AIS, 2015: oportunidad para ponerse al día con el conocimiento de los agricultores
PABLO TITTONELL | Página 7 DESCARGAR REVISTA COMPLETACon el Año Internacional de los Suelos (AIS) la ONU está dando un bien recibido impulso al manejo sostenible de los suelos. Pero el AIS no solamente trae oportunidades sino también responsabilidades y desafíos: el mundo debe aprovechar esta oportunidad para revisar los conceptos y métodos que guían la ciencia de la agricultura y el manejo de suelos y utilizar el conocimiento empírico de los agricultores para reconstruirlos.
A lo largo de la historia, los científicos dedicados al estudio de los suelos han aprendido del conocimiento de los agricultores cómo descifrar la compleja interacción entre naturaleza y agricultura (como se puede ver, por ejemplo, en los trabajos de Jethro Tull sobre los efectos del herraje de los caballos en la calidad del suelo, ¡en 1733!). Pero las prácticas y las tecnologías de manejo de suelos de la moderna agricultura industrial han alterado este diálogo con supuestos que están frecuentemente sustentados en una comprensión sumamente simplificada de la naturaleza.
Tomemos el ejemplo de la biología de suelos. En el pasado era frecuente oír a los expertos decir que los procesos de liberación de nutrientes en el suelo eran iguales en los bosques, las pasturas y los campos agrícolas, a los que se aplicaban fertilizantes de síntesis química. Pero en la actualidad el avance de la ciencia agrícola nos indica que eso no es verdad. Hoy podemos mapear el ADN de los microorganismos del suelo e identificar las especies presentes en él, cómo se relacionan entre ellas y cuál es su contribución a las funciones del suelo. En otras palabras, hemos encontrado nuevas formas de descifrar y comprender mejor las redes ecológicas en nuestros suelos, cómo las afecta el manejo de la finca y cómo impactan la capacidad de resiliencia de los agroecosistemas.
Comprender las complejas interacciones y sinergias existentes en el suelo es esencial en la ciencia y práctica de la agroecología. La investigación de vanguardia muestra que, en suelos manejados orgánicamente, las interacciones son más complejas que en los manejados con fertilizantes químicos o con estiércol líquido rico en nutrientes. Las interacciones complejas contribuyen a una mejor retención y liberación oportuna de nutrientes, lo que construye suelos más saludables y reduce los impactos ambientales. En general los agricultores son conscientes de los vínculos entre la vida que hay en sus suelos, los rendimientos de los cultivos y la capacidad de mantenerlos o, en lenguaje científico, entre la biodiversidad del suelo y la eficiencia del recurso. Así van adaptando sus prácticas basadas en la observación detallada a lo largo de varios años.
Conocidos por los agricultores desde mucho tiempo atrás, estos vínculos se pueden comprender actualmente con mayor detalle mediante el mapeo del ADN y otras técnicas de laboratorio. Como sucede comúnmente en la historia reciente de la ciencia agrícola, los avances consisten realmente en que la investigación alcance un intercambio horizontal con el conocimiento de los agricultores. Tengo la esperanza de que el AIS impulse un verdadero diálogo de saberes, que acerque nuevamente el conocimiento de los agricultores y el de los científicos para construir mejores oportunidades de manejo sostenible del suelo.
Pablo TittonellCatedrático principal del grupo de Ecología de Sistemas Agrícolas en la Universidad y Centro de Investigación de Wageningen, Holanda.
Miembro del directorio de la Red Africana de Labranza de Conservación y del punto focal europeo de la Sociedad Científica
Latinoamericana de Agroecología (SOCLA).
pablo.tittonell@wur.nl
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