marzo 2018, volumen 34, número 1
Manejo ecológico de plagas

Manejo ecológico de plagas en cultivares tradicionales de tomates negros segureños en el norte de Granada, España

JOSÉ MIGUEL ROMERO MOLINA, CÉSAR DE LA CRUZ ABARCA, JOSÉ MANUEL ROMERO CARAYOL | Página 9-13
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Partiendo de la necesidad de implementar el manejo ecológico de plagas para sustituir la dependencia de insumos químicos, aun cuando esta se plantee como “racional”, los autores destacan los componentes ecológicos existentes ancestralmente en las prácticas de los agricultores campesinos y familiares tradicionales, en este caso, de una de las zonas más pobres de Andalucía, España.

Tomate y asociados. Autores

Los agrosistemas campesinos y de agricultura familiar tradicional son altamente complejos y en ellos las variedades tradicionales o locales de cultivos tienen un rol muy importante para su sostenibilidad. Dichas variedades proceden de un largo proceso de selección a través del cual, a lo largo de muchas generaciones, los campesinos han ido eligiendo y conservando las mejores variedades de acuerdo a sus necesidades, hábitos y gustos. Aunque procedieran de ancestros comunes, estas variedades se han ido diferenciando de zona en zona e incluso de familia en familia. En el caso de España, estos cultivos locales se han desarrollado y diferenciado tradicionalmente en zonas o territorios bastante concretos y frecuentemente con cierto aislamiento geográfico. Por tanto, las características ambientales particulares del territorio en el que se han ido reproduciendo año tras año, han tenido gran influencia en este doble proceso –ambiental y antrópico– de selección vegetal y por extensión, en sus características actuales (Soriano y otros, 1998; Egea Sánchez, 2010).

Puesto que tanto las condiciones ambientales como la fauna ligada a los cultivos son cambiantes, especialmente en la actualidad con los problemas del cambio climático y la incidencia de “nuevas plagas” de origen foráneo, cobra especial importancia la continuación de la selección y conservación “viva” (in situ) de variedades locales, de forma que no se interrumpa este proceso adaptativo de coevolución (Vara-Sánchez y otro, 2013), que contribuye a la resiliencia de los cultivos y del agroecosistema (Nicholls y otros, 2013). Asimismo, las condiciones sociales en las que crecieron y se desarrollaron estas variedades locales han cambiado con el éxodo rural y la falta de relevo generacional. De ahí la importancia de evaluar cómo se adaptan estas variedades tradicionales a nuevas situaciones agroecológicas, ambientales y sociales, incluyendo el mercado.

Metodología

La experiencia que aquí se presenta es parte de una tesis de maestría en Agroecología y Desarrollo Rural Sostenible de la Universidad Internacional de Andalucía. Se inició con la recolección de variedades locales de tomate en el entorno de Sierra de Segura, por tratarse de un lugar con un histórico aislamiento geográfico y peculiares características ambientales y sociales que han contribuido a conservar parte de la biodiversidad agrícola y la cultura rural tradicional. Para la investigación se consideraron 16 variedades (ver recuadro) que se instalaron en una parcela experimental de la finca Los Morales de la Diputación de Granada, en la comarca de Huéscar, una de las zonas más pobres de Andalucía. Todas las variedades siguieron un manejo agronómico similar que, para efectos de esta publicación, estructuramos siguiendo lo planteado por De la Cruz (2005) para el MEP: a) resistencia fisiológica y manejo del estrés (agronómico y ambiental); b) mecanismos de regulación del sistema agroecológico, y c) control directo.

El cultivo se desarrolló en umbráculos dotados de sistema riego localizado por goteo. Fueron cultivos “de verano”, principalmente orientados a la multiplicación de semillas de variedades locales tradicionales afectadas por erosión genética, así como a su ensayo y evaluación. Se llevó a cabo un manejo agroecológico que puede ser mejorado progresivamente.

Los parámetros que pueden ser de mayor interés para el agricultor son: resistencia a plagas, enfermedades y afecciones fisiológicas; supervivencia de plántulas, productividad, precocidad, y concentración de azúcares en fruto como indicativo de sabor. Se presentan ocho datos de las 16 muestras empleadas (tabla 1), seleccionadas por considerarlas más representativas o por ofrecer datos más relevantes.

Resistencia fisiológica y manejo del estrés (agronómico y ambiental)

Para que una planta funcione eficientemente y sea menos propensa al ataque de las plagas (Chaboussou, 1999) es muy importante un manejo agronómico eficiente para reducir lo más posible el estrés así como la selección adecuada de variedades adaptadas a las condiciones edafoclimáticas y el diseño de un agrosistema resiliente ante factores climáticos adversos (De la Cruz, 2005). Conocer la edad de la planta y la etapa en la que se encuentra (brotación, floración, fructificación, etc.) es importante porque en las plantas suceden cambios internos que las pueden hacer propensas a ser afectadas por determinadas plagas y enfermedades. El uso de materia orgánica y un manejo de suelo que promueva la fertilidad natural son muy importantes para la nutrición de las plantas y su adecuado funcionamiento.

En nuestra investigación todas las variedades tradicionales provenían de diferentes zonas con el propósito de evaluar sus respuestas a un medio diferente. Por disponibilidad de espacio y control de la investigación, todas las variedades fueron puestas en un umbráculo que reducía el impacto directo del calor y el sol sobre las plantas (deshidratación), ya que durante el verano la temperatura puede alcanzar los 40° C. Para evitar el estrés hídrico se realizó un plan de riego por goteo para cada etapa del cultivo. Las plantas se regaron al ponerlas y a las 48 y 72 horas. A partir de este momento, en los estadios iniciales del cultivo se hicieron riegos semanales, luego se fue aumentando la frecuencia hasta establecer un patrón de tres riegos semanales de dos horas de duración.

Para asegurar la fertilidad del suelo realizamos un abonado de fondo aprovechando la ganadería propia del lugar. Como práctica habitual, al finalizar el ciclo del cultivo se introducen ovejas en las parcelas para que se alimenten con los restos de cosecha y con las adventicias, limpien el espacio y sus deyecciones aporten materia orgánica al suelo.

Para el manejo del estrés por posible competencia con las adventicias, en las primeras etapas del cultivo se realizó el deshierbe mecánico, manual o con desbrozadora, como tarea casi diaria. Cuando las plantas tuvieron porte suficiente, el control de hierbas se redujo puesto que la vegetación adventicia ya no proliferaba tanto y ya no suponía gran competencia con nuestro cultivo, que ya era dominante.

Mecanismos de regulación del sistema agroecológico

Hemos presentado cómo reducir el estrés agronómico y ambiental en las plantas, de tal forma que funcionen eficientemente y sean menos propensas al ataque de plagas. Ahora trataremos sobre cómo el diseño del agroecosistema y el manejo de la biodiversidad, potencian los mecanismos de regulación del sistema. Existen múltiples posibilidades, como la asociación de plantas para repeler a los fitófagos o para atraer enemigos naturales de las plagas, ubicación de setos en las lindes de las parcelas, incremento de los organismos del suelo (artrópodos, hongos, bacterias, etc.) por el abonamiento con materia orgánica o uso del acolchado (mulching), la ubicación de nidos o estacas para que las aves insectívoras y los roedores estén presentes en el campo, la orientación de los cultivos para generar microclimas menos favorables a las enfermedades, etc. No hay una acción directa del hombre sobre las plagas: es el agroecosistema el que actúa.

En la parcela de nuestra investigación empleamos asociaciones encaminadas principalmente a reducir las posibilidades de polinización cruzada entre tomates –algo poco probable– pero que sirvieron también para incrementar la biodiversidad y aprovechar su efecto en cuanto a la regulación de las plagas. Se colocó una línea de habichuela (Phaseolus vulgaris o Vigna unguiculata; frijol) entre dos líneas de variedades tradicionales de tomate y también algunos golpes de maíz.

Los setos se pusieron en torno al umbráculo donde se cultivaban los tomates. Ubicado contiguamente había un cultivo de aromáticas (ThymusLavandula, Rosmarinus, Salvia) y un seto de rosáceas (Prunus, Berberis, Crataegus, etc.). En esta zona se observó gran abundancia de polinizadores en la época de floración y otros artrópodos, algunos de ellos controladores de plagas.


Para favorecer la biodiversidad no se eliminaron las adventicias dentro del umbráculo y en los lugares donde no afectaban al cultivo. Se observó la colonización de estas plantas por fauna auxiliar enemiga natural de las plagas: arácnidos como la araña lobo (Lycosidae) o la araña tigre (Argiope bruennichi), en cuyas telas resultaba frecuente observar la caída de insectos fitófagos como los saltamontes (Orthopterae) en sus fases inmaduras (ninfas). Entre los insectos cabe destacar la presencia de algunos benéficos como avispitas parasitoides (Hymenoptera), mariquitas (Coccinelidae), cantáridos (Coleoptera), crisopa (Chrisoperla carnea), etc.

Medidas de control directo

La resistencia fisiológica-manejo del estrés y los mecanismos de regulación del sistema tienen carácter preventivo. Es posible que los agroecosistemas maduros, estables y bien manejados no tengan problemas de plagas. Sin embargo, pueden surgir ocasiones en que las dos formas preventivas de regulación de las plagas no sean eficientes. Es bajo estas circunstancias que se emplean medidas de control directo, es decir técnicas de carácter curativo. En el caso del manejo ecológico de plagas se puede usar una serie de insumos de origen natural o técnicas físico-mecánicas de control, entre otros.

En nuestra investigación se usaron insumos autorizados en la producción ecológica tales como azufre en polvo, tierra de diatomeas, Bacillus thuringiensis var. Kurstaki, aceite de nim (Azadirachta indica, A. Juss; repelente-insecticida) y sulfato de cobre (fungicida). El tratamiento más usado fue la mezcla de azufre en polvo (50%), tierra de diatomeas (45%) y Bacillus (5%). Este tratamiento buscó varios efectos, principalmente: acaricida-fungicida (azufre), fortalecimiento de plantas e insecticida (diatomeas) y larvicida de lepidópteros como Helicoverpa, Tuta, Heliothis, entre otros (tabla 2).

En la investigación se han realizado nueve aplicaciones en total de productos permitidos en agricultura ecológica. Esto difiere con el cultivo convencional de tomate que se maneja con aplicaciones calendarizadas de diversos pesticidas químicos, haya o no presencia de plagas, y donde se puede llegar a 30 aplicaciones por campaña, como sucede en Chiapas, México (Ruiz Nájera y otros, 2011). En el caso de Europa, un estudio señala que en España la papa y el tomate son los cultivos con mayor porcentaje de muestras que superan los límites máximos de residuos permitidos.

En la tabla 3 se presenta el resumen de varios parámetros observados que acompañan a los datos y referencias respecto a las plagas y fisiopatías.

Las plagas (artrópodos y enfermedades) y fisiopatías que estuvieron presentes en las etapas del cultivo fueron las siguientes:

a) Estados iniciales. Plántulas y plantas jóvenes: insectos cortadores, fitófagos
En cuanto a la supervivencia de plántulas, se disponen en líneas de 7 metros de longitud; las semillas se siembran a “golpes” distanciados por 40 cm por lo que podría haber hasta 17 plantas por línea; como vemos, en el mejor de los casos hay 11. Puesto que se ha realizado siembra directa, son muchos los factores que pueden influir en la supervivencia de las plantas, desde insectos que se llevan la semilla (hormigas) a insectos cortadores u otros depredadores (saltamontes, coleópteros, etc.) además de otras posibles causas. La competencia con las adventicias también es un factor de riesgo para las plántulas. Se usan algunas trampas adhesivas (cromáticas) para identificar insectos y para proteger algunas plántulas de los cultivares con mayor afección. El método más común de establecer el cultivo es la plantación, no la siembra directa; en ese caso, la supervivencia suele ser mucho mayor, siendo muy pocas las plantas que se pierden.

b) Plagas enfermedades y fisiopatías en cultivo ya implantado: plantas con cierto porte a partir del inicio de floración
En este estado de desarrollo los daños por fitófagos y la competencia con plantas adventicias ya no son tan importantes (tablas 4 y 5). Se observa que las distintas afecciones no causan los mismos efectos en todos los cultivares. Eso es muy interesante desde el punto de vista agronómico. Los agricultores valoran cultivares resistentes, por lo que es frecuente que estos presenten ciertas resistencias a plagas, enfermedades, fríos, sequías, etc., de acuerdo a las zonas donde se han ido seleccionando.

Para valorar el grado de afección de un cultivar por parte de una plaga, enfermedad o fisiopatía, se estableció una escala para el grado de afección (GA) y el grado de resistencia (GR) (tabla 6). Según lo expuesto, las diferentes variedades han mostrado los GA que se muestran en la tabla 7; además se expresa un índice general que engloba la afección a todas las plagas y fisiopatías que fueron medianamente importantes.

En general se puede observar que el manejo del estrés agronómico y ambiental y las medidas de regulación del sistema evitaron grandes problemas (GA 1 y 2); se llegó hasta un GA 3. Con el control directo no se llegó al grado máximo (GA 4).

Conclusiones y reflexión

Es importante recordar que un agroecosistema no empieza con el inicio del cultivo y no termina con su final. Va más allá de un ciclo productivo. El manejo realizado anterior a su instalación influye sobre la respuesta del sistema.

En cuanto a las medidas de control directo, en comparación con la agricultura convencional, los tratamientos son pocos y con productos de poco coste permitidos en la agricultura ecológica, pudiéndose reducir con la plantación en almácigo en lugar de la siembra directa empleada. El MEP se presentó como la mejor estrategia en nuestra investigación.

A la vista de los resultados es evidente la heterogeneidad existente en los cultivares locales en cuanto a las diferentes afecciones producidas por distintos agentes (plagas, condiciones de estrés, etc.). Se observa que en las mismas condiciones las plagas, así como las afecciones causadas por estrés y condiciones ambientales, no afectan de igual forma a las diferentes muestras.

Es necesario profundizar en el conocimiento sobre variedades locales ya que, además de producir frutos con buen sabor, algunas presentan buena respuesta ante el ataque de plagas y condiciones de estrés ambiental. Esto resulta especialmente importante de cara a su integración en los agroecosistemas ya que en un contexto de cambio climático y proliferación de “nuevas plagas” determinadas variedades pueden contribuir a la resiliencia del sistema y, mediante el MEP, minimizar (e incluso suprimir) el uso de insumos externos.


José Miguel Romero Molina
Asociación Hortofrutícola de las Vegas Andaluza (HORTOAN)
jromeromolina@hotmail.com

César De la Cruz Abarca
Red Agroecológica de Granada
cdecruza@yahoo.com

José Manuel Romero Carayol
Diputación de Granada
carayol1980@gmail.com

Referencias

  • Alimentaria. 2012. Resultados análisis de residuos de plaguicidas 2012. España y Portugal. http://www.agq.com.es/doc-es/resultados-analisis-residuos-plaguicidas-2012-espana-portugal
  • Altieri, M. 1997. Agroecología. Bases científicas para una agricultura sustentable. Lima: Centro de Investigación, Educación y Desarrollo.
  • Chaboussou, F. 1999. Plantas Doentes Pelo Uso de Agrotóxicos (A Teoría da Trofobiose). Brasil: L y PM.
  • De la Cruz Abarca, C. 2005. Una apuesta para el aprovechamiento de los servicios del agroecosistema: propuesta para el manejo agroecológico de plagas. LEISA revista de agroecología 20(4).
  • Egea Sánchez, J. M. 2010. Biodiversidad agraria, agroecología y desarrollo rural. El caso de Tierra de Íberos y Vegas del Segura (Murcia). Tesis doctoral. Universidad de Murcia.
  • FAO, 2003. World Agriculture: Towards 2015-2030. FAO Perspectiva. Londres: Earthscan Publications.
  • Guzmán, G. I., González de Molina, M., Sevilla Guzmán, E. 2000. Introducción a la agroecología como desarrollo rural sostenible. Mundi-Prensa.
  • Nicholls, C., Ríos, A. y Altieri, M. 2013. Agroecología y resiliencia socioecológica: adaptándose al cambio climático. Red Iberoamericana de Agroecología para el Desarrollo de Sistemas Agrícolas Resilientes al Cambio Climático (REDAGRES).
  • Pérez Consuegra, N. 2004. Manejo ecológico de plagas. La Habana: Centro de Estudios de Desarrollo Agrario y Rural (CEDAR), Universidad Agraria de La Habana.
  • Ruiz Nájera, R., Ruiz Nájera, J., Guzmán G. S. y Pérez, L. E. 2011. Manejo y control de plagas del cultivo de tomate en Cintalapa, Chiapas, México. Revista Internacional de Contaminación Ambiental 27(2). http://www.sc ielo.org.mx/sc ielo.php?scr ipt=sc i_ar t tex t&pi d =S0188-49992011000200004
  • Soriano Niebla, J. J., Guzmán Casado, G. I., García Jiménez, S. F., Figueroa Zapata, M. y Lora González, A. 1998. Recuperación de variedades locales de hortalizas para su cultivo ecológico. En: Una alternativa para el mundo rural del tercer milenio. Cátedra Iberoamericana, Universidad de las Islas Baleares.
  • Vara-Sánchez, I., Cuéllar Padilla, M. 2013. Biodiversidad cultivada: una cuestión de coevolución y transdisciplinariedad. Ecosistemas 22(1):5-9.

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