septiembre 2016, Volumen 32, Número 3
La medición del impacto de la agroecología

Vamos a crecer: el proyecto Haku Wiñay-Noa Jayatai

ANA TUMI, TEOBALDO PINZÁS | Página 37-39
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En 2012, en el marco de la Estrategia Nacional de Desarrollo e Inclusión Social “Incluir para Crecer”, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social del Perú (MIDIS), el Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (FONCODES) inició la ejecución de un Proyecto Piloto de Acción Articulada con el programa Juntos, en los distritos de Vinchos y Chuschi, en el departamento de Ayacucho, con 927 participantes y una duración de dos años, financiado con recursos propios. Más tarde, el mismo año, se lanzó el proyecto Mi Chacra Emprendedora Haku Wiñay, en 31 centros poblados de nueve distritos de Huancavelica (Acoria y Yuli), Huánuco (Molino, Chuquis y Marias), Apurímac (Gamarra y San Antonio de Cachi) y Ayacucho (Hualla y Cayara), con un total de 3 262 familias participantes. El nombre que se dio al proyecto fue Haku Wiñay-Noa Jayatai (HW/NJ), que en quechua y shipibo respectivamente, se traduce como “Vamos a crecer”.

 

HW/NJ se convirtió en poco tiempo en una intervención de gran envergadura, cuyos objetivos y logros gozan de amplio reconocimiento por su escala (59 574 hogares participantes en centros poblados de distritos de extrema pobreza en 2014; más del doble en la actualidad), por el contenido de sus propuestas (orientadas a la provisión de activos productivos familiares y al apoyo al emprendimiento) y por el desarrollo de capital social y de articulación entre programas sociales que ha impulsado desde su inicio.

El objetivo general del proyecto es desarrollar capacidades productivas y de emprendimientos rurales, que contribuyan a la generación y diversificación de ingresos, así como a la mejora del acceso a la seguridad alimentaria de los hogares participantes, mejorando las capacidades técnicas, dotando de activos productivos, fortaleciendo el capital humano y el capital social. En 2014 HW/NJ fue reconocido con el Premio a las Buenas Prácticas en Gestión Pública 2014 en la categoría de Inclusión Social, otorgado por la organización Ciudadanos al Día, con el respaldo de la Defensoría del Pueblo, la Universidad del Pacífico y el Grupo El Comercio.

El proyecto HW/NJ se ubica dentro de los ejes estratégicos de la Estrategia de Inclusión y Desarrollo Social (EIDS) del MIDIS y está dirigido a impulsar el desarrollo del ingreso autónomo de hogares en situación de pobreza y de pobreza extrema, en centros poblados seleccionados. En ese marco institucional y de políticas, el proyecto HW/NJ iniciado en 2012 constó de cuatro componentes: fortalecimiento y consolidación de sistemas de producción familiar, mejora de la vivienda saludable, promoción de negocios rurales inclusivos y fortalecimiento de capacidades financieras. Cada componente, a su vez, incluyó un conjunto de tecnologías sencillas e innovadoras, susceptibles de ser incorporadas sin mayor complejidad en los medios de vida de las familias seleccionadas –y por tanto replicables–, así como el acceso, mediante fondos concursables, a activos físicos y monetarios necesarios para la implementación de las tecnologías o los emprendimientos que se buscaba apoyar.

La realización a escala mayor de esta propuesta demandó la definición de un sistema para entregar la capacitación y la asesoría técnica al proceso de implementación de las tecnologías y aplicación de las innovaciones. Con este propósito y sobre la base de experiencias exitosas de organizaciones de la sociedad civil, se recurrió al concepto del yachachiq (del quechua para campesinos líderes tecnológicos que saben y enseñan). FONCODES incorporó y, cuando fue necesario, adiestró a centenares de yachachiq que proporcionaron a las familias la asesoría que requerían. Paralelamente, en cada Unidad Territorial (UT) del Fondo se organizaron equipos técnicos de apoyo y seguimiento.

En lo concerniente a la gestión misma del programa, específicamente la gestión financiera a nivel de centro poblado y de provincia, se definieron Núcleos Ejecutores (NE) y Núcleos Ejecutores Centrales (NEC) –conjunto de NE formado por los representantes de cada uno de ellos– y se estableció la posición de coordinador técnico, que funcionaba como articulador entre los NEC y los técnicos de la UT correspondiente.

El componente 1, de apoyo a los sistemas de producción familiar, incluye el establecimiento de sistemas artesanales de riego, junto con áreas pequeñas de pastos cultivados para la crianza de cuyes; biohuertos y fitotoldos para el cultivo de hortalizas; cultivo mejorado de productos andinos y, en la selva, de pastos asociados; producción de compost y abonos orgánicos, y plantaciones forestales. La sistematización de la experiencia del proyecto HW/NJ ha permitido verificar que ha mejorado el manejo tecnológico que las familias tienen de los cultivos y crianzas, logrando así una mejor producción y un mayor abastecimiento de alimentos, mejorando su consumo y disponiendo de excedentes comercializables como una nueva estrategia de generación de ingresos. Las tecnologías relacionadas con la trilogía “riego tecnificado-pastos mejorados-crianza de cuyes en galpones” ha calado en los participantes por los resultados positivos obtenidos para el autoconsumo y la venta. También se ha consolidado la seguridad alimentaria familiar debido a la diversidad de productos agropecuarios de los que ahora disponen en la chacra. Todo esto mejora la calidad de la alimentación y contribuye a disminuir la desnutrición infantil.

En Mejora de la Vivienda Saludable, las tecnologías utilizadas (cocinas mejoradas, agua segura, adecuación de ambientes y manejo de residuos sólidos) han logrado mejoras en la salud de los participantes y en el cuidado del medio ambiente. La metodología para fomentar la aplicación de tecnologías para la vivienda se basó en concursos en los que se entregaron premios orientados a mejorar sus condiciones. Esto ha tenido efectos positivos en los participantes, promoviendo una mayor participación e involucramiento en las actividades del componente.

En la Promoción de Negocios Rurales Inclusivos, las actividades que desarrollan los integrantes de los grupos de interés les están generando ingresos. Es el caso, por ejemplo, de grupos de negocios de crianza de cuyes, apicultura, heladería, confección de prendas de vestir, bordado de batas, entre otros. En los grupos de negocios rurales inclusivos se ha generado en muchos casos una dinámica familiar positiva de apoyo mutuo; el aumento de sus ingresos contribuye a la mejora socioeconómica de las familias. Estos ingresos se invierten principalmente en educación, alimentación y salud.

En el Fomento de Capacidades Financieras, se han desarrollado capacitaciones sobre los puntos clave básicos para incorporar a los productores al ahorro mediante sistemas modernos conectados con entidades bancarias. Si bien el porcentaje de participantes que ha logrado ahorrar es aún reducido, muchos de ellos valoran la importancia de hacerlo y están dispuestos a ahorrar a medida que generen liquidez económica por su actividad productiva.

Algunas lecciones de la experiencia de Haku Wiñay-Noa Jayatai

Los recursos requeridos

Para una gestión eficiente de proyectos que abarquen zonas amplias y dispersas se debe contar con los recursos humanos y financieros que aseguren una apropiada implementación y seguimiento de las actividades. Los planes deben considerar un adecuado presupuesto para la supervisión y para visitas, acorde a las características de las zonas de trabajo (en este caso sierra y selva) de manera que el equipo de campo perciba el respaldo de sus superiores y esto sea a la vez un impulso para el desarrollo de las actividades.

El recurso humano formado para acompañamiento y asistencia técnica dentro de un proyecto es parte del capital social que debe ser valorado como una de las principales inversiones del proyecto. Este es el caso de los yachachiq, las personas que tienen el contacto directo con los participantes y de cuya preparación técnica y cualidades personales depende gran parte del éxito del proyecto.

Transparencia y participación local

La intervención de los actores locales en proyectos de desarrollo rural es imprescindible para la gestión y el control adecuados, así como para asegurar la continuidad y sostenibilidad de los avances obtenidos. La intervención debe ser clara y debe plantearse desde el inicio del proyecto y abarcar desde aportes económicos hasta actividades conjuntas de supervisión, capacitación y medición de resultados.

En HW/NJ, la figura del NEC como encargado de la gestión financiera del proyecto otorga transparencia al manejo de recursos y da confianza a los participantes. Proyectos como HW/ NJ, en los que el manejo de fondos y bienes es transparente y se propicia el control social y la participación de las autoridades locales, sirven para fortalecer la organización comunal alrededor de actividades de interés público y para dinamizar su gestión, haciéndola partícipe de los logros del proyecto.

El proyecto y la familia

La experiencia de HW/NJ muestra que todos los miembros de la familia pueden aportar desde su posición y esto los com-promete a mantener las mejoras. La estrategia de trabajar con la familia completa y no solo con el esposo permite, además, que la mujer asuma un rol importante en las actividades del hogar y en el sistema de producción. Esto la empodera y le da un lugar frente a la familia. Adicionalmente, el compromiso de la pareja permite que se apoyen e incentiven mutuamente.

Propuestas sencillas y efectivas para la apropiación y réplica

Para que una tecnología o innovación promovida en el marco de una intervención de desarrollo se adopte en el corto plazo y permanezca en el tiempo luego de terminada la intervención, debe mostrar resultados rápidos que satisfagan una necesidad sentida de la familia, o aportar a las estrategias de generación de ingresos en el hogar. Un ejemplo son las cocinas mejoradas que, tanto en la sierra como en la selva, han tenido excelente acogida por su ahorro de leña, por mantener el ambiente y los alimentos calientes, por no tiznar los utensilios de cocina, por mantener ventilado el lugar y, sobre todo, por acabar con la dañina exposición de la mujer al humo del fogón.

La aplicación de técnicas sencillas, de bajo costo, utilizando materiales de fácil disponibilidad y acordes a la realidad de la zona, tiene alta probabilidad de replicarse entre vecinos e incluso en comunidades aledañas, gracias a los beneficios obtenidos por las familias que las están aplicando. De hecho, eso es lo que está sucediendo. Es así que en el caso de HW/NJ, el riego tecnificado, la crianza mejorada de cuyes y las cocinas mejoradas son las técnicas que se han propagado con mayor rapidez. Un punto a favor de esta adopción es la permanencia y el acompañamiento continuo de los yachachiq, que resuelven consultas y proporcionan asesoramiento directo, con alta disponibilidad para los interesados.

La dimensión cultural

Por otro lado, las tecnologías productivas promovidas deben estar en concordancia con la realidad cultural y geográfica de la zona de trabajo. En cuanto a la realidad cultural, por ejemplo, puede decirse que el participante andino se caracteriza por desarrollar actividades agropecuarias en ecosistemas de montaña como parte de su vida cotidiana, mientras el participante amazónico se dedica mayormente a labores recolectoras, como la caza y la pesca, y tiene al bosque como medio de vida. Estas particularidades requieren ser tomadas en cuenta al momento de plantear innovaciones, acciones de asistencia técnica y monitoreo, así como las metas del proyecto.

Ana Tumi
Ingeniera agrícola, consultora en sistematización.
anatumi@yahoo.com  

Teobaldo Pinzás
Economista, presidente de ETC Andes.
tpinzas@etcandes.com.pe 

Referencias

  • Chávez-Tafur, Jorge; Tumi, Ana; Pinzás, Teobaldo; Valle Niebuhr, Ricardo; Conde, Pedro. 2016. Estudio de sistematización de la experiencia de ejecución de proyectos Haku wiñay/ Noa jayatai. Lima: MIDIS/FONCODES, julio 2016 (http:// www.foncodes.gob.pe/portal/index.php/comunicaciones/ comunicaciones-publicaciones/documentos-de-foncodes .

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