Denominamos “faro agroecológico” a cada uno de los centros donde se comparten conocimientos técnicos y procesos agroecológicos para guiar a los productores locales hacia sistemas agrarios más sostenibles. En sentido más amplio, todo proyecto enclavado en el campo que brinda demostración, formación y capacitación, desde la práctica local, puede llamarse faro agroecológico. Son instituciones de diversas formas jurídicas, consolidadas en el tiempo, con fuentes de financiamiento más o menos estables y constituidas por equipos de trabajo multidisciplinarios y altamente motivados. Sus propuestas técnicas, sociales y culturales se nutren de su trabajo con las comunidades campesinas del área donde están establecidas. Trabajan en base a una finca real de mediana o pequeña superficie, donde replican las condiciones propias de los campesinos del sector y a partir de la implementación de prácticas agroecológicas son altamente sostenibles. Anualmente reciben miles de participantes, en especial agricultores campesinos, profesionales y estudiantes del agro (Infante, 2015).
Indicadores prediales
El predio demostrativo estudiado del CET se ubica en la comuna de Yumbel, Región del Biobío, Chile. Para evaluar el faro agroecológico institucional se utilizó principalmente la metodología MESMIS con ciertas adaptaciones (Infante, 2015).
Al evaluar la experiencia del CET en Biobío, desde una perspectiva de faro agroecológico con 20 años de experiencia y considerando los puntos críticos del área de trabajo –alta erosión, falta de agua, desforestación, baja productividad y marginalidad social–, se eligieron los indicadores que mostraran las tendencias y midieran el grado de sostenibilidad de la institución analizada. Fue posible comprobar que los 12 indicadores analizados (agronómicos, ecológicos y económicos) muestran grandes avances hacia la sostenibilidad.
A continuación se detallan los resultados obtenidos de al¬gunos de los indicadores más importantes para la conversión de sistemas altamente degradados en sistemas sostenibles.
Pérdidas de suelo por erosión hídrica
En el gráfico 1 se aprecia una clara disminución de los procesos erosivos gracias a la construcción de sistemas de conservación, como curvas de nivel y terrazas, buena cobertura del suelo, aplicación de enmiendas orgánicas, establecimiento de cultivos permanentes como frutales y sistemas agroforestales, y ordenamiento productivo con rotaciones.
Materia orgánica
Como muestra el gráfico 2, la aplicación constante de abonos orgánicos al suelo, del orden de 35 t/ha en suelos hortícolas, 15 t/ha en suelos destinados a rotación y 20 t/ha en frutales, genera un importante aumento del contenido de materia orgánica en el suelo. En los primeros años de rotación el aumento no fue muy significativo porque había poco material vegetal para reciclar.
Los aumentos en el nivel de materia orgánica, en especial en los suelos degradados del área de agricultura de secano, tendrán efectos positivos en prácticamente todos los componentes del agroecosistema, incluidos los efectos socioeconómicos.
Cobertura vegetal
A través de los años de manejo agroecológico, el suelo se fue cubriendo con rastrojos, cultivos, frutales, praderas, sectores forestados, cercos vivos, e incluso, los caminos se han cubierto con materiales áridos. Además la propuesta agroecológica apunta a disminuir la superficie dedicada a cultivos anuales extensivos (cereales y legumbres) y aumentar paulatinamente la producción perenne (frutales, praderas, silvopastoril) y hortalizas en invernaderos para dejar el suelo menos expuesto a la lluvia.
La cobertura del suelo es un elemento fundamental para este ecosistema tan frágil, en especial en lo que se refiere a la protección del suelo y a la conservación del agua. Estos logros refuerzan el mayor grado de resiliencia ecológica que va alcanzando este agroecosistema.
Índice de diversidad biológica
La dificultad intrínseca de biodiversidad en los agroecosistemas de secano hace que mantener y mejorar la biodiversidad natural sea de especial importancia. Como se aprecia en el gráfico 3, se ha producido un sostenido aumento de la biodiversidad en el predio del CET.
Además del aumento de especies agrícolas, se establecieron hierbas medicinales, aromáticas y ornamentales, así como árboles nativos y exóticos. Con el tiempo y la clara mejoría de las condiciones ecológicas del agroecosistema han aparecido, paulatinamente, especies de pastos, flores, arbustos, árboles, y también insectos y otros animales silvestres. A diferencia de la diversidad productiva, la diversidad biológica sigue en crecimiento.
Aumentar la diversidad conlleva un sinnúmero de efectos positivos, como propiciar un mejor balance hídrico, el secuestro de carbono, el control natural de plagas y enfermedades, la incorporación de nitrógeno, la producción de forraje, etc.
Productividad
En el gráfico 4 se aprecia el incremento sostenido de la producción agrícola.
Rentabilidad y su equivalencia con el sueldo mínimo
La utilidad generada por las actividades agropecuarias del predio permite, al fin del ejercicio de 2013, mantener 3,8 sueldos mínimos, lo que es un aumento importante considerando que en 1993 la utilidad solo alcanzaba para cubrir 0,5 sueldos mínimos.
Indicadores institucionales
Se evaluaron varios indicadores institucionales del CET, entre ellos: condiciones estructurales e infraestructura, constitución del equipo de trabajo, autonomía financiera e institucional, y balance económico de la gestión de la central de capacitación. Estos mostraron un centro de capacitación pertinente para la realidad local, con un equipo humano estable y comprometido que logra autofinanciarse con sus actividades. En las actividades han participado agricultores, profesionales y técnicos con visitas guiadas y jornadas de capacitación en agroecología.
También se evaluó la evolución cuantitativa del centro de capacitación como ente de extensión. El gráfico 5 presenta el crecimiento que ha experimentado el número de visitas al predio.
Se aprecia el crecimiento del número de alumnos, que llega a 7 000 al año. En general el tipo de participantes se repite a lo largo de los años: campesinos (85%), técnicos (12%), estudiantes y proveniente de la ciudad (3%). La mayor parte son mujeres (65%) sobre los 45 años de edad (55%). Se estima que han visitado el centro a lo largo de todos estos años al menos unas 130 000 personas.
Una evaluación cualitativa del faro realizada por los agricultores y los agentes de desarrollo, muestra que la opinión de los participantes es muy positiva, manifiestan que las actividades realizadas logran motivarlos, desbloquearlos, capacitarlos y que se sienten acogidos y cómodos en el lugar.
Finalmente, en el gráfico 7 se muestra parte de los resultados integrados de los indicadores evaluados. Se aprecia una interesante relación entre los avances logrados en términos ecológico-productivos; el interés de las personas por participar y la sostenibilidad institucional del CET.
En total, un 75% de las familias participantes implemen¬tó en algún grado prácticas agroecológicas. Según Museau (2007) estas familias muestran un grado mayor de sostenibilidad que las familias más conservadoras.
Las lecciones logradas por los equipos técnicos y los agentes del Estado que conocieron estas experiencias fueron determinantes para apoyar procesos de desarrollo con orientación agroecológica. Se logra así transformar el faro agroecológico en una potente herramienta de difusión de sistemas agrarios más sostenibles.
Discusión
Considerando los resultados de las evaluaciones y estimaciones, la labor capacitadora y formadora en agroecología e institucionalidad que realiza el CET, desde sus inicios en 1993 hasta la fecha de la evaluación en 2013, muestra claros signos de sostenibilidad. Sin embargo es necesario definir una serie de aspectos técnicos, metodológicos y de gestión para mejorar la función del faro agroecológico del CET en pro de la difusión de sistemas agrarios sostenibles en la zona de secano de la región del Biobío.
El rápido avance del cambio climático, la degradación de los recursos naturales y la galopante migración campo-ciudad, exigen un cambio urgente de paradigma. Sin duda el faro agroecológico es una potente herramienta para este cambio y para el escalamiento de la agroecología que el mundo rural requiere. Este potencial de escalamiento se puede apreciar en la experiencia analizada por esta investigación, que atrajo a más de 130 000 campesinos y campesinas durante los últimos 20 años.
Desde una perspectiva emocional, el faro cumple una importante labor de desbloqueo y a la vez es un gran apoyo para quienes, en forma espontánea o preparada, están manejando sus predios en formas más sustentables.
En varios puntos del estudio se aprecia que aspectos técnico-productivos y de desarrollo avanzan en forma paralela entre el faro agroecológico del CET y los predios de las familias campesinas de la zona; ese es un claro indicador de lo un faro agroecológico debe cumplir. En consecuencia, se puede afirmar, además, que el modelo aquí descrito y analizado desde la perspectiva de una experiencia exitosa como la del CET, es coherente con el principio de que enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su construcción, enfatizando principios, procesos y metodologías participativas. Este modelo puede constituir un gran aporte para el necesario escalamiento de la agroecología en Chile y el resto de América Latina.
Agustín Infante Lira
Doctor en agroecología, CET programa Biobío
ainfante_2000@yahoo.com
Karina San Martin
Médica veterinaria, CET programa Biobio
cetbiobio@gmail.com
Referencias
- Infante, A. 2015. Faros Agroecológicos, Definición y Caracterización a Partir de la Experiencia CET, Chile, para la Difusión de Sistemas Agrarios Sustentables. Universidad de Antioquia. Colombia.
- Museau, H. 2007. Évaluation de la durabilité d’un système de production agro-sylvo-pastoral (SASP) diffuse par la Corporation “Centro de Educación y Tecnología (CET)” dans la commune de Yumbel, région Bíobío au Chili. Rennes, France: Université de Rennes.