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El Programa Evidencias y Lecciones desde América Latina (ELLA por sus siglas en inglés) fue creado para investigar y compartir evidencias y lecciones de América Latina con personas, organizaciones y países de África y Asia del Sur. En la segunda etapa del programa de trabajo, el acuerdo fue tratar de hacer una investigación colaborativa entre un centro africano y un centro latinoamericano. GRADE fue uno de los seis centros latinoamericanos seleccionados, siendo asignado como socio el Instituto Tegemeo de la Universidad de Egerton, de Nairobi, Kenia, un centro de investigación sobre desarrollo rural. Para la investigación comparativa entre Perú y Kenia se eligió el tema “Tenencia de la tierra en sociedades pastoriles”. En este marco, GRADE ha llevado a cabo el estudio The Evolution of Collective Land Tenure Regimes in Pastoralist Societies: Lessons from Andean Countries, realizado por Gerardo Damonte, Manuel Glave, Sandra Rodríguez y Andrea Ramos.

Hato de alpacas cruzando la carretera. Michael Zevallos / ELLA Programme leisa: ¿Por qué se enfocó el estudio en los Altos Andes?

Manuel Glave: Por la búsqueda de derechos colectivos sobre la tierra y porque decidimos aprovechar trabajos previos sobre sociedades pastoriles alpaqueras, hechos en Huancavelica y el sur andino. Ya teníamos una visión sobre lo que era la relación entre comunidad-tierra-pastores y sabíamos que Caylloma (Arequipa) era un caso sui generis porque allí la comunidad campesina brilla por su ausencia.

leisa: ¿A qué se debería la inexistencia de comunidades?

GM: La historia agraria de Arequipa es compleja. En la provincia de Caylloma hay tierras de dos o tres comunidades y el resto son propiedad privada de viejas haciendas que no fueron afectadas por la Reforma Agraria. El 80 % de las tierras alpaqueras de Caylloma, son privadas. Sin embargo hay todo un discurso sobre el concepto de condominio, que aún no he descubierto si es un término endógenamente construido por los pastores locales –quienes hablan de condominio– o si es un término forastero, introducido por los técnicos en los años 80. Sea como fuere, el término calza a la perfección y ahí fue que con el equipo de investigación concordamos en que antes del derecho de propiedad son los derechos de acceso a la tierra y, en este caso, derechos de acceso a los pastos, que van más allá de los derechos de propiedad frente a la ley.

34 leisa32.4 Manuel Glave Testino Doctor en Economía por la Universidad de Illinois en Urbana- Champaign. Investigador principal de GRADE, especialista en desarrollo rural, economía ambiental y recursos naturales, y análisis de la política pública agraria y ambiental. Es profesor principal del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Entre sus principales investigaciones destacan las realizadas sobre sistemas de producción campesinos en ecosistemas de montaña, valoración económica de la diversidad biológica y los servicios ambientales, y el análisis institucional de los nuevos instrumentos de gestión territorial. Michael Zevallos / ELLA Programme Vicuñas. Michael Zevallos / ELLA Programme

leisa: ¿Cómo definen esa comunidad?

MG: Hay diferentes variantes, eso es lo que presentamos en el artículo, diferentes tipos de acción colectiva. Hay incluso condominios en comunidades que son grupos de parentesco dentro de la comunidad. El parentesco es el elemento central de articulación de la acción colectiva y ahí hay un factor común en el planeta tierra; sin embargo, una cosa es un condominio de familia extensa dentro de una comunidad, otra cosa es un condominio de familia extensa de propiedad privada y otra cosa es un condominio de padre e hijo por presión demográfica sobre las pasturas. De ahí es que surge el interrogante sobre cuáles son los factores que expulsan a la mano de obra, los factores de largo plazo que presionan, notando, al mismo tiempo, que los alpaqueros tienen muchas características comunes con cualquier otra sociedad pastoril y ahí es que se habla de “pastoralismo”.

La característica principal del pastoralismo es la movilidad, de animales, de familias y comunidades, donde la noción de propiedad se suma porque necesitan una gran extensión de pastos. La movilidad se da no porque sea un modo de vida, […] sino porque no hay otro uso alternativo que genere más sostenibilidad y una renta en el largo plazo que el uso pastoril. Los pastores se ubican en tierras marginales de muy baja productividad, donde prácticamente no hay otra alternativa de uso. En África, el riesgo para el pastoralismo, según decían mis colegas keniatas, es la expansión urbana. Ellos tienen sociedades pastoriles muy cerca de Nairobi y otras ciudades. Para nosotros el problema es más bien la minería y proyectos como Majes-Siguas II cuya represa se hace en bofedales utilizados por pastores.

Respecto a los hallazgos de la investigación de Caylloma podemos decir que encontramos tres cosas importantes. La primera cuestión es que tanto la Reforma Agraria (1970) como la liberalización (1990) son los dos puntos de quiebre. Son los dos cambios estructurales en los regímenes de tenencia de tierra que tuvieron efectos sobre la sostenibilidad del pastoralismo en Caylloma. Esto es así porque la Reforma Agraria tuvo un efecto reducido ya que habían tres o cuatro haciendas y algunas de ellas pequeñas, por lo que fueron muy pocas las haciendas afectadas. Con la Reforma Agraria nace esta dinámica del condominio: una forma de acción colectiva de clase alta o de clase baja que implica reglas de acceso a un patrimonio. El segundo punto son las reformas de los 90 que no han tenido el efecto que los liberales hubieran querido, aunque son una fuerza que empuja a la titulación individual.

Otro de los hallazgos importantes es la expulsión de la mano de obra, principalmente joven, del espacio pastoril. Por eso, lo que hay son estos fenómenos del condominio en los que, por ejemplo, uno de los hermanos se queda a trabajar el condominio de los padres, y el otro se va a Arequipa, ya no es pastor, sino comerciante, ferretero o albañil en Arequipa pero no deja de tener un pie en la sociedad pastoril. Tiene su propio ganado, pero lo maneja el hermano que se quedó en el campo, y la tierra es de los padres. El hermano que migró a la ciudad no tiene derechos de propiedad sobre la tierra pero tiene derechos de acceso al usufructo del ganado.

leisa: Generalmente los profesionales de la agricultura y la ganadería opinan que los pastos naturales en las zonas altoandinas están degradados o en proceso de degradación.

MG: Lamentablemente, no hay líneas de base que muestren que la capacidad de carga por hectárea se ha ido reduciendo. DESCO tiene algunos datos puntuales pero no existe información de la provincia de Caylloma en los últimos veinte años. Las principales amenazas a la sostenibilidad del sistema productivo son en parte la presión demográfica, en parte la presión comercial pero también hay un problema de estrés hídrico.

leisa: ¿Han verificado que existe presión demográfica a pesar de que los jóvenes se están yendo?

MG: Sí, ¡claro! Las fincas antes eran de 500 a 600 hectáreas. Ahora son de 200 a 300 y no les alcanza. La población ha crecido.

leisa: En términos del impacto de la forma de tenencia sobre el estado de las praderas, ¿todos estos sistemas de acceso (sistemas comunales, de propiedad privada) son iguales?

MG: Con la información que tenemos no podemos mostrar que, por ejemplo, en las comunidades haya praderas de me¬jor calidad que en las zonas de propiedad privada. Lo que sí mostramos en el estudio es la sostenibilidad institucional en el manejo, y en la discusión hacemos referencia a la existencia de sobrepastoreo y estrés hídrico.

leisa: ¿Cuál sería el tercer punto importante?

MG: Y el tercer punto es que los pastores enfrentan una situación en la que el gobierno central no existe, el gobierno regional no llega y los gobiernos locales, en algunos casos, funcionan más o menos como plataformas de cooperativización de la comercialización pero nadie llega a la finca.

En el contexto del Programa ELLA, organizamos un viaje de estudio de ocho días con 10 colegas africanos. En Lima, estuvimos en la Dirección General de Ganadería, con el director y su equipo técnico; ahí nos dimos cuenta que para ellos la noción de pastoralismo es desconocida. Contemplan la promoción del mejoramiento genético, infraestructuras de riego mejorado, tecnificado y la comercialización. Es un enfoque productivista que ve el ganado como un commodity.

leisa: Entonces ¿cómo diseñas políticas para promover pastoralismo o por lo menos para proteger o sostener pastoralismo?

MG: Quien llega a la finca son pequeños proyectos de desarrollo (como el del equipo de DESCO Sur), que promueve técnicas de pequeños reservorios y canales que amplían el bofedal, y otras técnicas que son apreciadas por los ganaderos. Yo no estoy en desacuerdo con la promoción de infraestructura hidráulica y con la “bofedalización” de las pasturas, pero no hay que perder de vista el tema de fondo, porque se puede tener bofedales e infraestructura al servicio de la productividad pero, fundamentalmente, se tiene que mantener el sistema pastoril que puede entrar en competencia con un proceso de intensificación del uso de la tierra.

leisa: ¿Y respecto a la viabilidad? La viabilidad económica y social de los pastores ¿es posible?

MG: Mientras no haya usos alternativos del espacio con una renta mayor, yo tengo la hipótesis de que el pastoralismo y los criadores de alpaca no van a desaparecer. Entonces, para mí, la principal restricción que van a enfrentar los criadores de alpaca en los próximos cuarenta o cincuenta años es el estrés hídrico.

Yo no sé si es cambio climático o variabilidad climática, pero el criador de alpaca está ante una coyuntura de sequía prolongada […] A pesar de todos los factores que atentan contra ella, la forma de condominio, es decir la acción colectiva en el acceso a las pasturas muestra una enorme resiliencia y se recrea, se reproduce y continúa y lo que tiene que enfrentar es el estrés hídrico.

Ahí entran organizaciones como DESCO, quienes están mostrando que con pocos recursos se pueden hacer obras para mejorar tanto la condición de las pasturas como la calidad del emparejamiento, como lo demuestran en su centro de capacitación, donde llevan a los pastores, y no el Estado peruano, que debería tener presencia en todas las provincias alpaqueras. Pero el día que se establezca el discurso de los servicios ecosistémicos habrá oportunidades de negocios para quienes tengan pasturas. Entonces serán los privados quienes vengan a financiar a los alpaqueros, no el Estado, pero todavía no llega ese momento.

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