septiembre 2014, Volumen 30, Número 3
El paisaje y la agricultura familiar campesina

Los yapuchiris. Capacidades locales en la gestión del riesgo climático

TANIA RICALDI ARÉVALO, LUIS CARLOS AGUILAR | Página 26-27
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La experiencia del Proyecto de Gestión de Riesgos Agrícolas Comunales (GRAC) es un proceso de investigación y seguimiento de estrategias, saberes y prácticas locales agroecológicas a través de los yapuchiris del distrito Challa, municipio de Tapacarí, Cochabamba, Bolivia, quienes han logrado generar capacidades para enfrentar el riesgo climático.

YapuchiriEl distrito de Challa es uno de los más vulnerables de Bolivia, tanto en aspectos productivos como en condiciones socia-les; el 99,4% de la población vive en condiciones de pobreza. Es un territorio conformado por laderas y planicies en tres zonas agroecológicas: prepuna, puna y puna alta. Se ubica entre 3.500 y 4.635 msnm, con una temperatura promedio de 6,5 oC y una precipitación entre 300 y 600 mm. Su población es rural y depende principalmente de una producción agrícola con reducida capacidad de generación de excedentes para la comercialización. Existe migración temporal y permanente que constituye una estrategia de supervivencia de la población.

En este escenario actúan los yapuchiris, productores agroecológicos que recogen, generan y movilizan el conocimiento productivo y de gestión del riesgo en el ámbito local. El concepto de yapuchiri está asociado con el desarrollo de capacidades de liderazgo en el manejo del sistema productivo a través de procesos de innovación y constante experimentación, en diálogo con el conocimiento ancestral. Los yapuchiris adaptan prácticas, experiencias y conocimientos a sus condiciones locales. El manejo de su parcela y los resultados que obtienen, mejoras o fracasos, se constituyen en el soporte de su rol como productores movilizadores de conocimientos y acciones productivas.

Todos pueden ser yapuchiris. En la experiencia de Tapacarí, los productores conformaron el grupo de dos maneras: la primera, a través de la elección de productores por las propias comunidades, y la segunda, mediante agricultores que decidieron voluntariamente unirse al grupo para iniciar o fortalecer sus capacidades de líder yapuchiri. Estos agricultores se incorporaron a un proceso de formación, investigación, diálogo, reflexión, documentación e intercambio de conocimientos, saberes y experiencias sobre diversos temas.

Si bien hay un conocimiento local importante que ha permitido el desarrollo de capacidades productivas y de gestión del riesgo que se ha mantenido durante siglos, también se ha generado la pérdida de conocimientos tradicionales. Hoy en día, algunas prácticas convencionales ligadas a paquetes tecnológicos, de la “revolución verde”, se mantienen en muchos agricultores que quieren producir rápido para satisfacer las demandas del mercado, lo que socava las prácticas y el conocimiento tradicional y representa una situación aún difícil de revertir.

Sin embargo, existen iniciativas locales e institucionales, además de apoyo a través de las políticas públicas, que buscan revalorizar los saberes y prácticas tradicionales. La Nueva Constitución Política del Estado de 2009 reconoce los derechos de los pueblos indígenas originarios campesinos y la necesidad de que se respeten, valoren y promocionen sus saberes y conocimientos tradicionales, así como el correlativo deber del Estado de proteger estos conocimientos (Título II, Capítulo IV, Artículo 30).

Las respuestas son diversas. Desde la investigación participativa, y recogiendo el enfoque de gestión del riesgo y de diálogo de saberes, volvemos la mirada hacia las capacidades locales para enfrentar el riesgo climático, creadas sobre la base del conocimiento ancestral, el conocimiento local y con la aportación del conocimiento científico que, de manera complementaria, contribuye a la construcción de alternativas.

Resultados

Para entender las estrategias y prácticas desarrolladas por los agricultores se identificaron las principales amenazas que afectan a las comunidades del distrito Challa, que en el caso del cultivo de papa, son las indicadas en el gráfico 1. Una característica fundamental y, al mismo tiempo, una capacidad local muy importante en la reducción de riesgos climáticos es la diversidad de estrategias y prácticas aplicadas por los productores, quienes sean o no yapuchiris realizan acciones, prácticas y estrategias simultáneas y complementarias. La diversidad es una estrategia en sí, tanto en las acciones de prevención como en el manejo de recursos y cultivos (gráfico 2).

La investigación permitió identificar que los productores usan ocho estrategias y 34 prácticas locales que definen la capacidad de gestión del riesgo. El número de prácticas aplicadas de una campaña agrícola a otra puede variar en función de la intensidad de los fenómenos climáticos presentes y también en función de nuevas prácticas productivas y de gestión de riesgos que son incorporadas en el sistema de producción. Por ejemplo, la “generación de pronósticos” se realiza todo el año, cuando el agricultor sabe dónde aparece cierto bioindicador, como la floración de alguna planta, la aparición de algún, ave, insecto o reptil, los phatis –presencia de nubosidad, viento y llovizna en fechas festivas o cambios de luna–. El “manejo de las semillas” tiene espacios y tiempos específicos: antes de las siembras deben hacer verdear las semillas y antes de colocar la semilla en el surco se embadurna con jiriguano (guano que sacan del fondo de los corrales y mezclan con agua hasta conseguir una pasta), o se desinfecta con productos picantes a base de plantas nativas o con caldo sulfocálcico (mezcla de azufre, cal y agua). La selección positiva se realiza en pleno desarrollo del cultivo de papa, durante la floración, para identificar y marcar las plantas más sanas y robustas.

Así, las prácticas de reducción de riesgos climáticos (RRC) se pueden entender como buenas prácticas socioproductivas que, desde un enfoque integral, permiten mejorar la resiliencia y sostenibilidad del sistema agrícola para enfrentar el riesgo climático, tanto a nivel predial y familiar como comunal (Ricaldi, Aguilar y Canaviri, 2012). La encuesta a productores del distrito evidencia que el 72% de los agricultores aplica prácticas de RRC. En el caso de los yapuchiris todos ellos las aplican, y los agricultores con acompañamiento yapuchiri lo hacen significativamente (82%), mientras que de los agricultores sin acompañamiento yapuchiri solo el 15% lo hace.

Prácticas de reducción de riesgos y rendimientos

La interrogante es en qué medida la utilización de estas prácticas ha permitido mejorar los rendimientos y reducir las pérdidas de producción ante el riesgo climático. En el seguimiento a los rendimientos en el cultivo de papa, los datos muestran números más altos para los casos de yapuchiris y agricultores con acompañamiento de yapuchiris. El rendimiento obtenido por los agricultores con influencia de yapuchiris o conocimiento tradicional y los propios yapuchiris, supera incluso al de productores que usan de manera intensiva insumos químicos.

Conclusiones y recomendaciones

Existen limitaciones para que los yapuchiris acompañen a todos los productores. En el caso del distrito Challa hay aproximadamente 25 yapuchiris, y son insuficientes dada la cantidad de comunidades y productores. Otro aspecto es el contar con tiempo para atender y acompañar a otros productores sin dejar de lado sus propias tareas. El tercer factor es que no se cuenta con recursos que permitan la movilización del yapuchiri y su remuneración. Lo óptimo sería que cada comunidad cuente con un grupo de yapuchiris y con soporte económico para su servicio a la comunidad. En la gestión 2013 se ha intentado enfrentar estas limitantes al apoyo y las capacidades de los yapuchiris.

El fortalecimiento de las capacidades locales es un factor central para la gestión del riesgo climático. Para llegar a una producción agroecológica sostenible, capaz de enfrentar los desafíos climáticos, es necesario responder fortaleciendo y construyendo nuevas capacidades principalmente a nivel local.

Tania Ricaldi Arévalo 
Universidad Mayor de San Simón (CESU-UMSS)
taniaricaldia@gmail.com
 
Luis Carlos Aguilar
Fundación AGRECOL Andes
luis.aguilar@agrecolandes.org 

Referencias

 

  • AGRECOL-CESU, 2010. Línea base del proyecto de Gestión de riesgos agrícolas comunales (GRAC), Cocha-bamba: AGRECOL/CESU/Fundación McKnight. Consultoría Equipo PROSUCO.
  • AGRECOL-CESU, 2012. Organizaciones campesinas de la zona altoandina de Cochabamba y su capacidad de respuesta al riesgo climático. Caso Ayllu Urinsa¬ya, en: Revista Agricultura Ecológica No. 14, año 7, julio.
  • Ricaldi, T., Aguilar, L., Canaviri, A., 2012. Informe Narrativo Proyecto GRAC 2010-2011, 2011-2012, Fundación Agrecol Andes, CESU-UMSS, Fundación McKnight.

 

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