luego para cultivar plantas ecológicamente especializadas. Durante este proceso, la ceniza se genera deliberadamente y se concentra en un solo lugar.
El segundo método usa el fuego para destruir grandes árboles y remover los troncos caídos que de otra forma obstaculizarían el desarrollo del cultivo. La leña es abundante en Mundri, aunque algunas ramas pequeñas se pueden partir y usar como leña casera, los árboles se encienden y se dejan quemar lentamente en el campo por varios días. El resultado es un área concentrada de cenizas de troncos que se usa luego para plantar cultivos ecológicamente especializados. En un área fértil, se evita tal concentración de cenizas cuando se va a sembrar sorgo, ya que los agricultores saben por experiencia que la ceniza estimula un crecimiento más vigoroso.
Los agricultores también entienden que los cultivos ecológicamente especializados tales como el mijo, el maíz, el zapallo, el quimbombó y la ‘flor araña’ (Cleome spp.), así como el plátano y la papaya prosperan donde hay árboles muertos, vegetación podrida (residuos de las malezas de la estación anterior, rastrojos de maní), montículos de termitas y ceniza de madera. Este reconocimiento demuestra la comprensión del ambiente por parte de los agricultores, excepto que ellos no saben por qué esas diferencias afectan a sus cultivos.
Ceniza del fogón
Kumbo: ceniza para lejía
Cuando las mujeres de la aldea preparan kumbo escogen cuidadosamente determinadas plantas. Esto incluye residuos de las cosechas, plantas silvestres y algunas plantas exóticas. Una vez seleccionadas, se cortan, se les añade leña verde y se queman en un área bien barrida. La ceniza generada se recolecta y se almacena en una maceta o en un recipiente similar. Se sabe que para mantener su salinidad, esta ceniza se debe guardar seca. La ceniza se coloca en un tazón perforado y se le añade una pequeña cantidad de agua que permite a las sales solubles filtrarse en forma de lejía. Este álcali se añade al agua de cocción cuando se necesita sal.
Importancia de la ceniza
La importancia del potasio en el suelo es difícil de enseñar, pero los efectos de la ceniza son fáciles de ver. La enseñanza, sin embargo, debe estar orientada a una situación determinada. Quemar los árboles es una acción condenable. Sin embargo, mientras los moru mantengan la tradición de clarear los terrenos y usarlos por un período de dos o tres años, los agricultores continuarán viendo que el fuego es una forma eficiente (las cenizas dan resultados rápidos) y efectiva de ahorrar mano de obra. Sin embargo, los cambios han traído la intensificación de la agricultura y con ella nuevos problemas y la necesidad de aprendizaje. Está claro que el proceso de quemar es dañino para las tierras antiguas porque causa desecación, baja percolación y pobre retención del agua.
En el pasado a los agricultores se les enseñaba que quemar era malo. Ellos rechazaban esta enseñanza porque veían los efectos benéficos que la ceniza tenía sobre su agricultura tradicional de rotación. Una vez entendida esta posición, es posible relacionarla al tema de quemar en las áreas donde causa mayores daños. De esta forma, la enseñanza se puede situar en el contexto del quemado tardío fuerte, los cambios asociados con el uso más intensivo de la tierra y la necesidad de incrementar el cultivo del suelo porque las tierras antiguas se mantienen en producción.
Quemar no sólo destruye la materia orgánica y la textura del suelo, también daña la provisión de nutrientes. El compost o la vegetación en descomposición contienen una cantidad de nutrientes similar a la que se halla en las cenizas de madera, pero los liberan con menor intensidad. Ya que los moru reconocen que los lugares donde hay ceniza y plantas descompuestas son apropiados para sembrar cultivos ecológicamente especializados, es posible usar las prácticas agrícolas establecidas como base para el aprendizaje futuro.
Tradicionalmente, los nichos ecológicos se usan en una forma oportunista y es raro que involucre la creación deliberada de condiciones especiales. Como las prácticas de uso de la tierra cambian entre los moru y se siembran para el mercado nuevos cultivos y hortalizas, las cenizas domésticas van adquiriendo importancia como un recurso para mantener la fertilidad del suelo.
Muchos agricultores encuentran difícil entender la idea de nutrientes. Ellos no saben por qué algunos suelos son buenos y otros son pobres, o por qué las cenizas de madera, por ejemplo, son beneficiosas. La comunidad está familiarizada con la preparación del kumbo y esto provee una forma de ayudar a los agricultores a entender qué son los nutrientes, en qué forma están disponibles y cómo funcionan. Las siguientes enseñanzas mostraron su utilidad cuando se discutió el tema de la fertilidad del suelo con varios grupos de mujeres moru y les dio nuevas luces sobre el suelo.
Kumbo de la ceniza: nutrientes del suelo
• El kumbo es salino, útil para la cocina.
• La salinidad está en la planta. Se torna disponible cuando la planta se quema hasta obtener ceniza.
• La salinidad se obtiene añadiendo agua a la ceniza. Luego, la sal se obtiene por lavado.
• La salinidad es lo que las plantas han tomado del suelo en forma de nutrientes.
• Las plantas toman su alimento del suelo disuelto en agua, Si no hay suficiente agua, las plantas tampoco pueden alimentarse.
• Cuando se añade ceniza al suelo, los nutrientes pasan fácilmente al agua, la planta puede disponer de ellos con facilidad y proporcionar resultados rápidos.
• Los nutrientes también provienen del compost. Ellos son como sal dentro de la planta. No se necesita quemarlo. En el compost, los nutrientes pasan lentamente hacia el agua. Los efectos del compost no son tan inmediatos como los de la ceniza, pero contienen la misma cantidad de nutrientes.
• Cuando el kumbo se humedece, se liberan las sales. En la misma forma la ceniza libera la sal. Por lo tanto, la ceniza se puede colocar en el jardín mientras todavía está seca.
• En la misma forma en que la ceniza se lava para obtener sal, el suelo puede ser lavado por inundaciones o lluvias fuertes. Cuando esto sucede, se pierde la sal (por filtración).
El kumbo proporciona un instrumento útil para aprender sobre los nutrientes. Sólo cuando las familias comprendan los procesos básicos que tienen lugar en el suelo pondrán interés en el manejo cuidadoso de éste. Este es un ejemplo específico de cómo el conocimiento indígena tradicional puede ser usado algunas veces en formas poco usuales o inesperadas. Este es sólo un ejemplo, otros requieren ser investigados. El entendimiento de las familias campesinas de las características ecológicas de las áreas marginales es un elemento esencial para su supervivencia, porque los únicos recursos disponibles son el suelo y los arbustos. Como hemos visto, los moru tienen un entendimiento detallado y racional de su medio ambiente y esto de por sí es una base sólida para introducir nuevas enseñanzas.
Roger W. Sharland, REAP, Box 76584, Nairobi, Kenya.
* Chayamarit, K. 1993. Cleome gynandra L. In: Siemonsma, J.S. & Kasem Piluk (editors). Plant Resources of South-East Asia; No. 8. Vegetables. Pudoc, Scientific Publishers,Wageningen, Holanda. Pp. 148-150, figura p. 149.