Cuando se trata de llevar a cabo un proceso de ganadería lechera orgánica y tradicional surgen una serie de diversas dificultades. Para empezar, muchas veces la geografía en la cual los ganaderos deben moverse es muy accidentada y de difícil acceso, por lo que los tiempos y costos de transporte son elevados. El libre pastoreo de las vacas impide que estas estén concentradas en un solo lugar, donde se realice todo el proceso de ordeño. El uso de grandes máquinas de ordeño y refrigeración tampoco es posible debido a limitaciones económicas y porque significa ir en contra a la filosofía tradicional que se busca.
Estos y otros factores tienen un impacto directo en la cantidad de tiempo que transcurre antes de que la leche sea refrigerada. Este tiempo tiene un impacto negativo en la calidad de la leche, sus distintas propiedades alimenticias y la duración de su vida útil. También es perjudicial para pequeños productores independientes que se ven obligados a fabricar queso, que se vende muy por debajo del precio de la leche fresca.
La falta de refrigeración es perjudicial para la integridad y calidad de la leche. Esta sale de las ubres a unos 37 grados centígrados, temperatura que es la ideal para el desarrollo de bacterias. Sin refrigeración la cantidad de bacterias por centímetros cúbicos crece exponencialmente y llegan a cambiar las propiedades fisicoquímicas de la leche, reduciendo sus propiedades nutritivas y alterando su sabor. Vemos que reducir su temperatura hasta 15 grados tiene un gran impacto en el desarrollo de bacterias.
El sistema Alalau está diseñado con la finalidad de ser una cadena de frío que se adapte a las necesidades de empresas o comunidades lecheras en el sector orgánico y rural. Su propósito es garantizar la calidad de la leche desde el ordeño hasta la llegada a la planta de tratamiento. Para lograr esto nos enfocamos en lograr dos objetivos: reducir la temperatura de la leche hasta los 15°C y mantenerla a esa temperatura hasta que sea procesada en planta.
Para reducir la temperatura, el sistema Alalau cuenta con el estuche de neopreno, que cubre en su totalidad el porongo y permite aislarlo del calor ambiental y de los rayos del sol. Los gelpacks, rellenos de gel refrigerante, son colocados dentro del estuche y nos permiten abarcar la mayor superficie del porongo para un enfriamiento uniforme y rápido. Por último, la mochila térmica facilita el transporte de los gelpacks y los mantiene totalmente aislados hasta el momento de ser colocados dentro del estuche. Este proceso nos permite reducir la temperatura de la leche hasta 15 grados en condiciones normales.
Mantenerla a esa temperatura fue otro reto. Para eso diseñamos el cobertor aislante, ligero y portátil, hecho a partir de un material aislante para mantener la temperatura durante el transporte. En caso se necesite se puede adaptar a cualquier camión. Este asegura que la temperatura de la leche, una vez reducida, se mantenga hasta llegar a su destino.
Alalau es el resultado de todo un año de trabajo como proyecto final de los alumnos Santiago Velasquez, Andrés Canchán, Franco La Puente y Elizabeth Albarracin de la carrera de Diseño Industrial en la PUCP. Fue desarrollado gracias al apoyo de la empresa Vacas Felices, una empresa familiar dedicada a la producción orgánica de derivados lácteos. Luego de varios meses de investigación y pruebas en campo se logró llegar a nuestro objetivo planteado: reducir la temperatura de la leche de 37°C hasta los 15°C sin utilizar tecnologías costosas y adaptándonos a la realidad de la ganadería rural orgánica.
Seguimos trabajando con ellos y esperamos poder implementarlo en un futuro cercano. Este proyecto permitirá un impacto positivo en la calidad de la leche y se reflejará en un beneficio económico para el ganadero, la comunidad, la empresa y el consumidor.
Andrés Canchan, Elizabeth Albarracin, Franco La Puente, Santiago Velasquez
https://www.youtube.com/watch?v=VqwgRlxbIAo