Mientras que la gente del campo siempre ha sabido que se necesitan los cinco dedos para tener una mano completa, a pesar de las diferencias en forma y tamaño, a los profesionales en agricultura les ha tomado algún tiempo comprender este simple hecho.
Foto: Robert Yakuba Abayom, agricultor de Muteesa, Ghana del Norte, explica cómo entiende el mapa de otra aldea
En 1992, una misión del Banco Mundial para Ghana propuso la implementación de un Sistema Unificado de Extensión (UES, por sus siglas en inglés). Éste prescribía la unificación de todos los servidos de extensión agrícola, y que la extensión a los agricultores se canalizara a través de un funcionario de campo – ‘Equipo delantero’ (`Frontline Staff) (MOFA, Informe del Ministerio de Alimentos y Agricultura, 1993), coincidiendo con una propuesta del Banco Mundial de racionalizar el número de empleados que se encontraban en la planilla del gobierno. De allí que un funcionario «delantero» tendría que ser capaz de abarcar una amplia gama de actividades, cubrir un área geográfica más amplia como resultado del reducido número del personal de campo, y servir a una clientela mucho mayor de agricultores, con un presupuesto más restringido. Los Programas de Ajuste Estructural también requerían el recorte de los presupuestos de investigación, especialmente en lo relativo a la movilidad y al trabajo de campo, y alentar más las pruebas en finca y las tecnologías generadas por los agricultores (Hardter, 1989).
Hasta este período, sólo han habido vínculos débiles entre las ONG, la investigación y los servidos gubernamentales. En donde éstos existían, se trataba más de una relación unilateral ‘relacionada con el suministro de provisiones’: las ONG ofrecían los descubrimientos de las investigaciones a los agricultores, sin ninguna oportunidad para la retroalimentación de manera que se pudiera reorientar la investigación. Entre los servicios de extensión y las ONG existía una rivalidad latente o una competencia desleal, y los mecanismos para el diálogo entre ellos no eran funcionales. Todos estos actores veían a los agricultores como meros receptores de sus innovaciones o algún tipo de bola de vidrio experimental. La habilidad para innovar, para enseñar a otros y para difundir las innovaciones fue interpretada como una prerrogativa del Gobierno y de las ONG, y no el trabajo de los agricultores.
Extensión
El surgimiento de los UES permitió que, en las reuniones mensuales de planificación del MFA en la región norte, se observe que las ONG se involucraban cada vez más. Éstas eran capaces de incorporar planes en el plan regional y/o identificar las áreas del plan regional que podrían implementar. Con el fin de garantizar la ejecución uniforme de las actividades, el personal de las ONG fue capacitado junto con el personal del gobierno en talleres conjuntos. Incluso se pidió a las ONG que ayudaran al equipo «delantero» en la logística de los viajes para permitirles alcanzar de esta manera una cobertura razonable. Los informes anuales del MOFA tenían una sección sobre las actividades de campo de las ONG. Este vínculo era aún más fuerte a nivel distrital. Por ejemplo, en el área de Yendi, de 326 criadores de bueyes, 126 fueron capacitados por el Programa Agrícola Arquidiocesano de Tamale (TAAP, por sus siglas en inglés) y 200 por el personal del gobierno. TAAP proporcionó capacitación para todos los grupos. Seis grupos de agricultores del TAAP especializados en salud del ganado recibieron del agente del gobierno asistencia de consultoría en salud.
Investigación
Los investigadores también formaban parte de las reuniones de planificación antes mencionadas y establecían vínculos adicionales con las ONG para sus propias agendas separadas. Por primera vez las ONG estuvieron representadas en el Consejo de Investigación del Instituto de Investigación Agrícola de Savanna (SARI, por sus siglas en inglés). Los investigadores también organizaron ‘días abiertos’ para otros actores, pero especialmente para las ONG, para mostrarles lo que estaban haciendo y recibir sugerencias sobre cómo podrían promover su trabajo. Los investigadores se volvieron más activos en la organización de talleres para las ONG, en los que se abordarían aspectos relevantes para un protocolo de investigación sin tropiezos. Se organizaron talleres quincenales a nivel de las aldeas para brindarles respaldo. Durante un período de cultivo de 4 meses, se organizaron 8 reuniones. A cambio, se pidió a las ONG que planificaran y monitorearan algunas de las pruebas de campo, probaran algunas de las tecnologías antes de que se concluyeran e identificaran y organizaran a los agricultores para los experimentos. En la investigación, las ONG tenían un papel crucial en la recopilación de información. Los investigadores solicitaron a las ONG que administraran sus cuestionarios y condujeran varias formas de encuestas para ellos.
Las ONG
De repente las ONG despertaron y se encontraron construyendo y manteniendo relaciones multilineales con varias instituciones, así como participando en las agendas de otros actores y en las suyas propias. La tradicional ‘pequeña área de operación de las ONG se extendió fuera de toda proporción, y las metodologías tuvieron que ser desarrolladas para satisfacer las nuevas demandas si se deseaba que siguieran siendo efectivas. Los papeles y las relaciones con los campesinos tuvieron que ser redefinidas, y se vio a la extensión campesino-campesino como un instrumento posible y efectivo. Se identificó y capacitó a los campesinos para ofrecer este servicio. Para algunas tecnologías, se identificó a personas claves del medio rural. Se observó que con algo de capacitación, guía y ayuda en la planificación de parcelas experimentales, los agricultores podían recolectar datos. Cuatro ONG ayudaron a los campesinos a recolectar datos para los investigadores del SARI, y esta habilidad ha permanecido entre ellos desde entonces, aunque no haya sido más desarrollada. Tomó la forma de un formato diseñado para ser llenado por los campesinos. Las ONG tuvieron que reorganizar sus comités de trabajo y revisar los talleres para que incluyeran a los campesinos. En el TAAP los campesinos nos dieron sesiones de capacitación, por ejemplo, en el uso de accesorios en el adiestramiento de bueyes. Tenemos planes para encuestar, identificar y documentar a la gente del medio rural con el fin de formar un ‘Registro de personas de recursos tradicionales/nativos’. Cuando esto se haya hecho, utilizaremos el registro para vincular a la gente y a las instituciones que necesiten dichos servicios con personas de recursos rurales importantes (Millar, 1996). Hasta ahora, hemos expropiado sus conocimientos y habilidades.
No hemos llegado lejos en el diagnóstico de cómo están realizándose estos vínculos. Pero con un cambio de los ‘campesinos hacia el centro’, las maneras tradicionales de determinar los vínculos organizacionales tienen que ser modificados por los mecanismos de los campesinos para establecer vínculos y mantenerlos. Esto requiere monitoreo, desarrollo y registro de información conscientes.
David Millar
TAAP
P.O. Box 42, Tamale N.R., Ghana
Referencias
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Hardter, R. 1989. Utilisation of Nitrogen and Phospheroys by Intercropping and Sole Cropping Systems (Utilización del nitrógeno y del fósforo en los sistemas de cultivo alterno y único) Nyankpala Agriculture Experimental Station Research Report n 5 (Informe de Investigación n 5 de la Estación Experimental Agrícola de Nyankpala).
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Millar, D. 1996. Proposal for Cosmovision Research – A CECIK Programme (Propuesta para la investigación de la cosmovisión – Programa del CECIK) (no publicado).
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MOFA, Medium Term Agricultural Development Programme 1991-2000 – An Agenda for Sustalnable Agricultural Growth and Development (Programa de desarrollo agrícola a mediano plazo 1991-2000 – Agenda para el crecimiento y el desarrollo agrícola sostenible) (no publicado).
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MOFA 1993, Summary of the Wlnneba Orlentatlon Workshop on National Agricultural Extenslon Project (NAEP) (Resumen del Taller de Orientación de Winneba sobre el Proyecto de Extensión Agrícola) (no publicado).